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21.07.22

Inesperados apuntes – A punto de pelea

Contenidos de Mascotas.com

En realidad, son cosas que pueden pasar un día cualquiera y sin tener que haber sido preparadas. Momentos son que pueden originar una reflexión o algo así como un pensamiento que se alarga más o menos según sean las circunstancias y el pasar y ser de las mismas.

En realidad no se trata, esto, sino de unos inesperados apuntes que pueden llegarnos al corazón de aquí o de allá, según sean las cosas. 

 

A punto de pelea

 

La otra tarde, era sábado, mientras leía a Martín Abril, Francisco Javier, me llegaron a los oídos unos sonidos bien característicos de algo que va a pasar: dos gatos mantenían algo así como una pre-pelea, si se puede decir así. Maullaban con mala intención y nada bueno podía esperarse de una tal situación. Y creo que cualquiera de nosotros habrá oído alguna vez algo así.

El caso es que a nosotros muchas veces nos pasa igual. Y es que lo que nos pasa nos pone en esa situación según la cual… en cualquier momento vamos a saltar y hacer algo inconveniente o decir lo que no debemos decir.

Estar a punto de pelea es mantener el alma ojo avizor, algo así como sin descuidarse de lo que pasa a nuestro alrededor y estar preparados para lo malo. Y es que estar a punto de pelea supone ese estado del alma ante lo que no queremos, como un estar preparados para el zarpazo de la realidad y saber, eso, que estamos a punto de pelea.

La realidad, esa cosa que nos rodea y en la que estamos, nos pone muchas veces a punto de pelea y nosotros, que no siempre estamos dispuestos a no estarlo, hacemos algo así como mirar para otro lado por si acaso tal pelea, en el fondo, no nos incumbe.

De todas formas, estar a punto de pelea supone, como digo arriba, mantener el alma alerta y eso, se diga lo que se diga, es una forma de mantenerla viva y no dormida como, por desgracia, es la voluntad del mundo hacia nosotros.

Y aquí les dejo, hasta un nuevo apunte.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Es inesperado todo lo que por inspiración nos llega. 

18.07.22

Homenaje a los caídos por Dios y por España

Memoria de la destrucción contra la destrucción de la memoria - La Gaceta  de la Iberosfera

Es más que seguro que este artículo va a molestar a más de uno. Pero, con franqueza digo, que al que esto escribe le importa un pito, un bledo y, en fin, todo lo que aquí pueda ponerse. Y es que no vamos a callar nada cuando hay tanto rojo que no deja de predicar sus malas ideas y sus maldades por doquier. Y es que, además, pretenden cambiar lo que pasó entonces porque no es de su gusto el resultado de aquella Cruzada. 

¡Sí, aquello es que fue una Cruzada! 

Tenemos que decir, sin embargo, que aquel 18 de julio de 1936 no fue una fecha que no tuviera antecedentes ni nada por el estilo. Y es que el General Franco no dijo aquel día algo así como “¡Hala!, a levantarnos contra la República, que hoy me he levantado farruco!” No. Las cosas tenían muchos y demasiados antecedentes que son más que conocidos por todos pero que la malhadada y mal llamada “memoria histórica” parece no recordar porque bien sabemos que es totalmente selectiva, manipuladora y, en fin, dictatorial, impositiva… vamos, una pura excrecencia humana. 

El caso es que antes de aquel 18 de julio de 1936 había mucho malo hecho. Ya tenían en el saco más de muchos muertos y más de muchos templos quemados. Y sí, nos referimos a los mandamases hijos de Satanás que habían procurado la desaparición de la Santa Madre Iglesia pero de la forma más bárbara y antigua: con la desaparición física de sus ministros y, luego (seguramente antes también) de muchos de sus simples fieles laicos. Pero es lo que tienen los hijos de Satanás… que gustan decir eso de “Arderéis como en el 36”. Pues como en el 36, un 18 de julio, recordamos ahora el bien tan grande que se hizo (pero no sólo a España sino a la humanidad toda) que hubiera un grupo de militares (y otros los siguieran en beneficio de la patria) que dijeran que hasta ahí habíamos llegado y que era momento de dar un puñetazo encima de la mesa. Y es que es más que conocido que quien calla otorga… 

Fueron muchos los que cayeron por España: por su fe o, simplemente, por no militar en las filas del imperio del mal (ahora llamado lado oscuro por eso del cine y demás) que tanto daño había hecho a España y a los españoles que no eran de su cuerda. 

Pues bien, desde aquí queremos hacer un humilde pero sentido homenaje a los caídos por Dios y por España y que, ahora, ahora mismo, quieren ser borrados de la faz de nuestra patria con la eliminación de las cruces que los honran y representan. Y es que, como entonces, los mismos que quisieron terminar con la fe católica quieren que nada se sepa de aquello que pergeñaron en sus oscuras mentes y en sus escasos caletres. 

