Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Aunque no queramos, Dios está
PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena –Aunque no queramos, Dios está
“Aunque se rodeara tu corazón con la muralla china, allí en lo más hondo, se encontraría también la profunda mirada de Dios.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor, n.º 784)
Ciertamente, el título de esto que estamos escribiendo es bastante duro porque supone una forma de hacer las cosas que no es demasiado conveniente. Y es que decimos que es posible que queramos que Dios no esté…
Es verdad que para un ateo Dios, simplemente, no está. Pero aquí no hablamos de tal tipo de personas sino de aquellas que, creyendo, pueden tener la intención de que su Creador no aparezca en su vida desdiciendo, así, de lo que dicen aceptar como bueno y verdadero.
Lolo, como es de imaginar, sabía muy bien que había tal tipo de personas, a saber, las que prefieren que el Todopoderoso no aparezca mucho por sus vidas. Y lo que hacen es, precisamente, colocar en su corazón algo así como una muralla china…
La muralla china es, como cualquiera sabe, una construcción muy sólida que, por decirlo así, no deja pasar nada a su través aunque, ciertamente, pueda recorrerse por su superficie como hacen miles de turistas todos los días. Pero lo que se dice a su través, atravesarla sin más ni más… como que no.
Así podemos imaginar a la persona que hace eso con su corazón porque pretende que Dios no esté dentro de él aunque, ciertamente, eso es imposible porque somos templo del Espíritu Santo y una vez ahí infundido está para siempre. Lo que pasa es que la muralla de la que nos habla el Beato de Linares (Jaén, España) tiene mucho de espiritual y menos de física y ahí está el meollo de todo esto.
Rodear el corazón con algo así como una muralla china es pretender asegurar que Dios, que está dentro del mismo como hemos dicho arriba, no salga fuera. Y eso ha de suponer que no vamos a llevar a la práctica todo lo que, de buena fe, entrega el Creador a cada uno de sus hijos. Entonces, ni lo vamos a amar a él sobre todo y tampoco vamos a amar al prójimo como a nosotros mismos sino, en todo caso y por eso, sólo a nosotros mismos.
Rodear el corazón de tal forma puede ser una pretensión, creemos, legítima porque para eso es el nuestro… Sin embargo, toda obra de Dios es, en primer lugar, de Dios mismo y luego, de quien sera la tal obra. Por eso no tiene sentido alguno hacer como lo que nos dice el linarense universal a hacer eso con nuestro corazón con no santas intenciones.
Rodear el corazón de una forma tan dura y de piedra (haciéndolo así) quiere garantizarnos una existencia tan sólo sustentada con nuestra sola voluntad y sin atender a la de Dios. Y eso ni puede ser bueno ni lo es porque ya sabemos a qué conduce tal forma de actuar.
Y, sin embargo, Dios es bastante “tozudo” y nunca nos deja por mucho que nosotros pretendamos hacer lo contrario. Y es que su Amor no tiene límite y nunca nos abandona por mucho que nosotros queramos que eso sea así construyendo esa muralla china de la que nos habla el linarense universal.
En realidad, es Dios quien está ahí, aunque sea en “lo más hondo” porque es donde puede encontrarse en el caso de aquel hijo suyo que no quiera que esté ahí por mucho que sepa que sí está. Y por eso ignora su presencia y nada de lo que ha de tener por bueno y mejor se tiene por bueno y mejor.
De todas formas, habla Lolo de que “aunque se rodeara” el corazón con tal muralla dura de traspasar. Eso quiere decir que es posible que nosotros no queramos que tal obstáculo al Amor de Dios sea ahí puesto por nosotros. Y es que Manuel Lozano Garrido, verdaderamente, quería lo mejor para todos sus hermanos.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (128)
“¿Por qué habrá querido Dios plantar en este barro mío una semilla de tanta grandeza?”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.