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26.09.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Necesaria bondad

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de LoloManuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Necesaria bondad

 

”Segunda noticia. ‘En la Alemania Occidental se ha suspendido el saludo de estrechar la mano para evitar una epidemia de disentería’

Moraleja: La bondad es aún más contagiosa. Dios anida en el corazón de las criaturas que le aman y el bien se va extendiendo al roce de las palabras, los hechos y los testimonios. Hay que

asegurarse de hombres buenos y el bien será como una mancha de aceite“ (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 95)

  

El 3 de junio de 1962Lolo escribe en su diario que “Dios tiene que hablar y lo hace con proverbios, con parábolas o con lo que haga falta”. Y acto seguido pone una serie de ejemplos de noticiasen las que el Beato de Linares (Jaén, España) aprecia más que bien la mano del Creador y Todopoderoso Padre Eterno. En un artículo anterior trajimos la primera de las noticias; ahora, les traemos la segunda que, como pueden leer arriba, dice lo que dice y que tiene que ver con la bondad que es, sí, una virtud que no siempre ponemos en práctica los hijos de Dios.

Antes que nada debemos decir que nos suena mucho eso de dejar de darse la mano para no contraer determinada enfermedad… o virus pues llevamos más de dos años haciendo, en nuestra patria (y en las de las demás personas también), casi lo mismo… Y es que poco parece haber cambiado desde los tiempos de Lolo…

De todas formas, digamos que las “noticias” que trae Lolo a su libro sirven, digamos, de pie para explicar lo que eso tiene que ver con el discípulo de Cristo y, claro, con Dios mismo. Y eso es lo que pasa con esta pues es cierto y verdad que no ha de ser tan importante una que lo sea como la que habla de eso que sucedió entonces en Alemania. Lo otro, lo que refiere el linarense universal sí que es crucial para nosotros. 

El caso es que la clave de todo esto, de la importancia de la bondad, es que Dios “anida en el corazón de las criaturas”. Ahora bien, añade algo que es muy importante y que debe hacernos pensar como somos nosotros a tal respecto. Y es que añade “que le aman”. 

Decir esto ha de suponer, para empezar, que hay criaturas que no aman a Dios. Y, entonces, no es que el Creador no quiera anidar en sus corazones sino que son ellas mismas las que no le dejan anidar y, simplemente, se olvidan de Quien les ha traído al mundo y, además, les mantiene en el mismo. 

Nosotros sabemos más que bien que hay muchas criaturas que no aman al Creador. Y que muchas lo hacen, a lo mejor, por desconocimiento del mismo pero hay otras que, habiéndolo conocido lo han olvidado de forma voluntaria. Y, en tales casos, tampoco resulta extraño entender que tales criaturas, al no conocer o haber olvidado a Dios, no lo tienen en su corazón: en primer lugar, porque quien no lo ha conocido difícilmente es consciente de eso; en segundo lugar, porque quien lo ha conocido y lo ha querido olvidar… en fin, pues se sabe qué es lo que pasa en tal caso… 

De todas formas, nosotros vamos a dejar de lado a tal tipo de criaturas y a centrarnos en lo que dice Lolo sobre las criaturas que sí aman a Dios y lo tienen en su corazón o, mejor que quieren darse cuenta de que lo tienen.

 Con lo que se dice, con lo que se hace y con lo que se muestra. Así es como la bondad que Dios siembra en el corazón de sus criaturas (que le aman y en las otras también pero…) se extiende por doquier. Y eso es, verdaderamente, más “contagioso” (en el buen sentido de la expresión) que cualquier virus o epidemia. Y, seguramente, es lo que Lolo ha querido decirnos con estas palabras: basta dejar que la bondad que Dios ha sembrado en nuestros corazones para que el mundo sea mejor. Así de sencillo.

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

24.09.22

La Palabra para el Domingo - 25 de septiembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 25 sino sábado, 24 de septiembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Lc 16, 19-31



“19 ‘Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. 20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, 21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. 23 ‘Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.’ 25 Pero Abraham le dijo: ‘"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. 26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.’ 27 ‘Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.’ 29 Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.’ 30 El dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.’ 31Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.’”



