InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Septiembre 2020

30.09.20

Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro”- Ante una hogaza de pan

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Mesa redonda con Dios”.

Ante una hogaza de pan

 

“De cara a una hogaza de pan, te hago el propósito, Dios mío, de ahondar en esta lección del silencio y la alegría del pan. Como él oculta cuando está sobre el mantel el dolor de la germinación y la molienda, yo quiero que los demás nunca vean mis lágrimas ni mi sangre, sino sólo el perfil de los momentos felices. “ (Mesa redonda con Dios, p. 42)

 

Debemos reconocer que el Beato Manuel Lozano Garrido siempre acaba sorprendiéndonos cuando leemos algo de lo que dejó escrito. Y la prueba de que tuvo que estar inspirado por el Espíritu Santo (la ayuda de Dios, pues, la damos por supuesta) es que leamos las veces que leamos un texto siempre nos acaba sugiriendo algo nuevo.

Esto lo decimos porque para el día de hoy habíamos escogido una parte de un capítulo de su libro “Mesa redonda con Dios” de título “Ante una hogaza de pan” y, ¡miren ustedes!, creemos que debemos ponerles el capítulo entero porque, sólo así, se explica el final del mismo que era el texto puesto arriba, como para comentar aquí.

Y ahí va todo el dicho capítulo:

 

“-’Quiero pan’.

 

Ha tomado una hogaza, limpia y sin partir, y con el cuchillo ha hecho una cruz por en revés. La corteza tiene un color de oro puro y viejo y un aroma tibio y ancho se derrama por las palmas y se cuela hasta la hondura del corazón. El hombre apenas si cae en que las manos se le han puesto blandas, como cuando va a acariciar, pero está seguro de que nunca podrá gritar con ira mientras tenga una hogaza de pan entre las manos. Parte un trozo y se lo da a un niño; luego, a otro y a otro, mientras los pensamientos le van fluyendo en una oración:

 

-’Hay que ver lo que es el pan, lo que con nosotros hace en pan. No sabe a caviar, sobrasada o helado de vainilla, pero a todos nos gusta el pan, nos maravilla el pan, nos enriquece el pan. Y es que el pan es como una imagen de la limpia y dura sencillez del cariño de Dios que a todos nos llega y a todos satisface. Como el amor sincero, el pan siempre viene hasta nosotros bajo un signo de alegría: alegría musical de la corteza al quebrarse, que devuelve el daño que le hacen con un chasquido que es como un repique de campanas; alegría de la miga, que se da mansamente con un roce que es como el beso en la frente de un niño; alegría de su cara siempre dorada, reverberando el sol. 

De cara a una hogaza de pan…

 

Hemos visto como a Lolo se hace la boca agua con el pan. Pero no se trata, como podríamos pensar, por lo que de alimento tiene (que suponemos también pero dadas sus circunstancias físicas…) sino por lo que tiene de simbólico el mismo.

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27.09.20

La Palabra del domingo - 27 de septiembre de 2020

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 Mt 21, 28-32

  

“28 ‘Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ’Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.’ 29   Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue.30 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?’ – ‘El primero’ - le dicen. Díceles Jesús: ‘En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios.32 Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras  creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.’”

      

 

COMENTARIO

 

Cumplir la voluntad de Dios que conoce nuestro corazón 

 

Cuando Jesús hace sabedores a los que le escuchan de algo que quiere que aprendan lo hace de forma que sea, en efecto, fácil de aprender. No dice cosas enrevesadas y que puedan ser difíciles de entender sino que enseña como el Maestro que lo hacía bien y no como otros de su tiempo (a tenor de lo dicho por aquellos que le escuchaban) 

Aquello de los dos hijos tenía su miga. Los dos le habían mentido a su padre pero sólo uno de ellos hace lo que su padre le había dicho que hiciera. No es que Jesús quisiera decir que estaba bien mentir si el fin era bueno pero, había que reconocer que aquel caso era muy especial. 

En realidad, sólo el primero actúa bien. No es que estuviera bien que mintiera pero, al menos, se arrepiente de lo que hace. Seguramente sabía que debía hacer lo que su padre le había dicho que hiciera y que no podía hacerle aquel feo. Aunque no podemos dejar de reconocer que su progenitor debió preocuparse cuando vio que aquel que era su hijo le manifestaba que no quería ir a trabajar a la viña familiar. 

