El ideologizado y banalizado rosario de Planellas
Hace apenas unos días monseñor Planellas, arzobispo de Tarragona, declaraba en una entrevista concedida al diario Público que «rezar el rosario en la puerta de una clínica abortiva es ideologizar y banalizar la oración».
Frente a esta forma de ver las cosas, monseñor Argüello, en el discurso de inaugiración de la asamblea de la conferencia episcopal española afirmaba denunciaba: “Ofrecer información a las mujeres gestantes es considerado un abuso y rezar ante un abortorio una amenaza. ¿Por qué este rechazo a razonar y dejar que la ciencia —ADN, genoma, ecografía, etc.— hable, informe y permita saber la verdad?”

La sensación que uno percibe entre los compañeros sacerdotes es que, en la mayoría de los casos, las reuniones son algo inevitable y que intentamos sobrellevar con la mejor disposición.
Antes muertos que hacer lo de siempre, por más que lo de siempre haya dado tan buenos resultados de santidad. Recuerdo aquella vez en que me invitaron a rezar vísperas con una comunidad de religiosas de barrio de esas insertadas en la realidad y comprometidas con no sé qué. Ingenuo de mí me presenté con mi breviario, cuando resultó que las supuestas vísperas eran algo así como un encuentro festivo - solidario - inclusivo - abierto en el que se cambiaron salmos y textos de la Escritura por poemas de Kipling y textos por el estilo.
Ayer se dio a conocer el proyecto ganador del concurso para la resignificación del complejo del que hoy hay que llamar Valle de Cuelgamuros. El ganador lleva por título “La base y la cruz” y de él conocemos ya algunos aspectos. Dice el ministro Torres que en los próximos días conoceremos el proyecto en profundidad.