COMENTARIO

Lázaros y Epulones; Lázaros o Epulones

Este texto evangélico del que escribió el médico San Lucas es muy conocido. En realidad, como suele suceder, ha sido leído muchas veces en la Santa Misa, ha sido escuchado otras tantas veces por aquellos hermanos en la fe que han acudido a ellas y, como es de esperar, muchas otras veces será leído y escuchado. Lo que puede pasar es que, a lo mejor, no es entendido del todo.

Aquí hay algo muy sencillo: hay un hombre rico y hay un hombre pobre, muy pobre. Y la Santa Biblia, como para dejar las cosas claras (y teniendo en cuenta la importancia que el pueblo judío da al nombre) al hombre rico ni siquiera le pone nombre. Y, teniendo en cuenta que es Cristo mismo quien da constancia de tal texto… podemos imaginar lo que quería decir con eso.

De todas formas, como el hombre quiere manejar datos palpables, se le ha dado el nombre de Epulón a tal rico porque el significado de tal palabra tiene que ver con el hombre que come mucho o disfruta comiendo y Cristo dice que era uno que todos los días daba espléndidas fiestas donde se hartaba de comer…

Pues bien, los paralelismos entre Epulón y Lázaro y nosotros mismos saltan a la vista. No obstante Cristo no habla por hablar sino que hay que sacarle toda la punta que se pueda a sus palabras porque son santas, porque son Palabra de Dios.

En el mundo siempre ha habido Lázaros y Epulones. Es decir, la riqueza y la pobreza han existido siempre y, seguramente, seguirá existiendo. Hasta ahí nada que objetar porque, como se diría popularmente, es lo que hay. Es más, Jesús ya dijo que a los pobres siempre los tendríamos con nosotros. Y, para que haya pobres… tiene que haber ricos.

Bueno. Nosotros, que podemos ser de los unos o de los otros podemos situarnos, porque ya sabemos qué pasó entonces, en un lugar privilegiado (de cara al corazón de Dios). Es decir, que como esto lo hemos leído muchas veces y escuchado otras muchas veces no podemos llegar a ser tan de corazón duro como para no darnos cuenta de lo que quiere decir el Hijo de Dios: hay ricos (o, simplemente, más pudientes que otros más pobres; no sólo muy ricos sino, por decirlo pronto, de un nivel medio pero frente a los más necesitados) y hay pobres. Si somos de los primeros… ¿qué haremos?

Parábola del rico epulón y el pobre Lázaro - Wikipedia, la enciclopedia  libre

El ejemplo lo tenemos más que puesto en primer lugar: Epulón fue al Infierno (sin medias tintas) mientras que Lázaro fue al Cielo. Pero ¿fue al Cielo sólo por ser pobre? No. Fue al Cielo porque supo soportar su pobreza y ponerse en manos de Dios. Y, por otra parte, ¿Epulón fue al Infierno por ser rico? No. Fue al Infierno por no saber ser rico y no favorecer con su riqueza a quien estaba ¡en el portal de su casa!
Pero eso podemos aplicárnoslo cada uno de nosotros. Si bien no tengamos tantos bienes como tenía Epulón, seguramente estaremos en una situación (de ser el caso, claro está; de eso se trata) mejor que otros muchos que, sabemos, están mucho peor que nosotros. Entonces… podemos hacer como hizo Epulón o hacer algo muy distinto: echar una mano, ver en el pobre a Cristo o, en fin, hacer como que creemos en lo que creemos.

El caso es que Jesús hasta nos avisa de algo terrible: ni siquiera aunque un muerto resucite se convencerán muchos de lo que, en verdad, les conviene: aplicar la ley del amor y de la misericordia. Y es que Cristo resucitó y aún hay quien no cree ni en el uno ni el otro.

Y así estamos: ciegos y más que torpes para con nuestra vida eterna; Epulones las más de las veces; Lázaros sólo en teoría.

PRECES

Por todos aquellos que abusan de sus egoísmos.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que se empeñan en no escuchar a Dios.

Roguemos al Señor.


ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escucharte. 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber lo que nos corresponde hacer es saber lo que quiere Dios de nosotros.

19.09.22

Un amigo de Lolo – “Lolo, libro a libro” – Cómo es Dios

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de LoloManuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Cómo es Dios

  

“Primera noticia. ‘En los Estados Unidos han condecorado a un general japonés que fue el peor de sus enemigos durante la última guerra’.

