InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: General

11.03.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: alejarse de Dios tiene estas consecuencias

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena: Alejarse Dios tiene estas consecuencias

La ilusión se aja porque la desvinculamos de ese torrente de savia que hay en la vitalidad de Dios.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

Hay quien cree, y a lo mejor entre católicos, que alejarse del Padre Eterno es poca cosa o que, al menos, nada vamos a notar en nuestra vida si eso nos pasa que, por desgracia, es muy a menudo cuando nos pasa…

Es muy cierto que en materia de fe católica no pensamos ni creemos que nosotros lo hacemos todo por nosotros mismos sin la intervención de nadie superior a nosotros mismos y que está muy por encima de nosotros. Y es que pensar de tal manera nos aleja, de inmediato, de nuestra fe católica y pone mucha tierra espiritual de por medio entre nuestro Creador y nosotros mismos.

De todas formas, sabemos muy bien que podemos caer en tal tentación porque, al fin y al cabo (podemos pensar) no podemos constatar de forma demostrable, que Dios esté ahí….

Tal forma de pensar, por otro lado, es una monstruosidad y nada tiene que ver con el pensamiento de nuestro amigo Lolo, Beato de la Iglesia católica, y si lo fue por algo más que por decir que tenía fe…

Lo que pasa, eso sí pasa, es lo que dice Manuel Lozano Garrido nada más empezar esta cita de su libro El sillón de ruedas y que tiene todo que ver con lo que a veces nos acaece.

Podemos decir que nos pasa eso de que la “ilusión se aja” o, lo que es lo mismo, puede llegar a perderse en nuestro corazón. Y eso no pasa sin más ni más o sin que nosotros tengamos nada ver. La verdad es, justamente, lo contrario.

Lolo lo tiene muy claro. Y lo tiene más que claro y diáfano es su pensamiento a este respecto que nos lo dice a continuación.

Antes de seguir, digamos que nosotros debemos mantener una relación muy fluida con Dios. Sí, ya sabemos… con la oración, con nuestro hacer diario según su voluntad, con nuestro pensamiento, etc., etc. y etc.

A esto último, a tal relación, es a lo que se refiere nuestro amigo de Linares (Provincia – Departamento en otros lugares de Hispanoamérica- de Jaén, España)

Nuestra ilusión, podemos decir, con ser nuestra no es sólo nuestra. Es decir, lo es porque por eso es nuestra pero si hacemos como si la misma nada tuviera que ver con Dios… pues entonces metemos la pata hasta lo más profundo que podamos entender a tal respecto.

El caso es que aquí Dios, nuestro Creador, tiene más que mucho que ver.

La ilusión desvinculada de Dios, de lo que dice Lolo que es el “torrente de savia que hay en la vitalidad de Dios” supone que, eso, precisamente, la “savia” que emana de Dios mismo y que es lo que debe alimentarnos como parte de la viña de la que formamos parte, la perdemos y entonces es más que probable, como aquí mismo se dice, que todo eso se eche a perder. Separados, pues, de Dios, y por tanto de lo que supone su mismo ser en cuanto a vida para nosotros, seguros podemos estar que acabará muriendo nuestra fe y, con ella, toda la ilusión que podamos tener.

Y, por cierto, eso seguro que no le pasó a Lolo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (57)

No hay ni una sola persona que pudiera decir que ha pasado por la vida sin haber experimentado la bondad de Dios. Por el contrario, Él sí que podría afirmar lo opuesto de la nuestra. 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

26.02.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: Cristo nos remienda

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: Cristo nos remienda

  

“Quéjate de que eres inútil, delante de sus manos, cosidas con clavos a la madera. Cruz, la de Él, que, arriba y abajo, tropieza con los polos del globo” (Beato Lolo, El árbol desnudo)

 

 No podemos negar, porque sería falso de toda falsedad, que cada uno de nosotros, en determinadas ocasiones, pasamos por malos momentos. Bien se trate de algo físico o espiritual… el caso es que no seremos capaces de sostener que nuestra vida es un camino, por decirlo así, de rosas y sin piedras que nos hagan tropezar. 

Sabiendo, por tanto, cómo fue la vida física de nuestro amigo Manuel Lozano Garrido, resulta fácil deducir que sí, que quejarse se podría haber quejado mucho aunque, al parecer, pocas veces lo hizo. Incluso podemos decir que por mucho que se hubiera quejado siempre se hubiera quedado corto… 

Todos los testimonios, a este respecto, nos dicen que no se quejó nada o casi nada para lo que hubiese podido hacer y que todo lo asumió con la alegría espiritual que solo un grande o, vamos, un santo es capaz de hacer aunque la santidad sea un camino que se recorre luego de subir a la Casa del Padre. 

