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8.01.22

La Palabra para el Domingo - 9 de enero de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 9 sino sábado, 8 de enero de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

 

Lc 3, 15-16. 21-22

 

“15 Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; 16 respondió Juan a todos, diciendo: ‘Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego’.

 21 Sucedió que cuando todo el pueblo estaba bautizándose, bautizado también Jesús y puesto en oración, se abrió el cielo, 22      y bajó sobre él el Espíritu Santo en forma corporal, como una paloma; y vino una voz del cielo:  ‘Tú eres mi hijo; yo hoy te he engendrado’”.

      

 

COMENTARIO

Aquel que bautiza con fuego

 

Muchos judíos esperaban, con franqueza y con fe, la llegada del Mesías. Y es que sabían que Dios, que nunca incumple sus promesas, había prometido que lo enviaría para que el mundo se salvase de la perdición eterna.

El caso es que muchas señales mostraban, en los textos sagrados del pueblo elegido por Dios para ser el Suyo, que el Enviado del Todopoderoso haría cosas grandes, que muchas otras cambiarían de signo y que, en general, vendría al mundo el perdón de los pecados. No extraña, por tanto, que muchos miraran a Juan el Bautista de una forma muy especial y esperanzadora. 

Juan, aquel hombre que había nacido de la prima de María, la Virgen, llamada Isabel estaba más que seguro de una cosa: él no era el Cristo. Lo sabía, primero, porque no se sentía capaz de serlo (por su indignidad personal según él mismo creía) pero, sobre todo, porque se le había dicho que sería él, precisamente él, quien anunciaría al Enviado de Dios. 

Es bien cierto que Juan sabía eso. Y lo muestra con unas palabras que son muy fuertes porque enseñan que Quien tenía que venir haría algo que él, el Bautista, no podía hacer: bautizaría con Espíritu Santo y fuego. 

¡Espíritu Santo y fuego! Estas dos realidades mostraban, bien a las claras, que quien bautizada en el río Jordán no era el Mesías. Él bautizaba, sí con un bautismo para el perdón de los pecados. Lo hacía, sin embargo, con agua. No lo hacía, tampoco, con Espíritu Santo. Eso era cosa de otro, del Otro. 

Juan, por tanto, presenta al Hijo de Dios mostrando dos características propias, en exclusiva de él: el Espíritu Santo estará con él y el fuego de su bautismo limpiará los pecados con el fuego de la purificación. 

Y entonces acude Jesús a ser bautizado por Juan. 

¿El Hijo de Dios pecador para ser perdonado? No, el Hijo de Dios mostrando qué se debía hacer a sabiendas de no haber cometido, Él, pecado alguno y, además, haber nacido de mujer Inmaculada. 

Jesús muestra qué se ha de hacer: nacer a la vida eterna a través de un bautismo que perdona los pecados, de la infusión del Espíritu Santo que sana el alma y prepara el corazón para ser su templo. Eso es lo que muestra Aquel que había venido a ser bautizado por su primo Juan. 

La cosa, como es de imaginar, no iba a quedar ahí. Dios debía manifestarse porque todos debía conocer, todos debían saber a qué atenerse. 

Dios, diciendo que Aquel era su hijo y que le había engendrado, sienta las bases de una fe, de una creencia, que se asentaba en una Voluntad santa: el Todopoderoso había engendrado, no creado, a Aquel que había salido de las aguas del río Jordán. Además, sobre Él se había posado el Espíritu Santo, que desde entonces regirá su vida de una forma muy especial (llevándolo, por ejemplo, enseguida, al desierto) y, a partir de entonces, iba a bautizar con fuego, con aquel que sana, con aquel que purifica y, en fin, con aquel que prepara para la vida eterna que dura para siempre, siempre, siempre. 

Por otra parte, Juan se sabe indigno. Y es que nos dice que no lo es para desatarle la “correa de sus sandalias”. Y se refiere al Cristo. 

Podríamos preguntarnos nosotros mismos si creemos que somos más que Juan y podemos hacer otra cosa que no sea seguir la santa Providencia de Dios que envió a su Hijo para que el mundo se salvase… y el mundo no lo recibió.

  

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan el bautismo de fuego de Cristo.

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar la voz de Dios.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escuchar tu voz y a seguirla; y a seguirla.

