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26.03.24

Recensión: Sobre la Tierra Media. Ventana hacia un mundo, unos personajes, otro ser. I.

Título: Sobre la Tierra Media. Ventana hacia un mundo, unos personajes, otro ser. I.

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán.

Editorial:  CreateSpace (Amazon)

Páginas: 240.

Precio aprox. Amazon:  6, 76 € en papel – En formato Kindle, próximamente.

ISBN Amazon (papel):  9798320383576.

Año edición: 2024. 

Lo puedes adquirir en Amazon .

  

Sobre la Tierra Media,  de Eleuterio Fernández Guzmán

Durante más de tres años, más o menos, el que esto escribe estuvo haciendo lo propio en su blog Mera defensa de la fe acerca de J.R.R. Tolkien y su inacabable mundo subcreado de nombre Tierra Media.

Fruto de aquellos meses de escritura surgieron un número bastante grande artículos que, si bien, humilde y modestamente fueron escritos, lo bien cierto es que fueron escritos y aquí puestos.

Hacía ya muchos meses que estaba acariciando la posibilidad de dejar en forma de libro aquellos artículos. Y hoy presento el primero de los tomos (seguramente serán 3 o 4) que lleva por título “Sobre la Tierra Media. Ventana hacia un mundo, unos personajes, otro ser” pues, ciertamente, la serie se ha llamado (y llama porque aún puede leerse en mi blog) Ventana a la Tierra Media.

En realidad, y como esto no se trata de negocio ni nada por el estilo, no recomiendo a nadie que lo compre porque los artículos pueden leerse en el blog del que esto escribe. Sin embargo, hay cierta sistematización en el contenido de este libro que sí ayuda a tener una mejor idea de lo escrito.

Bueno. Les dejo el Índice de la cosa:

Presentación                          

En el mismo principio

El subcreado mundo de Tolkien                

Algo (apenas un apunte) sobre Tolkien        

En general, sobre la obra de Tolkien           

Tolkien, algo de su vida en su obra      

Sobre algunos personajes

Beren y Lúthien                                

Carta de Beren a Lúthien                   

Vidas paralelas: Bilbo y Frodo Bolsón          

Vidas paralelas: Gandalf y Saruman            

Personajes únicos: el Sagaz Sam         

Personajes únicos: Gandalf, el que vino allende los mares.

Seres subcreados para otro mundo

De enanos, medianos y hombres         

Algunos, seguramente buenos, caídos en el Mal

Según ciertas obras escritas

El amor en los tiempos de Aragorn      

Saruman no tienen quien le escriba            

Crónica de un final anunciado                    

Sobre las lenguas en Tolkien

Algo sobre las lenguas en J.R.R. Tolkien       

Lenguas por amor                                    

Estudiosos de Tolkien: Helios de Rosario,      

Imrahil

Dicho sobre Tolkien

José Manuel Ferrández Bru                 

Recensión del libro “El Tío Curro” – La Conexión Española de J.R.R. Tolkien

José María Miranda Boto                    

Stratford Caldecott                     

Gary Raymond                          

Sobre hechos y aconteceres

Soberbia y ceguera: la caída  de Númenor   

La caída de Gondolín: un comentario   

De Gondolin a Númenor              

Para finalizar… por ahora

Hacia las Imperecederas Tierras          

Microrrelatos

Un pequeño mundo en la  Tierra Media

Un final esperado             

La virtud de lo inesperado

 

Eso sí, que nadie espere grandes descubrimientos sobre la obra de J.R.R. Tolkien porque para eso ya están las personas mucho mejor preparadas que el que esto escribe. Pero ¡Qué quieren que les diga!, para no ser especialista en nuestro autor preferido la cosa ha dado para mucho y ha sido, verdaderamente y como diría aquel, una obra ciertamente inesperada y, como también diría aquel, por si ustedes me entienden… Y, además, el tiempo que duró la escritura de todos los artículos el que esto escribe se lo pasó más que bien descubriendo poco a poco el mundo que el católico Tolkien (aunque esto pese a muchos) creó.

Gracias, de todas formas, por la atención.

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

 ……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

25.03.24

25 de marzo, al respecto de Leer a Tolkien, es siempre

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Antes que nada, pedimos perdón a Manuel Lozano Garrido, a la sazón conocido por Lolo porque le hemos ocupado el día que dedicamos a escribir acerca de su obra. Sin embargo, sabiendo que la persona a la que dedicamos el día era católica de raíz y de criterio, estamos seguros de que ahora mismo se estarán riendo en el Cielo su alma y la de Tolkien. Al menos, eso es lo que nos dice nuestra fe católica, la única y verdadera fe o la verdadera y única fe.

