InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Amigo de Lolo

18.03.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: qué hacer cuando llegue el sufrimiento

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: qué hacer cuando llegue el sufrimiento

 

“No hay ni una criatura que tenga un seguro permanente de mañanas de sol. Cada uno vivimos nuestra hora de Huerto de los Olivos porque, cuando el temporal hunde las cabezas, es cuando se aprende a picotear la borrasca para ir en busca del fulgor de lo alto.” (Beato Lolo, de su libro Mesa redonda con Dios)

 

Es seguro que quien crea que no va a sufrir nunca en su vida es fue vive en un mundo de ilusión y de inconsciencia. El caso es que es justamente lo contrario lo que nos pasa y no es nada malo que haya quien nos oriente para saber afrontar tales situaciones. 

A este respecto, también es seguro que casi nadie mejor que Manuel Lozano Garrido, que mucho sufrió físicamente en su vida, para poner sobre la mesa un qué hacer en tales casos. Y a fe nuestra que lo hace a la perfección. 

Pues bien. Podemos ver que Lolo lo tiene más que claro porque nos dice eso de que “No hay una criatura que tenga un seguro permanente de mañanas de sol”. Y eso ha de querer decir que sí, que tendremos muchas mañanas de sol o, lo que es lo mismo, de luz y de lo que es bueno para nuestra vida. Sin embargo, como decimos arriba, eso no siempre va a ser posible por las muchas circunstancias por las que pasamos en la vida. Y eso es verdad que cualquier persona lo puede corroborar con su propio ejemplo… 

Bien. Entonces… sabemos que muchas veces lo vamos a pasar mal (y no sólo físicamente porque muchas veces es peor lo espiritual porque nos llega más adentro…) 

Lolo habla de un momento al que llama “nuestra hora de Huerto de los Olivos”. Y eso son ya palabras mayores. 

Cualquiera que lea esto sabe muy bien lo que quiere decir eso y a Quien se refiere nuestro amigo de Linares (Jaén, España) cuando escribe sobre el Huerto de los Olivos. Y, en concreto, se refiera a un momento crucial en la vida del Hijo de Dios en el que sufrió lo indecible. Vamos, que lo pasó tal mal que llegó a sudar sangre que, si se mira científicamente, no es cosa imposible… 

Eso le pasó a Jesucristo y, a nuestra manera y forma, nos puede pasar a nosotros también. Entonces… ¿Qué hacer? 

La recomendación de Manuel Lozano Garrido es que hagamos lo mismo, exactamente, lo mismo que hizo Cristo que, como sabemos, quiso que aquel cáliz de amargura pasara pero que también tenía muy claro que la prioridad de su vida no era pasarlo siempre bien y que aquel momento fuera de mañana de sol… 

Nosotros sabemos más que bien lo que hizo Jesucristo que no fue otra cosa que someterse a la Voluntad de su Padre del Cielo. Y eso es lo que nosotros debemos hacer cuando llegue el sufrimiento. Y es que Lolo lo manifiesta cuando nos dice que, en tal momento, debemos buscar “el fulgor de lo alto”. Y ya sabemos Quién está en lo alto. Eso… Dios mismo, nuestro Creador y Todopoderoso. 

Sufrimos o sufriremos, sí. Pero bien sabemos lo que entonces debemos hacer. Y Lolo lo hizo, vaya si lo hizo. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (58)

 

“Nuestro maná de la marcha por la vida se llama bondad de Dios.”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

4.03.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: ¿Quién entiende así el sufrimiento?

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: ¿Quién entiende así el sufrimiento?