Podemos decir, a este respecto, que en un capítulo de un libro suyo tituló, precisamente, algo así como “De profesión inútil”. Y, claro, se refería a sí mismo… Y es que se veía a sí mismo, para la vida mundana, verdaderamente inútil. Y es verdad, no era útil para una vida rasa y pazguata, para una en la que primara lo carnal sobre lo espiritual. Y por eso fue tan grande porque comprendió a la perfección a su propio “yo”, quién era y para lo que estaba en el mundo. 

Es cierto todo esto que decimos y por eso mismo escribe el Beato de Linares (Jaén, España) lo que escribe en esta parte de su novela El árbol desnudo que es, para quien no lo sepa, una que lo es autobiográfica. 

De todas formas, aunque sea eso que decimos los personajes no llevan puestos los nombres, por ejemplo, de Lolo o de Lucy sino que aparecen otros aunque, claro, entendamos a la perfección que se refiere a sí mismo… 

Eso, pues, que nos dice Manuel que podemos quejarnos y seguro que comprendía que en no pocas ocasiones podríamos hacerlo. Sin embargo, y como no puede ser de otra manera en una persona como Lolo, va más allá. Y tan más allá que va que va, precisamente, hasta el “más allá” donde Dios ejerce de Padre y Eterno Todopoderoso. 

Es cosa de nuestra fe, de nuestra creencia, que Dios ha tenido un Único Hijo que fue engendrado y no creado, que fue enviado al mundo y que entregó su vida voluntariamente para que el mundo se salvase. Y la forma en la que murió es a la que hace referencia aquí mismo e incardina, eso, con nosotros, con nuestras quejas y dolencias.

En efecto, Cristo remienda nuestros corazones desde el mismo momento en el que fue clavado a un cruz, a la Cruz, así, por antonomasia y ejemplo. 

Remienda nuestros heridos corazones cuando lo están porque vino al mundo para salvar a quien necesitaba ser salvado. Y así sigue, clavado en tal Cruz porque nuestros pecados no le han permitido hacer otra cosa. Pero con todo eso, nuestro amigo Lolo nos advierte de que debería hacernos pensar que quedarnos ante la Cruz, mirándola y quejándonos, no es buena cosa porque entonces nos damos cuenta de lo que somos… nada ante ella. 

Cristo en la Cruz, Lolo sufriendo y ofreciendo su sufrimiento a Dios por todos aquellos que también sufren, son realidades que nos deberían aportar cierta tranquilidad y cierto sosiego. Y estamos seguros de que a Lolo, la Cruz del Hijo de Dios, le ayuda más que mucho.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.


Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (55)

  

“Corazón de Dios, en que caben todos los hombres de todos los tiempos y, sin embargo, no entra una injuria.”

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 Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

10.02.24

Ad pedem litterae – Llucià Pou Sabaté

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - Llucià Pou Sabaté

Habla un exorcista

    Se está hablando mucho de la película Nefarious, de reciente estreno, sobre las manifestaciones de un endemoniado. A lo largo del año, leemos en el Evangelio exorcismos que Jesús hace, milagros en los que echa demonios fuera de personas poseídas, y otras curaciones de Jesús. El caso más clamoroso, es cuando responde el endemoniado: “me llamo Legión, porque somos muchos”, y Jesús los manda a una piara de cerdos, que se caen por un barranco. 

   Esta tradición ha seguido entre los cristianos, y últimamente han contado sus experiencias algunos como Gabriele Amorth, en su libro Habla un exorcista (ed. Planeta Testimonio, en castellano), y se ha estrenado una película recientemente, El exorcista del papa (2023) con Russell Crowe como protagonista, que recoge el legado de ese exorcista, añadiendo material de invención, y que me gustó.   

   Los exorcismos son rituales religiosos que buscan expulsar al demonio o entidad maligna que se cree está poseyendo a una persona. En el cristianismo, por ejemplo, los exorcismos son realizados por sacerdotes autorizados y siguen un procedimiento específico, que a menudo incluye el uso de oraciones, agua bendita y la recitación de pasajes sagrados, pero también los signos sagrados: Amorth por ejemplo dice que el demonio no soporta los signos de devoción a la Virgen. 