Pues bien, para un católico, el día 25 de marzo ha de ser muy especial. Y es que celebramos, por así decirlo o, mejor, traemos al presente un momento tan especial para la historia de la salvación como fue aquel en el que el Ángel Gabriel anunció a María todo lo que podía pasar si ella quería. 

Como bien sabemos, ella dijo sí un tal día como hoy pero de hace muchos siglos y gracias a eso nosotros podemos salvar nuestra vida, la eterna, si es que queremos… 

Pues bien, además de eso o, seguramente, por eso mismo, hoy también lleva el día algo así como muchos días llevan al año (el día del árbol, el de tal o cual actividad, etc.) y que no es otra cosa que el de “Leer a Tolkien”. Y por eso es un día, digamos internacional pues otra cosa no puede ser para tantos y tantos millones de personas que tienen, para bien de su corazón, llevarse al mismo las palabras de J.R.R. 

Es cierto y verdad que leer a Tolkien, en sus muchísimas posibilidades, no va a ser de utilidad, digamos, materialista. Y es que las cosas del alma muchas veces tienen poco que ver con las del cuerpo. 

Es cierto y verdad que leer a Tolkien, en sus muchísimas posibilidades, no va a dar nadie un salvoconducto para nada ni lo va a llevar a la Tierra Media por mucho que queramos que sí, que exista o, si existió alguna vez, que vuelva… 

Es cierto y verdad que leer a Tolkien, en sus muchísimas posibilidades, es posible que no solucione ninguno de los problemas que pueda tener quien eso haga. 

Es cierto y verdad que leer a Tolkien tampoco va a enriquecer los bolsillos de nadie porque aquí no se trata de eso sino de otra cosa que, en realidad, es seguramente mucho más importante. 

Sin embargo, a nosotros nos parece muy importante leer a Tolkien y por eso, seguramente, está este día, este 25 de marzo recién llegada la primavera a toda la Tierra, incluso a la Media. 

Pero, para que nadie se olvide de lo que aquí tratamos, nosotros podemos decir que leer a J.R.R. Tolkien es importante porque: 

-Está más que bien que haya un escritor que plantee la existencia de un mundo, la Tierra Media, donde una serie de valores aún se tengan en cuenta. 

-Está más que bien que haya un escritor que haya dado su vida ordinaria para llevar a cabo una obra tan importante como la suya. 

-Está la mar de bien que haya un escritor que fuera tan meticuloso en lo que hacía que todo bien que se diga sobre lo escrito será, siempre, poco.

-Está la mar de bien que haya un escritor que, como J.R.R. Tolkien, haya escrito de tal forma que su obra es imperecedera y, por tanto, no pasa ni ha pasado de moda ni de la actualidad literaria de tal forma que podemos acceder a ella como si fuéramos los primeros que la leemos y está ahí: fresca, clara, limpia.

-Está la mar de bien que haya un escritor que haya querido hacer, de su obra, expresión de una fe propia (siendo universal) sin que se pueda decir que ha hecho apología de la misma (aunque esto no sea poco importante, claro está) y la sutileza, en tal sentido, sea más que admirable. 

-Está la mar de bien que haya un escritor que sea leído por no creyentes porque no ofende con lo que escribe a otras creencias o a no tenerlas. 

-Está la mar de bien que haya un escritor que llene a sus lectores de tanta imaginación y de tanta luz interior. 

-Está la mar de bien que haya un escritor que sea capaz de hacernos estar con sus personajes como si fuesen contemporáneos nuestros o los tuviésemos a nuestro lado; que los haya hecho tan cercanos, así.

-Está la mar de bien que haya un escritor que haya conseguido, sin quererlo esto (claro está, pero…) que haya muchas personas que se quieran llamar de una forma propia de su Tierra Media y tengan, por decirlo así, un nombre Terramediano, un otro yo siendo sí mismos.

 -Está la mar de bien que haya un escritor que haya trazado un camino de tal manera perfecta que influya de forma decisiva en la vida de sus lectores, que quede poso personal. 


Y, en fin (y, por fin), 

 

-Está la mar de bien que haya un escritor que haya querido serlo, con tal intensidad y tal perseverancia, que rubricó su vida con una obra verdaderamente inmortal, casi como la vida de uno de los Primeros Vivientes de la Tierra Media. O sin casi.