 

“Las preocupaciones que pesan, los dolores que abruman, esa cárdena insistencia de las nubes en las vidas de los que sufren, ¿Qué son, sino matices de una germinación de Gracia que apunta al granero celeste, allí donde Dios mismo se hace pan de gloria que nutre sin tiempo, más allá de la muerte, para siempre”. (Beato Lolo, de su libro Cartas con la señal de las Cruz)

 

Ciertamente, el texto de Manuel Lozano Garrido que hemos traído hoy, al mismo, se adecúa muy bien el título del presente artículo. Por eso se comprende mejor decir “¿Quién entiende así el sufrimiento?” Y es que no suele ser lo más habitual que seamos capaces de ser capaces de hacerlo así. Pero hay, aquí mismo, alguien que sí lo es y no es otro que Lolo, el Beato que, no queriéndolo ser, se ganó serlo… 

Bueno. El caso es que no son pocas las realidades que nos muestra nuestro amigo a la hora de darnos cuenta de con quién nos las tenemos y que no es otro que con el sufrimiento en sus más diversas formas y maneras de presentarse en nuestra vida. 

Así, por ejemplo, cuando nos habla de preocupaciones…, 

Así, por ejemplo, cuando escribe sobre los dolores que nos persiguen…, 

Así, por abundar con el ejemplo, cuando dice Lolo eso de que hay una “cárdena insistencia de las nubes en las vidas de los que sufren”… 

Podemos ver que nos muestra un panorama manifiestamente mejorable. Y, sin embargo, no es algo que estuviera escribiendo como haciendo un ejercicio de imaginación (como puede hacer cualquier escritor que no sufre pero debe escribir sobre eso) sino que él era el sujeto pasivo de las preocupaciones, de los dolores y, sobre todo, de esa cárdena insistencia… 

De todas formas, son muchas las ocasiones en las que el Beato de Linares (Provincia de Jaén, España) escribe sobre sus muchos sufrimientos porque, en ese aspecto, no escondía nada de nada aunque él prefiriese que su dolor fuera (como escribe) con “escafandra” como queriendo decir que quería que sólo le afectase a sí mismo aunque ya podemos comprender que eso no era posible porque toda persona que lo conocía y quería es imposible que no se preocupara por él e, incluso, sufriera con él… 

Pero como suele pasar con este buen y santo hombre, siempre nos muestra una puerta de salida a tales sufrimientos y tales malas formas de pasar por la vida. Y, como podemos imaginar, lo hace con el apoyo mejor y con la mejor forma de hacerlo: teniendo en cuenta a Dios, su gran amigo. 

Todo el sufrimiento y, en fin (y por abreviar) todo lo que de malo pueda pasarnos, no es, sólo, eso que nos pasa (que lo es, claro) sino que nos muestra algo que, teniéndolo en cuenta, nos pueda ayudar más que mucho: es muestra de la Gracia de Dios. Sí, se trata de la Gracia de Dios que, miren ustedes por dónde, se nos da a manos llenas si es que no queremos cerrar nuestro corazón a la misma. 

En realidad, Dios tiene Gracia, por decirlo así, para dar y tomar y nunca se cansa de hacerla propia de sus hijos, de aquellos que ha creado y mantiene. Por eso habla Lolo del “granero celeste” como algo así como el espacio de donde Dios saca, de su corazón, la Gracia que es Suya y, si queremos, es nuestra. 

Pero es que, además, eso no termina nunca que es lo que nos quiere decir Manuel cuando habla de que “se hace pan de gloria que nutre sin tiempo”… 

Y por último, algo que siendo verdad como la Verdad misma, llena nuestra alma de esperanza como debía llenar la de Lolo: más allá de la muerte está el “para siempre” que, como diría Santa Teresa, es, claro, para siempre, siempre, siempre”. Amén. 


Eleuterio Fernández Guzmán 


Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (56)

 

“La bondad del hombre ilumina como una lámpara; la de Dios, como un astro al rojo vivo.” ”

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

19.02.24

Un amigo de Lolo – Quizá así lo escribiría Lolo – Un Niño algo especial

Presentación

Es posible que pueda pensarse que lo que va a hacer este que escribe pueda ser una osadía. Y es que, de todas formas, es seguro que lo es pues uno quizá no debería ponerse en la mente y el corazón de otra persona para ver qué podría decir o hacer

 

Es cierto esto pero también lo que es que cuando un creyente católico ha alcanzado la altura espiritual que alcanzó Lolo y que tiene, seguro, en el Cielo, no podemos negar que se ha hecho mucho de todos sus hermanos en la fe.