España: beatificados en Madrid 60 mártires de la Guerra Civil - La Stampa

¡Son tantos los mártires que hemos llorado! ¡Son tantos los fieles católicos que dieron su vida por el terrible delito de serlo!, que no nos queda más remedio que decir (y, en verdad, no podemos hacer otra cosa) : ¡Arriba España! ¡Viva Franco y la madre que lo parió! ¿O es que los otros no dicen lo que les pasa por la sesera y es bien recibido por una sociedad dormida, muerta? Aunque ahora sabemos que los que (des)gobiernan quieren preparar una ley para que nada se pueda decir ni de Franco ni nada por el estilo (algo ya han hecho pero quieren más pues su voracidad mentirosa es insaciable) y sólo se podrá hablar de las bondades de comunismo, de las excelencias del socialismo y, por supuesto, nada que se escuche del daño que ha hecho, y hace, tan perversa y maligna ideología, al mundo. Vamos, que tendremos que decir obligatoriamente que nada de malo han hecho nunca y que es lo mejor que la humanidad ha creado desde que Adán fue Adán y Eva fue Eva… ¡Ah!, y todo esto de forma plenamente democrática y, verdaderamente, olvidadiza… 

Y es que a uno, de vez en cuando, le gusta desahogarse. No vaya luego a decirse que somos moñas, venidos a menos o conformistas con la basura intelectual (¿?) que, por desgracia, anda a sus anchas. 

¡Ah!, seguro que hay más de uno que dirá que esto está dicho con brocha gorda pero, ¡qué le vamos a hacer!, casi mejor esto que ir por ahí dando brochazos o, como otros hicieron, pegando tiros. ¿A que se entiende todo?

Por cierto, este artículo lo publiqué hace cuatro años pero, en realidad, los muertos siguen muertos y hoy también es 18 de julio.

¡Ah!, por cierto, ¡Viva Cristo Rey!, pues es expresión más que merecida aunque no estemos en noviembre…

 Reflexiones Cristianas: Sacerdotes y religiosas asesinados

Eleuterio Fernández Guzmán


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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Morir por Dios y por España fue algo más que un anhelo.

16.07.22

La Palabra para el domingo – 17 de julio de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 17 sino sábado, 16 de julio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

 Lc 10, 38-42

 “38 Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, 40 mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: ‘Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.’ 41 Le respondió el Señor: ‘Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; 42 y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.”

  

COMENTARIO

Los amigos de Jesús

En cuanto hombre que era, el Hijo de Dios también tenía amigos. No nos referimos a los apóstoles que, por supuesto, eran amigos suyos sino a los que habían compartido su infancia y su amistad llegaba hasta ahora mismo, cuando había empezado su predicación entre el pueblo elegido por Dios. 

No podemos negar que aquellos amigos eran muy especiales. Y es que Marta, María y Lázaro se cuentan entre los que son importantes en la vida del Maestro. Y así como ahora lo vemos visitarlos, es más que seguro que muchas otras veces, no recogidas en los Evangelios, hizo lo mismo pues gustaba y gozaba con su compañía. 

Cada uno de ellos era como era. Es decir, tanto Marta, María como Lázaro tenían su forma de ser particular y en este texto del Evangelio de San Lucas, muestran, precisamente, eso.

 

Diversas actitudes ante la fe 

 

Ciertamente Marta estaba preocupada por atender lo mejor posible a la visita. Es decir, nos la podemos imaginar atareada de un lado para otro aunque, en realidad, no hace falta ni eso porque este texto bíblico ya nos lo dice: andaba atareada. 

Aquello, lógicamente, no era mala cosa porque quien recibe a alguien en su casa espera atenderlo lo mejor posible y que no pueda pensar que no lo tiene en cuenta como amigo. 

Marta y María - La Croix en español

Marta, pues, dirige todo aquel movimiento que, esto sí podemos imaginárnoslo porque no se nos dice, que sería grande porque no es posible ni pensable que Jesús acudiera solo a visitar a sus amigos. Por lo menos, como poco, irían con él sus Apóstoles que eran doce y no podemos dar por imposible que no fueran otros más. 

Pensemos, por ejemplo que fuese Jesús con sus apóstoles. Entonces eran 13 personas que, de golpe y porrazo en una casa pueden causar un estrago grande en cuanto a circunstancias. Y eso era lo que estaba atendiendo Marta de la mejor manera posible que sería, seguramente, bastante buena. Y es que es casi seguro que tuvieran servidumbre y no vivieran ellos solos.