 

Y, para ser francos y no faltar a la verdad, esto ya lo escribimos en otra ocasión pero es que… como creemos que es tan cierto como que hubo sol y luna después de ser destruidas las dos lámparas por no queremos recordar el nombre de los que hicieron eso, hemos querido recordar algunas de las causas (verdaderos motivos en suma) por las que leer a Tolkien es tan importante. Y es que, como diría Gandalf…¡corred insensatos… a leerlo! y, a ser posible, todos los días. Y esto es para los que no lo leen porque sus lectores… esos ya son sensatos del todo… al menos por eso y en eso.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

 ……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.03.24

La Palabra del Domingo - 24 de marzo de 2024

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Como es obvio, hoy no es domingo 24 de marzo de 2024 sino sábado, 23. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  

 

Mc 15, 1-39



1 Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato. 2 Pilato le preguntaba: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Él le respondió: «Sí, tú lo dices.» 3 Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas. 4 Pilato volvió a preguntarle: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.» 5 Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido.
 
6 Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran. 7 Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato. 8 Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder. 9 Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?» 10 (Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.) 11 Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás. 12 Pero Pilato les decía otra vez: «Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?» 13 La gente volvió a gritar: «¡Crucifícale!» 14 Pilato les decía: «Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaron con más fuerza: «Crucifícale!»

15 Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado. 16 Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte. 17 Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen. 18 Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!» 19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él. 20 Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle. 21 Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. 22 Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario. 23 Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó. 24 Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno.

25 Era la hora tercia cuando le crucificaron. 26 Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos.»

27 Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda. 29 Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días, 30 ¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!» 31 Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. 32 ¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.» También le injuriaban los que con él estaban crucificados. 33 Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. 34 A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: = «Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?», - que quiere decir - = «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?» = 35 Al oír esto algunos de los presentes decían: «Mira, llama a Elías.» 36 Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.» 37 Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró.

38 Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo.  39 Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»
  


COMENTARIO

Morir para salvarnos

 
Hoy es un día más que especial en la historia de la salvación. Y es que hoy, Domingo de Ramos, el Hijo de Dios entra en Jerusalén de forma triunfal. Sin embargo, no recordamos aquel momento glorioso sino, precisamente, el final de aquella corta semana que llamamos Santa porque lo fue y lo sigue siendo. 

En el itinerario que sigue Jesús desde que lo prenden hasta que exhala su último aliento en la cruz manifiesta, en más de una ocasión, lo que quería el Padre Dios para Su Hijo y, así, para la humanidad que lo acepta como Hijo y como Mesías. 

Jesús nada tenía que responder a quien se mostraba tan esquivo con la verdadera Ley de Dios (el Amor) y, por eso mismo, permanece callado ante Pilato que debería estar en la seguridad de que aquel hombre al que traían para que juzgara era inocente. Sin embargo, se sentía muy presionado por el populacho que pedía la vida de Jesús a cambio de la del preso que él mismo les había mostrado y que respondía al nombre de Barrabás. 

Aquel asesino público representaba el Mal al que prefieren los que acusan a Jesús de ser enemigo de blasfemar y de todo lo de malo se les pasa por la mente.  Pero Pilato no estaba muy convencido de tener que acusar a quien todos acusaban de haber hecho algo para que le gobernador no entendía. Y cede. Lo hace preocupado por su cargo y no por la verdad que debe defender. 

Crucifícale! – Abba Patter

“¡Crucifícale!”. Aquella terrible e infamante pena que se pide para Jesús va más allá de lo que puede soportar Pilato. Está atado de pies y manos por su mismo poder. Y cede. Entrega a Jesús a sus soldados para que lo azoten. Así, a lo mejor, se apiadan de aquel hombre al que, de forma inexplicable para él, quieren matar. 

No había, sin embargo, nada que hacer. Todo estaba escrito y todo se estaba cumpliendo a rajatabla. Lo establecido desde la eternidad se estaba llevando a cabo y Jesús cumplía, para Él, lo que Dios tenía dispuesto en su persona y que consistía en perdonar a los que lo injuriaban y estaban dando muerte. 

La crucifixión de los dos ladrones junto a Jesús nos muestra las opciones que, en determinadas ocasiones, podemos escoger. Así, un ladrón se burla de Jesús y no ve en aquel compañero de fatigas, a uno que nada podía hacer para salvarse. Sin embargo, el otro, llamado por eso “buen ladrón” comprende la situación injusta por la que está pasando Jesús y le pide salvación eterna. 