La osadía de escribir algo según, a lo mejor, pudiera hacerlo el Beato de Linares (Jaén, España) es, seguramente, un grave atrevimiento por parte de quien eso haga y, aún más, por quien esto escribe que es, sencilla y llanamente, nadie en materia espiritual pero que siente el alma de Lolo inscrita en las palabras que dejó al mundo. Y por eso, es seguro que nuestro amigo Manuel Lozano Garrido, va a perdonar (desde ya, desde que se escribe esto mismo, estas palabras a modo de presentación) un tal atrevimiento por mi parte.


Esto es, a lo mejor, lo que Lolo podría decir.

 

Quizá así lo escribiría Lolo – Un Niño algo especial

 

Es posible que alguien pueda tener por bueno el orden que aquí vamos a seguir a la hora de hacer lo propio sobre la Sagrada Familia. Es decir, que primero escribamos sobre esta al completo (en sus tres miembros) y, luego, sobre cada uno de ellos. Sin embargo, también es posible que haya quien crea que lo mejor sería escribir en primer lugar sobre cada uno de quienes componen la Sagrada Familia y, luego, como colofón a eso, sobre la Sagrada Familia al completo.

 

Nosotros hemos escogido la primera opción que es, creemos, tan buena como la segunda…


Y esto que sigue es lo que Lolo podría haber dicho…

 

¡Qué decir de ti, hermano pequeño! Sí, porque cuando te contemplamos en aquel momento de tu primera venida al mundo acababas de nacer. Sí, pequeño como cualquier otro niño que nació entonces, nació después y nace ahora y también nacerá mañana porque así lo quiso Tu Padre del Cielo.

 

Eras pequeño y no sigues lo sigues siendo porque a tus hermanos no se nos ha olvidado. Y por eso te hacemos en esculturas, en pinturas o en cualquier otra forma de expresión de nuestra fe. Pequeño pero, a la vez, grande.

 

Es verdad, Jesusillo, que eras pequeño pero tu misma naturaleza divina te hace grande: grande por venir de Dios, grande por ser Dios mismo hecho hombre, grande por la misión que te encomendó el Creador y que tan bien ibas a cumplir a lo largo de tu vida.

 

Es verdad, Ángel nuestro en aquel pesebre pobre pero divinizado por tu presencia, que sabemos por el tiempo pasado y por lo que otros han escrito, que tu presencia allí era tan necesaria que nada ni nadie pudo evitarlo y ni aquel hombrecillo creído llamado Herodes pudo quitarte de en medio como quería, aquel adorador falso y pretencioso…

 

Bueno, hermanillo nuestro. Tú, que bien sabrías qué hacer en cada momento, entonces eras pequeño pero en tu pequeñez llevabas una marca, en tu corazón un Amor, en tu piel un ser Quien eras. Y nosotros, que a tantos años vista de aquello sabemos que los que te adoraron lo hicieron bien hecho y ante Quien debían postrarse (incluso aquellos grandes hombres venidos de muy lejos y que te dejaron oro, incienso y mirra) no podemos sino creer que todo aquello estaba bien, muy bien.

 

Pequeño nuestro, zagalín recién nacido, que sabrías sobrenadar todo lo malo que te iba a pasar, que llevabas la Cruz inscrita en tu santísimo y pequeño corazón, en ti pusieron su esperanza muchos de tu pueblo, aquel que eligió tu Padre para que fuera el suyo. Y eso daría mucho miedo a los más poderosos pero eso a Ti te iba a dar lo mismo.