 

Moraleja: Dios es todavía más generoso. Le escupimos, le pisoteamos, un buen día le pedimos perdón y Él nos abraza y nos da a gustar la Gloria para siempre…” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 95)

 

 El 3 de junio de 1962, Lolo escribe en su diario que “Dios tiene que hablar y lo hace con proverbios, con parábolas o con lo que haga falta”. Y acto seguido pone una serie de ejemplos de noticias en las que el Beato de Linares (Jaén, España) aprecia más que bien la mano del Creador y Todopoderoso Padre Eterno. Y la primera de ellas es la que hemos traído aquí y dice, como pueden leer arriba, lo que dice.  

Es más que sabido que entre la justicia del hombre y la de Dios hay muchas diferencias. Y las hay porque no es lo mismo, precisamente, el corazón de la criatura de Dios que el del Creador. 

De todas formas, pareciera que se acercan uno y otro en este texto en el que vemos que se ha perdonado, mediando condecoración, a una persona que, según dice Lolo (y sería verdad) que era el peor de los enemigos del pueblo americano del norte. Y es que ya sabe que, a veces, el vencedor puede mostrar misericordia con el vencido que, para eso, ha sido vencido… 

La cosa, sí, supone una extensión apropiada del perdón e, incluso, de la misericordia. Sin embargo, Lolo sabe que Dios es más, que es mucho más y por mucho más que digamos siempre nos quedaremos cortos. 

Lolo entrevé generosidad en condecorar a quien ha sido enemigo. Es más, pareciera que es algo fuera de lugar pero, como decimos, el vencedor que muestra tal tipo de comportamiento podemos considerar que ha sabido ganar cosa que, por cierto, no siempre es fácil… Y ahí está la mano de Dios… ablandando los corazones.  

Sí, hay generosidad en un gesto así. Sin embargo, sabe nuestro amigo que Dios es “todavía más generoso”. Y entonces viene a decir qué es lo que solemos hacer con Aquel que nos creado y, no lo olvidemos, nos mantiene en el mundo. 

Que nosotros escupimos a veces en el rostro de Dios (pensemos a qué nos referimos con eso) es algo que no nos es desconocido. Y no lo es porque en algunas ocasiones hacemos eso cuando queremos despreciar lo que supone Dios para nosotros y, en tal manera, le escupimos como cuando hacemos tal cosa con alguien a quien queremos manifestar nuestro más absoluto desprecio… 

Que nosotros pisoteamos a Dios mismo (aunque eso, en realidad, sea imposible) es algo que no nos es desconocido porque en alguna que otra ocasión hacemos como que no lo queremos y hacemos como cuando ponemos nuestra planta del pie en algún animalillo que creemos nos molesta. Queremos acabar con el mismo y, eso, lo pisoteamos, también aquí despreciando su propia existencia. 

Pero como no somos tontos del todo (¡del todo!) es de esperar que tales acciones nuestras nos pesan en el corazón y, al fin y al cabo y por necesidad espiritual y, creemos, que por amor también, acudimos a Dios para pedirle perdón por nuestra horrible forma de ser en muchas ocasiones. 

¡Qué difícil es para el hombre perdonar lo que hemos dicho que a veces hacemos con Dios! A veces es, incluso, imposible. Pero Dios tiene un corazón mucho más grande que eso. Y, como nos dice Lolo, “nos abraza” con lo cual consigue que nos creamos y sepamos perdonados. 

Pero, siendo eso ya suficiente para nuestros contritos corazones, el Padre Eterna (que no se conforma con perdonarnos por su corazón tierno) quiere que sepamos que la Gloria, la que nos ofrece a cambio de el bien ser y el bien estar de sus hijos, nos la ofrece para siempre y, como diría Santa Teresa es para siempre, siempre, siempre. 

Ciertamente, la moraleja de los cuentos viene a ser como un tipo de lección que debemos aprender. Y eso es lo que es esto, precisamente y que Lolo llama, precisamente, así, “moraleja”: Dios siempre espera que le pidamos perdón porque el Creador es como es, así, Él mismo.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

17.09.22

La Palabra para el Domingo - 18 de septiembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 18 sino sábado, 17 de septiembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Lc 16, 1-13


“1 Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; 2 le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ 3 Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. 4 Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’ 5 ‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ 6 Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ’Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’7 Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: ‘Cien cargas de trigo.’ Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’ 8 ‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. 9 ‘Yo os digo: Haceos amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas.10 El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. 11 Si, pues, no fuisteis fieles en el Dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro?13 ‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.’”


