InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: General

28.05.19

Un amigo de Lolo - "Libro a libro" – El poder de la Cruz

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

El poder de la Cruz

Desde la Cruz acá, el Bien es, cuando menos, un antibiótico instantáneo para el delito.” (“El sillón de ruedas, p. 105)

 

Lo que nos dice hoy, lo que aquí traemos de parte del Beato Manuel Lozano Garrido es, verdaderamente, importante porque supone tener en cuenta que sí, que en el mundo hay Mal pero que hay un remedio más que bueno y eficaz contra el mismo que es el Bien.

Cierto es que, antes de que el Hijo de Dios caminara por el mundo enseñando la Palabra de Dios y la Verdad también había Mal. Sin embargo, tras su muerte y resurrección algo cambió en el devenir de la humanidad creada por el Todopoderoso. Y podemos decir, sin temor a equivocarnos, que unas nuevas posibilidades de enfrentar las asechanzas del Maligno, nos fueron dadas.

Lolo, como es conocido nuestro hermano en la fe, tiene muy en cuenta la importancia de aquellos maderos en los que estuvo colgado el Hijo de Dios. Es decir, de serlo, maderos, como lo era, pasaron a ser algo más, mucho más: símbolo del Amor de Dios por sus hijos y, sobre todo, espejo donde poder mirarnos los discípulos del Maestro de Nazaret.

Que existe el Mal, para empezar esto, es algo que nadie que tenga dos dedos de frente, puede dudar. Y, a diferencia de aquellos que creen que, no existiendo, tampoco existe Satanás o el Demonio, lo bien cierto es que sólo hay que mirar a nuestro alrededor o, incluso, a nuestro propio corazón, para saber que sí, que el Mal existe y es bien patente que existe.

Pues bien, nosotros, que creemos que la Cruz de Cristo es verdaderamente redentora y que fue puesta por Dios para que la Sangre de Uno salvase a la sangre de todos, es en ella donde debemos mirarnos, a ella donde debemos mirar si es que queremos salvarnos o no permitir que nuestra alma caiga en la fosa de la que tanto habla el salmista pero, sobre todo, de la que nunca se sale.

Entonces… desde aquel momento, desde que Cristo estuvo allí colgado, como decimos arriba, y, luego, desde que resucitó, algo nuevo y bueno surgió de aquellos maderos. Y queremos decir con eso que sabemos que el Bien no es, por decirlo así, algo que es bueno en sí mismo y que debemos practicar todo lo que podamos. No. Sabemos, a ciencia y corazón ciertos, que el Bien nos viene como anillo al dedo para prevenir su contrario, el Mal.

El Beato de Linares (Jaén, España) tiene muy claro que el Bien no es sólo no hacer el Mal sino que puede servirnos de prevención para que el Mal no se manifieste ni en nuestra vida ni en la del mundo, donde nos movemos, vivimos y existimos.

Que diga nuestro hermano en la fe que el Bien es “un antibiótico instantáneo para el delito” tiene más que importancia porque supone sentar las bases de un actuar correctamente, según la Voluntad de Dios.

El Bien, así entendido, como dice Lolo, puede con el Mal desde que practicamos el primero. Así, el Mal no puede hacerse con nuestro corazón si sabemos que es mucho mejor el Bien que su contrario y si tenemos muy claro que debe prevalecer el Bien frente al Mal porque eso es lo que Dios quiere de su semejanza.

El Bien, por tanto, previene lo malo en nuestra vida y, por tanto, ha de hacerse con nuestro corazón templo, por cierto, del Espíritu Santo de donde sólo puede salir lo que es bueno y donde no puede echar raíces ni el egoísmo ni nada que suponga un ser muy poca cosa ante el Tribunal de Dios y, así, ante Dios mismo sin llegar a tener que morir para enfrentarnos a su santísima Justicia.

El bien, en fin, es bastante mejor que el Mal. Y por eso el Beato Manuel Lozano Garrido, lo prefiere y por eso, precisamente por eso, lo practicó a lo largo de su vida.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

25.05.19

La Palabra del domingo -26 de mayo de 2019

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Jn 14, 23-29

 

“23 Jesús le respondió: ‘Si alguno me ama, guardará mi Palabra,   y mi Padre le amará, y vendremos a él,  y haremos morada en él. 24 El que no me ama no guarda mis palabras.  Y la palabra que escucháis no es mía,  sino del Padre que me ha enviado. 25   Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. 26  Pero el Paráclito, el Espíritu Santo,          que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo  y os recordará todo lo que yo os he dicho.    27 Os dejo la paz,  mi paz os doy;  no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.

28 Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros.’ Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre,  porque el Padre es más grande que yo. 29 Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis.’”