 

   El demonio actúa muchas veces, en lo que llamamos tentaciones, pero no siempre son ciertos los supuestos casos de posesiones. Recuerdo que en una ocasión participé en una supuesta persona poseída, una chica de unos 15 años, que estaba condicionada seguramente porque un psiquiatra le dijo que la curación no dependía de cosas naturales y que no estaba en sus manos la curación, y seguramente se sugestionó hasta puntos inimaginables como hablar lenguas y otras cosas por el estilo (proferir blasfemias, palabras obscenas) y tener una fuerza descomunal, pues entre cuatro personas no conseguían sujetarla. Después de unas oraciones, se calmó y aparentemente se curó de esa situación, que nunca volvió a suceder. Pero hay otros casos muy claros de posesiones, que han sido documentados recientemente por diversos periódicos como el diario El mundo en estas últimas décadas. 

   Las representaciones cinematográficas tienden a dramatizar y exagerar los elementos para crear un impacto emocional en la audiencia, incluso con el género fantástico como la saga de La monja de la que ya hay dos películas. Pero algunas películas, como la citada de Nefarious, o la clásica El exorcista de los años 70, expresan con claridad lo que es una acción de posesión diabólica. 

   La acción del demonio ha estado presente en muchas culturas desde tiempos inmemoriales: tanto en Oriente como en Occidente: y en la religión judeocristiana (y por tanto en la musulmana, que nace de esas raíces judías y cristianas). En el medievo, por ejemplo, son frecuentes los “Puentes del diablo”, con leyendas de personas que habían pactado con el demonio (le habían vendido su alma) para conseguir bienes materiales o el amor de una persona. 

   Por desgracia, las sectas satánicas hacen daño en muchos sitios, incluso con rituales macabros, de modo que es algo siempre actual. Aunque, como bien decía un libro de C. S. Lewis, Cartas del diablo a su sobrino, la táctica del demonio en nuestro tiempo es conseguir que no crea en él. La citada película Nefarious expresa también esto, pues el sacerdote que visita al endemoniado no cree en el diablo. 

   La Iglesia Católica mantiene exorcismos menores desde el rito del bautismo, y el Rito de Exorcismo está regulado en rituales, el último “Sobre los exorcismos y oraciones de súplica” es de 1999. 

   Recuerdo que al comienzo del citado libro Habla un exorcista, el sacerdote le pregunta al endemoniado: “¿por qué Dios hizo el infierno?” y el demonio responde: “¡Dios no lo ha hecho, lo hemos hecho nosotros!” Me gustó porque expresa muy bien esa realidad, de la triste posibilidad de autoexclusión del amor divino. 

   Me gusta pensar que Satán y los demonios son criaturas, con un poder limitado, y que Jesús nos habla de no tener miedo, pues la gracia divina es liberadora de todo mal, como rezamos en el Padrenuestro, que puede traducirse en su parte final como “líbranos del mal” o “líbranos del maligno”. Y en la devoción a la Virgen como el Acordaos, que nos revela que quien reza a la Virgen y con el uso del escapulario se une a ella el sábado siguiente de la muerte; y la costumbre de las Tres Avemarías también aseguran esa compañía de María, como bien expresa el cuadro del Greco El entierro del Cónde Orgaz, cuando vemos el alma que se libera del cuerpo, pasando por un útero espiritual, y naciendo al cielo de la mano de la Virgen María, que la está esperando.

 Llucià Pou Sabaté

 

Panecillos de meditación

  

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 Panecillo de hoy:

También se puede evangelizar a través del cine.

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 Para leer Fe y Obras.

 Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.  

 

8.01.24

Un amigo de Lolo – Campanadas de necesidad – X TEMPLANZA

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Como suele ser habitual con el Beato de Linares (Jaén, España) Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, lo que escribe mueve a percibirlo como algo importante. Y eso es lo que ha pasado con esto. 

El que esto escribe tiene por buena cosa publicar los artículos que Lolo dio a la luz pública (en los más diversos medios escritos) en la página de la Fundación Lolo. Y, como podemos imaginar, los hay de toda forma y condición cumpliendo siempre la característica de ser más que recomendable su lectura.

Pues bien, cumpliendo con tan gozosa labor, me correspondió publicar un artículo-petición titulado Doce peticiones para doce campanadas” que Lolo había publicado el 8 de enero de 1955 en la revista “Signo”. 

Debo reconocer que al leer las tales “campanadas” (referidas las mismas a las primeras del primer día del año) tuve la sensación de que tal texto debía ser difundido lo más y mejor posible porque son unas verdaderas campanadas de necesidad. Y por eso, a partir de hoy mismo, paso a publicar, con la ayuda de Dios, una a una, las doce de las que habla el texto con un humilde comentario del que esto escribe que es, sin duda, lo peor de todo lo que aquí se va a traer… 

Vamos a poner siempre el texto que precede a las campanadas que es el que sigue:

 

Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío, y hace ahora en raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de un duermevela electrizante. 

