13.06.22

Un amigo de Lolo - Beatificación de Lolo: 12 años y un día

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

12 años y un día

Aquel día llovía en Linares… 

Ciertamente que hace ahora, justamente, 12 años y un día, el agua se dejó caer en Linares que fue donde nació, vivió y murió la persona que aquel día era, por decirlo así, homenajeada con todos los lustres que para eso tiene la Iglesia católica. 

Se ha hecho uso de la lluvia aquella una imagen, digamos, a modo de lágrimas que caían del Cielo porque a un hijo de Dios especialmente cualificado y dotado de dones y gracias como era Manuel Lozano Garrido se le hubiera subido a los altares. Pero, para nosotros (y siendo tal imagen bella y bonita) nos basta con decir que sí, que llovía entonces… 

El caso es que la lluvia, pertinaz, en nada enturbió la beatificación del pronto Beato Lolo. Es más, la volvió más épica, como suele decirse cuando, ante algo que pasa es que se le añade determinada circunstancia que lo hace, si cabe, más especial. 

A nosotros, de todas formas, lo que más nos importa es el acontecimiento en sí o, lo que es lo mismo, la beatificación de Manuel Lozano Garrido, para nosotros Lolo por ser sus amigos. 

Lo que nos importa es que se reconoció entonces que un creyente católico se había ganado a pulso de alma y de corazón subir a los altares. Y no es que otros en creyentes católicos no recayera su forma de hacer las cosas y, en fin, su ser así hijo de Dios sino que, como suele pasar, se reconoce en determinadas personas sus cualidades para subir a los altares. Y eso le pasaba y le pasó a Lolo.

Proceso de Canonización de Manuel Lozano Garrido | Beato Manuel Lozano  Garrido, beato Lolo

Seguramente, mucho se ha escrito sobre aquel hombre, aquel superhombre espiritual (y nos preciamos de calificarlo así porque lo fue) que fue capaz de enfrentar todas las batallas físicas y salir vencedor de ellas menos, claro, de la que le llevó al encuentro del Padre celestial un 3 de noviembre de 1971. Pero es que aquella debía producirse cuando Dios quisiera que se produjera y vino a ser lo que Dios quiso… como suele ser y es lo habitual. 

Nosotros nos gozamos de recordar hoy, que es 13 de junio, hace 12 años y un día que en Linares llovía mucho y la urna con los restos mortales de Lolo subió al escenario en el que, a modo de Iglesia (imaginemos así la cosa) iba a ser nombrado Beato de la Iglesia católica y, desde entonces, formar parte de la lista interminable que en el Cielo adoran a Dios y gozan de la Visión Beatífica y la Bienaventuranza. 

Es cierto y verdad que tal tiempo, 12 años y un día, a lo mejor no es un espacio temporal excesivo si lo comparamos con la misma eternidad (en la que, por cierto, no hay tiempo alguno) Sin embargo, en tal tiempo nos ha dado el mismo para conocer mejor a Lolo y para saber que aquel vecino que, en Linares, visitaban muchos de tal jaez para estar un rato con él, a veces para pedirle consejo espiritual e, incluso (¡sobre todo!) para curar sus muchas dolencias; aquel vecino, decimos, está desde entonces entre aquellos que han sabido, a lo largo de los tiempos, ser fieles hasta el tuétano, como suele decirse. 

Ahora bien, a esto estamos más que seguros de que Lolo, haciendo uso del sentido del humor que tenía (que era más que notable) hubiera dicho algo así como “Sí, para huesos estoy yo”… 

Y es que Lolo era así, ni más ni menos.

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

11.06.22

La Palabra para el domingo - 12 de junio de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 12 sino sábado 11 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


Jn 16, 12-15


“12 Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. 13 Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. 14 El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros.”

COMENTARIO

La Promesa del Espíritu Santo

Jesús era consciente del tipo de personas que había escogido para que fueran sus apóstoles. Y es que no era personas, precisamente, bien formadas, si hablamos de lo intelectual. Muchos de ellos es hasta posible que fueran analfabetos.

Sin embargo, el Hijo de Dios no buscaba a los sabios de su mundo sino a los que pudieran recibir su mensaje y su doctrina con un corazón tierno y preparado para ser sembrado.