 

Niño venido al mundo para que el mundo se salvase, casi podemos imaginarte en aquellos primeros momentos de tu vida en el mundo (en el vientre de tu Madre ya habías hecho saltar a Juan, tu primo, en el seno de Isabel, la que llamaban estéril porque no sabían lo que era capaz de hacer tu Padre…) mirando con sorpresa, ojos abiertos a la luz, cómo había allí pastores, vecinos y otros que acudieron porque una estrella se había posado sobre un humilde lugar. Y supieron, seguro que en sus corazones lo sabían, que aquel Niño era un Niño muy especial, así con mayúscula como mayúscula era la obra de Dios.

 

Niño especial, niñito nuestro de cada día, sólo podemos darte las gracias por aquellos primeros vistazos de tu recién estrenada vida. Y esperar que, cuando vuelvas otra vez, encuentras a alguien con fe en el mundo; al menos, a alguien para que así, salves todas las almas que deban ser salvadas.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

NOTA: Me gustaría hacer referencia a las imágenes que han enriquecido estos cuatro artículos. Y es fueron tomadas las mismas en la Iglesia que los Dominicos tienen en Torrent, Valencia (España) pues son las que dieron forman al Nacimiento de la pasada Navidad, la de 2023. Y es justo dar las gracias a quien eso hizo. 

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

 

Panecillo de hoy:

 

La Sagrada Familia en todo el esplendor de Dios.

 


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bien venido, amor” (338)

 

La familia es el núcleo piloto donde, por la Generosidad, Dios ensaya aquí ya la dicha que nos espera en el Cielo.

 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

12.02.24

Un amigo de Lolo – Quizá así lo escribiría Lolo – José, fiel esposo

Presentación

 

Es posible que pueda pensarse que lo que va a hacer este que escribe pueda ser una osadía. Y es que, de todas formas, es seguro que lo es pues uno quizá no debería ponerse en la mente y el corazón de otra persona para ver qué podría decir o hacer.

 

Es cierto esto pero también lo que es que cuando un creyente católico ha alcanzado la altura espiritual que alcanzó Lolo y que tiene, seguro, en el Cielo, no podemos negar que se ha hecho mucho de todos sus hermanos en la fe.

 

La osadía de escribir algo según, a lo mejor, pudiera hacerlo el Beato de Linares (Jaén, España) es, seguramente, un grave atrevimiento por parte de quien eso haga y, aún más, por quien esto escribe que es, sencilla y llanamente, nadie en materia espiritual pero que siente el alma de Lolo inscrita en las palabras que dejó al mundo. Y por eso, es seguro que nuestro amigo Manuel Lozano Garrido, va a perdonar (desde ya, desde que se escribe esto mismo, estas palabras a modo de presentación) un tal atrevimiento por mi parte.

 

Esto es, a lo mejor, lo que Lolo podría decir.

 

Quizá así lo escribiría Lolo – José, Fiel esposo

 

Es posible que alguien pueda tener por bueno el orden que aquí vamos a seguir a la hora de hacer lo propio sobre la Sagrada Familia. Es decir, que primero escribamos sobre esta al completo (en sus tres miembros) y, luego, sobre cada uno de ellos. Sin embargo, también es posible que haya quien crea que lo mejor sería escribir en primer lugar sobre cada uno de quienes componen la Sagrada Familia y, luego, como colofón a eso, sobre la Sagrada Familia al completo.

 

Nosotros hemos escogido la primera opción que es, creemos, tan buena como la segunda…

 

Y esto que sigue es lo que Lolo podría haber dicho…

  

Seguramente José, tú que eras un judío justo, y tu antigua familia emparentaba con el rey David, no tenías dudas sobre tu fe sobre lo que creías. Humilde como eras siendo un trabajador manual de tu tiempo, José, esperabas una vida seguramente tranquila aunque dura. 