  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

6.01.22

Epifanía del Señor

Epifanía del Señor

A lo largo del año litúrgico hay una serie de días especiales que son, digamos, de Precepto en el sentido de que no son el propio del domingo, día de Precepto por antonomasia. Y hoy, 6 de enero es el segundo de este nuevo año del Señor de 2022habiendo sido el primero de ellos el pasado 1 de este mismo mes de enero, especialmente dedicado a Santa María, Madre de DiosPor eso, tratamos de comentar el conjunto de los textos que el Calendario Litúrgico nos propone para hoy y no, como suele ser habitual los domingos, sólo el Evangelio.

Por tanto, los textos para el día de hoy, Epifanía del Señor, son los siguientes:

 

Is 60, 1-6

Sal 71

Ef 3, 2-3a.5-6

Mt 2, 1-12



Isaías 60

1 ¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz
y la gloria del Señor brilla sobre ti!

2 Porque las tinieblas cubren la tierra
y una densa oscuridad, a las naciones,
pero sobre ti brillará el Señor
y su gloria aparecerá sobre ti.

3 Las naciones caminarán a tu luz
y los reyes, al esplendor de tu aurora.

4 Mira a tu alrededor y observa:
todos se han reunido y vienen hacia ti;
tus hijos llegan desde lejos
y tus hijas son llevadas en brazos.

5 Al ver esto, estarás radiante,
palpitará y se ensanchará tu corazón,
porque se volcarán sobre tilos tesoros del mar
y las riquezas de las naciones llegarán hasta ti.

6 Te cubrirá una multitud de camellos,
de dromedarios de Madián y de Efá.
Todos ellos vendrán desde Sabá,
trayendo oro e incienso,
y pregonarán las alabanzas del Señor.


Sal 71

1 De Salomón.
Concede, Señor, tu justicia al rey
y tu rectitud al descendiente de reyes,
2 para que gobierne a tu pueblo con justicia
y a tus pobres con rectitud.

3 Que las montañas traigan al pueblo la paz,
y las colinas, la justicia;
4 que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos de los pobres
y aplaste al opresor.

5 Que dure tanto como el sol y la luna,
a lo largo de las generaciones;
6 que sea como lluvia que cae sobre el césped
y como chaparrones que riegan la tierra.

7 Que en sus días florezca la justicia
y abunde la paz, mientras dure la luna;
8 que domine de un mar hasta el otro,
y desde el Río hasta los confines de la tierra.

9 Que se inclinen ante él las tribus del desierto,
y sus enemigos muerdan el polvo;
10 que los reyes de Tarsis y de las costas lejanas
le paguen tributo.
Que los reyes de Arabia y de Sebá
le traigan regalos;
11 que todos los reyes le rindan homenaje
y lo sirvan todas las naciones.

12 Porque él librará al pobre que suplica
y al humilde que está desamparado.

13 Tendrá compasión del débil y del pobre,
y salvará la vida de los indigentes.

14 Los rescatará de la opresión y la violencia,
y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

15 Por eso, que viva largamente
y le regalen oro de Arabia;
que oren por él sin cesar
y lo bendigan todo el día.

16 Que en el país abunden los trigales
y ondeen sobre las cumbres de las montañas;
que sus frutos broten como el Líbano
y florezcan como la hierba de los campos.

17 Que perdure su nombre para siempre
y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos
y todas las naciones lo proclamen feliz.

* * *

18 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas.

19 Sea bendito eternamente su Nombre glorioso
y que su gloria llene toda la tierra.
¡Amén! ¡Amén!

20 Fin de las oraciones de David, hijo de Jesé.

Ef 3, 2-3a. 5-6

2 Si es que conocéis la misión de la gracia que Dios me concedió en orden a vosotros: 3 cómo me fue comunicado por una revelación el conocimiento del Misterio.

5 Misterio que en generaciones pasadas no fue dado a conocer a los hombres, como ha sido ahora revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6 que los gentiles sois coherederos, miembros del mismo Cuerpo y partícipes de la misma Promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio.

Mt 2, 1-12

1 Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén 2 y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo". 3 Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. 4 Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. 5 “En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: 6 Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel". 7 Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, 8 los envió a Belén, diciéndoles: “Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje". 9 Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, 11 y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. 12 Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

 

COMENTARIO

Dios se presentó al mundo

 


Esto se ha realizado, lo sabemos, en el hecho de que tres magos, llamados de su lejano país, fueron conducidos por una estrella para conocer y adorar al Rey del cielo y de la tierra. La docilidad de los magos a esta estrella nos indica el modo de nuestra obediencia, para que, en la medida de nuestras posibilidades, seamos servidores de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo

 

San León Magno

Sermón en la Epifanía del Señor

 


1.- Puede resultar extraño que unos sabios, de lejanas tierras, acudieran a Belén en busca, o mejor dicho, para encontrar, a alguien que no conocían. ¿Qué les podía impulsar a ello?, ¿Qué extraña llamada fue la que les atrajo?