Decimos esto porque cuando dice, en este texto del Evangelio de San Juan, que tiene mucho que decirles pero que no pueden con tales realidades, lo dice porque, al conocerlos, sabe que no ha llegado el momento para que puedan entenderlo todo a la perfección. Y es que Él, que les estaba enseñando desde hacía, al menos, tres años, era consciente de la verdad y la realidad de todo aquello.

Sin embargo, algo sí les puede decir que, además, les vendrá muy bien ante los momentos tan terribles que se avecinan acerca de la Pasión del Señor y de su terrible muerte. Y es que les habla del Espíritu Santo.

Hasta entonces, queremos decir en las Sagradas Escrituras, el Espíritu Santo-Dios no es que no hubiera sido considerado por los autores inspirados (cosa difícil al haber estado inspirados por Dios mismo) sino que no se le había dado la consideración que Jesús le da a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Y es que sabe que va a ser crucial para la historia de la humanidad que va a salvar con su muerte.

Catholic.net - ¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es Espíritu de Verdad. Quería decir con eso que, al ser parte de Dios, no podía ni mentir ni engañar y que, por eso mismo, les iba a guiar los por difíciles caminos del mundo teniendo en cuenta, además, que sabían que iban a ser perseguidos como Él lo había sido.

Que el Espíritu Santo no hable por su cuenta o, lo que es lo mismo, que no les fuera a decir lo que quisiera, era porque, sencillamente, era Dios mismo como Él, el Maestro, también lo era. Por eso Jesús atribuye al Espíritu Santo una serie de potencialidades que le son propias por ser, precisamente, el Espíritu del Todopoderoso.

Que el Espíritu Santo vaya a decir al ser humano lo que ha de pasar no es nada extraño ni obra de magia ni nada por el estilo. Lo dirá porque, sencillamente, lo sabe al ser Dios pues para Quien todo lo ha creado no hay secreto ni el pasado, ni el presente ni, sobre todo, en el futuro. Todo, pues, lo ha de decir el Espíritu Santo-Dios porque todo está en la mano y en el corazón del Creador. Y tal Espíritu será quien guie al hombre.

Pudiera parecer como si el Espíritu Santo fuera, digamos, por libre. Y es que Jesús dice que “recibirá de lo mío” y eso pudiera hacernos pensar que, en efecto, recibirá de lo de Cristo y luego actuará por su cuenta. Sin embargo, la verdad más cierta es que Jesús, que sabía que muchos no comprenderían que se trata de Dios mismo, Él y el Espíritu Santo, entiende más fácil para ellos (hace bien poco les ha dicho que hay cosas con las que no pueden…) que crean que, en cierto modo, el Espíritu Santo da de lo que recibe. Aún, claro, no están preparados para comprender un misterio tan grande como el de la Santísima Trinidad.

Todo, de todas formas, será dicho y explicado, al corazón y con mociones espirituales, por parte del Espíritu de Dios. Y eso sí podían comprenderlo.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan al Espíritu de Dios.

Roguemos al Señor.


Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren atender a las mociones del Espíritu Santo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN


Padre Dios; ayúdanos a escuchar con atención lo que, a través de tu Espíritu, nos dices.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Espíritu Santo, llévanos al definitivo Reino de Dios llamado Cielo. 

6.06.22

Un amigo de Lolo “Lolo, libro a libro”- Lolo, un gigante ante la adversidad

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Lolo, un gigante ante la adversidad

  

“Hago todo lo que puedo por disimular el terremoto que me ha supuesto lo de los ojos, pero el cariño le hace a ella deletrear hasta en las arrugas de la piel. He de confesar que no me adapto mal a mi nueva condición de casi ciego. “ (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 57)

 

Es cierto y verdad que cuando alguien conoce al Beato de Linares (Jaén, España) o, por decirlo mejor, cuando a uno le llega al corazón su vida y milagros… bueno, como que es más que posible que no entendamos muchas cosas de lo que le pasó. 

Sobre esto no hace falta que elucubremos demasiado ni que le demos más vueltas de las necesarias. Y es que él nos habla, con una claridad más que meridiana, de qué es eso que no acabamos de entender y por dónde iban los tiros de su vida…

Lo que nosotros no acabamos de comprender es la fuerza de voluntad tan grande que tuvo a lo largo de sus años de enfermedad que iba, como sabemos, a peor y que aquí mismo, en este texto, refleja a qué nos referimos con eso de “a peor”. Y es que se estaba quedando ciego y eso, sumado a su enfermedad, digamos, general, relacionada con los huesos… vamos, que la cosa no era precisamente como para tirar cohetes. 

