La Palabra para el domingo - 13 de febrero de 2022
“Como es obvio, hoy no es domingo 13 sino sábado 12 de febrero de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.
También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”
Lucas 6, 17. 20-26
“17 Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, 20 Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. 21 Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. 22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. 23 Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas. 24 ‘Pero ¡ay de vosotros, los ricos!, porque habéis recibido vuestro consuelo. 25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que reís ahora!, porque tendréis aflicción y llanto. 26 ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas.’”
COMENTARIO
Los que sufren y los que gozan… ahora
Estas bienaventuranzas de San Lucas son, por decirlo así, menor en número que las recogidas por san Mateo. Si embargo, en algo también son diferentes: recogen una grave crítica a según qué tipo de personas.
En cuanto a lo que de bueno tiene que Jesús diga lo que dice de un determinado tipo de personas, basta con repasar a quién se refiere:
-Los pobres.
-Los que tienen hambre.
-Los que lloran.
-Los que sean perseguidos por causa de Jesús.
Los casos expresados arriba determinan que muchas personas se encontraban en tal situación. Pues las mismas, si comprendían el mensaje de Jesús, obtendrían no pocos bienes espirituales.
Lo contrario de lo malo es, claro, lo bueno:
-Los pobres tienen, ya, el Reino de Dios.
-Los que tienen hambre, serán saciados.
-Los que lloran, reirán.
-Los que son perseguidos tendrán una gran recompensa en el cielo.
Esto lo que ha de querer decir es que los más perjudicados por la sociedad en la que viven verán, al aceptar el mensaje de Cristo, muy mejorada su
situación: serán otras personas, vendrán a mejor, cambiarán, se convertirán.
Pero también hay malas noticias para determinado tipo de personas pues no todos eran tratados igual por Jesús. Los desiguales con igualdad hacia el bien y los, digamos, demasiado iguales, desigualmente en su perjuicio.
Los ricos son tratados no como suele pensarse y que es la forma según la cual Jesús podía dar la impresión de que no quería que hubiese ricos. Tal cosa no es cierta. Lo que no quería Jesús era que el dinero se utilizara en beneficio exclusivo de su propietario cuando se podían hacer buenas obras con él. Eso era lo que el Hijo de Dios no podía soportar. Por eso les dice a los ricos que hacen mal las cosas que en la Tierra ya habían tenido bastante, de lo que se deducía que en el definitivo Reino de Dios otro sería su destino (traer, aquí, a colación, en caso del rico Epulón no está mal)
También las personas que, a lo mejor, por su forma de vivir, estaban, digamos, cansados de todas las cosas porque lo habían tenido todo en la vida sin haber hecho nada a cambio y sin reconocer la perjudicial situación de otras personas… a aquellas tampoco les plantea Jesús un destino demasiado bueno: tendrán hambre.
Sin embargo, hay algo que Jesús les dice que es, aún peor. Les pone delante la situación de sus padres: trataron muy bien a los falsos profetas de otros tiempos y los tenían como enviados de Dios porque, con seguridad, no les cantaban las cuarenta que era lo que sí hacían los profetas, no falsos, a los que con tanta contumacia mataban por, precisamente, poner las cartas sobre la mesa de la situación espiritual del pueblo elegido por Dios.
Por lo tanto, hay que comprender el sentido exacto de las palabras de Jesús. En realidad, no criticaba porque estuviera de mal humor sino porque, al contrario, quería que caminasen por el buen camino aquellos que se habían salido de él para recorrer las sendas equivocadas del mundo.
PRECES
Pidamos a Dios por aquellos que abandonan el camino que lleva al definitivo Reino de Dios.
Roguemos al Señor.
Pidamos a Dios por aquellos que no saben encontrar a Dios en sus vidas.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a ser bienaventurados y a no querer ser como los que, en realidad, traicionaban Tu Ley y Tu Palabra.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Palabra de Dios; la Palabra.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.