Por otra parte, el grito de Jesús dirigido a Dios acerca del abandono en el que, al parecer, lo había dejado, no era más que la constatación del Amor de su Padre hacia Él mismo. Cristo no muere abandonado por el Creador sino que, al contrario, lo conduce hacia la resurrección con su mano amorosa de Padre. Y eso, claro, no era comprendido por aquellos que sofrían la misma cruel muerte. 

Y todo esto fue hecho para que “al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos,  y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre” (Flp 2, 10-11). 
 
PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que huyen de su cruz.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no ven en la cruz de Cristo la causa de su salvación.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener la cruz como compañera de viaje hacia tu definitivo Reino.
  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán
                                                                    

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Es que murió por nosotros, por nosotros y para nosotros, por nuestra salvación eterna. 

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

18.03.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: qué hacer cuando llegue el sufrimiento

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: qué hacer cuando llegue el sufrimiento

 

“No hay ni una criatura que tenga un seguro permanente de mañanas de sol. Cada uno vivimos nuestra hora de Huerto de los Olivos porque, cuando el temporal hunde las cabezas, es cuando se aprende a picotear la borrasca para ir en busca del fulgor de lo alto.” (Beato Lolo, de su libro Mesa redonda con Dios)

 

Es seguro que quien crea que no va a sufrir nunca en su vida es fue vive en un mundo de ilusión y de inconsciencia. El caso es que es justamente lo contrario lo que nos pasa y no es nada malo que haya quien nos oriente para saber afrontar tales situaciones. 

A este respecto, también es seguro que casi nadie mejor que Manuel Lozano Garrido, que mucho sufrió físicamente en su vida, para poner sobre la mesa un qué hacer en tales casos. Y a fe nuestra que lo hace a la perfección. 

Pues bien. Podemos ver que Lolo lo tiene más que claro porque nos dice eso de que “No hay una criatura que tenga un seguro permanente de mañanas de sol”. Y eso ha de querer decir que sí, que tendremos muchas mañanas de sol o, lo que es lo mismo, de luz y de lo que es bueno para nuestra vida. Sin embargo, como decimos arriba, eso no siempre va a ser posible por las muchas circunstancias por las que pasamos en la vida. Y eso es verdad que cualquier persona lo puede corroborar con su propio ejemplo… 

Bien. Entonces… sabemos que muchas veces lo vamos a pasar mal (y no sólo físicamente porque muchas veces es peor lo espiritual porque nos llega más adentro…) 

Lolo habla de un momento al que llama “nuestra hora de Huerto de los Olivos”. Y eso son ya palabras mayores. 

Cualquiera que lea esto sabe muy bien lo que quiere decir eso y a Quien se refiere nuestro amigo de Linares (Jaén, España) cuando escribe sobre el Huerto de los Olivos. Y, en concreto, se refiera a un momento crucial en la vida del Hijo de Dios en el que sufrió lo indecible. Vamos, que lo pasó tal mal que llegó a sudar sangre que, si se mira científicamente, no es cosa imposible… 

Eso le pasó a Jesucristo y, a nuestra manera y forma, nos puede pasar a nosotros también. Entonces… ¿Qué hacer? 

La recomendación de Manuel Lozano Garrido es que hagamos lo mismo, exactamente, lo mismo que hizo Cristo que, como sabemos, quiso que aquel cáliz de amargura pasara pero que también tenía muy claro que la prioridad de su vida no era pasarlo siempre bien y que aquel momento fuera de mañana de sol… 

Nosotros sabemos más que bien lo que hizo Jesucristo que no fue otra cosa que someterse a la Voluntad de su Padre del Cielo. Y eso es lo que nosotros debemos hacer cuando llegue el sufrimiento. Y es que Lolo lo manifiesta cuando nos dice que, en tal momento, debemos buscar “el fulgor de lo alto”. Y ya sabemos Quién está en lo alto. Eso… Dios mismo, nuestro Creador y Todopoderoso. 

Sufrimos o sufriremos, sí. Pero bien sabemos lo que entonces debemos hacer. Y Lolo lo hizo, vaya si lo hizo. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (58)

 

“Nuestro maná de la marcha por la vida se llama bondad de Dios.”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

16.03.24

La Palabra del Domingo - 17 de marzo de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaComo es obvio, hoy no es domingo 17 de marzo de 2024 sino sábado, 16. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.  

