La Palabra para el domingo - 18 de diciembre de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 18 sino sábado, 17 de noviembre de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.



Mt 1, 18-24


 
“18 La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. 19 Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. 20 Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: ‘José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. 21 Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.’ 22 Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: 23 = Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, = que traducido significa: ‘Dios con nosotros.’ 24 Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.”


COMENTARIO

La santa voluntad de Dios

Todo lo que estaba escrito debía cumplirse.

Los profetas, inspirados por Dios, anunciaron lo que ahora estaba pasando. Y, entre ellos, el profeta Isaías. Fue a quien el Todopoderoso inspiró la verdad, aquello que, con el paso del tiempo, iba a suceder. 

Seguramente por eso, cuando Jesús, muchos años después, habla a los discípulos de Emaús les habla acerca de lo que los profetas habían escrito sobre la venida del Mesías. Y es que todo, como decimos, debía cumplirse. 

Aunque el episodio de la Encarnación está mejor narrado en Lucas, Mateo hace hincapié en algo muy importante. Jesús debía de tener un padre-hombre para que fuese reconocido como tal y evitar, así, los posibles problemas que podía tener María al decir que estaba embarazada. Es seguro que había sido lapidada. 

Se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de  David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura  que hay en ella

José, al que no puede reprochársele su pensamiento, tuvo alguna duda, al principio, de qué es lo que estaba pasando. Pero Dios, viendo que el fiat de María podía venirse abajo por eso, envió a su Ángel a que le comunicara que todo estaba en orden, según lo establecido por Dios. 

Conocedor como era el Ángel de lo que iba a pasar le dice a José lo que ha de suceder, el nombre del niño que va a nacer, Jesús, apostillando, para demostrar lo que le decía, con las palabras del profeta Isaías (Isaías 7, 14) lo que acabó de convencer a José: Virgen, María, profeta, Emmanuel-Dios con nosotros-… Todo sonaba a cierto, a Verdad. 

José hombre piadoso donde los hubiera, accede a lo dicho por el Ángel y, como dice el texto, “tomó consigo a su mujer” pues, según el derecho judío, al haberse llevado a cabo los desposorios, ha podía llamarse “marido” y María “su mujer”. 

Este texto de hoy, conocido y reconocido, nos ha de traer, por fuerza y razón, a la mente, a aquella mujer que, ajena a la escena entre el Ángel y José, suspiraba con su situación y tenemos, por eso, que demandar ayuda de su corazón y auxilio de su amor. 
  

PRECES

Por todos aquellos que dudan del poder de Dios.

 
Roguemos al Señor.
 
Por todos aquellos que no confían en la voluntad de Dios.
 
Roguemos al Señor.

  
ORACIÓN
 

Padre Dios; ayúdanos a confiar siempre en tu santa voluntad.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.



Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 
Panecillo de hoy:

 
Todo debía cumplirse… y se cumplió. 

 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 


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