Al contrario, el segundo queda muy bien con su padre. Se alejaría éste muy contento porque, al menos uno de sus dos hijos le había hecho caso.  

El corazón de aquel padre se veía contrariado en un caso y gozoso en el otro, en el segundo. Sin embargo, cuando debió conocer lo que al final había pasado no dejaría de pensar que, muchas veces, las apariencias engañan. Y a él le habían engañado mucho. 

Aquellos dos habían mentido y se manifestaban, de tal forma, como pecadores. Por eso, como ejemplo de lo que había llegado a ser muchos del pueblo que Dios había elegido se encontrarían con la sorpresa de que aquellos que sí se sabían pecadores llegarían antes al Cielo, destino anhelado y definitivo del alma humana. 

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25.09.20

J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – ¡Felicidades, Bolsones!, o un inesperado cuento

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Frodo y Bilbo están durmiendo. Después de un día agotador donde no han sido menos de dos los desayunos, otras tantas meriendas, una opípara cena y no cortas conversaciones pipas en la boca incluidas, nuestros Hobbits habían decidido que, por fin, había llegado el momento de echar el cuerpo en la cama y esperar, plácidamente, que llegara un nuevo día. 

Debemos decir que el día que ha de llegar es muy especial. Y es que tan sólo falta un mes para el cumpleaños del tío Bilbo y eso, a qué negarlo, ha puesto algo nervioso a quien pronto cumplirá, nada más y nada menos, que 111 años. 

Hace otro mes hacia atrás, nuestros amigos tuvieron una conversación donde Bilbo reveló a Frodo lo que podía revelarle acerca de la fiesta que debían preparar para celebrar su cumpleaños aunque bien sabía el bueno de Bilbo que también sería el cumpleaños de su sobrino al que tenía pensado dejarle todo en herencia. 

¿Acaso iba a morir pronto Bilbo y lo sabía? 

J.R.R. Tolkien- Ventana a la Tierra Media ? Vidas paralelas: Bilbo Bolsón ? Frodo  Bolsón

De ninguna de las maneras. En primer lugar porque se sentía más fuerte que nunca y, luego, porque sabía muy bien de dónde le venía el vigor que había desatado habladurías en toda La Comarca e, incluso, según le dijo Frodo, más allá de las fronteras de su amada y querida tierra. 

Verdaderamente, a pesar de ser tiempo veraniego y, se supone, de descanso, los dos se han afanado en trabajar más de la cuenta porque la fiesta que Bilbo quiere preparar ha de ser a lo grande porque, al parecer, se va. 

Cuando el tío le dijo al sobrino que se marchaba tuvo que sostener bien fuerte, incluido un malabarismo para evitar que se le cayera al suelo, la pipa con la que andaba pasando el rato. Y es que no podía negar que le había causado una impresión grande eso de que Bilbo se tenía que marchar.

 

-      ¿Otra vez te tienes que marchar?, le preguntó Frodo.

 

-      Sí, Frodo, otra vez, pero ahora será, creó, para siempre.

 

Aquel “para siempre” aún le produjo más estupor que el saber que se tenía que marchar. Y es que, vamos a ver, a pesar de que los Hobbits son famosos por el escaso interés que manifiestan en correr aventuras lejos de su Comarca (algunos enanos sostienen, según se les ha oído decir en sus visitas a los amigos Hobbits, que ellos tampoco querrían marchar de La Comarca viviendo allí tan bien como se vivía) era más que conocida la que corrió Bilbo hacía más de 50 años, mucho antes de que hubiera nacido el mismo Frodo. 

Como decimos, están durmiendo los Bolsón. Y Frodo sueña que su tío se va y, en efecto, no vuelve más. Todos se preguntan qué habrá sido de aquel al que, en tiempos, llamaron “el loco de Bilbo” por aquella su aventura. Y, aunque sí, había preocupación por eso, nadie hizo lo más mínimo por ir más allá de preguntarse, en las conversaciones que a menudo entablaban, eso,

 

-      ¿Qué habrá sido de Bilbo?