Cuando no sabemos qué responder a algo que nos produce duda o perplejidad echamos mano, en muchas ocasiones, de lo tangible, de lo que puede demostrar aquello y, así, tranquilizamos nuestra conciencia y nuestras ansias de conocimiento.

Y a esto también se le ha pretendido encontrar respuesta. Al parecer, por aquella época un cometa surcó el cielo, indicando el camino a seguir.

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3.01.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Cuando llegue la primavera

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. 

 

Cuando llegue la primavera

“Espinas, siempre espinas…

Tantas, ¡ay!, ¿no será que, a lo mejor, me nacerá una rosa? ‘Oh! ¿Cuándo llegará la primavera

  

Este texto lo pone Lolo antes de dar comienzo al Capítulo I de este su libro “Las golondrinas nunca saben la hora” de título “Esa luz que se dora en otoño”. Y, para más información digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años. 

Para aquel entonces, 1961, Lolo ya llevaba sus buenos 20 años enfermo y, podemos decir, empeorando pues pronto perdería la vista y pasaría a formar parte de los listados, digamos, de la ONCE, a saber la Organización Nacional de Ciegos Españoles desde octubre de 1964. 

Este texto lo suponemos de Lolo porque no viene indicado que sea de otro autor como, por ejemplo, en el mismo libro se indica que la cita “Cuando menos veo, más creo” corresponde a Santa Teresa de Jesús y que, teniendo en cuenta que este libro contiene, por así decirlo, el momento en el que Lolo queda ciego viene muy bien para explicar cómo se sentía nuestro amigo: cuando menos veía, más creía… 

De todas formas, aunque no fuera suyo (que sí lo es) explica más que bien cómo se encontraba por aquel entonces. 

Sabe el ahora Beato de Linares (Jaén, España) que no es que lo haya pasado, hablando de lo físico, muy bien desde que a principio de los años 40 del siglo pasado se le empezara a manifestar una enfermedad degenerativa. Es más, lo dice con toda claridad: “Espinas, siempre espinas…” Es más, en una ocasión dirá que él tiene la sensación como que muchos “alfileritos” se le clava en todo su cuerpo… 

Sobre esto, cuando se habla de las rosas se sabe que las mismas, como planta y de la forma cómo son, tiene espinas su tallo. Es más, que muchas veces, puede hacer bastante daño si no somos cuidadosos al cogerlas. Y Lolo se pregunta, con un ¡ay! muy significativo delante si es que a él no le puede nacer una cosa y no sólo ser la espina la que contemple para sí en su vida. 

Hacerse esa pregunta lleva implícito la esperanza de que, en efecto, le pueda nacer una rosa. Es decir, no se deja vencer por la desesperanza pues eso es cometer un pecado más que grave al desatender, en su propia vida (de hacer eso) la Providencia de Dios y dejarse dominar por el no a lo que pueda ser… y eso no lo puede hacer Lolo ni por fe ni por nada de nada. Y sabe Manuel que su Creador le tiene preparada tal rosa cuando eso tenga que suceder que, para nosotros, fue su propia vida y existencia cual manifestación más excelsa de lo que, en cuanto obra maravillosa de Dios (como la rosa) puede hacer el Todopoderoso. Y tal fue la rosa que le nació a Lolo. 

De todas formas, no se niega a sí mismo, como dice, la “primavera” en el sentido de que cree que está pasando por un invierno como metáfora de lo oscuro, del frío de una existencia físicamente penosa. Y esto lo decimos porque se pregunta “cuándo” y entonces entendemos nosotros que sabe que ha de llegar, en bien propio, pero que ignora cuando será

Y nosotros pensamos que la primavera le llegó un 3 de noviembre de 1971 cuando Dios lo llamó a su Casa y allí, en la Bienventuranza y Visión Beatífica, las espinas se convirtieron, todas, en rosas que, junto a Santa Teresita del Niño Jesús (como ella dijo que haría cuando estuviera en el Cielo) lanzan, a modo de pétalos, sobre nuestras pobres vidas para que, al menos, tengamos, con sus palabras, un buen quicio en el que apoyarnos.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

1.01.22

La Palabra para el Domingo - 2 de enero de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 2 sino sábado, 1 de enero de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”



Jn 1, 1-18


“1 En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. 2 Ella estaba en el principio con Dios. 3 Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. 4 En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, 5 y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. 6 Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. 7 Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. 8 No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. 9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. 11 Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. 12 Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; 13 la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. 14 Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. 15 Juan da testimonio de él y clama: ‘Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.’ 16 Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. 17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. 18 A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado.”