 

Lo que verdaderamente importa

 

Que Marta le plantease a Jesús aquella situación (ella trabajando sin parar, María allí sentada sin hacer más que escuchar al Maestro) no es nada extraño. Sentía, es posible, hasta un poco de rabia por no poder sentarse a escuchar lo que decía su amigo a quien tan bien conocía desde hacía tantos años. 

Pero Cristo, como es de esperar, sale por otro lado que Marta no espera. 

Jesús había venido al mundo a enseñar lo importante y a desdeñar lo que era superfluo. Y eso era lo que procuraba que llegara a los corazones de aquellos que le escuchaban. Y eso era lo que hacía ahora con su amiga Marta que tan preocupada estaba con el hecho de que su hermana María no le echara una mano en la tarea de atender a la visita. 

Aunque Cristo no quisiera que aquello pudiera parecer una reprimenda lo era en toda regla. Marta debía comprender que sólo había una cosa importante: escucharlo a Él y, sobre todo, llevar a la práctica lo que enseñaba. Y no podía negar la hermana de María que esta estaba en mejor posición que la protestona y algo llorica Marta. 

 

PRECES

Por todos aquellos que creen que las cosas del mundo son más importantes que las de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren escuchar al Maestro.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a querer escuchar la Palabra en boca de Cristo.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Ser amigo de Jesús. ¿Podrá haber algo mejor?

11.07.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Saber que Dios está

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Saber que Dios está

 

“Así un día, y otro, y otro, igual que un cielo inglés de invierno. Era, ¿cómo diría yo?, como un clima de personas malditas. Pero no; aunque no se veía ni con los ojos ni con el corazón, había algo que garantizaba que aquella era una prueba de fe y que había que beber franca y confiadamente su amargura.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 68)

 

Inmediatamente antes de este texto que aquí traemos, el autor del mismo (Lolo) escribe acerca de aquella época en la que lo estaba pasando verdaderamente mal: sus circunstancias físicas y lo que eso suponía para su hermana Lucy que trabajaba en oficina. Así, las prisas e ir siempre corriendo. Y así, como dice Lolo, vivían con una sensación de “estrechez y angustia”… 

Quien conozca a Manuel Lozano Garrido sabrá muy bien que su existencia, digamos, ordinaria, del común de todos los días y del pasar del tiempo, casi nunca fue de color de rosa sino, al contrario de un color más bien tirando al gris. Por eso no nos extraña que muchas veces, en sus libros, describa su situación en determinado momento y nosotros nos acabemos llevando las manos a la cabeza tratando de comprender como con tan poco pudo hacer tanto… Y siempre concluimos que fue porque Dios quiso, pudo hacerlo y lo hizo. 

Pues bien, Lolo es siempre franco (es decir, no escribe sólo lo que le conviene a él y oculta lo que quiere sino que, al contrario, siempre procede conforme las cosas son) y no duda lo más mínimo en reflejar en esta parte de este su diario lo que entonces le pasa, lo que en aquel momento le sucede. 

Da la impresión de que no ve nada. Y no nos referimos a la vista (que también) sino a lo que es su propia existencia: todo pudiera parecerle oscuro o algo así como insoluble. Pero bien sabe Lolo que las cosas son como tantas veces aparentan sino que pueden ser tenidas por distintas si somos capaces de ver cómo debe ver un hijo de Dios. 

A pesar de que las cosas eran “así un día, y otro y otro, igual” nuestro amigo de Linares (Jaén, España) tiene muy clara una cosa que nunca le abandonó a lo largo de su vida: Dios siempre está ahí. 

Dicho así pudiera parecer como una simple y llana expresión de voluntad personal. Pero es mucho más porque es, exactamente, la verdad: Dios siempre está ahí. Y Lolo lo sabe muy bien. 

Podemos decir, esperemos que sin equivocarnos, que lo mismo que Cristo quiso beber el cáliz de amargura que se le presentaba en los primeros momentos de una Pasión, su Pasión, esperada, algo así le pasa a Manuel Lozano Garrido: aquella era una amargura, sí, pero que debía aceptar porque era Voluntad de Dios, por muy duro que pueda parecer eso. 

Esto lo decimos porque Lolo utiliza dos palabras que certifican que sí, que acepta aquella amargura y que lo hace con alegría. Y nos referimos a que había que beberla “franca y confiadamente”. 

Estas palabras, aplicadas a su circunstancia, no son unas que puedan considerarse algo así como muy bien puestas porque son, en realidad, expresión de fe profunda y arraigada en el corazón. Así, Lolo acepta lo que le pasa con franqueza o, lo que es lo mismo, haciéndolo personalmente hasta las últimas consecuencias sin querer quitarse, por así decirlo, nada de aquella amargura; también que lo hace confiando en Dios, su Padre del Cielo, que con su santísima Providencia, nada malo quiere para sus hijos aunque, claro, a veces nosotros podamos creer que bueno, aquello, no era del todo… Pero ¿Y aquello de los caminos inescrutables de Dios…? 