¡Ves, Señor! En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se describirán de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circulación de un reloj. Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces- dirás, ¿es que al fin se reúnen para amarse?” No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica. 

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que con las burbujas llegue hasta tu rostro la afrenta que omite la gratitud a tu nombre, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.”

  

Y, a continuación, lo que corresponde a cada una de ellas.

Campanadas de necesidad –X TEMPLANZA

“X

TEMPLANZA 

 

¿Verdad, Señor, que en esta noche sería curioso resucitar la vieja aventura del Cojuelo? Bajo los techos, ¿Qué frecuencia de bacanales en aras del dios Vientre! Y, por contrasentido, ¡qué abundancia de hogares con miembros famélicos y niños paupérrimos! Da miedo también retrotraerse a los trescientos sesenta y cinco días idos, elevados con cualquier pretexto al rango de efemérides gastronómica. Por el ansia de los que dilatan sus ojos al pasmo y al odio; por el peligro de nuestra brutalidad naciente: que germine en cada mente una decisión de templanza.”

 

No podemos negar que hay virtudes para las cuales, en determinadas ocasiones, no estamos preparados o, mejor, que creemos no nos convienen demasiado. Y una de ellas es, sin duda, la Templanza, que escribimos así con mayúscula por la importancia que tiene, que debe tener, en nuestras vidas. 

Tal es su importancia, que el Beato de Linares (Jaén, España) la incluye en esta especial petición de fin de año que, por cierto, hace unos día que pasó y, por tanto, debía ya ser tenida en cuenta (junto a las demás de este especial relación de necesidades no sólo espirituales…) 

Es casi seguro que la templanza nos mueve a ser mejores porque, con ella, nuestro devenir no se altera hacia lo más bajo que podamos caer sin la intervención de ella. 

Qué bacanales en aras del dios Vientre”. Eso dice Lolo. Pero lo dice haciendo uso de la forma de escribir que muestra bien a las claras lo que quiere decirnos con ello: es un “dios”, así, con minúscula porque es algo a lo que adoramos y a lo que nos adherimos como demasiada felicidad. Y es “Vientre”, así con mayúscula porque es a lo que nos dedicamos con demasiada frecuencia. 

Bien podemos decir que Lolo nos ha “calado” a la perfección y que sabe del pie del que cojeamos más de las debidas veces… 

El caso es que Manuel Lozano Garrido quiere traer a colación esto de la Templanza (su no aplicación, por decirlo así) justo en un tiempo (el de Navidad) en el que es más que probable que nos hayamos (ya ha pasado tal tiempo) un tanto o, a lo mejor, más de la cuenta, y hayamos adorado al “dios Vientre” con perseverancia… Sin embargo, eso bien lo podemos aplicar a cualquier época o día del año pues es cierto que podemos caer en la misma tentación y… es cierto que caemos… Y por eso nos dice nuestro amigo eso de que “da miedo también retrotraerse a los trescientos sesenta y cinco días idos”… 

Al contrario de la situación de falta de templanza y de desmesura hace constar el linarense universal aquellos hogares donde, al contrario, todo es hambre y faltas… Y eso es una forma de atizar nuestra conciencia y que nos demos cuenta de lo mal que, a veces, lo hacemos… 

Y, claro, ante tanta mala cosa que es, para los hijos de Dios, la falta de Templanza, Lolo le pide al Todopoderoso que “germine” en nosotros “una decisión de templanza”. Y es que sí, se trata de la germinación de una semilla ya plantada por Dios en nuestros corazones y no de algo que ha de nacer, sólo, de nosotros mismos. Está ahí la Templanza, ya está… hagámosla salir de nuestro corazón. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán 

 

Panecillos de meditación 

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

 

Panecillo de hoy:

  

Campanadas que enmudezcan lo mundano siempre valen la pena y a nuestra alma bien le vienen. 

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (50) 

 

“El amor de Dios es como el rayo de luz que cruza la ventana. Todas las partículas del aire se caldean en su tibieza, pero también se iluminan con su claridad. ” 

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 Para leer Fe y Obras.

 Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

18.12.23

Un amigo de Lolo – Campanadas de necesidad – IX Fortaleza

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Como suele ser habitual con el Beato de Linares (Jaén, España) Manuel Lozano Garrido, más conocido como Lolo, lo que escribe mueve a percibirlo como algo importante. Y eso es lo que ha pasado con esto.