COMENTARIO

 

Escuchar y ser consecuentes

 

La misión salvadora de Cristo tuvo que desarrollarse mediando palabras y actos. Es decir, no tuvo más remedio (dado como eran sus contemporáneos) que realizar signos para que creyeran lo que decía, sus palabras, aquellos que le escuchaban. Por eso curó a enfermos incurables, resucitó a varios muertos, sacó demonios de endemoniados, etc.

Sin embargo, la base de todo su hacer eran las palabras que pronunció a lo largo de sus años de predicación pública. Y las que hoy trae el evangelio de San Juan son de vital importancia para la vida espiritual del discípulo. Es más, para la vida eterna de quien le sigue.

¿Qué es importante destacar en estas palabras que muchas veces hemos oído pero, a lo mejor, no escuchado?

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23.05.19

J.R.R.Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Vidas paralelas: Gandalf-Saruman

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Estamos seguros (aún sin poderlo demostrar) que, en sus tiempos de estudiante, J.R.R. Tolkien tuvo que llevarse a los ojos las llamadas “Vidas paralelas” del escritor romano Plutarco. Y es que, como sabemos, en ellas se desarrollaba una, digamos, biografía de dos personajes que, por sus especiales características personales, podían entenderse, por decirlo así, comparables. 

Algo así vamos a procurar hacer en este concreto y especial apartado del blog dedicado al profesor de Oxford. Y aunque, como es de esperar, esto no esté repleto de citas eruditas (cada cual da lo que puede) al menos vamos a tratar de hacerlo lo mejor que posible.

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21.05.19

Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro" – Otra oportunidad para la criatura de Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Otra oportunidad para la criatura de Dios

 

El primer vagido el Pesebre recuerda a esas viviendas en las que se ceba una catástrofe y se aprovecha la oportunidad para dar paso a una nueva edificación, que cubre airosamente todas las necesidades de los inquilinos.” (El sillón de ruedas, p. 103-104)

 

Era, sin duda, una nueva oportunidad que Dios daba al hombre.

Es conocida, y más que conocida, la historia del ser humano desde que sabe que existe un Creador y que el mismo mira por él. Pongamos, por ejemplo, desde que nuestro padre en la fe, Abrahám, dijo sí a un Dios a quien no veía pero escuchaba y cuyo nombre era no fácil de transmitir. Sin embargo, quiso dejarlo todo porque tuvo confianza y, en fin, porque tuvo ve y creyó.

Decimos, pues, que es más que conocido qué pasó con el ser humano. Y tal fue así que hasta Dios tuvo que intervenir más de una ocasión para sacar las castañas del fuego a una criatura que, como el hombre que, al cabo de unos siglos pareció separarse de su Creador sin importarle lo más mínimo hacer eso y poner en su lugar a dioses falsos…

Dios, sin embargo, y como ha demostrado a lo largo de la historia, es Bueno y Misericordioso. Y decir eso supone tanto que, tenerlo como algo que no es verdad es, más bien, estar ciego y más que ciego.

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18.05.19

La Palabra del domingo - 19 de mayo de 2019

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Jn 13, 31-33a. 34-35

 

 

“31 Cuando salió, dice Jesús: ‘Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre  y Dios ha sido glorificado en él. 32      Si Dios ha sido glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.’ 33 ‘Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. 34 Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros.        35 En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.’”

        

 

COMENTARIO

 

Un mandamiento muy difícil de cumplir

 

En la Última Cena Jesús dijo muchas cosas de importancia e hizo otras tantas de no poca relevancia. Así, por ejemplo, fue el momento en el que se celebró la primera Eucaristía y, también, cuando estableció el sacerdocio.

El momento que traemos aquí hoy corresponde al momento en el que Judas sale del Cenáculo para cumplir con la traición hacia el Maestro. Y habla, Cristo, de lo que ha de ser su glorificación… en la Cruz.

Todo lo dicho, sin embargo, tiene un punto álgido. Y es cuando el Hijo de Dios establece lo que él mismo llama mandamiento nuevo. Y es que, en verdad, no es sólo nuevo sino que sirve de cauce a muchos de los ya conocidos.

Jesús da un mandamiento nuevo. Si el resto de mandamientos habían sido establecidos por su Padre y entregados a Moisés en su camino por el desierto hacia la tierra prometida, era ahora el Hijo quien establecía un nuevo.

En realidad, lo mismo que el resto de Mandamientos (10) podía ser seguido y cumplido… o no seguido y no cumplido. Esto caía del lado de cada hijo de Dios.

El mandato es: amarse unos a otros. Y esto parece fácil de entender porque cualquiera sabe lo que eso significa.

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