InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2021

26.08.21

Ventana a la Tierra Media– Y de la música surgió todo – 4

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

La verdad es que aquellos que estaban escuchando lo que parecía un cuento (pero sabían que pasó y no era invención de nadie) estaban ansiosos por continuar conociendo el devenir de aquellos primeros tiempos de todo. Y, cuando llegó el momento oportuno, una semana después de lo último, a todo se les hacía la boca agua, hablando en lenguaje Hobbit… 

- ¿Qué pasó entonces?, preguntó el más ansioso del grupo. 

Bueno, la verdad es que cuando aquellos que habían sido creados por Eru, los Ainur, vieron lo que pudieron contemplar, quedaron maravillados pero, a la vez, ansiaron mucho aquellos lugares y los rincones más recónditos de lo creado fueron su anhelo.

 Os tengo que decir una cosa: a Melkor también le gustó lo que vio, pero..

 -¿Pero qué, pero qué?, se oyó al unísono. 

Pues bien. Como sabéis, aquel Ainur era muy poderoso y dado que tenía tanto poder no podía contemplar lo que todos estaban viendo de la misma forma como lo contemplaban sus hermanos. No. Él lo hacía con una intención, digamos, distinta. 

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

Esto que os digo es para que sepáis que cuando alguien ansía más de lo que le corresponde por gracia de Ilúvatar… en fin, puede acabar mal y más que mal. 

Entonces… su mente no ideó nada bueno sino malo y más que malo. Es que creyó que él podía dominar a Elfos y a Hombres y que podría someternos bajo su poder. Y es que, como sabía que todo lo creado pertenecía a Eru, quiso que su poder se hiciera efectivo y dominarlos a todos… 

¡Ah!, aunque ya lo sepáis, se me ha olvidado que a lo que estaban contemplando los Ainur, los Elfos dieron en llamar Arda o, lo que es lo mismo, la Tierra. 

Todo lo que veían era de su agrado y todos lo amaron todo. Sin embargo, había algo que los inquietaba y no era otra cosa que el rugido que hacía el mar pues ellos antes de eso no lo habían conocido. Tampoco habían conocido aquello de lo que estaba formado Arda: los vientos, el aire, el hierro, la piedra, la plata y el oro y mucho más. Y todo eso lo amaron porque sabía que había salido, en parte, de su música pero que todo eso era debido a la voluntad primera de Eru. 

De todas formas, de todo aquello que os he dicho que amaron mucho, había algo que amaron más que nada. 

-¿Qué, qué fue?, quiso saber el hijo de Arterion. 

Marcin Witkowski on Twitter: "#Eru #Iluvatar #silmarillion #Tolkien… "

El agua. 

-¿El agua?, volvió a preguntar el mismo pues le parecía extraño que algo tan natural como el agua sorprendiera mucho a los Ainur. 

Sí, el agua. Y, es más, los Eldar que, como sabéis muy bien es el nombre con que el Ainur Oromë llamó a los Elfos, dicen que la música, aquella con la que se creó mucho de lo que existe, aún está en el agua por mucho que los hijos de Eru no acaben de entender lo que les dicen las voces que emite el Mar aunque amen también mucho aquella extraña música. 

-Anda, ¿Nos puedes decir algo de algún Ainur pues ya sabemos sobre Melkor pero de los demás…?, quiso saber uno de los escuchadores. 

Vale, pues. Sólo os voy a citar, hoy, a tres de ellos: Ulmo a quien Eru pensó como mejor conocedor del agua; Manwë, a quien Eru pensó como mejor conocedor del aire y del viento y, por fin, Aulë, a quien Eru dio capacidades no menores a las Melkor. Sin embargo, al contrario de Melkor, a Aulë no le gusta poseer nada sino que hace las cosas para dar y gustaba mucho de emprender tareas nuevas. 

Por cierto, se cuenta desde muy antiguo, que Eru tuvo una conversación con Ulmo y le habló de lo que estaba haciendo Melkor con el agua y era que había creado fuego y calor que podía destruir su obra, la de Ulmo. Sin embargo, no había podido hacer nada contra las nubes o las nieblas ni tampoco contra la caía de la lluvia. Y es que Manwë, como os acabo de decir, tenía el especial encargo sobre al aire y el viento y el agua, cosa propia de Ulmo, caía desde las nubes para incorporarse al mar. Por eso aquellos dos Ainur, Manwë y Ulmo fueron aliados desde el principio y todo lo hicieron para gloria de Ilúvatar

 

Y hasta aquí hemos llegado hoy.

