Reuniones. Sufrir con paciencia
La sensación que uno percibe entre los compañeros sacerdotes es que, en la mayoría de los casos, las reuniones son algo inevitable y que intentamos sobrellevar con la mejor disposición.
Ya saben que servidor es de poca reunión, pero no por la reunión en sí, sino porque en la Iglesia, en general, somos poco serios para estas cosas. Yo, simplemente, les digo por qué me cuesta, cada vez más, ir a una reunión. Cosas mías.
- La falta de puntualidad. Tengo, debe ser una desgracia, la costumbre de ser exquisitamente puntual. Pobre de mí, porque esto supone perder, en cada reunión, tiempo y tiempo. Debo ser el único cura de Madrid que no tiene nada que hacer, porque uno llega a tiempo y lo normal es que unos cuantos lleguen tarde o muy tarde porque tenían que hacer cosas. Me parece una falta de respeto intolerable. Total, que la reunión de las doce comienza ¿a las 12:30? Sí. Lo normal.

Antes muertos que hacer lo de siempre, por más que lo de siempre haya dado tan buenos resultados de santidad. Recuerdo aquella vez en que me invitaron a rezar vísperas con una comunidad de religiosas de barrio de esas insertadas en la realidad y comprometidas con no sé qué. Ingenuo de mí me presenté con mi breviario, cuando resultó que las supuestas vísperas eran algo así como un encuentro festivo - solidario - inclusivo - abierto en el que se cambiaron salmos y textos de la Escritura por poemas de Kipling y textos por el estilo.
Ayer se dio a conocer el proyecto ganador del concurso para la resignificación del complejo del que hoy hay que llamar Valle de Cuelgamuros. El ganador lleva por título “La base y la cruz” y de él conocemos ya algunos aspectos. Dice el ministro Torres que en los próximos días conoceremos el proyecto en profundidad.
Revisando papeles, archivos… he encontrado una cosa curiosa de un día de fiesta en un pueblo. Tenían previstas varias misas, y una de ellas se presentaba como “misa de comunión", lo que, claramente, quiere decir que las otras misas no eran de comunión, misas sí, pero donde no comulgaban los fieles.