Antes de finalizar este día en Argentina, quiero publicar unas palabras a propósito del Dulce Nombre de María, en una época de tantos nombres vacíos de significado, cuando no verdaderamente feos, o inspirados en puras realidades terrenas. ¡Cuanto hay que decir de la importancia de los nombres, teniendo en cuenta, como señala el Catecismo, que “el nombre es imagen de la persona"! Ciertamente hay que remozar esta olvidada festividad, recordando lo que algunos grandes santos nos dicen de ella.
-“Ustedes serán verdaderos discípulos míos si perseveran en mi palabra; entonces conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.”(Jn.8, 31-32)
-“Queridos, no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo. “(1Jn.4)
- “No seamos ya niños, llevados a la deriva y zarandeados por cualquier viento de doctrina, a merced de la malicia humana y de la astucia que conduce engañosamente al error, antes bien, siendo sinceros en el amor, crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo, de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión (Ef.4, 14-16)
-“Amor y verdad (…) son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada ser humano. Jesucristo purifica y libera de nuestras limitaciones humanas la búsqueda del amor y la verdad, y nos desvela plenamente la iniciativa de amor y el proyecto de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros. En Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad (cf. Jn 14,6).” (Benedicto XVI, Caritas in veritate, 1)
-“La conquista de un pensamiento verdadero y libre exige en el cristiano un examen crítico de las ficciones mentales que parcializan o distorsionan su visión de la realidad. Es el camino obligado de su liberación que le permitirá restablecer el orden natural del ser en la Verdad y obrar en consecuencia.”(Jordán Bruno Genta: Opción política del cristiano”, Bs.As., 1973, p. 104)
Aunque luego de varios días, nos parece relevante dar difusión a esta breve carta de un gran obispo católico que nos recuerda lo que muchísimos callan -en un silencio cada vez más ensordecedor-, y nos consuela al comprobar que el Señor no está “distraído” y no abandona a su Esposa en medio de la tempestad, pese a las apariencias.
Por fuerte que sean los escándalos y sinsabores, ¡sursum corda! Falta menos…!
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Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo:
Una vez más me siento obligado a escribiros y animaros a buscar la vida más profundamente enraizada en el Sagrado Corazón de Jesucristo. Cuando publiqué esto, habrá pasado un año desde que escribí mi primera carta, que fue enviada el 22 de agosto de 2023, día de la Reina María. Creo sinceramente que esa carta fue guiada por la Divina Providencia, y el punto central de esta carta, un año después, es instar, incluso rogar, que todos comencemos a ver la mano de Dios en todo lo que está sucediendo en la Iglesia y en el mundo.
Hace poco más de un año, el p. Jorge Guadalix definía -muy eufemísticamente, por cierto- como “sorprendente” el nombramiento del nuevo Prefecto para Doctrina de la Fe, y al final del post, profetizaba sin querer: “Confío que esto no sea premonición de otras cosas que veredes, Sancho que no crederes.”
Por nuestra parte, nos ocupábamos de algunos rasgos especiales de su “carisma” en un post de este mismo año, constatando no sin bastante angustia, que toda esa porquería va calando en ciertos institutos católicos, seminarios, y “forma mentis” de algunos consagrados, cueste creerlo o no.
Cada día más, es urgente insistir en la gravísima importancia de que por ejemplo, los educadores más directos en la fe -padres y catequistas- sean conscientes del “virus” que anda dando vueltas, para que protejan y “vacunen” espiritualmente a sus hijos con el celo de un cancerbero, para evitar males mayores. No se puede dejar a los más inocentes a merced de esta gente, sino instar a que se pida por su conversión, pero sabiendo que son enemigos de las almas.
- “¡Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer a las ovejas de mi rebaño!, dice el Señor.
Por eso habló así el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: “Ustedes han rechazado y dispersado a mis ovejas y no las han cuidado. Yo me encargaré de castigar la maldad de las acciones de ustedes. Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas de todos los países a donde las había expulsado y las volveré a traer a sus pastos, para que ahí crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las apacienten. Ya no temerán ni se espantarán y ninguna se perderá”. (Jeremías 23, 1-4)
- “Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor y comenzó a enseñarles muchas cosas.” (Mc. 6, 33-34)
El tema excede a España, por supuesto; no creo que en nuestro tiempo nos podamos permitir ser insensibles en buena conciencia católica.