Veamos, en primer lugar, su actitud. Y es que nos dice Lolo que trata de “disimular” lo que está pasando con los ojos y es que se está quedando ciego. ¿Y cómo se hace eso? 

En realidad, nos debe querer decir que no va a quejarse por un acontecimiento tan terrible en la vida de una persona que, hasta entonces, “al menos” ha podido ver, supone dejar de ver. Y, es más, en el caso de nuestro amigo, muy dado a la lectura de todo tipo de textos (libros, revistas, periódicos) Por eso no nos extraña para nada que hable de eso como de un “terremoto” pues todo se le vino abajo que es lo que suele pasar cuando la tierra tiembla y lo hace con una fuerza destructiva casi total. 

Y, ante esto, nos dice que hace “todo lo que puedo”. Y conociendo a Lolo, y todo lo que ha hecho en sus años de enfermedad para tener, como dice él mismo, “un dolor con escafandra” (que nadie sufra por él mismo…) es seguro que hizo mucho y más para que eso, su inminente ceguera no afecte más que él y, como diría aquel, a su circunstancia. 

A otro respecto, creemos que aquí se refiere a su hermana Lucy cuando dice que “el cariño le hace a ella deletrear hasta en las arrugas de la piel”. Y es que, si hasta entonces lo había cuidado con esmero y cariño… es de suponer que a partir de que su ceguera se hace efectiva la atención de Lucy hacia Lolo habrá de ser total. Y por eso más adelante hace entender que va a dejar de trabajar en la oficina pues faltaba muchas veces por atender a su hermano… 

Y, luego, lo que nos hace titular estas letras con la palabras “gigante ante la adversidad”. Y es que, si además de lo que ya tenía el hombre encima (sus dolores, las constantes visitas del médico…) se está empezando a quedar ciego y dice que no se adapta mal a su nueva situación… en fin, como que no es posible calificarlo de otra forma que no sea, eso, de una persona que es un gigante no ya sólo en la fe sino, en lo físico, en su misma existencia de ser humano afectado, a más a más, por más y más… 

Como sabemos, su posterior ceguera haría que fuese un miembro más de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y le diera fama a la misma si es que no tenía ya suficiente por su labor. Pero Lolo, hablando en plata, no era, por decirlo pronto y ya, una persona “normal” sino que andaba el hombre mucho más allá del comportamiento que cualquier ser humano sigue ante lo que le pasa. Un gigante. Eso es lo que fue Lolo. Y por eso los caminos de Dios son inescrutables

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

4.06.22

La Palabra para el domingo - 5 de junio de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 5 sino sábado 4 de junio de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 20, 19-23

“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.21    Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.’ 22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23 A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’”


COMENTARIO

Enviados por Dios al mundo


Para que todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron.

Verdaderamente no es de extrañar que aquellos que habían estado más directamente relacionados con Jesús pensaran que, a lo mejor, los mismos que habían perseguido a muerte al Maestro pensaran en hacer lo mismo con ellos. No estaban equivocados porque luego se vio que eso era, exactamente, lo que iba a pasar. Por tanto, que estuvieran escondidos antes de volver a Jesús tras su resurrección, era de esperar pues no se trata de una falta de confianza sino de un verdadero desconocimiento de lo que Jesús les había dicho unas cuantas veces. Podemos decir, por eso que todos fueron como Tomás que no creyó hasta que no vio.

Y se presentó ante ellos con la paz por delante, como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser.

La paz que Jesús les da no era la paz del mundo sino que era la verdadera paz, la que parte del corazón de Dios e impulsa al creyente a querer, en verdad, mantener unas relaciones sociales donde prime el perdón y la misericordia y todo abuso no tenga lugar.

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total.

Pero no bastó con esto. Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro paráclito, otro defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios.

Palabra de Dios diaria.: marzo 2016

El Espíritu Santo, como tantas veces les había dicho, les iba a guiar por el mundo sabiendo con exactitud lo que tenían que decir y hacer. Era como hacer presente a Dios mismo entre ellos.

Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a aquel. Una misión: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos, con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios.