Lolo, sin embargo y por eso mismo, confía en Dios y todo lo acepta sin mentir sino que, al contrario, su aceptación expresa más que bien su amor por Dios e, incluso, por su propia circunstancias. 

En realidad, siempre es más que bueno saber que Dios siempre está ahí. Y que está. 

      

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

9.07.22

La Palabra para el domingo – 10 de julio de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 10 sino sábado, 9 de julio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Lc 10, 25-37

 “25 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: ‘Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?’ 26 Él le dijo: ‘¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?’ 27 Respondió: = ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas = y con toda  tu mente; = y a tu prójimo como a ti mismo.’ = 28 Díjole entonces: ‘Bien has respondido. Haz eso y vivirás.’  29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: ‘Y ¿quién es mi prójimo?’ 30 Jesús respondió: ‘Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. 31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. 32   De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. 33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; 34   y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le  llevó a una posada y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: “Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."  36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?’ 37 El dijo: ‘El que practicó la misericordia con él.’ Díjole Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo.’”

  

COMENTARIO 

El prójimo; tu prójimo

 

Cuando, en tiempos de Cristo y ahora mismo, se habla o se utiliza la palabra “amor” suenan todas las campañillas del mundo y, en el acto, imaginamos el mejor de los mundos con sus más diversos colores cálidos y dulces. 

En el Romanticismo, el amor se llevaba hasta las últimas consecuencias y bien podemos decir, por decirlo pronto y para que se entienda, que tenían, del amor, un sentido algo exagerado. 

Pero Cristo pone las cosas en su sitio. Y es que amar, el amor, supone mucho más que verlo todo de color de rosa. 

Como suele ser normal en la persona del Hijo de Dios, las cosas las explica con ejemplos. Y es que era la única forma de que pudiesen entender, aquellos a los que se dirigía, algo de todo lo que quería decirles. 

Aquel hombre, el legista, quería tener la vida eterna, quería heredarla que era como decir que la quería para sí, como herencia de Dios. 

Para eso, para conseguir eso, Jesús le pregunta sobre la Ley de Dios, sobre si la cumple. Al menos parece que sabe en qué consiste, en esencia, la misma: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Son, pues, diez Mandamientos que se resumen en dos y que son, digamos, bastante sencillos de entender. 

Pero, al parecer, no estaba claro quién era el prójimo y sí, se supone, Quién era Dios, para amarlo. 

Parábola del buen samaritano - Wikipedia, la enciclopedia libre

Y Jesús, como decimos, recurre a la parábola del buen samaritano. 

En tal parábola se dan todas las circunstancias para llamar la atención del oyente judío: 

-hombre judío que es asaltado.

-personas judías que no lo quieren socorrer por tener escrúpulos religiosos o de otro jaez. 

-samaritano que socorre al asaltado sin importarle ni nación ni religión.

Todo, aquí, apunta a lección. Es decir, a que Cristo les iba a dar una lección que, en vistas del anhelo del legista (la vida eterna) no debían olvidar. 

En esencia, la lección consistía en aprender un principio fundamental de la Ley de Dios de su Amor: el prójimo es aquel que está próximo a ti pero, sobre todo, es aquel que te necesita. 

Así de sencillo. Y es que prójimo puede ser cualquier persona que, en efecto, lo sea pero para Jesucristo es aquella persona que requiere de nuestro auxilio y que, entonces, se hace más próxima a nosotros: quiere que nos acerquemos a echarle una mano o las dos. 

Jesús no iba a dejar así la cosa. Es decir, no se iba a limitar a contar aquella parábola que era instructiva, sí, pero debía ser fructífera. 

Aquel hombre, el legista y todos los que, a buen seguro, estaban allí (nos dice el texto que se levantó y, es de suponer, que se levantó  porque estaba escuchando a Cristo junto a otras personas) se sabía la lección muy bien. En teoría sabía qué debía hacer. 

Jesús, sin embargo, que es probable que conociera su corazón, le espeta aquello de “ve y haz tú lo mismo” que era como decirle que sí, que aquello que les había dicho estaba muy bien pero que no se trataba de una bonita teoría sino que debía ponerlo en práctica. Diaria y constante práctica. 

Aquel hombre, samaritano, tuvo compasión; otros, supuestos piadosos, sintieron asco y aversión. ¡Buena lección para los soberbios!

  

PRECES

Por todos aquellos que no son capaces de compadecerse del prójimo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren llevar  a sus vidas la Ley de  Dios.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser compasivos.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


El prójimo es, sencillamente, otro tú.