Cuando conociste a la joven María se abrió ante ti un mundo nuevo. Ya te imaginabas en vuestra casa, José, y sacando a tu familia adelante. ¿Familia? Aún no sabía si eso sería posible aunque era seguro que tenías interés en tener descendencia. 

¿Qué pasó por tu corazón cuando supiste que María, aún sin haberse casado contigo (desposada sí, eso sí) estaba embarazada? Seguro que tuviste dudas por el corazón de un hombre es el corazón de un hombre, José. 

Tú, sin embargo, eras un fiel creyente y escuchaste aquel mensaje del Ángel que te dijo que aquello, aquello que era tan extraño conociendo como conocías a María, venía de Dios. 

No se hable más, debiste pensar. Como viene de Dios nada puedo o poner pero es que nada quiero oponer o algo así debía ser tu pensamiento. Ahora estabas seguro de la fidelidad de María porque ella, a la que tanto querías, según te dijo, había sido bendecida muy especialmente por Adonai y al Ángel le había dicho que era esclava del Señor y eso eran palabras mayores. 

Fiel José, fiel desde siempre y por siempre, cumpliste con la misión que te fue encomendada. Y nada de lo que hiciste desde entonces se apartó ni un palmo de tierra de lo que quería Dios que hiciste. Y fuiste a Egipto porque escuchaste las palabras que te dijeron que el Niño (que era muy especial como bien sabías tú y María) corría peligro de muerte y eso no lo podías permitir. 

Y luego volviste. José, al escuchar el mensaje que te dijo que podías volver a tu tierra de aquella egipcia que os acogió, tampoco dudaste lo más mínimo. Os esperaba vuestra casa, seguramente atendida por vuestra familia, y allí volvisteis y allí vivisteis hasta que te llamó el Creador a su Reino donde, estoy seguro, tu alma goza de la visión del Todopoderoso. 

José, Padre de entre los padres, ejemplo a seguir por los que quieren ser buenos y quieren ser fieles, te damos gracias. Seguramente nunca lo haremos lo bastante porque si de tus manos salieron obras humanas, de tu corazón salió lo mejor y que no fue otra cosa que enseñar y educar al Niño. Y, claro, Él te respondió de la misma forma: siendo bueno y fiel. 

José, carpintero de Nazaret, allí donde estás pide por nosotros que, tantas veces, necesitamos de ayudas como la tuya. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

  

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

  

La Sagrada Familia en todo el esplendor de Dios.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bien venido, amor” (338)

 

La familia es el núcleo piloto donde, por la Generosidad, Dios ensaya aquí ya la dicha que nos espera en el Cielo.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

5.02.24

Un amigo de Lolo – Quizá así lo escribiría Lolo – María, Virgen y Madre

Presentación

  

Es posible que pueda pensarse que lo que va a hacer este que escribe pueda ser una osadía. Y es que, de todas formas, es seguro que lo es pues uno quizá no debería ponerse en la mente y el corazón de otra persona para ver qué podría decir o hacer. 

Es cierto esto pero también lo que es que cuando un creyente católico ha alcanzado la altura espiritual que alcanzó Lolo y que tiene, seguro, en el Cielo, no podemos negar que se ha hecho mucho de todos sus hermanos en la fe. 

La osadía de escribir algo según, a lo mejor, pudiera hacerlo el Beato de Linares (Jaén, España) es, seguramente, un grave atrevimiento por parte de quien eso haga y, aún más, por quien esto escribe que es, sencilla y llanamente, nadie en materia espiritual pero que siente el alma de Lolo inscrita en las palabras que dejó al mundo. Y por eso, es seguro que nuestro amigo Manuel Lozano Garrido, va a perdonar (desde ya, desde que se escribe esto mismo, estas palabras a modo de presentación) un tal atrevimiento por mi parte. 

Esto es, a lo mejor, lo que Lolo podría decir.