El que esto escribe tiene por buena cosa publicar los artículos que Lolo dio a la luz pública (en los más diversos medios escritos) en la página de la Fundación Lolo. Y, como podemos imaginar, los hay de toda forma y condición cumpliendo siempre la característica de ser más que recomendable su lectura.

Pues bien, cumpliendo con tan gozosa labor, me correspondió publicar un artículo-petición titulado Doce peticiones para doce campanadas” que Lolo había publicado el 8 de enero de 1955 en la revista “Signo”.

Debo reconocer que al leer las tales “campanadas” (referidas las mismas a las primeras del primer día del año) tuve la sensación de que tal texto debía ser difundido lo más y mejor posible porque son unas verdaderas campanadas de necesidad. Y por eso, a partir de hoy mismo, paso a publicar, con la ayuda de Dios, una a una, las doce de las que habla el texto con un humilde comentario del que esto escribe que es, sin duda, lo peor de todo lo que aquí se va a traer…

Vamos a poner siempre el texto que precede a las campanadas que es el que sigue:

Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío, y hace ahora en raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de un duermevela electrizante.

¡Ves, Señor! En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se describirán de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circulación de un reloj. Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces- dirás, ¿es que al fin se reúnen para amarse?” No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica.

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que con las burbujas llegue hasta tu rostro la afrenta que omite la gratitud a tu nombre, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.”

Y, a continuación, lo que corresponde a cada una de ellas.

Campanadas de necesidad – IX FORTALEZA

IX

FORTALEZA

“El dolor tronante y la tortura de los mártires se dilata hoy en la Iglesia aherrojada. El mundo es ya como un inmenso clamor de tormento. Señor, que los del Silencio sean fuertes en la confesión de la fe. Para nosotros, esa no menos necesaria fortaleza para la tentación en acecho.“

No podemos negar que una virtud como es la Fortaleza nos viene la mar de bien a todos los que nos consideramos hijos de Dios y discípulos de Cristo. Por eso Lolo la pone aquí y nosotros la tenemos por una campanada de necesidad primordial pues no son pocas las veces en las que tenemos que abocarnos a ella.

Pues bien, Manuel Lozano Garrido nos dice algo que es muy importante y que siempre deberíamos tener en cuenta: hay muchas personas que sufren en el mundo y, es más, muchas personas a las que consideramos mártires por ser testigos de un Hijo, de un Padre y de un Espíritu Santo sin venirse abajo por muy malas que sean las circunstancias por las que deban pasar.

Lo que decía Lolo en su tiempo, eso de que “el mundo es ya como un inmenso clamor de tormento” nos lo podemos aplicar a hoy mismo, algunos decenios después de que escribiera nuestro amigo de Linares (Jaén, España) estas palabras que no eran, sino, testimonio de una situación que los hijos de Dios llevan soportando desde que envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salvase.

Por tanto, ante tal situación, echar mano de la “Fortaleza” nos ha de venir la mar de bien porque con ella podemos hacer frente a todo lo que nos puede venir de cara y la cara no sea muy buena que digamos…Pero lo que aporta Lolo, y que le pide a Dios, es que aquellas personas que han de pasar por duras pruebas y las pasan en “silencio” (sin hacer mención, siquiera, de su sufrimiento y soportándolo espiritualmente de forma insuperable) no dejen de hacer tal “confesión de fe” que es como decir que nunca se apeen de la misma y la mantengan pese a las circunstancias que pese o por las que puedan pasar. Y es que casi podemos imaginar que el fruto de tales “silencios” también revierten en todos los que creemos que eso es, en sí mismo, buena cosa para el alma propia y ajena.

Pero, al parecer, a Lolo no le parece suficiente con pedir a Dios que el prójimo sufriente se mantenga en su fe. Es decir, que también tiene que pedirle al Todopoderoso, por todos aquellos que, en un momento u otro, somos “invitados” por el Maligno a caer en la tentación que, como bien dice el linarense universal, está, “en acecho” que es lo mismo que decir que está siempre preparada para cumplir con su maléfica misión. Y para eso también hace falta que la Fortaleza nos coja de su mano o, mejor, que nosotros nos cojamos de la suya.

La Fortaleza, pues, apoya en nosotros la voluntad de resistir ante lo que nos pueda hacer daño y, sobre todo, nos auxilia y ayuda a permanecer fieles a Dios que, digámoslo pronto, no es poca cosa, como muy bien sabía Lolo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Campanadas que enmudezcan lo mundano siempre valen la pena y a nuestra alma bien le vienen.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (48)

“Dios es un Mississippi de ternura, con manantial en su corazón y ancha vertiente en el mar de los hombres”. ”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.