Celebrando su reciente edición y felicitando a sus productores, como también el oportuno post del p. Javier en el que nos ofrece una entrevista a ellos, con suficiente y clara información acerca del contexto, ofrecemos a nuestros lectores este maravilloso documental sobre el Valle de los Caídos. El trabajo de hormiga es, sin duda alguna, el trabajo de los católicos hoy por hoy, y Dios no dejará de bendecir abundantemente este gran esfuerzo con frutos que probablemente, veremos recién en el Cielo.
Esperamos, pues, con este acercamiento, sumar voluntades, corazones y oraciones por una causa en donde se juega mucho más que un terreno, mucho más que “piedras”, y como ha dicho uno de sus productores, “no se puede defender algo si no se lo ama, y no se puede amar lo que se desconoce", pero para conocerlo, “es preciso querer ver la verdad".
Como escueto corolario, vayan estos versos de José María Alonso Gamo (Premio Nacional de Literatura en 1952):
«Abierto en el rincón del Guadarrama, donde España es más muerte y es más gloria, donde España es más vida y más historia, por su Escorial segundo te proclama.
Muros el tiempo cuelga y se encarama sobre ellos la ilusión, sed perentoria de decir a los hombres sin memoria que la paz la consigue quien más ama.
De hermandad eres símbolo, y al verte va cobrando otra vez peso y medida el pasado, el futuro y nuestra suerte.
Con tu Cruz, que en el seco viento anida, no eres tierra de ayer para la muerte, eres tierra de hoy para la vida.»
” Combate por la verdad hasta la muerte y el Señor guerreará por ti” (Eclo. 4, 28).
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“Amar la Patria es el amor primero,
y es el postrer amor, después de Dios
Y si es crucificado y verdadero,
ya son un solo amor, ya no son dos.
(Leonardo Castellani)
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“Señor, danos la fe de los cruzados y haznos caballeros de Tu Reino.
Velaremos las armas como Alonso Quijano una noche que tendrá luna clara.
No queremos ser muchos. “Caballería no aprecia multitud de número",
decía Raimundo Lulio. Danos el amor y el valor de la Verdad.
Para el testimonio, simple y entero, te pedimos la esperanza de los mártires….”
(Lilia M. de Genta: “Glosas del Buen combate”, Ed. Combate, p. 76)
Hace ya varias décadas que abrigábamos el deseo de dar a conocer “al mundo”, en una obra exhaustiva, prolija y demorada, la vida fecunda del que fue para muchos argentinos el maestro y testigo de un amor fiel y entrañable a Dios y a la Patria.
Era un deber de gratitud para con él, y de caridad con los argentinos que esperan transitar este valle de lágrimas anclados en la verdad, más allá de toda componenda. Por eso, en la hora aciaga de apostasía y de traición que transitamos en nuestra pobre Argentina, el anuncio de esta edición tan esperada, es una verdadera prolongación del gozo de la Pascua.
Argentina, casada hace más de tres décadas con quien comparte cada pena y alegría; madre de 6 niños de todos los tamaños que concentran todas sus esperanzas, e hija de una madre que alienta y sostiene cada nueva empresa con perseverante oración.
Se ha desempeñado como Catequista de niños, adolescentes y adultos y Profesora de Ciencias Religiosas en varios colegios y en su parroquia, habiendo coordinado en ésta el Seminario Catequístico Pquial. San Pío X. Es Profesora y Licenciada en Letras por la Universidad de Bs. As., donde se convenció de la urgencia de la evangelización de la cultura. Ha realizado además numerosos cursos en el área de Humanidades en universidades católicas.
Se dedica a la empresa editorial junto a su esposo (Ediciones del Alcázar), y dirige desde su fundación el Círculo de Formación San Bernardo de Claraval.
Disfruta en la difusión de la iconografía tradicional mediante la realización de trabajos artesanales.
Apasionada y agradecida por el misterio insondable de la Comunión de los Santos, y por ser hija de la Iglesia y de María Reina.