InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2021

24.11.21

Ventana a la Tierra Media – Cuando la fe de Tolkien importa

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Francamente tengo que decir que, hasta ahora, no se había suscitado, en el que esto escribe, el tema de la fe J.R.R. Tolkien, así, digamos, en concreto, para escribir algunas de las cuatro letras que junto cada semana y ponerlas a disposición de quien se quiera acerca a ellas. 

En realidad, hay temas sobre los cuales, por su obviedad, diera la impresión de que no hace falta escribir pero, a lo que parece, esta es una forma de discurrir equivocada pues hay personas que tienen a bien molestarse por algo tan evidente como es que la fe católica del profesor de Oxford. 

¡Acabáramos! Ahora resulta que puede ser, o es, un problema que aquella persona que iba a misa suponemos que más veces de las que, por ejemplo el que esto escribe, va, tenía problema con eso de ser católico y que en sus escritos pueda llegar a reflejarse eso; ahora resulta que no puede leerse una obra suya porque el buen hombre creía en Dios y ahora esto lo quieren poner algo así como pasado de moda y tergiversar las cosas a su gusto y manera, de forma políticamente correcta y con todo el respeto humano que requiera la cosa… 

El caso es que, para desgracia de muchos (y gracia de otros) nuestro autor era católico de pies a cabeza y, gracias a Dios, abandonó la fe que, para su bien, nunca llegó a tener y se acogió a la única Iglesia verdadera que hay, llamada católica. Y eso se lo debemos a su madre que, a la antigua usanza de conversiones de familias completas (eso se puede leer en la Sagrada Escritura) hizo lo propio a partir de ella misma con sus hijos y no dejó, como suele ser habitual hoy día, a ver cuando “sean mayores” qué deciden una vez hayan sido convenientemente bombardeados por el mundo y sus mundanidades, ultrajados sus corazones con todas las abyecciones de que puede ser capaz hoy día cualquiera que no tenga defensa espiritual. 

El escritor del "Señor de los Anillos" escribió un poema a la Virgen María

En efecto, J.R.R. Tolkien era católico y eso queda reflejado en lo que escribió. Incluso, en una carta (a quién va dirigida ahora mismo no recuerdo) dijo que, aunque en un principio él no quisiera que eso se reflejara en El Señor de los Anillos se acabó dando cuenta de que aquella inmensa obra lo era católica y que, a lo mejor, ¡lo es! (vamos, que lo es aunque no sea alegórica) Y eso no puede manipularse de tal forma que no parezca o que no lo sea. 

Pero es que, por si esto no fuera ya suficiente, hay quien quiere darle la vuelta a la tortilla y hacer, de Tolkien, de lo que escribió e, incluso, de lo que dijo, algo así como un pagano dado a la magia y a la brujería. Y es que, como diría aquel, ¡Cosas veredes, Sancho! 

El caso es que, como vemos, la fe importa mucho si se quiere que importe. Ahora bien, si se la desprecia… en fin, cualquier desnortamiento es probable que se dé… y se da.

  

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

22.11.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Esto le pedimos, con Lolo, a Dios

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Esto le pedimos, con Lolo, a Dios

  

Suponemos que no le importará a Lolo que transformemos un texto suyo en un poema que bien puede ser una oración. Y es que la parte final de este capítulo que ya presentamos la semana pasa y que tiene todo que ver con el “Líbranos del Mal” del Padre Nuestro, bien lo puede ser. Y dice esto que sigue, esta oración que es un grito comedido de voluntad buena y mejor: 

 

“Sálvanos, Señor, también,

de esas peores culebras íntimas del engreimiento,

el deseo impuro, la avaricia, la intransigencia,

la irritabilidad y el desprecio.

 

Que no sea un cubil lo que puede ser un nido;

un erizo, lo que está predispuesto para nardo;

carbón, lo que debiera ser estrella.

