Virginia Olivera habla del Encuentro de formación del Círculo San Bernardo de Claraval en Buenos Aires

María Virginia Olivera de Gristelli, argentina, casada hace 25 años con quien comparte cada pena y alegría; madre de una pequeña adolescente que concentra todas sus esperanzas, e hija de una madre que alienta y sostiene cada nueva empresa con perseverante oración. Se ha desempeñado como Catequista de niños, adolescentes y adultos y Profesora de Ciencias Religiosas en varios colegios y en su parroquia, habiendo coordinado en ésta el Seminario Catequístico Pquial. San Pío X. Es Profesora y Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se convenció de la urgencia de la evangelización de la cultura. Ha realizado además numerosos cursos en el área de Humanidades en universidades católicas.
Se dedica a la empresa editorial junto a su esposo (Ediciones del Alcázar), y dirige desde su fundación el Círculo de Formación San Bernardo de Claraval. Disfruta en la difusión de la iconografía tradicional mediante la realización de trabajos artesanales.
¿Cómo nace el Círculo de Formación San Bernardo de Claraval y con qué objetivos concretos?
El CFSBC surge, en realidad, ante la circunstancia de la comunión en la mano en nuestro país. Junto a un grupo de laicos veníamos reuniéndonos hacía unos años, y organizando conferencias y retiros espirituales en parroquias con una asociación civil. Al producirse el “triunfo de la desobediencia”-como la llamó Mons. Laise, qepd- de la imposición arbitraria de la comunión en la mano en nuestro país, iniciamos una campaña de concientización basados en la difusión de lo que ella implicaba, y también basándonos en la voluntad de S. Juan Pablo II entonces reinante, claramente expresada en Dominicae Cenae. Algunos nos aconsejaron entonces buscar otro nombre –diferente de la asociación “madre”-, para alejar cierta animadversión que se daba contra los católicos que no admitíamos este novedoso modo de recibir a Nuestro Señor.