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que aún no creen en la resurrección de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren la paz de Cristo sino que prefieren la del mundo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a recibir Tu paz y que la misma nos guíe en nuestro caminar por el mundo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

……………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

 

 

30.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Formas de ver las cosas

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Formas de ver las cosas

 

“Nada, que por lo visto lo mío es el coco” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 57”)

 

 

Antes que nada, debemos decir que este texto del Beato de Linares (Jaén, España) debe ser el más corto que hemos traído aquí. Sin embargo, tiene su enjundia y su importancia porque nos dice mucho acerca de eso, de cómo vemos las cosas las personas. 

Esto viene porque como en casa de Lolo hacía falta que alguien se ocupara no sólo de la propia casa (su hermana Lucy hasta entonces trabajaba en una oficina aunque muchas veces, según leemos poco después, debía ausentarse del trabajo por cuidar a su hermano) sino que lo hiciera del propio Lolo. 

El caso es que había llegado una señora para desempeñar el trabajo que había estado haciendo la anterior. Pero, al ver el panorama que había en casa de Lolo (más bien por las necesidades de atenderlo a él), sólo aguantó una noche y al día siguiente de haber llegado se fue por donde había venido. Y eso le hace escribir a Lolo que, al parecer, lo “suyo” era el “coco” que era lo mismo que decir que asustaba mucho al personal… 

Esto, de todas formas, a nosotros nos viene la mar de bien porque nos permite reflexionar acerca de cómo vemos las cosas las personas pues, al parecer y según vemos aquí, no todas las visiones son iguales como, por otra parte, es lógico esperar: una cosa es un mismo y otra muy distinta… el prójimo. 

Vemos claramente que aquí hay dos formas de ver las cosas:

 

- la de Lolo y,

 

- la del prójimo.

 

 La cosa es bien sencilla. Y es algo como que así (invertimos la relación dicha supra):

la del prójimo: en resumidas cuentas, quien veía a Lolo cómo se encontraba de salud (más aún quienes lo conocían de toda la vida), en primer lugar, es seguro que sintieran lástima por alguien que estaba como estaba pero también es verdad que podían sentir que aquel hombre aguantaba estoicamente lo que le sucedía y que parecía que no había mal que diera al traste con su vida. Admiración, seguro, había en aquel pensamiento pero también algo así como llevarse las manos a la cabeza por ver a Lolo y su situación física.

la de Lolo: y en esto entramos, sin duda, en otra dimensión. Y es que Lolo, que escribe hasta con humor acerca de sus padecimientos y le hace decir eso del “coco” como si la cosa fuera para menos. Pero para nuestro amigo Manuel las circunstancias de su vida, digamos, física, eran las que eran y no se iba a arredrar ante ellas ni se iba a venir abajo. Por eso reacciona siempre como reacciona y no se viene abajo nunca. Y, es más, personas que le conocieron, siempre dijeron y dicen que era una persona muy alegre y siempre parecía (porque lo era) feliz con su vida y con sus circunstancias.

 Vemos, por tanto, que lidiar con las enfermedades contra las que lidiaba Lolo no era poca cosa sino, en todo caso, la constatación de tener cierta ayuda sobrenatural que, partiendo de Dios y siguiendo por su propio espíritu, lo llevaba a ir por la vida con un gracejo propio que tiene quien nada malo le pasa y por eso reparte alegría… 

Sin duda alguna, la forma de ver las cosas de Lolo es la más recomendable aunque, claro está, todos no tengamos la fuerza espiritual del Beato de Linares. Pero bueno… como ejemplo, sirve y vale más que mucho.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.05.22

La Palabra para el Domingo - 29 de mayo de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 29 sino sábado 28 de mayo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Lc 24, 46-53

“46 y les dijo: ‘Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 47 y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 48 Vosotros sois testigos de estas cosas.
49 ‘Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.’ 50 Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51 Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, 53 y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.

COMENTARIO

Cuando Cristo ascendió a los cielos

Jesús tenía que terminar la misión para la que había sido enviado porque era voluntad de Dios que sus discípulos supiesen lo que les iba a pasar en tanto en cuanto Él no volviese a estar entre ellos.

Había profetizado acerca de su vida, de su muerte y de su resurrección. Muchos no entendieron qué quería decir pero después de haberlo visto en varias ocasiones, no les cupo duda alguna de que todo se había cumplido como les había explicado el Mesías que sucedería.