 

Quizá así lo escribiera Lolo – María, Virgen y Madre

 

Es posible que alguien pueda tener por bueno el orden que aquí vamos a seguir a la hora de hacer lo propio sobre la Sagrada Familia. Es decir, que primero escribamos sobre esta al completo (en sus tres miembros) y, luego, sobre cada uno de ellos. Sin embargo, también es posible que haya quien crea que lo mejor sería escribir en primer lugar sobre cada uno de quienes componen la Sagrada Familia y, luego, como colofón a eso, sobre la Sagrada Familia al completo. 

Nosotros hemos escogido la primera opción que es, creemos, tan buena como la segunda… 

Y esto que sigue es lo que Lolo podría haber dicho…

 

María, hija de Nazaret, joven que dijo sí a su Señor porque siempre lo había querido y amado; María de José, su desposada y esperanzada mujer, aquella que supo comprender la llamada de Dios y se supo esclava de un tal Padre. 

Tú que quisiste ser seno para que reposara la semilla del Creador, Tú que fuiste Arca, anhelo del pueblo escogido por Adonai, Tú que viste a Gabriel y te perturbaste en tu juventud excelsa.

María, Madre que fuiste de la criatura llegada directamente del Amor de Dios, Madre de poderosa memoria que guardaba todo en su corazón donde el Espíritu se adueñaba de sus cosas y sus vivencias junto a Quien sería la salvación del mundo y también de sí misma. 

María amada por todas las generaciones como le dijiste a tu prima Isabel, Magnífica María que llevaste la alegría a la casa de Zacarías e hiciste que Juanillo saltara en el vientre de la que llamaban estéril hasta que Dios volvió a mostrar y demostrar que para Él nada hay imposible, ni siquiera eso. 

Madre de todos porque quiso tu hijo que fueras madre de todos: madre de los jornaleros, madre de los oficinistas, madre de las escuelas, madre de los que labran la tierra, madre de los que se manchan de grasa en los talleres y las fábricas, madre de las niñas sin novio, madre de quien espera tenerlo, madrecilla querida de quien espera aún ver qué le pasa en la vida, madre primeriza y única, madre de corazón tierno, de mirada suave, de luces en el alma; madre que juega con su hijo y lo levanta cuando cae, madre que limpia las lágrimas de los que padecen, madre que acompañas en las muchas soledades por las que pasamos, madre virtuosa, madre virgen; además Virgen, así con mayúscula porque es prodigio que hizo para ti y en ti tu Padre del Cielo; madre amorosa, madre fiel hasta lo último de lo último, madre que camina para siempre con sus hijos, a su lado madre de la Sierra, madre de los enfermos, madre de las letanías, madre río que nos lleva al Cielo, madre, en fin… Madre de Dios y nuestra. 

María, que tantas veces me has acompañado en mi pueblo, en la montaña donde descanso y lleno mis pulmones de aire limpio; madre que sanas los corazones que sufren porque reposa en ellos tu dulzura y tu amor; madre en las oraciones, madre en los rezos, madre de las súplicas de los necesitados, madre de la bondad primera, madre de la música que nos alegra el alma, madre tú, María; Madre y Virgen porque es lo que eres y serás para siempre, hasta que tu hijo vuelva al mundo y nos juzgue, a los buenos y a los malos, a los que hayan entonces acertado en su ser y a los que se hayan desviado en el camino hacia Dios; Madre que se postra ante Dios y pide por nosotros, sus no tan fieles hijos…. 

Madre, María; Madre y Virgen o, al revés. De todas formas, es lo cierto y verdad. Madre, así, a secas.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

  

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 Panecillo de hoy:

 La Sagrada Familia en todo el esplendor de Dios.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bien venido, amor” (338)

                                                                              

La familia es el núcleo piloto donde, por la Generosidad, Dios ensaya aquí ya la dicha que nos espera en el Cielo.

 ……………………………

 Para leer Fe y Obras.

 Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.