COMENTARIO

Saber a Quién debemos servir

La astucia es propia del ser humano. Queremos decir que si hay algo que caracteriza al ser creado por Dios es que busca salir de las malas situaciones por las que pasa haciendo uso de la inteligencia que Dios le ha dado. En muchas ocasiones, sin embargo, se trata de uso torcido de la misma.

El administrador referido por Cristo era muy astuto. Sabía que quedando bien con los deudores de su señor ellos lo iban a tener en cuenta cuando llegara la mala situación a la que se iba a enfrentar y que no era otra quedarse sin trabajo. Por su edad y por su falta de costumbre de hacer otro sabía que tendría muchos problemas para sobrevivir. Y entonces la vertiente pícara entra en juego. Y, humanamente hablando, hace las cosas según sus intereses y según los de los deudores de quien, hasta entonces, le había tenido a su servicio.

Pero las cosas, para Cristo, no son como son para el resto de personas. No. Para el Hijo de Dios, que conoce la voluntad del Padre, son muy distintas.

Es cierto que, en apariencia, la astucia de aquel administrador, le iba a acarrear, en un futuro inmediato, un beneficio personal. Pero a la larga nada de eso le iba a ser imputado como bueno ni tenido en cuenta por Dios como si fuera expresión del proceder recto de un hijo Suyo.

El caso es que al prójimo hay que tenerlo en cuenta como Dios quiere que lo tengamos, hasta tal forma, que podamos llegar a perjudicarnos a nosotros mismos al cumplir el amor que le debemos. Y eso es muy difícil de aceptar por la gran mayoría de hijos de Dios. ¿Perjudicarnos a nosotros mismos así? ¡Impensable!
Y entonces es cuando no hacemos lo correcto. Y Jesús nos lo advierte con toda claridad: si no somos fieles en lo pequeño no podemos esperar que podamos serlo en lo grande. Y eso sí es tenido muy en cuenta por Dios Padre que no quiere que su descendencia actúe según qué forma (pongamos como ejemplo el caso de tal administrador)

Y es que no es nada extraño esto que dice Jesús. Y no lo es porque si creemos que un pecado que consideramos pequeño (seguramente no lo es) nada ha de repercutir en nuestra vida espiritual es que estamos demasiado equivocados. Todo cuenta en lo bueno pero también en lo malo.

Y luego, el mensaje importante, el que sustenta todo este texto del Evangelio de San Lucas: a quién servir.

Servir a un señor, bien sea humano o divino (Dios Todopoderoso) entra dentro de la naturaleza del ser humano. Es decir, a uno u Otro debemos servir. Pero no es posible decir que se sirve a los dos a la vez. Y, en este caso, Jesús pone el ejemplo del dinero… y Dios.

No Puedes Servir A Dos Amos: Mateo 6:24. Significado

Nadie puede negar que, desde que el dinero se convirtió en moneda de cambio por el trabajo, la compra, etc. no ha dejado de ir incrementando su importancia en la vida del hombre. ¡Qué decir de ahora mismo, de este mundo en el que vivimos acerca del dinero!

Pues bien, lo que no es posible es querer servir al mismo y a Dios. Y no es posible porque el egoísmo por el primero nos hará cometer actos, seguramente abusivos, en lo que creemos es un beneficio particular. Y entonces habremos olvidado a nuestro Creador y a toda su íntegra santa Ley. Por eso no podemos hacer como si fuera posible servir a uno y a Otro.

Debemos, pues, escoger. Y no se trata de una decisión baladí sino de una que tiene reflejo directo en nuestra vida de ahora, en el mundo pero, sobre todo, en la que ha de venir, en la eterna. Y es que despreciar a Dios por el dinero, por servir a otro señor que no sea el Señor, sólo puede tener consecuencias malas para nosotros. Y no es que Dios nos vaya a castigar por eso sino que nosotros mismos, voluntariamente, nos hemos castigado con nuestras acciones u omisiones sustentadas en un amor desmedido hacia lo que es caduco.