 

Jn 12, 20-33


“20 Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. 21 Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: ‘Señor, queremos ver a Jesús.’  22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. 23 Jesús les respondió: ‘Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. 24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere,  queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. 25 El que ama su vida, la pierde;  y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. 27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿Qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora!  Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! 28 Padre, glorifica tu Nombre.’ Vino entonces una voz del cielo: ‘Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.’  29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: ‘Le ha hablado un ángel.’ 30 Jesús respondió: ‘No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.  31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.  32 y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.’ 33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.”

COMENTARIO

Lo que promete Cristo

Como en tantas otras ocasiones, Jesús y sus discípulos van a Jerusalén para celebrar una de las fiestas judías. Aquí, Juan no dice cuál es, pero quizá esto sea lo de menos. Si vemos, con esto, que el Mesías no evitaba ni huía de todo lo que fuera la religión a la que pertenecía y a la que había venido a dar verdadero cumplimiento. El caso es que entre los que acuden allí también hay, como es lógico, personas de nación griega.

Piden, demandan, ver a Jesús. Seguramente, llevados por el conocimiento que de los prodigios del Mesías podían tener, querían tener, un contacto con aquella persona de la que tantas cosas se dirían.

EXCURSUS

Y nosotros también, bien cuando exista desconocimiento de la persona y figura de Jesús, podemos acudir en su busca, bien sea deseando saber algo más de quien tanto se dice, bien queriendo experimentar, mejor, lo que ya conocemos.

Es la libertad de la que gozamos la que nos hace escoger esta posibilidad, y en ella podemos tener un buen instrumento de conformación de nuestra personalidad como cristianos pues, de seguro, que del encuentro con Jesús ha de derivar una conciencia clara de pertenencia a una familia grande, universal, nuestra.

Y Jesús también tiene sus intermediarios por si, ante su persona, gigante del amor, no sabemos cómo dirigirnos a Él. Basta acudir a la Iglesia, tesoro dejado por su presente, para que, en su seno, seamos capaces de comprenderlo o, al menos, tratar de hacerlo. Así, de esta forma digamos, indirecta, y no es que Cristo no se muestre directamente a nosotros si así lo queremos, el encuentro con el Enviado es posible si sentimos temor al comparar nuestra persona con la suya.

FIN DEL EXCURSUS

Jesús, ante esa voluntad expresada de alguien que quiere conocerlo, no opta por dejar que, simplemente, se agreguen a su grupo sin darle más explicación, como quien espera una adhesión ciega, sostenida, tan sólo, en la importancia de su persona. Todo lo contrario. Por medio de sus ejemplos sacados de la vida cotidiana, trata de hacer comprender qué es lo que pretende decir, qué es lo que quiere que sea entendido, qué es lo que ha venido a hacer.

Y ¿Qué es lo que quiere que entiendan, en este caso? Bien podemos dividir, para mejor comprender, esta parte del texto, hasta la intervención de Dios, en dos partes.

Él cree, y está seguro de que la Por una parte, Jesús dice que ha llegado, ya, su hora y da a entender que se encuentra turbado, mi alma está turbada, dice, y se pone en manos del Padre, de su Padre, de Dios, voluntad de Abbá ha de cumplirse y, por eso, dice que ha llegado a ese momento, precisamente, para eso. Su voluntad es acatar, a pesar de lo que sabe sucederá, lo que esa hora le traiga.

Pero en otro sentido, o por otra parte, Jesús trata de que sus oyentes comprendan lo importante de su mensaje y, por eso, acude a una imagen de la naturaleza, tan a mano para todos los presentes. El hoy, y el mañana, el presente, su aquel presente, la vida eterna, ha de estar al alcance de todos, quedar a escasa distancia de las entendederas de sus discípulos y seguidores.

Evangelio 5° Domingo de Cuaresma - El Nazareno de Córdoba

Por una parte está el hombre viejo, por otra la actitud de servicio que ha de tener y cumplir el hombre nuevo. A modo de símil, para que algo dé fruto ha de volver a aquello de donde salió, el grano a la tierra para ser sembrado, el hombre a Dios donde fue creado, por su misericordia. Así, el grano, al morir como tal, es el germen de algo nuevo, de otra planta que puede dar fruto; así, el hombre, al volver al Padre, de donde no debió huir, vuelve a encontrar el cauce de una existencia radicalmente distinta a la que llevaba con anterioridad y puede despegarse de esta tierra que lo tiraniza para, pisando su superficie, sentirse elevado hacia Dios en el espíritu, en su alma inmortal, renovando y reiterando esa relación horizontal que lo une con el Creador. Radical cambio el que pretende Jesús de los que quieren seguirle: morir a lo viejo para venir a lo nuevo.

