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17.01.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - ¡Qué gran verdad!”

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

¡Qué gran verdad!

 

“¿Qué tememos con que uno muera entre sábanas o que lo paseen por las calles si no ha conseguido subir ni un palmo por la senda de la bondad? (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 23)

 

En realidad, lo que subyace en esto que nos dice el Beato de Linares (Jaén, España) es algo muy importante y que deberíamos tener en cuenta a lo largo de nuestra vida. Y es que se trata de una realidad espiritual que no es cosa de un día ni de un día para otro sino que es, exactamente, de siempre y para siempre. Y nos referimos a saber distinguir entre hacer las cosas bien y hacerlas mal, a que hay que escoger.

El caso es que Lolo, que con este capítulo está comenzando este nuevo diario suyo, presenta las cosas según su corazón de creyente cree que deben ser presentadas. Y aquí no vale ninguna clase de subterfugio ni pretender engañar a nadie. No. Aquí sólo vale y sirve la verdad que, desde el corazón y el alma, salen a la calle del mundo cuando escribe esto.

Poco antes de estas palabras escribe Manuel Lozano Garrido, para que se pueda entender mejor el sentido de lo aquí traído hoy, que “nada hay tan bonito, dulce y caliente que el destino a secas, mondo y lirondo”. Y es que, en realidad, dependiendo todo de la santa Providencia de Dios como depende lo que a nosotros nos toca es hacer nuestra parte y procurar hacerla lo mejor posible.

Nos dice Lolo que no debería importarnos cuál es el discurrir, por así decirlo, de nuestros restos ya mortales. Y es que a él nada gusta eso de que el mundo lo tenga a uno por muy importante si, en realidad, lo ha sido poco de cara a Dios y con su Voluntad por delante. Es decir, si no ha habido bondad en su vida y si, por decirlo así, su corazón no ha sido de carne sino de piedra… entonces, de nada van a servir las alabanzas del mundo. Pero de nada y para nada van a ser salvo para el mundo mismo… embebido en sus simplezas, apariencias y necedades…

Sabe muy bien el Beato linarense que lo que somos ahora, mientras vivimos, nos movemos y existimos poco tiene de importancia cuando llega el momento de partir del mundo hacia donde nos corresponda partir según sea nuestro Juicio Particular. Y esto lo decimos por dar poca, o ninguna, importancia al devenir posterior en cuanto a nuestra realidad física. Lo único que importa es lo que hemos sido de cara a Dios y, claro, según la Voluntad que tiene el Padre de que sus hijos se amen unos a otros como él los ha amado. Y si eso no se cumple… entonces no hay miel sobre hojuelas sino negritud sobre negritud.  

Aquí hay algo más que terrible porque muestra el camino que pueden seguir los hijos de Dios cuando el Todopoderoso les ha otorgado la vida para que la misma sea fructífera según entiende El Señor que debe ser y no según cree el ser humano que debe ser… Y esto lo decimos porque dice Lolo que es posible que, al morir, no se haya subido “ni un palmo por la senda de la bondad”.

Debemos leer esto con atención y tratar de entender lo que eso significa para el momento de presentarse ante el Tribunal de Dios pues no es poca cosa sino mucha y más que mucha.

Arriba hemos dicho eso que dijo Jesucristo en un momento determinado cuando le preguntaron sobre el Mandamiento  más importante de la Ley de Dios. Él dijo, como era de esperar, que era “amar a Dios sobre todas las cosas”. Pero luego añadió algo que muchos de los que escuchaban no esperaban y que, seguramente, no querían escuchar: amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos.

Para amar al prójimo hay que tener el nivel de bondad muy elevado pues, de otra forma, nos va a resultar muy difícil hacer lo que debemos que hacer cuando debemos hacerlo y no mirar para otro lado. Y es que amar al prójimo no siempre nos resulta posible y, a veces, creemos que hasta ni conveniente. Y ahí es donde reside la mayor bondad, el saber que debemos amar al prójimo no siete sino setenta veces siete que son las mismas que Cristo dijo a Pedro que tenía que perdonar a su hermano. Cuanto más si no es hermano, digamos, de sangre, a quien debemos perdonar y mostrar bondad sino que es “otro“ prójimo.