Algo, sin embargo, debían hacen: ir por el mundo predicando que era necesaria la conversión porque con ella se alcanzaba el perdón de los pecados. Y tal misión era la que les encomendaba porque ellos, como les dice Jesús, son “testigos”, han visto y han oído, lo que había pasado y nadie mejor que ellos para dar testimonio, al mundo, de la Verdad.

Les hace varias indicaciones: en primer lugar que se queden en Jerusalén porque, en segundo lugar, les va a enviar el Paráclito, al Espíritu Santo prometido por Dios a su pueblo. Entonces el poder estará con ellos porque les será dado por el Creador.

Y ascendió.

Por qué importa la Ascensión del Señor – St. Hugh Catholic Church & School

Dice el texto del evangelio del médico apóstol que Jesús les bendecía mientras ascendía al cielo o, lo que es lo mismo, a la Casa del Padre. Se separó de ellos bendiciéndolos.

Por eso, era tanto lo que había sucedido en unos pocos días desde el prendimiento, muerte y resurrección de Jesús que aquellos que lo están viendo subir al cielo no pueden, por menos, que postrarse en adoración ante el Hijo de Dios que se les va al cielo para, sin embargo, quedarse con ellos para siempre.

Ya nada, a partir de entonces, podría darles miedo a los apóstoles de Jesús. Así, en su fuerza de espíritu tras ver lo que habían visto tampoco extrañe, pues, que a partir de entonces el Templo fuera el lugar preferido para estar adorando a Dios que había enviado a su Hijo procurar la salvación de la humanidad.

 


PRECES

Por todos aquellos que no confían en las promesas de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no se postran, en adoración, ante Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre presente al Espíritu Santo en nuestra vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

     

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Y ascendió por nuestro bien. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna

23.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – La vida dada por Dios.

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

La vida dada por Dios

 

“A aquél, y al otro al que se fue y a mí que aún vivo, se nos da la vida como una antorcha donde izar el mecha del corazón, para que Dios la prenda y reverbere a la gloria del mediodía.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 50)

 

Antes de esto se refiere el Beato de Linares (Jaén, España) a una imagen propia de quien quiere que la cosa sea para bien. Y es que habla de la claraboya de un Juzgado que, en determinado momento del día los rayos del sol hacen que reflejen la luz y sea, dice Lolo, un, a modo de faro. 

Y luego apunta a que también las personas somos algo así, o debemos ser, como “luces para la historia del mundo”. Y es que ya sabemos eso que dijo Jesucristo acerca de que la luz no hay que esconderla debajo de ningún celemín sino que se ha de hacer servir para que muestre el camino hacia Dios. 

Esto lo decimos porque las palabras que vienen a continuación, y que hemos traído aquí, son el ejemplo perfecto que define lo que nosotros podemos hacer y, es más, lo que debemos hacer porque no todo puede quedarse en mera intención… 

Todo ser humano, y pensamos que todo desde que el Hijo de Dios fue enviado al mundo para que el mundo se salvase, recibe la vida del Todopoderoso. Es decir, no viene al mundo sin razón alguna o sin relación con “Alguien” superior a todo sino que la verdad es, justamente, la contraria: somos creados por Dios (y a su imagen y semejanza, además) y es cierto que eso lo tenemos más claro desde que Jesucristo pisó el mundo. 

Pues bien, el Creador nos da la vida. Y ahí no queda la cosa que sería como decir “¡Hala, ahí os dejo!” como si el Todopoderoso se desentendiese de nosotros. Eso sabemos que no es así pero es que, además, estamos aquí para algo más que para llevar una existencia más o menos buena (según le vaya a cada uno la cosa…) Y tal “algo más” es lo que nos hace mejores discípulos de Jesucristo porque hemos entendido, de ser así, que también somos luz. 

Bueno, en realidad, somos algo más que luz pues, en verdad, somos “antorcha”, como dice Lolo. Y, es más, tal antorcha no puede regirse por cualquier cosa sino que lo ha de hacer con el corazón donde mora el Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, en suma. Y, desde el corazón alumbrar, cual antorcha, no sólo nuestro camino sino el del mismo prójimo que, por una causa, razón o motivo que sean, miran nuestra luz. 

Eso sí, la mecha que nosotros debemos situar en la antorcha que se alimenta del corazón no la prendemos nosotros pues, la más de las veces, preferimos eso del celemín… Y, entonces, es Dios mismo quien la prende y Quien, por tanto, nos facilita el ser mismo de alguien que, con sus solas fuerzas… como que no puede ni es capaz de hacer lo que debe hacer, alumbrar lo que debe alumbrar y ser lo que debe ser como hijo de Dios. 