PRECES

Por todos aquellos que no es fiel en lo poco.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que aman en exceso el dinero y olvidan a Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN


Padre Dios; ayúdanos a amarte por sobre todas las cosas.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber lo que nos corresponde hacer es saber lo que quiere Dios de nosotros.

12.09.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – La realidad misma de Lolo

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de LoloManuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

La realidad misma de Lolo

 

“Nos liamos la manta a la cabeza y hemos liquidado las zapatillas. Llevaban conmigo sus diecinueve años cabales. Desde principio ya hube de utilizarlas a medio uso, sin talones. Lo pienso y sí: resulta que no he dado con ellas ni un leve pasito. Como las suelas estaban siempre inmaculadas, pues hala, a usarlas en zapatillas de verano, de invierno y de lo que se presentara. Se fueron, sin pena ni gloria, en el cubo de la basura, pero me han dicho que, en la suela, los dos números cuarenta y uno de la medida estaban intactos, casi se diría que tristes, con la tristeza de una misión no cumplida: la de ayudar a caminar.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 90)

 

Es cierto y verdad que de Manuel Lozano Garrido, Lolo y, con el tiempo, Beato de la Iglesia Católica se sabe que mucho sufrió físicamente a lo largo de su corta vida y que pasarlo bien, digamos que a ese nivel, más bien poco o, mejor, seguro que lo hizo hasta que a principios de los años 40 del siglo pasado se le presentó aquella enfermedad que lo llevaría, con el paso de los años, directamente al Cielo. 

En sus libros podemos leer muchas veces que su sufrimiento lo tuvo más que claro y así lo manifiesta en sus páginas en abundantes ocasiones. Sin embargo, en algo que pudiera parecer accesorio como son, por ejemplo, unas zapatillas, está encerrado el sufrimiento mismo. Y Lolo lo muestra en este párrafo de su libro “Las golondrinas nunca saben la hora”. 

Antes que nada hay que hacer notar el rasgo de humor (¡Sí, humor!) que muestra aquí mismo el Beato de Linares (Jaén, España) Y es que dice que se han liado “la manta a la cabeza y hemos tirado las zapatillas”. Y es que no es mucho aquello que tiran pero que, dadas sus circunstancias, a lo mejor era importante. Sin embargo, nosotros creemos que Lolo eso lo dice en broma. 

De todas formas, hay algo que no es broma y es lo que, a raíz de aquel “tirar las zapatillas” supone eso o, vamos, lo que ha supuesto a lo largo de aquellos diecinueve años que las ha tenido en sus pies… 

El caso es que si esto lo escribe Lolo en su diario el 2 de mayo de 1962 y nos retrotraemos los 19 de los habla nos vamos al año 1943 que es, más o menos, unos cuantos meses después (a lo mejor algo más…) de que le dijeran que lo suyo no tenía arreglo. 

El ser de aquellas zapatillas de Lolo no fue el que tenía que ser. Y es que, como sabemos, la función de unas así es, simplemente, caminar, ayudar en el andar del ser humano que las lleva. Pero Manuel Lozano Garrido no era, en tal sentido, un ser humano como los demás porque su enfermedad atacó pronto a su movilidad. Y así, como bien dice él mismo, no dio “ni un leve pasito”. Y lo dice así, con ese diminutivo que da sencillez a su situación y la hace, digamos, más digerible.

No. Lolo, con aquellas zapatillas no pudo dar ni un paso y por eso no cumplieron con su función y, como dice Manuel, fueron al cubo de la basura “con la tristeza de una misión no cumplida: la de ayudar a andar”. Pero, al menos, pudo hacer uso de ellas durante todas las estaciones de los 19 años que lo acompañaron en su no andar, en su sillón de ruedas… 

Nos dice Lolo que aquellas zapatillas se fueron de su vera con la tristeza de no haber cumplido con su misión. Y, miren ustedes por dónde, a nosotros también nos produce tristeza que pasara eso con ellas porque, de haberlas guardado, ahora serían una pura y exacta reliquia y podríamos mirarlas diciendo algo así como “vosotras besasteis las plantas de los pies de Lolo y ceñisteis sus dedos, fieles compañeras del dolor y el sufrimiento”. Y, seguramente, algo se nos encogería el corazón.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.