Lolo, en realidad, lo que quiere decirnos con esto es que ha de prevalecer la bondad sobre otras “cosas” que nosotros creemos más importantes. Y la verdad es que eso es tan cierto que, como nos dice Manuel Lozano Garrido, poco importa lo que hagan con nosotros una vez muertos pues, primero, Dios todo lo sabe de nosotros y, luego, tendremos el destino merecido.

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

15.01.22

La Palabra para el domingo - 16 de enero de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 16 sino sábado 15 de enero de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

  

Jn 2, 1-11


“1 Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. 2  Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. 3      Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: ‘No tienen vino.’ 4 Jesús le responde: ‘¿Qué tengo yo contigo mujer?, Todavía no ha llegado mi hora.’ 5 Dice su madre a los sirvientes: = ‘Haced lo que él os diga.’ =6 Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. 7 Les dice Jesús: ‘Llenad las tinajas de agua.’ Y las llenaron hasta arriba. 8 ‘Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.’ Ellos lo llevaron.9 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían  sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio 10 y le dice: ‘Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.’ 11  Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.”

 


COMENTARIO     

 
Nos dice este texto del evangelio de San Juan que con esto que contiene Jesús dio comienzo a sus señales porque, al parecer, era necesario que hiciese eso para que, al menos, fuese escuchado…

Bien podemos decir que dio comienzo a sus señales a su pesar. Y es que, como le responde a su Madre, aún no había llegado el momento de manifestarse al mundo. Y es que esto, lo que sucedió en aquella boda, fue una manifestación, una Epifanía, de Jesús. Digamos que es como un decir que el Hijo de Dios ha venido al mundo a cumplir con lo que ha sido establecido por Quien lo engendró y lo hace a plena satisfacción del prójimo.

También hay algo importante. Nos dice San Juan que con aquello que allí sucedió, en Caná de Galilea, los discípulos de Jesús, creyeron.


El caso es que hasta entonces el Emmanuel se había limitado, por decirlo así, a reclutar a los que iban a caminar con Él por los caminos del mundo conocido por ellos para transmitir la Buena Noticia según la cual el Reino de Dios ya había llegado. Seguramente, como bien nos dice aquí San Juan, aún no había manifestado Cristo un poder tan grande como el que aquí muestra. Se habría limitado a instruir a sus discípulos más allegados pero no había demostrado que el poder de Dios estaba en Él y con Él.

No podemos olvidar la intervención de María que aquí muestra un poder nada pequeño sobre su Hijo: un poder de Madre.

Fiesta de boda en Caná – signo de transformación - Crossroads Initiative

Aquella mujer, sabía (porque lo había guardado todo en su corazón) que su Hijo no era un hombre cualquiera: ni por su nacimiento ni por nada de lo que había antecedido podía pensar que era un hombre cualquiera. Sabía, por tanto, María, que era capaz de hacer mucho. 

Seguramente por eso hace lo que hace la Madre.

No puede callar. Ante la situación de aquellos amigos que los habían invitado a la boda no puede hacer otra cosa que dirigirse a su Hijo Jesús. Él puede hacer algo por ellos. Sin duda que María no sabe qué va a hacer pero tiene la confianza absoluta en el que algo puede hacer que los saque de aquella mala situación.

Y María casi ordena a los presentes: “¡Haced lo que Él os diga!” No sabe, decimos, qué va a ser lo que les diga pero espera algo bueno porque sabe que de su hijo sólo puede salir lo bueno y lo mejor.

Jesús se resiste. Y no es que sea mala persona y no quiera hacer uso de sus dones sino que cree que aún no ha llegado el momento de decir al mundo que es Quien es. Pero no puede hacer otra cosa. 

Su Madre insiste. Y es que no se conforma María con que su Hijo le diga que no ha llegado su momento. No. Ella insiste y pide a los tiene que pedir que hagan lo que Él les va a decir. Y algo dirá.