Esto lo decimos por si hay algún soberbio que quiera ser algo por sí solo sin darse cuenta de que no, de que eso no sólo es difícil sino que es, simplemente, imposible: Dios nos creó y Dios nos mantiene en el mundo y, claro, no hay nadie que, fuera de Dios, sea capaz de prender la mecha que llevamos en nuestra antorcha que prende de nuestro corazón.

 Quiere Lolo, además, que nuestra luz luzca, por así decirlo, como si fuera siempre mediodía. Es decir, que la misma no decaiga sino que siempre sea, eso, como a mediodía que es cuando más energía recibimos del sol. Y así debemos ser nosotros: luces que, habiendo sido prendidas por Dios mismo, no cesamos de ser lo que debemos ser y aquellas que miran al celemín como algo extraño y que no a cegar su poder ser luz. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

21.05.22

La Palabra para el Domingo – 22 de mayo de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 22 sino sábado 21 de mayo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

 

Jn 14, 23-29


“23 Jesús le respondió: ‘Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. 25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. 26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. 27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. 28 Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros.’ Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. 29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.’”

COMENTARIO


Las promesas de Dios siempre se cumplen

En este momento del relato evangélico referido a la predicación de Jesús en el mundo que le tocó vivir, no hace falta esconder nada para que aún no se sepa quién es aquel Maestro que les está hablando.

Jesús lo dice todo con una claridad más que evidente. No dice que no es quien es sino que, al contrario, quien le ama, ama a quien lo envío que no es otro que Dios mismo. Eso lo debían haber aprendido durante el tiempo que estuvieron pisando la tierra de los caminos por los que transmitieron la Palabra de Dios. Sin embargo, parece que aún no son capaces de entender lo que es tan evidente.

Quien, al contrario, no guarda en su corazón las palabras que dice Jesús no es que sea mala persona o algo por el estilo sino que, simplemente, no lo ama y, por lo tanto, no ama a Dios. Así de sencillo y así de real.

Jesús, sin embargo, les tiene preparada una sorpresa a los que le escuchan: cuando Él se vaya vendrá el Paráclito, el Defensor, el Espíritu Santo, para hablarles de todo lo que deben, aún, conocer. Además, y para empezar, les recordará todo lo que había dicho el Hijo de Dios y que, a lo mejor, habían olvidado.

También les da Jesús la paz. Pero, como muy bien dice el Maestro, la paz que Él da no es la del mundo, siempre tan interesada y preocupada por su egoísmo, sino una paz verdadera porque es la paz del corazón.

EL QUE ME AMA, MI PADRE LO AMARÁ Y NOS MANIFESTAREMOS A ÉLAlgo, sin embargo, debió turbar mucho a los que le escuchaban. Si Jesús dice que se deberían alegrar por el hecho de que se iría con una muerte terrible, eso no podía apoyar el hecho de que se alegraran aquellos que le querían. Como no habían comprendido del todo la enseñanza de Jesucristo, era de esperar que no entendiesen aquello.

A esto Jesús añade algo que es muy importante: Dios es el Todopoderoso y todo lo puede. Y hará que resucite Su Hijo. Entonces, dice Jesús, creerán aquellos que entonces se mostraban incrédulos ante lo que estaba pasando y sucediendo en sus vidas.

Jesús, como Dios hecho hombre, ha de cumplir, cumplió, todo lo que les acababa de decir. Aún no era el momento, seguramente, de que comprendiesen lo que les venía encima pero, en poco tiempo entenderían que todo lo que les había dicho Jesús se había cumplido exactamente, palabra por palabra, circunstancia a circunstancia. Y es que Dios siempre cumple lo que promete.

PRECES

Por todos los que no quieren guardar la Palabra de Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no ponen su confianza en el Espíritu Santo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener en nuestro corazón a tu Santo Espíritu y a seguir sus mociones e indicaciones.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Amar a Cristo. ¿Acaso puede haber algo mejor?

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

16.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Un sentido del humor increíble

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Un sentido del humor increíble

 

Francamente, nos van a perdonar ustedes que traigamos un texto, digamos, muy extenso porque no suele ser lo común. Es más, perdónennos si ni siquiera hacemos comentario alguno a lo que aquí escribe Lolo. De todas formas, nunca es mucho leer mucho de lo escrito por el Beato de Linares (Jaén, España) pero es que, en este caso, lo que traemos, digamos, se las trae… pero por lo bueno que es. 

