InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Agosto 2010

21.08.10

Vírgenes, advocaciones – Virgen de Czestokowa

Virgen de Czestochowa

Por más que se pueda tener como fantástica la leyenda sobre la imagen de la Virgen del Czestokowa, conocida como “La Virgen Negra” por lo oscuro de sus rasgos, el que esto escribe la da por buena porque es, como poco, digna de tener en cuenta.

Dice la misma que fue pintada por san Lucas sobre la tabla que conformaba una mesa hecha por Jesucristo en su labor de carpintero. Con el devenir de los años, al igual que le pasara al Santo Cáliz venerado en la catedral de Valencia (España) la imagen de la Virgen con el niño fue a dar con su amor en Polonia, donde san Ladislao, para evitar las invasiones de los Tártaros la trasladaba a Opala y tuvo que hacer noche en Czestokowa. A la mañana siguiente, al tratar de trasladar la misma a tal población (ciudad natal de Ladislao) los caballos hicieron caso omiso de la orden de partir y eso fue entendido como una señal según la cual la Virgen tenía que quedarse en aquel pueblo. Y, en concreto, en Jasna Gòra (o “colina luminosa”) donde había sido depositada hasta su, nunca realizado, viaje a Opala.

Esto sucedió el 26 de agosto de 1382 y, desde entonces es custodiada la imagen por los Padre Paulinos, a los que se les construyó, al efecto de tal custodia, una Iglesia y un monasterio.

A tal efecto, Jasna Gòra se convirtió, con el paso de los siglos, en lugar de peregrinación de miles de fieles polacos que no se vieron amedrentados por los malos momentos que pasó la nación hermana en la fe como, por ejemplo, sucediera en la dominación nazi y comunista del siglo pasado.

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20.08.10

Eppur si muove - Los Baales contra los que lucha la Iglesia católica

Como es lógico, de lo dicho por Benedicto XVI a los jóvenes (y demás cristianos sea cual sea la edad) los días que permaneció en tierras australianas en 2008, mucho ha quedado de importante porque el Santo Padre no es persona que, precisamente, no sepa lo que dice.

De lo que el Santo Padre dice, escribe o transmite oralmente, siempre puede dar la impresión que, cuando, por ejemplo, va dirigido a jóvenes, los demás católicos no nos tenemos que sentir concernidos por lo que dice; como si, al fin y al cabo, no fuera con nosotros porque es muy posible que no nos convengan sus palabras.

Ahora, en el caso presente, se dirigió a un grupo de jóvenes que tenían problemas de adaptación. Evidentemente eran personas, digamos, especiales. Sin embargo, las palabras que les dirigió Benedicto XVI bien nos las podemos (es más, nos las debemos) aplicar todos los que, no encontrándonos en tales situaciones, pasamos por considerarnos hijos de Dios y, por tanto, hemos de actuar en consecuencia.

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19.08.10

El extraño poder del Evangelio

Se le acusa, muchas veces, a la Iglesia católica, de querer ostentar un poder que, a lo que parece, busca sin parar. Eso, dadas las circunstancias que cualquiera puede apreciar, ver y casi tocar, resulta de lo más gracioso además de falso.

Al que esto escribe la parece una buena contemplación del Evangelio la expresión “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. A lo mejor a alguien se le queda corta pero comprendiendo lo que significa cada uno de tales términos, se sabe que la Buena Noticia es buena y es noticia.

Y es buena en cuanto supone la apertura del corazón duro a uno que lo sea de carne; y es noticia en cuanto manifiesta el final de la Revelación que Dios ha hecho a su criatura.

Pues, al parecer, la Iglesia católica, legítima transmisora de la voluntad de Dios por la que lo fue de Jesucristo al entregar a Cefas las llaves de la misma, lo único que pretende es acaparar el poder del mundo.

Más de uno hay entre los creyentes que siguen pensando, al igual que lo hiciera Marx, que la religión es el “opio del pueblo”. Es más, hoy día se defiende porque, en realidad, forma parte de su ideología dizque religiosa, que no católica.

Así, se le endilga al pueblo de Dios tal estupefaciente para que crea que vive en un mundo mejor cuando tal cosa no sucede porque la existencia es la que es y siempre ha sido la que ha sido con sus problemas, gozos y tristezas.

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18.08.10

A mí, como católico, me molesta que se diga esto

Algunos de los instrumentos publicitarios que se utilizan hoy día pueden parecer inofensivos para la fe católica. Sin embargo, muchos de ellos atacan aspectos muy concretos de la misma y, por decirlo pronto, tratan de afearle la conducta.

No vayan a creer que exagero. A las pruebas me remito.

Yo creo en la ciencia, no en milagros

Esto, que es una frase publicitaria me ha molestado bastante. A decir verdad, me deja, siempre que la oigo y la veo, un mal sabor de oído y de corazón.

A lo mejor más de una persona que lea este artículo piense que, al fin y al cabo, sólo se trata de una frase publicitaria y que tampoco se le tiene que dar tanta importancia porque la imaginación da para tales y otras peores cosas.

Sin embargo, un cristiano, aquí católico, tiene que sentirse agredido cuando, con total desparpajo y esperando que nadie se dé cuenta de lo que se dice en unos pocos segundos de televisión, se trate de hacer menosprecio de lo que tal cristiano cree.

En primer lugar, “creer” quiere decir, sobre todo, poner la confianza de uno en algo o en alguien. Por eso se dice “creo en Dios” porque se confía en Dios. Pero ¿Qué confianza se puede tener en un saber que hoy dice una cosa y mañana otra distinta?

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17.08.10

La inexistente intolerancia en la religión católica

A lo largo de los siglos las diversas religiones que en el mundo han sido han tenido comportamientos bastante alejados de la doctrina que decían defender.

No me cabe la menor duda que la religión católica también ha hecho otro tanto.

Sin embargo, hay que entender las cosas como son porque no podemos aplicar criterios de hoy día a formas de actuar de hace siglos. Menos aún si lo hacemos aplicándolos a los mismos comienzos de las religiones porque entonces equivocaremos el análisis y lo que nos salga tendrá que ver poco con la realidad de lo que debía, en aquellos tiempos, pasar.

Por eso, decir, así sin más, que religión supone manifestación de intolerancia es como decir, por ejemplo, que conducir un automóvil es sinónimo de muerte segura en accidente. A veces sucederá eso pero no tiene que suceder una tan terrible muerte y, es más, hay muchos más casos, por lógica, en los que nada de eso ha pasado en muchos años de conducción que de lo contrario.

Entonces, las cosas son como son y, sobre todo, han sido como han sido.

Al respecto de los fallos en los que la religión católica haya podido a lo largo de los siglos Juan Pablo II Magno pidió, en más de una ocasión, perdón por lo hecho y llevado a cabo. Y eso porque comprendió, como se debería comprender, que la religión, en este caso la católica, la llevan a cabo seres humanos y los mismos siempre están predispuestos a actuar guiándose de sus sentimientos.

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