Y lo dice. Más bien lo hace. Transforma el agua en vino o, lo que es lo mismo (y por equiparar situaciones) convierte lo que sería su sangre en Sangre de vida eterna. Eso es lo que haría con el vino de la Última Cena. Y es, a lo mejor, algo que nos muestra lo que luego pasaría aunque es fácil entender que entonces nadie, salvo Él, conocían nada de lo que iba a suceder años después. 

Es más, Jesús saca de donde no hay nada (las tinajas parece que estaban vacías) para entregar a quien lo pide lo mejor que puede entregar: el mejor vino.

Y por cierto, lo mismo que en alguna que otra ocasión dijo a Dios, su Padre del Cielo, acerca de que el Creador escondía las mejores cosas a los sabios y se las daba a entender a los más sencillos, lo mismo hace ahora: son los sirvientes los que conocen lo que ha pasado.  Y el maestresala no se da cuenta de nada. Y es que Dios parece que goza al hacer que los más sencillos accedan a lo mejor porque, con seguridad, tienen el corazón más preparado.


PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan la mediación de María.

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la señales del poder de Dios en Cristo.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a perseverar en la oración y pedir sin cansarnos y dar gracias sin cansarnos.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

12.01.22

Ventana a la Tierra Media – Cartas a Christopher: 1- De ciertas opiniones políticas de Tolkien padre y del reflejo que tienen en su obra

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Como suele ser habitual en J.R.R. Tolkien, para alguien que quiere escribir sobre su obra, es la misma una fuente y corriente inagotable de temas. Y, en concreto, sus “Cartas”(Edición de Minotauro, debemos decir para hacer justicia) son un una que, como dice el Salmo 41 ("Como busca la cierva corrientes de agua…), es de agua vivificante para todo lector y admirador del maestro de Oxford y, en concreto, para su alma.

Como se trata, por tanto, de una posibilidad más que amplia, hemos pensado que sería buena cosa, elegir algunas de las dirigió a su hijo Christopher cuando se encontraba el mismo en plena Segunda Guerra Mundial de la que, gracias a Dios, volvió con vida como hizo su padre en la otra, la Primera, de la que no sólo salió parte de su obra sino mucho del sentido que le dio a la misma. Y la cosa durará, como podemos imaginar, hasta que dure, si ustedes nos entienden…

Cartas, Tolkien | La Bitácora de Ithil

Pues bien, corría el 29 de noviembre de 1943, cuando Tolkien padre dice esto que sigue:


Mis opiniones políticas se inclinan más y más hacia el anarquismo (entendido filosóficamente, lo cual significa la abolición del control, no hombres barbados armados de bombas o hacia la monarquía ‘inconstitucional’. Arrestaría a cualquiera que empleara la palabra Estado (en cualquier otro sentido que no fuera el reino inanimado de Inglaterra y sus habitantes, algo que carece de poder, derechos o mente) y después de darle la oportunidad de retractarse, ¡ejecutarlo si se obstina en no hacerlo!

 

No podemos negar que apuesta fuerte Tolkien padre en lo que dice pero, como es lógico, aquí hay mucho que matizar para que nadie se lleve a engaño. Y es que no conviene andar por el camino equivocado sin llegar a lugar alguno y errando el paseo intelectual por esto se caiga por algún barranco donde algún dragón ideológico esté esperando para devorarlo… 

Pues bien, de estas palabras de J.R.R. bien podemos creer que, en cuanto a pensamiento político nuestro escritor era, en esencia, liberal pues nos muestra una de las razones de ser del liberalismo: cuanto menos intervención estatal mejor. 

Y aún estando nosotros totalmente de acuerdo con esto no se trata aquí de mitinear sobre tal asunto sino ver si, acaso, tal forma de pensar se refleja en su obra escrita pues eso demostrará no poca coherencia y ningún intento de tergiversar su pensamiento por intereses, digamos pecuniarios. 