 

-      Él sabrá, yo siempre lo he considerado algo revolucionario. Y los enanos aquellos que le visitaron… en fin, ¡qué le vamos a hacer! 

 

Y todos, irremediablemente, siguieron fumando sus pipas como si cualquier cosa.

 

De repente, alguien llama con fuerza a la puerta. E insiste una y otra vez como si no hubiera mañana…

 

-      ¿Quién es?, pregunta Bilbo. ¿Es que no ves que estamos durmiendo, que no son horas de…?

 

Pero no pudo acabar de hablar porque quien fuera que daba aquellos golpes parecía que estuviera poseído por un Troll de las montañas, de esos que dicen que existen por aquellos lares. 

No tuvo más remedio que levantarse Bilbo porque Frodo, como era propio de la juventud, ni aunque hubiera  pasado por allí una manada de criaturas salvajes, se hubiera despertado y, menos aún, por unos “golpecitos” que algún desalmado estaba dando en la redonda puerta de la morada de los Bolsón.

 

-      Voy, voy, qué poca paciencia tienen algunos.

 

Y, quizá con demasiada prisa (se tropezó varias veces en el corto camino que había desde su habitación hasta la puerta) llegó, por fin, al lugar de donde venía tanto escándalo.

 

-      ¿Se puede saber quién eres y qué quieres?

 

Y allí, ante las mismísimas narices de Bilbo Bolsón, visiblemente enfadado y con cara de pocos amigos (fueran estos Hobbits, Enanos, Elfos u Hombres) se presentó, ni más ni menos, que el jovenzuelo Sam, amigo hasta lo insoportable de Frodo y, a más señas, jardinero en ciernes.

 

-      Buenos días, señor Bilbo. ¿Está dispuesto Frodo?

 

-      Dispuesto, dispuesto, ¿dispuesto para qué?

 

-      ¿Es que no lo ve, tío de Frodo, nos vamos a pescar?

 

Y, así, sin más ni más, le espetó Bilbo un “adiós” y le dio con la puerta en las narices.

  

Nosotros, y a pesar de que aún falten, según el cuento aquí traído, unas semanas para el 22 de septiembre (hoy, de todas formas, ya ha pasado pero los cuentos son como son…) les deseamos, a ambos, un feliz cumpleaños y una buena fiesta de despedida.

  

 

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

21.09.20

InfoCatólica: las cosas cuestan lo que valen

InfoCatólica

-¿Y estos qué quieren ahora?

-¿Que qué quieren? ¿No sabe usted eso que dice que no sólo de la Palabra de Dios vive el hombre sino del pan?

-Pues yo creo que es al revés.

-¿Y, entonces, el pan?

-Bueno, visto así…

 

Breve historia de uno mismo

 

El recorrido, digamos, literario, del que esto escribe es común de algunas personas que escribimos en esta casa: en primer lugar, anduvimos por Religión Digital (casa francamente mejorable), luego pasamos por Religión en Libertad (casa francamente prometedora) y, luego, al tener que emigrar de RL, el bueno de Juanjo Romero (ahora Director de la cosa) fue capaz, creo recordar que en una semana, de preparar una página que se dio en llamar InfoCatólica. Y hasta aquí lo mío.

 

Muchas cosas han pasado

 

Es bien cierto y verdad que a lo largo de estos más de 10 años que InfoCatólica lleva en la red muchas personas han pasado por sus páginas. Es decir, ha habido algunas que han llegado y, luego, se han marchado por los más diversos motivos; otras seguimos aquí desde el primer día y, a pesar de las asechanzas del Mal en algunas ocasiones (causando la caída de la página y cosas parecidas) hemos aguantado todo este tiempo porque creemos que esto vale la pena.

 

Cada cual escribe en su rincón lo mejor que puede pero, es cierto y verdad, que estamos seguros de que muchos lectores se han beneficiado espiritualmente de lo que aquí se ha escrito. Y no me refiero a mí mismo sino, sobre todo, a lo que las personas bien formadas espiritualmente (y otros mentes más) están aportando a InfoCatólica. Y esto lo digo no de oídas sino que yo mismo he salido, y salgo, muy beneficiado de lo que aquí puedo leer.

