InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2020

26.07.20

La Palabra del Domingo - 26 de julio de 2020

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Mt 13, 44-52

“44 ‘El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel’.45 ‘También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46 y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra’. 47 ‘También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; 48 y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. 49 Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 51 ‘Habéis entendido todo esto?’ Dícenle: ‘Sí’. 52 Y él les dijo: ‘Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.” 

 

COMENTARIO

 

Importa el Reino de Dios; lo demás, no

 

Para un cristiano, aquí católico, hay verdades que tiene en cuenta en su vida y que le deben llevar por el camino recto hacia el definitivo Reino de Dios. Lo que, por lo tanto, le debe importar es, precisamente, el Reino de Dios y no otra cosa mundana y dada, más, a hacerle perder tal camino y llevarle hasta la fosa de la que tanto habla el salmista.

 

El tesoro y las perlas finas

 

Dice Jesús que cuando alguien encuentra un tesoro deja todo lo que tiene y, lógicamente, va a hacerse con el mismo porque le parece muy importante para su vida. 

El Reino de Dios, el Amor del Creador y lo que supone para cada creyente, ha de ser muy importante para el mismo. Por eso cuando lo encuentra, bien por haberlo buscado, bien porque Dios se le acercó y lo llamó al oído del corazón, lo ha dejar todo (todo lo antiguo que ha quedado viejo) y no ha de abandonar, nunca, tal camino. Ha de ser lo más importante, lo que le conduzca en su vida y, por eso mismo, se queda para sí tal gozo y tal amor de parte de Dios dados. 

Pero también, el Reino de Dios es, en efecto, como lo que es de gran valor que, habiéndolo encontrado no puede ser abandonado porque supondría gran pérdida para quien se ha hecho con ello. Es de tal importancia para su existencia que ya no lo deja jamás.

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24.07.20

J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media– El Derecho en Tolkien según Justiniano

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Entre los años 530 y 533 después de Cristo, el Emperador romano Justiniano ordenó que se hiciera, y se hizo, la recopilación de las sentencias de los jurisconsultos romanos clásicos. Tal recopilación ha pasado a la historia con el título de “Digesto” y supone, como tal palabra indica, un compendio y a quien esto guste, un verdadero gozo intelectual… aunque eso, claro, sea harina de otro costal.

Alguien podrá pensar, a la escasa altura de esto, que qué tiene que ver una obra tan antigua con lo que es propio de J.R.R. Tolkien, Y, sin embargo, tiene que ver más de lo que, a primera vista, pudiera  parecer. Y es que de todo se puede sacar sustancia, si ustedes nos entienden.

Vayamos, pues, con el asunto de hoy.

INSTITUCIONES DEL EMPERADOR JUSTINIANO. 2 TOMOS by ORTOLAN, M ...

El Título I del Libro I del Digesto de Justiniano tiene por objeto la Justicia y el Derecho. Y a más abundancia define a la primera así:

“Justicia es la constante y firme voluntad que da a cada uno según su derecho”.

Más abajo viene a definir lo que son los preceptos del Derecho que bien nos vienen para la cosa aquí tratada. Y es que se nos dice que: 

“Los preceptos del Derecho son estos: vivir honestamente, no causar daño a nadie y dar a cada uno lo suyo”.

Podemos decir que para tratar la obra de J.R.R. Tolkien con relación al Derecho, tal contenido nos viene que ni pintado. Por eso vamos a ello.

Antes de eso, recordemos que aquí hicimos referencia a un libro de título “El Derecho en Tolkien” cuyo autor, a la sazón, es D. José María Miranda Boto. Al mismo debemos, pues, dirigirnos, para mejor comprender la totalidad del contenido, eso, del Derecho contenido en la obra del profesor de Oxford. Pero aquí, siendo más sencillos (también muy ignorantes en materia tan concreta), no vamos a entrar en tales conocimientos y profundidades (que agradecemos, ya sea dicho de paso) sino que vamos a tratar, eso, de dar a cada uno según lo suyo.

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22.07.20

Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro”- Acercarse a Dios desde el amor

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Mesa redonda con Dios”.

Acercarse a Dios desde el amor

 

“Dios se hace fuente de conocimiento a todo hombre que se encarama. Lo que de verdad importa es que la fuerza del corazón no deje de alimentar la nave de la plegaria, devorar y devorar distancias, aproximar a Dios todo eso que engloba nuestro nombre. El camino de las estrellas es la vida de la Fe; y su asfalto, la Esperanza.” (Mesa redonda con Dios, p. 26-27)

 

Nosotros caminamos hacia Dios, hasta su definitivo Reino, a través de la Esperanza.

Esto que nos dice el Beato Manuel Lozano Garrido tiene una importancia vital en nuestra vida espiritual porque nos muestra a la perfección hacia dónde debemos mirar pero, sobre todo, cómo debemos actuar en nuestra vida.