Pero, ¿qué es lo nuevo? Es tan fácil de decir como difícil de hacer: esa actitud de servicio, esencia de la personalidad de Cristo, que atrae la honra de Dios. Si en la Última Cena, Jesús manifiesta esta actitud de forma clara en el lavatorio de los pies, y así se lo dirá a sus discípulos: pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros (Jn 13, 14), ahora, ya, como dirá siempre, manifiesta que eso es lo que hará al hombre nuevo: el servicio a los demás, a los que esperan, de ellos, algo que los diferencia, para bien, de los que los miran y ven, en ellos, una nueva forma, recuperada la antigua y verdadera Ley, de ser.

Y aquí, en auxilio necesario de quien pide, Jesús, Dios acude para manifestar lo que otras veces (pocas, al parecer, para sus presentes) ya ha dicho: Jesús, Hijo suyo, ha sido glorificado. Pero no sólo eso, sino que más allá de ese momento, de nuevo lo glorificaré.

Y quien oye, también como tantas otras veces, duda. Y dudan dando a esas dudas una doble posibilidad: bien optan por la respuesta de la naturaleza, bien por la del espíritu.

Como suele suceder, ante la manifestación de Dios, también nosotros podemos llegar a una conclusión o a otra, según tengamos acorde nuestro corazón con la voluntad de Dios: si lo tenemos mirando al Padre, para nosotros, estará claro que en cada caso de nuestra realidad podremos ver a Dios, ver su influencia, lo bueno de nuestro quehacer, y en nuestro camino reconoceremos su influjo en nosotros.

Si, por otra parte, nuestro apego a la tierra es mayor y tiene preponderancia en nosotros, está claro que será, para quien lo sea, Dios será más una molestia que un apoyo.

Y Jesús, ante la incredulidad manifestada por alguien, se ve en la obligación de, por una parte, clarificar el sentido de esas palabras y por otro, hablar sobre su futuro, del que ya tenía conocimiento.

Como el Mesías tenía clara conciencia del mensaje que traía y de la función que Dios le encomendó, bien sabía que lo de la glorificación que habían oído venía por Él mismo, que Dios había querido decir que, tras su muerte terrena, entraría, ya definitivamente, en su gloria y que, para los demás hermanos del Hijo y este debía de ser una advertencia sobre su comportamiento y del cambio que debían experimentar en sus vidas.

Dios, al poner frente a los hombres la vida de Jesús, les ofrecía la posibilidad de verse en ella o, al contrario, de no querer mirar en su imagen que reflejaba el amor auténtico. En este sentido, les había presentado la prueba real de cómo ha de ser el hijo de Dios, para serlo de verdad. De aquí lo del juicio. Cuando Jesús está presente, físicamente, entonces es el juicio de este mundo. Y cada uno es juzgado según haga, conociendo lo que debe conocer para resultar absuelto, de esta manifestación de la voluntad de Dios.

Cuando Jesús sea levantado en la cruz, significado de cuando sea elevado de la tierra, habrá tomado el camino directo para ser echado fuera; se entiende que fuera de este mundo, fuera de entre sus presentes.

En ese momento, y para muchos otros, cuando lo fuera después, el Hijo de Dios, con el ejemplo dicho en su vida y con la confirmación de sus profecías con lo que sucede tras su Pasión, será como un, a modo, de imán, que atraerá a todos hacia Él pues, de lo dicho y hecho, con ese total cumplimiento y relación entre una cosa y la otra, se deriva, derivó y derivará un acercamiento de quienes buscan el cumplimiento de la Ley en el único sentido querido por Dios. Y en esa unidad de vida tenemos una clara solución a nuestro quehacer, un espejo en el que mirarnos, el mejor bien que recibir y hacer nuestro.
        

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren servir a Cristo.

Roguemos al Señor

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren someterse a la voluntad de Dios.

Roguemos al Señor.

  
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a buscar a Cristo, a encontrar a Cristo y a amar a Cristo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Nos resulta crucial comprender qué significa perder la vida en este mundo…

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.