COMENTARIO

En el Principio: en aquel Principio

 

El contenido de los Santos Evangelios es, por ser inspiración divina, verdaderamente maravilloso. Que proceden de inspiración de parte de Dios lo dice el hecho de poder aplicarse ahora mismo, siglos después de haber sido escritos.


Pues bien, hay textos, de todas formas, que expresan más que otros porque contienen una santa doctrina que va mucho más allá de lo que los mismos expresan. Y el de hoy es uno de ellos. Se mire por donde se mire y se haga como se haga la mirada sobre el mismo no se encuentra sino gozo, sino mucha información acerca de la historia de la salvación y, en fin, muchas formas de saber cuál es la voluntad de Dios.


Ciertamente no vamos a ser capaces de meditar sobre el total contenido de este esencial texto del Evangelio de San Juan. Es un verdadero privilegio hacerlo, al menos, sobre alguna parte del mismo.


El Principio de todo

 

Cuando oímos hablar del “Principio” sabemos que se refiere la Santa Biblia a cuando aún nada había sido creado. Era, entonces, el Principio de todo. Y se nos dice que todo se hizo por la Palabra (que es Cristo y que nada se hizo sin ella; todo, además, se hizo para la Palabra. Es más, la Vida (así escrita, con mayúscula) estaba en la Palabra, que era Cristo. Además, al parecer en el Principio había tinieblas pero no pudieron con la Luz (que era la Palabra o, lo que es lo mismo, Cristo) porque la Luz estaba en la Palabra y la Palabra estaba en diálogo con el Creador.


Los que no reciben a Dios en el Hijo

 

Como el ser humano hace lo que bien le parece haciendo uso de su libertad, es posible que no haga lo que le conviene sino lo que está muy en contra de la voluntad de Dios. Y eso es lo que pasó cuando la Luz visitó al mundo. El mundo la necesitaba pero actuó contra la misma de la forma que sabemos y que hizo con Cristo. Por eso muchos no supieron aprovechar la oportunidad que les estaba dando el Todopoderoso y no quisieron saber nada de aquella Luz que había enviado Dios al mundo para que el mundo se salvase.

 

Los que sí reciben a Dios en el Hijo

Hay, sin embargo, dos formas, dos actitudes, ante lo que pasó en aquel principio. La primera ya la hemos visto: no aceptar a la Luz, separarse de Dios, alejarse del Todopoderoso.

 

Pero no todo hijo de Dios tiene el alma encerrada en su corazón. También hay quien sí aceptó la Luz, sí tuvo a bien cambiar su corazón y, en fin, supo ver lo bueno que tenía seguir a Jesucristo. Pues bien, a tales creyentes lo que Dios les da es, nada más y nada menos, la posibilidad de considerarse hijos suyos. No hijos venidos de nacimiento carnal sino puramente espiritual. Y tales hijos son los que, entonces, deben transmitir la Verdad, Quién es el Camino y Quién la Vida.

 

La gracia y la Verdad están en Cristo

 

Los que estaban bajo la ley estaban sometidos a la ley, sojuzgados por el poder establecido por las autoridades religiosas judías. Ellos no estaban con la Ley sino, en todo caso, como decimos, bajo el poder de la ley. Sin embargo, el Hijo de Dios, cuando vino al mundo (según nos dice este evangelio) trajo al mundo algo más que la ley porque con Él vino la Gracia de Dios y la Verdad del Todopoderoso.

Por eso nos dijo que no quería que la Ley no se cumpliese sino que, al contrario, se cumpliese en su totalidad. Y no debía referirse a lo que muchos habían hecho con la que Dios había dado a la humanidad sino, en verdad, a la que Dios estableció como su santa Voluntad. Y tal Ley era la que Cristo quería hacer cumplir.

 

PRECES

Por todos aquellos que no quieren recibir a Cristo en sus corazones.

Roguemos al Señor.

 

Por todos aquellos que no miran a Dios y se pierden en un Infierno mundano.

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a recibirte en nuestro corazón.

  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.