Algo que no era del gusto particular del autor de El Hobbit (etc.) era, precisamente, lo que supone el control que, desde el Estado, puede llegar a ejercerse sobre la población que lo constituye. 

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11.01.22

Cuando Martín Descalzo escribió a Dios: 1- Un simple gracias

Guillermo Luca de Tena nombra al sacerdote José Luis Martín Descalzo nuevo  Director de la revista BLANCO Y NEGRO - La Hemeroteca del Buitre

Introducción:

José Luis Martín Descalzo o, mejor, el P. José Luis Martín Descalzo (Madridejos, 1930 – Madrid, 1991) fue, como vemos, sacerdote. Pero también fue escritor. Dirigió revistas como “Vida nueva” y “Blanco y Negro”.

Como escritor, es autor, entre otros, de libros como “La frontera de Dios”, a la sazón premio Nadal de 1956, “Lobos, perros y corderos”, de 1978, o ensayos como “Un periodista en el Concilio, 1962-1965” y, por citar una última obra suya, su impagable “Vida y misterio de Jesús de Nazaret” ante la cual cabe descubrirse el sombrero si es que se lleva tal prenda… 

Pero Martín Descalzo también tuvo relación con el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, a quien mantuvo al punto de la noticia de lo que sucedía en el Concilio Vaticano II porque le enviaba, por decirlo así, un boletín con lo que estaba acaeciendo en Roma (fue, Martín, enviado especial de La Gaceta del Norte) y ante lo cual Lolo reaccionaba más que emocionado. 

El caso es que el P. Martín Descalzo llegó a decir Misa en casa de Manuel Lozano Garrido (pues, dadas sus especiales circunstancias física le fue autorizado algo tan excepcional como eso) y quedó vivamente impresionado al ver el aplomo que tenía Lolo y cómo se comportaba teniendo en cuenta la situación por la que estaba pasando desde hacía muchos años. 

Pues bien, este hombre, el P. Martín Descalzo escribió una carta a Dios pocos años antes de ser llamado por el Padre a su Casa (cinco años más o menos). Y a ella nos vamos a dedicar las semanas que Dios quiera.

 

1- Un simple gracias

 

Gracias. Con esta palabra podría concluir esta carta, Dios mío, Amor mío. Porque eso es todo lo que tengo que decirte: gracias, gracias. Si, desde la altura de mis cincuenta y cinco años, vuelvo mi vista atrás, ¿qué encuentro sino la interminable cordillera de tu amor? No hay rincón en mi historia en el que no fulgiera tu misericordia sobre mí. No ha existido una hora en que no haya experimentado tu presencia amorosa y paternal acariciando mi alma.

 

Seguramente nada hay mejor que ser agradecido y, así, bien nacido. Y eso es lo que hace para empezar, José Luis Martín Descalzo. 

Su primera palabra, en esta especial y gozosa carta, es “Gracias". 

Sin duda alguna, dar las gracias supone que se ha reconocido, digamos, un beneficio por parte de quien se haya recibido. Y el P. Martín Descalzo, a pocos días de ser llamado a la Casa del Padre, sabe que Quién eso ha hecho con él no ha sido otro que Dios mismo

El caso es que Martín Descalzo sabe que eso viene de lejos. Es decir, que se siente agraciado por Dios, literalmente, desde siempre. Toda la misericordia del Todopoderoso la ha volcado con este hombre que, como podemos imaginar, debía sentirse el hombre más afortunado del mundo sabiendo que su Padre del Cielo se fijaba tanto en él (seguro que pensaba que como en cada uno de sus hijos) que no había rincón de su existencia en el que no pudiera encontrar una huella tan gozosa como la de Dios

Por otra parte, podemos decir que el P. Martín era más que afortunado en cuanto a las cosas del alma. Y es que experimentaba la presencia de Dios en su corazón. Además, que la misma era amorosa y era paternal lo cual, por cierto, no debía extrañar nada a quien eso recibía pues conocía muy bien la bondad y misericordia de su Padre del Cielo. Creyente, pues; confiado, pues; agradecido, pues, hasta decirlo algunas veces en tan pocas palabras. Es decir, que sus “gracias” tenían pleno sentido al crecer sobre la Roca firme que era Cristo (sacerdote suyo era) y, entonces, estar más que seguro de ser, digamos, “mimado” por Dios y, por tanto, capaz de lo mejor en su vida para el Creador y su prójimo. 