 

Escúdanos, por último,

contra ese áspid que es la lengua de los maledicentes,

el brochazo de cal que da la calumnia,

el salpicón de la envidia,

los latigazos de la cólera,

la carne que se ofrece en las esquinas,

el pisotón de los injustos y, sobre todo,

aliéntanos para salir del peor y más encubierto

de los males,

ese tan nocivo, por aparentemente inocuo,

que es la indiferencia, la mediocridad,

el ir tirando en el alma

o la insensibilidad a tu llamamiento.” (Mesa redonda con Dios, p. 225)

 

Bien podríamos decir ¡Ahí queda eso! Y es que el Beato de Linares (Jaén, España) no se corta, digamos, un pelo a la hora de pedir a Dios lo que es tan importante que nunca lo deberíamos olvidar. Y es que le pide que

 - nos salve,

 - nos escude y, por último,

 - que nos aliente.

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20.11.21

La Palabra para el domingo - 21 de noviembre de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 21 sino sábado, 20 de noviembre de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 

Jn 18, 33b-37

“’¿Eres tú el Rey de los judíos?’ 34 Respondió Jesús: ‘¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?’ 35 Pilato respondió: ‘¿Es que yo soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?’ 36 Respondió Jesús: ‘Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí.’ 37 Entonces Pilato le dijo: ‘¿Luego tú eres Rey?’ Respondió Jesús: ‘Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.’ 38 Le dice Pilato: ‘¿Qué es la verdad?’ Y, dicho esto, volvió a salir donde los judíos y les dijo: ‘Yo no encuentro ningún delito en él”.


COMENTARIO

Tan sólo la Verdad

1.- Aunque este texto corresponda, como es sabido, a lo sucedido en el palacio de Pilato, en un momento muy concreto y conocido de la vida de Jesucristo, vale también, como todos los evangelios, para plantear una cuestión de importancia. En este caso este diálogo entre Jesús y el romano, preludio del sufrimiento que la flagelación infligió en el cuerpo de Cristo, es buen ejemplo de que los textos sagrados valen siempre y siempre nos ilumina, de que no son algo pasado, de que ahora, ahora mismo, son nuestro faro.
 
2.- En cuanto al poder, a poderes, Pilato, como no se podía esperar otra cosa, se comporta como hombre, pegado al siglo. Tiene interés en saber si Jesús es Rey. También preguntará, aunque ahora no, qué es la Verdad. Está claro que el sentido utilitario, meramente subjetivista del Gobernador romano, le dificultaba entender que existiera algo que fuera exacto, firme, Verdad.
 
3.- Parece que Jesús pregunta si lo que le dice Pilato es responsabilidad suya o es de alguien distinto, refiriéndose, claro, a los judíos (a otros judíos, pues Jesús también lo era); lo que le dice de su reinado, queremos decir. Bien sabía Jesús a quien se refería, pero daba la oportunidad a Pilato de pronunciarse. A pesar de esto, aún le da la oportunidad, valga la redundancia, ahora de aquel a Jesús, de decirle que qué había hecho, si había hecho algo para que los suyos le hubiesen entregado. Pretendía, seguramente, exculparlo si le decía lo que él quería oír, aún sin saber qué era lo que podría decirle, pues en cuestiones religiosas judías no era, digamos, muy ducho. Y, seguramente, le importaban muy poco.

4.-Pero Jesús sabe que es Rey de un Reino, de un reino al que muchos esperan llegar desde hace muchos siglos pero que por desgracia y de forma equivocada, al tergiversar la voluntad de Dios, no llegan.

Aquí podemos encontrar algo de suma importancia. Dice Jesús que este mundo no es lugar para su Reino y que este mundo, a contrario, puede entenderse, al decir que los suyos no han salido en la defensa de ese Reino terreno que ha quedado, así, para los judíos (en el sentido de que lo terreno ha quedado para aquellos que no supieron seguir las indicaciones de Dios). Por esto Él ha venido. Él ha venido para transmitir la Verdad, lo que es fundamento de su Reino, lo que se ha de seguir para que el camino sea el correcto.

Por lo tanto, no despegar los pies del suelo que pisamos es negativo para nuestro devenir espiritual; no seguir, de paso, hasta llegar a ocupar alguna de las estancias que Jesús nos está preparando es algo que puede imputarse a nuestra tibieza como cristianos, a la preferencia que manifestamos por las cosas de aquí, sometiendo nuestra vida a una relación horizontal con nuestros semejantes y olvidando, las más de las veces, la que lo es vertical, directa, con Dios.