 

No tengo la menor duda que muchos lectores se han dirigido a los aquí escribimos para manifestar alguna duda o, simplemente, dar las gracias por haber leído algo que les ha llegado al corazón, y, seguro, que les ha ayudado en determinado momento. Y eso lo digo porque a mí mismo me ha pasado y siendo, como soy, de los últimos en preparación espiritual, me puedo imaginar lo que habrán recibido otros blogueros…

 

El caso es que, en no pocas ocasiones, InfoCatólica ha servido, y servirá si Dios quiere, de, casi, un consultorio espiritual y no pocas veces, seguro, de correo de la esperanza (y, a lo mejor, algunas veces, hasta de teléfono) porque a muchas personas les debe haber sacado de alguna mala situación escribir aquí lo que pasaba por su corazón.

 

El que esto escribe cree que lectores y blogueros estamos en el mismo barco: el de la defensa de la santa fe católica y, junto con los lectores de esta casa, no podemos permitir que zozobre y se vaya a pique. Por eso, el apartado siguiente es más que importante.

 

Hay que arrimar el hombro (y la cartera)

 

El caso es que se hace más necesario que nunca (que nunca) la colaboración con esta santificadora casa. Por eso nos dirigimos a los amables lectores (y, muchas veces, más que pacientes con el que esto escribe) para que, además de arrimar el hombro (leyendo lo que aquí se escribe y, si es el caso, recomendando que se lea), arrimen la cartera y se colabore económicamente con InfoCatólica. Ya sabemos que no son estos buenos tiempos (pandemia y, en general, lo que siempre pasa con las circunstancias personales de cada cual) pero, si es posible, pedimos humildemente que se visite el enlace  o/y se mire a la derecha del blog donde están las indicaciones para colaborar económicamente si no se colabora todavía o se quiere ampliar la colaboración.

 

¡InfoCatólica te necesita, y tú lo sabes!

   

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Echar una mano siempre es cosa de hijos de Dios.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.   

20.09.20

La Palabra del domingo - 20 de septiembre de 2020

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 Mt 20, 1-16

“1 ‘En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. 2 Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3 Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, 4 les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo.’ 5 Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo.6 Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ‘¿Por qué estáis aquí todo el día parados?’ 7 Dícenle: ‘Es que nadie nos ha contratado.” Díceles: ‘Id también vosotros a la viña.’ 8 Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros.’ 9 Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. 10 Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno.11 Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, 12 diciendo: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor.’ 13 Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? 14 Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. 15 ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?’.

16 Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos.’”

 

COMENTARIO

Ser últimos, servidores

Dice Jesucristo que el Reino de los Cielos, es decir, Dios mismo, es como aquel propietario que contrató y luego pagó según su libérrima voluntad, manifestando, además, un gran gesto de bondad con aquellos que estaban en peor situación.

La parábola que nos presenta san Mateo es una que lo es relacionada con el amor más que con el dinero. Jesús no está interesado en ningún tipo de lucha sindical ni nada por el estilo de los que más trabajan en detrimento de los que menos trabajan pero, al final de la jornada cobran lo mismo que los otros. No se trata de eso sino de algo que es más importante.

Por una parte, a veces solemos pensar que el Reino de los Cielos lo podemos exigir como si fuera una obligación de parte de Dios entregárnoslo. En realidad, deberíamos pensar si es que tenemos méritos acumulados como para hacer tal cosa o si, al contrario, aún debemos esforzarnos más. Además, no podemos prescindir de Jesús en nuestra tarea, esforzada, de ser hijos de Dios y demostrarlo porque Él mismo dijo que sin su Persona nada podíamos hacer.

En realidad, somos poca cosa ante Dios y, en todo caso, sólo nos ha de servir nuestro esfuerzo, entrega y servicio al prójimo.

Pero, además, en la parábola bien puede dirigirse a nosotros una llamada de Dios. Nos llama para trabajar en su viña y lo hace en nuestra niñez, primera hora de la mañana; en nuestra adolescencia, mediodía o, en fin, en nuestra madurez, última hora del día. Nos llama, por lo tanto, porque nos quiere a su lado. No deberíamos, por eso mismo, reclamar lo que sólo Él sabe que merecemos.

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