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10.01.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La felicidad bien entendida

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

 

“Y es que la felicidad es una cosa bien distinta a las palmas de tango y el pasarlo bien. A uno le puede bajar por la cara un reguero de lágrimas, estar tosiendo, con taquicardia o detrás de un balcón y en el corazón bullirle todas las campanas del mundo“ (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 23)

  

La felicidad bien entendida

 

Que sí, que es posible que alguien pueda pensar y decir que estas palabras de Lolo, en ellas, hay una voluntad de que las cosas, a pesar de todo, sean bien consideradas en la vida de uno. Algo así, digamos, como un voluntarismo un tanto exagerado… 

Es cierto que eso podría decirse pero, de hacerlo, es claro que no se ha entendido nada de lo que el Beato de Linares (Jaén, España) ha querido decir con esto. Y vamos a tratar de decir algo a tal respecto. 

Tenemos, por un lado, la felicidad, digamos, ordinaria, oficial podríamos decir. Y es la que se sostiene sobre aspectos externos a nosotros, en cómo nos comportamos de acuerdo a nuestros particulares intereses. Por eso habla Lolo de las palmas de tango o el mismo pasarlo bien. 

¿Están mal, acaso, las palmas de tango o pasarlo bien? 

Seguros estamos que Manuel Lozano Garrido no estaba contra las primeras o lo segundo. Sin embargo, tenía muy claro que las cosas de la felicidad tienen otro “nivel” para que se pueda considerar tal estado del alma aunque bien sepamos que estar alegre, dando palmas o pasándolo bien no es lo mismo que ser feliz pues una cosa es una cosa y otra… pues es otra. 

Y es ahí, precisamente, en el “alma” donde se centra lo relacionado, de verdad, con ser feliz o, en fin con la felicidad en su estado más puro, más cierto, como debe ser considerada la misma. 

Esto lo decimos porque Lolo considera la felicidad, ser feliz, desde otro punto de vista que no resulta tan mundano donde, como sabemos, lo externo priva sobre lo de “dentro” de uno, de su alma y de su espíritu. 

Debemos apreciar los casos en los que, de ordinario, no se presenta la felicidad como realidad con cartas sobre la mesa. Así, por ejemplo, nos habla Lolo de estados en los que eso de ser feliz… como que no casa con lo que pasa:

 

- Pasarlo mal y estar llorando, 

- Estar, simplemente, enfermo, sea cual sea la enfermedad

 

Y, por último, algo que lo retrata a él mismo a la perfección y que es, estar “detrás de un balcón” que es como permanecía durante buena parte del día al no poder pisar la calle, por así decirlo, debido a su enfermedad… 

Cualquiera diría, y se dice, que si se llora por pasarlo mal, si se está enfermo o si se está recluido en su casa detrás de un balcón como única comunicación con el exterior, que ahí no puede haber felicidad alguna. Y ahí es cuando Lolo pone sus cartas sobre la mesa y sale vencedor de esta partida

Esto lo decimos porque cree Lolo que, incluso en las situaciones que pone como ejemplo de lo malo que a uno le puede suceder, se puede ser feliz y, como dice, que las campanas del mundo, “todas” (no unas pocas o muchas sino, exactamente, todas) pueden estar repicando en su corazón y no lo hacen, precisamente, a muerto sino, justamente, a lo contrario: a vivo bien vivo y a feliz y bien feliz. 

Claro que, para eso, se ha de tener un sentido del sufrimiento y del dolor muy diferente a como solemos tenerlo. Y, claro, ser de otra pasta espiritual distinta a la ordinaria…

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.