5.- Por fin, Jesús, nos da la clave para evitar todo lo dicho hasta ahora, todo lo malo, todo lo que no nos conviene para nuestra salvación, donada por Dios. Como tantas veces dice que primero se ha de tener fe. Ser de la Verdad, dice. Y en segundo lugar, luego, escuchar su voz. Por no someter a los hombres a su persona como si se tratase de una relación de dominio, primero les pide que sean de la Verdad (y ya sabemos lo que esto quiere decir) y luego espera que escuchen su voz, con la que se confirmará todo lo que creían, eso que Él viene a decir y a traer.
6.- Nosotros también tenemos la oportunidad que Dios da a todos sus hijos de escoger entre el mundo y Él, entre el sometimiento a lo mundano o aspirar a conocer el Reino del Padre. Pero ya sabemos que primero hemos de creer, si es preciso, con ayuda de quien ya crea; o sea, ser de la Verdad.
 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren el Reino de Dios.
 
Roguemos al Señor.
 

Pidamos a Dios por todos aquellos que se alejan del Reino de Dios por conveniencias egoístas.

Roguemos al Señor.
 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a amar siempre tu Reino.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

     

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

El definitivo Reino de Dios es nuestro anhelado destino. Vivamos, pues, como tal la vida que tenemos.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

17.11.21

Ventana a la Tierra Media – El Principio y sus circunstancias

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Es cierto y verdad que El Silmarillion, obra que podemos decir es el origen de todo lo que escribió J.R.R. Tolkien tiene, digamos, un “Principio” que es el que reza que allí estaba Eru… 

De todas formas, bien podemos decir que tal forma de empezar las cosas fue la que le dio el hijo de Tolkien que se dedicó, tras la muerte del profesor de Oxford, a procurar que la obra de su padre viera la luz en toda su posibilidad. Y es que aquella obra al fin pudo ver la luz después de lo que suponemos fue un arduo trabajo de parte de Christopher Tolkien

Pues bien, todo aquello también tuvo un principio o, lo que es lo mismo, El Silmarillion dio comienzo por algo en concreto pues por algo debía empezar la cosa, por así decirlo. 

Lo dice el propio autor en la carta que escribió al poeta W.H. Auden a la que estamos dedicando unos cuantos artículos y que, con permiso de Minotauro (Editorial que publicó las “Cartas” de Tolkien) vamos a reproducir otra ver:

 

“Aunque la primera verdadera historia de este mundo imaginario casi plenamente formado, tal como existe ahora, fue escrita en prosa durante un permiso por enfermedad a fines de 1916: La caída de Gondolin, que tuve el descaro de leer en el Exeter College Essay Club en 1918.”

 

Y termina este párrafo diciendo:

 

“Escribí mucho más en los hospitales antes del final de la Primera Gran Guerra.”

 

Ya podemos imaginar que los tiempos largos de convalecencia son propicios, si se sabe hacer eso, para, entre otras cosas, escribir. Y eso es lo que hizo aquel soldado que se vio aquejado de la llamada “fiebre de las trincheras” a la que ya hemos hecho referencia aquí.  

Podemos decir, por tanto que, en palabras del propio autor de todo el mundo de la Tierra Media, el principio de todo, antes de todo y por encima de todo fue, nada más y nada menos que “La Caída de Gondolin”. 

Como podemos imaginar, y ahora tantos años después de aquello y luego de haber leído (seguramente unas cuentas veces) tal narración (relativamente reciente su publicación como obra aparte de toda la de Tolkien) nos resulta sorprendente por el mundo que muestra. 

Esto lo decimos porque cuando uno lee La Caída… está más que seguro que detrás de ella, por así decirlo, hay mucho escrito porque el tema que trata no es el de un “principio” del que nada se sabe sino que aparece una realidad que está muy hecha, si ustedes nos entienden. 

Queremos decir que los personajes que aquí aparecen tienen una historia detrás (unos más que otros, claro) y que a nadie se le ocurre al leer esta obra que nada tienen que ver, ni ellos ni sus circunstancias, con “algo” que debe existir. Y es que ahí está la Tierra Media, un lugar en ella al que nadie puede llegar si no sabe la forma de alcanzar tan idílico lugar, un Mal que quiere hacerse con tal ciudad, alguien que traiciona a su Rey y a sus habitantes, un Hombre que llega a alcanzar gran influencia (siendo lugar de Elfos…), un matrimonio que molesta mucho al traidor, etc., etc. y etc. 