Digamos, antes de esto, que las palabras que aquí vamos a poner están dichas por alguien que, sin duda, es un santo de la alegría a todas luces. Y es que, si después de llevar veinte años enfermo (esta parte del diario pertenece al día 20 de septiembre de 1961) alguien es capaz de escribir con un sentido del humor tan claro y bueno para el corazón esto que escribe… en fin… como que demuestra, una vez más, que su alegría era verdaderamente sobrenatural… 

Les dejamos, pues, con el texto que rezuma gracia y tiene una sustancia alegre muy a tener en cuenta:

 

“20.- Una chica, que hemos tenido durante siete años, se marchó para casarse. En mi casa, y con Lucy tener que irse a la oficina, la ayuda de alguien nos es imprescindible. Antes de partir le dijimos a una prima que a ver si nos preparaba una mujer para el regreso, pero que, de preferencia, fuese mayor. Ahora nos trae una, entrada en años, con cara de buena persona, que a todo dice que sí con la cabeza. Es apacible y trabaja a la antigua, sin prisas, con el desprecio a las horas de los tiempos de Mari Castaña; su debilidad radica en sacarle brillo al aluminio. Los cacharros de la cocina están como una patena. El tiempo, con eso, se le va en un santiamén y se le escamotea para las cosas fundamentales. 

- “Eso está bien, mujer -le insiste mi hermana- pero el día viene cojo y hay que pasar esos detalles”.  

Ella, erre que erre, el aluminio y hasta el cobre, pero es buena y eso basta. Lo peor es lo del oído. Sorda, lo es como una muralla. No de esas que se les dice “un vaso” y entienden “un cazo”, sino de las que estalla un proyectil en la cocina y dicen: “¡Qué pesados están hoy los mosquitos, Dios santo!”. Lo peor es que, como a todo dice sí, a renglón seguido, da la espalda, le pido el pañuelo y se va y abre la puerta de la calle. Mientras Lucy ha estado aquí, no hubo problema, pero ahora sé que el diálogo de un sordo con alguien que no hace uso de sus manos es como pintar el aire de una habitación a oscuras. 

El timbre, para ella, es como la señal de un marciano. He dado la consigna de que no llamen a la puerta y le hagan señas por la ventana que da a la cocina. El médico viene y ya pide la llave al lado. Lo malo, así son los sustos que se lleva. 

Lo peor fue el primer día que tuvo que darme de comer, la pobre. Mientras lo hago, leo, y así engaño la inapetencia. Me embebí en un reportaje de “La Gaceta”, cuando voy y noto unos redondeles húmedos en mitad de la página. 

No caía, pero, al rato, el papel estaba como una camisa espurreada para la plancha. Entonces la miro y la veo que llora.

- “Es que -me dice hipando- me acuerdo de mi hermano, que se murió de un ‘paralí”.

 ¡La pobre! Más pobre aún por sus dolores de muelas. Deben de ser terribles y lo soporta en silencio. Una noche que Lucy se levantó a algo mío, vio luz en su cuarto y la encontró sentada en la cama, sujetándose la mandíbula. Le puso una hila, le dio un calmante y nada. Al rato vino y me dijo:

  - “¿Y si le diera un somnífero?”.

-”Buena idea. Así duerme”. 

- Este, que son gotas. ¿Cuántas le echo?”. 

-”Mujer, yo me tomo diez, pero a ella, como está así, le pones doce”. 

Un cuarto de hora después, dormía, profunda y beatíficamente. Lucy vino con susto. 

-“Si parece que no respira. Si será por las gotas, que le di quince".

 - “¡Mira que si te la has cargado!” -le digo, asustándola en broma. En las misas le pasa como a mi abuelo, que se iba los domingos y, al regresar, ya tenía el arroz reposando sobre la mesa. Si se le dice algo del tiempo, abre mucho los ojos, dice que sí y luego viene con el recogedor y la escoba. No sé las migas que vamos a hacer en el futuro, porque somos como dos planetas de distinta órbita, aunque yo no sea, precisamente, Júpiter, ni ella tampoco Venus.”