Es bien cierto que nosotros solemos decir que nuestra cercanía a nuestro Creador la queremos y, es más, la ansiamos como lo más importante que hay en nuestra vida espiritual. Pero eso no se hace de cualquier manera ni de cualquier forma se hace. Y es que, para eso, en realidad, debemos mirar hacia Dios y, entonces, ser capaces de seguir el camino que nos ha trazado nuestro Padre del Cielo.

Lolo nos dice que Dios se revela, por así decirlo, en el corazón de todo aquel hijo suyo que se le quiere acercar. Es decir, que es nuestra voluntad la que apunta hacia nuestro acercamiento al Creador. Y, entonces, en justa correspondencia de fidelidad, el Todopoderoso se convierte, sí, en fuente de conocimiento.

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20.07.20

Netflix ofende o hasta delinque, sí, sí, presuntamente, pero...

Netflix: Amazon.es: Appstore para Android

Todos sabemos que las expresiones que pueden considerarse populares o que se pretenden que lo sean, las carga el Diablo. Es más, en algunos casos, como este, Satanás ha debido ser el asesor del guionista o guionistas.

Y nos explicamos, no sin antes manifestar nuestro más elevado asco por lo que aquí vamos a traer, por lo injusto y, sobre todo, por lo innecesario.

Resulta que anteayer domingo, el que esto escribe estaba viendo el segundo capítulo de una serie titulada “La monja guerrera” que, como se decía antiguamente, echan en la plataforma Netflix.

Alguien, ahora mismo, podrá decir que cualquier cosa de mal gusto puede verse ahí y, ciertamente, no pocas veces es eso cierto; también que puede ser ofensivo contra las creencias cristianas, aquí católicas (más católicas que, así, en general, cristianas).

Pues bien, ya en el primer capítulo de la susodicha serie se dice algo así como que

“Los católicos son muy suyos sobre quien debe resucitar (-29:46’), a menos que ellos lo controlen”.

Como comprenderán esto es, además de una manifestación de ignorancia supina al respecto de la resurrección una falta de sesera puesta al servicio del idiotismo general. Y es que diera la impresión de que el catolicismo dice si este o aquel ha resucitado… En fin…

Pero lo sucedido, como he dicho arriba, en el segundo capítulo pasa de castaño a oscuro y es lo que nos ha hecho titular este artículo de una forma tal que indica que aquí no sólo se ofende, de forma gratuita e innecesaria sino que es posible que se esté cometiendo un delito de injurias como una catedral de grande.

Resulta que, cuando faltan 23’49” para que se termine el tal episodio pasa lo siguiente y se dice lo que sigue:

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19.07.20

La Palabra del Domingo – 19 de julio de 2020

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Mt 13, 24-43

“24 Otra parábola les propuso, diciendo: ‘El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. 27 Los siervos del amo se acercaron a decirle: ‘Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?’ 28 Él les contestó: ‘Algún enemigo ha hecho esto.’ Dícenle los siervos: ‘¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?’ 29 Díceles: ‘No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. 30 Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.’‘31 Otra parábola les propuso: ‘El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. 32 Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.’

33 Les dijo otra parábola: ‘El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo.’ 34 Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, 35 para que se cumpliese el oráculo del profeta: = Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. = 36 Entonces despidió a la multitud y se fue a casa. Y se le acercaron sus discípulos diciendo: ‘Explícanos la parábola de la cizaña del campo.’ 37 El respondió: ‘El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; 39 el enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. 40 De la misma manera, pues, que se recoge la cizaña y se la quema en el fuego, así será al fin del mundo. 41 El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, que recogerán de su Reino todos los escándalos y a los obradores de iniquidad, 42 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 43 Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.”

COMENTARIO

Cómo es el Reino de Dios

Jesús habla en parábolas porque es la mejor forma de que le entiendan aquellos que le escuchan. Además, sirve para hacerles ver qué era, exactamente, lo que quiere que entiendan.

Es cierto que Dios planta, siempre, buena semilla en el corazón de sus hijos. Sin embargo, en muchas ocasiones hay personas que se encargan de emponzoñar el mismo con ideas que se alejan de la voluntad de Dios. Plantan, así, la cizaña que, en caso de fructificar, puede dañar, mucho, la cosecha del Creador.

Resulta importante, por tanto, desdeñar aquello que pueda ser cizaña y quedarnos con lo bueno que Dios entiende benéfico para nosotros. Lo demás, como bien se dice en el texto de San Mateo, será quemado cuando Dios quiera.

Es, por eso mismo, este texto en parábolas uno que lo es escatológico. Jesús les dice qué pasará cuando vengan sus ángeles a separar lo bueno de lo malo. Sirve, por eso mismo, para prevenir y saber a qué carta quedarnos en asuntos espirituales y no caer, así, en lo que no debemos caer. Los justos brillarán y los injustos irán, ya sabemos, al infierno.

Pero el Reino de Dios, Dios mismo, es como una semilla muy pequeña y como una pequeña cantidad de levadura. Ambas realidades, en principio, pueden valer poca cosa pero, con el uso adecuado y con el tiempo, llegan, en un caso, a ser un arbusto de grandes dimensiones o, en el caso de la levadura, a dar consistencia a la masa, pongamos, de pan.

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