Con esto queremos decir que si Tolkien padre escribe como primer paso de su Tierra Media nada menos que “La caída de Gondolin” es un primer paso al que se ha llegado con un camino previo más que abundante y que muestra que lo que ha de venir ha de ser grande y más que grande y maravilloso. 

Nuestro autor debía tener en su mente todo lo que iba a construir, a subcrear pues de otra forma no se entiende la profundidad de escritura de esta primera obra, según él mismo dice ni tampoco los muchos detalles que muestran que hay un amueblamiento muy bueno de su cabeza, como suele decirse de persona juiciosa y que sabe lo que hace y dice, que tiene fondo y que, en suma, sabe muy bien lo que dice y no hace lo que hace a tontas y a locas. 

Como siempre es conveniente decir la verdad y hay que ser francos siempre, el que esto escribe se quedó patidifuso cuando leyó en esta carta de Tolkien que “La Caída de Gondolin” fue la “primera verdadera historia de este mundo imaginario”. Y es que, por decirlo pronto, tal narración es de tal punto maravillosa y llena tanto el corazón de tantos buenos sentimientos que incluso llega a producir lágrimas en quien lee cómo se destruye lo que bien podemos considerar como el Paraíso o, al menos, algo muy cercano al mismo. 

Y luego, por si no fuera eso ya suficiente, entre los supervivientes de aquella malhadada caída está, nada más y nada menos, que ¡Eärendil!”, a la sazón hijo de Tuor e Idril Celebrindal. ¿En qué recoveco de la mente de J.R.R. Tolkien se había escondido todo eso?

  

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

15.11.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Que nos libre Dios del Mal

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Que nos libre Dios del Mal

  

“Líbranos, Señor, de los sufrimientos. Pero, en último caso, sálvanos de la víbora de la desesperanza que aniquila, que si hasta del estiércol puede nacer una flor, tenemos en el martirio una rosa de redención.” (Mesa redonda con Dios, p. 225)

 

Sigue desgranando el Beato Lolo, en esta parte de su libro “Mesa redonda con Dios” el Padre Nuestro. Y ha llegado, digamos, al final de la oración que Jesucristo enseñó a sus Apóstoles a requerimiento de los mismos. 

El caso es que este capítulo lo titula “Fauna” y no es porque vaya a hablarnos de la parte animal irracional de la Creación, así, en general sino que lo hace (como veremos en otros días, si Dios quiere) para hacer referencia a lo malo que, de la misma, puede haber en la vida de la criatura de Dios, el hombre. Pero ahora vayamos con lo que corresponde al día de hoy. 

Se subtitula el capítulo, lógicamente, “Líbranos del Mal” pues eso es lo que quiere tanto Lolo como cualquiera de nosotros. Pero… 

Decimos pero… porque, como podemos imaginar, el Beato de Linares (Jaén, España) h ca muy fino cuando habla de esta parte de la oración que tan conocida es y tan repetida ha sido, es y será desde que Jesucristo quiso que la tuviéramos como instrumento espiritual de primer orden. Y ya sabemos que cuando decimos que Lolo hila fina es que hila fino y más que fino para llegar a profundidades con las que también nos ayuda a nosotros, sus lectores y amigos. 

Pues bien, lo primero que dice Lolo puede resultar sorprendente para quien no conozca bien al creyente del que estamos hablando. Y es que dice, le pide a Dios, que nos libre de los sufrimientos. Lo que pasa es que eso no quiere decir que no diga nada más sino que lo que importa, además de que eso quiera (¡Quién no lo querría!) es lo que viene después pues nos ayuda a darnos cuenta, como tantas veces nos pasa, que las apariencias engañan muchas veces. 

Esto lo decimos porque, de hacer lo propio Lolo con sus palabras y no pedir a Dios que le libre de los sufrimientos pudiera parecer que es algo masoquista. Y, en realidad, nada de eso tiene que ver con la realidad. Lolo quiere ser librado de los sufrimientos pero… 

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