Nada, pues, podemos añadir a esto. Bueno, sí, gracias Lolo por alegrarnos el día.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

14.05.22

La Palabra para el Domingo – 15 de mayo de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 15 sino sábado 14 de mayo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 


Jn 13, 31-33a. 34-35

“31 Cuando salió, dice Jesús: ‘Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre  y Dios ha sido glorificado en él. 32  Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.’ 33 ‘Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. 34 Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros.  35 En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.’”

COMENTARIO

Un mandamiento muy difícil de cumplir 

En la Última Cena Jesús dijo muchas cosas de importancia e hizo otras tantas de no poca relevancia. Así, por ejemplo, fue el momento en el que se celebró la primera Eucaristía y, también, cuando estableció el sacerdocio. 

El momento que traemos aquí hoy corresponde al momento en el que Judas sale del Cenáculo para cumplir con la traición hacia el Maestro. Y habla, Cristo, de lo que ha de ser su glorificación… en la Cruz. 

Todo lo dicho, sin embargo, tiene un punto álgido. Y es cuando el Hijo de Dios establece lo que él mismo llama mandamiento nuevo. Y es que, en verdad, no es sólo nuevo sino que sirve de cauce a muchos de los ya conocidos. 
Jesús da un mandamiento nuevo. Si el resto de mandamientos habían sido establecidos por su Padre y entregados a Moisés en su camino por el desierto hacia la tierra prometida, era ahora el Hijo quien establecía un nuevo. 

En realidad, lo mismo que el resto de Mandamientos (10) podía ser seguido y cumplido… o no seguido y no cumplido. Esto caía del lado de cada hijo de Dios. 

El mandato es: amarse unos a otros. Y esto parece fácil de entender porque cualquiera sabe lo que eso significa. 

Evangelio juan 13, 31 35

Sin embargo, Jesús añade algo que es crucial en este caso y, como suele suceder, en todo lo que hace y dice: hay que amarse de una forma muy especial que consiste, en esencia y básicamente, en hacerlo como Él lo había hecho con ellos. 

Antes que nada, decimos que el Amor de Dios no tiene condición a cambió. Es decir, el Creador ama a su descendencia aunque la misma tenga por costumbre y vicio olvidarlo y darle la espalda, esconderlo lo más lejos posible de su vida y, por si eso no fuera ya suficiente, zaherirlo en cuanto algo le sale mal. 

En cambio Cristo, diciendo eso que dice se pone de ejemplo. 

Sabemos, ellos también lo sabían, cómo los había amado. Lo que aún no sabían es cómo los iba a acabar de amar al entregar su vida en una cruz. 

Nosotros, sin embargo, tenemos ventaja al respecto de aquellos Apóstoles que cenaban con Él aquel día de la Pascua judía. Y es que nosotros sí sabemos, a ciencia y corazón ciertos, cómo fue su muerte y cómo se comportó ante ella: perdonando, intercediendo por sus verdugos y, en suma, amando. 

Aquella forma de amar era muy especial. Y es que lo era hasta el extremo de dar su vida a cambio del perdón de Dios hacia sus hermanos los hombres. Y aquella forma de amar, entregada, sin mirar  a sí mismo sino el interés de su prójimo…. era la forma de amar que quería se viese entre sus discípulos. 

El caso es que Jesús quiere que se vea. Es decir, no quiere que el amor entre los suyos sea algo íntimo, de casa para dentro. No. Lo que quiere es que, viendo los demás no creyentes cómo se aman sus discípulos sabrán, por tal amor, que eran sus discípulos. Y así servir de ejemplo y que se pudiera decir de ellos, como se dijo, “mirad cómo se aman”. 

Tal amor, el Amor, en definitiva de Dios, era el que quería Jesucristo para todos los que, de una manera o de otra, se decían ser seguidores suyos. 

El caso es que tal amor no siempre es fácil de poner en práctica. Y es que son muchos los egoísmos en los que nos movemos, muchas las incomprensiones que atesoramos en nuestro corazón y, en fin, muchas las ocasiones en las que no somos capaces de amar cuando deberíamos amar o  perdonar cuando deberíamos perdonar. Y tal es la gran prueba que debemos superar para que, en efecto, puedan decir de nosotros el “mirad como se aman”.

 
PRECES

Por todos aquellos que no creen en el Amor de Dios por sus criaturas.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no son capaces de amar como Cristo amó.

Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a amar como tu Hijo nos amó a nosotros.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Glorificar a Dios es nuestro deber. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.