 

 (Continuará)

  

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

24.08.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La Gloria en paracaídas (El Reino) –5– Que estés, está ya, con nosotros

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino) –5– Que estés, está ya, con nosotros

 

“Planta tu tienda entre nosotros. Oigas lo que oigas de los hombres, todos a una te vienen a decir lo que te aman en la antigua y siempre nueva nostalgia de la felicidad. Que el ‘tu reino venga a nosotros’, te llegue como una voz con mucha hambre y como lo sientas Tú: es como una sensación de himno que reconoce y canta tu generosidad o como el cohete que ya en la víspera anuncia ese festejo que es tu presencia entre nosotros. ¡Si ya estás conmigo entre ellos, Padre…!” (Mesa redonda con Dios, 216)

 

 Seguimos con este texto perteneciente al capítulo “Dios al volante” en el que el Todopoderoso está más cerca de sus hijos que nunca porque cae, digamos, como dice el título de esto, “en paracaídas”. 

Este texto del Beato de Linares (Jaén, España) es verdaderamente redondo. Y no lo decimos porque le haya salido perfecto (que también) ni porque sus palabras estén acertadas (que también) Lo decimos porque empieza como acaba o acaba como empieza (al menos en intención y voluntad expresada por Lolo) si ustedes nos entienden no siendo esto ninguna especie de trabalenguas ni nada por el estilo. ¡Ah!, y entre el comienzo y el final toda una serie de verdades espirituales que no tienen desperdicio alguno sino, al contrario, que son aprovechables y más que aprovechables. 

Vayamos, por tanto, al meollo de todo esto. 

Estamos dedicando unos artículos al capítulo de “Mesa redonda con Dios” (obra escrita de Lolo) de título “Dios al volante” y, dentro del mismo, al apartado que tiene un nombre bien curioso pero que está, como todos, todos, los de Manuel Lozano Garrido, perfectamente puesto. Y es que, en efecto, lo que pasa es que “La Gloria en paracaídas” (que es el título del apartado al que nos referimos) cae sobre los hijos de Dios. Así se sencillo. Y eso lo dice de muchas formas y se acerca al Creador y a nosotros, su descendencia, de las misma forma. 

Esto lo decimos por eso del principio y del final de este texto: quiere Lolo que Dios ponga su tienda entre sus hijos (al igual que lo hizo en tiempos antiguos de la Antigua Alianza con el hombre) pero acaba diciendo que ya está entre nosotros. ¿Es esto una contradicción? 

A esta pregunta decimos que no. Se trata, más bien, de la expresión de una voluntad y de la constatación del cumplimiento de tal voluntad. Y en medio… 

Es cierto que eso es lo que quiere Lolo pero también sabe que Dios, que todo lo conoce, sabe más que bien cómo somos sus hijos. Y por eso, antes que nada, quiere nuestro amigo de Linares disculpar, quizá disculparse si así se cree también incluido en el grupo de los hijos de Dios, la forma de ser de la descendencia del Todopoderoso. Sí. Y es, que seamos como seamos nosotros, quiere Lolo que Dios esté aquí mismo, no lejano o como un Creador fuera del alcance de su Creación sino al contrario: aquí, aquí, aquí mismo. 

Al fin al cabo, cuando creemos que somos felices (y seguramente muchas veces lo seamos) es a Dios a quien le debemos la felicidad. Por eso habla Lolo de la felicidad efectiva, la que gozamos en determinados momentos, y la “nostalgia” de la misma o, lo que es lo mismo, cuando nos acordamos de que fuimos felices. Y ahí está el agradecimiento del hombre hacia su Padre Eterno. Y entonces, Dios está en efecto entre nosotros, por si no nos habíamos dado cuenta. 

Entonces acude Manuel Lozano Garrido a una parte de la oración que Cristo enseñó a los ávidos de acercamiento a Dios. Ellos querían saber y, entonces, no les enseñó una oración larga o estropajosa de decir o aprender. No. Les enseñó el Padre Nuestro que es oración no muy extensa pero, sobre todo, muy fácil de entender y aplicarse a la vida de uno mismo. 

Pues bien, dice Lo que quiere que el Reino de Dios, cuando le pedimos que venga a nosotros, en efecto, sea tenido por el Creador como una petición de alguien que tiene “hambre” de Dios, que lo quiere cerca y que le pide, le pide y le pide, que su Reino venga al mundo y, a ser posible, se quede para siempre pues ya vino una vez y lo mataron los hombres que no sabían lo que hacían… 

De todas formas, nosotros reconocemos que Dios es generoso, más que generoso, con una descendencia que tantas veces se muestra desagradecida con Quien lo creó y mantiene. Y por eso que “tu reino venga a nosotros” es algo así como aquello que nos une a todos bajo la bandera de la fe y la creencia en Dios Todopoderoso. Y lo hacemos, al decirlo, ruego, esperanza, Luz que queremos que venga aún sabiendo, como nos dice Lolo que, en realidad, aquí ya está. Aquí y ahora mismo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Ser conservador o progresista

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Hay temas que dan, digamos, para establecer separaciones, así digamos, a lo bruto y sin anestesia. Así, solemos decir mucho eso de que “o es blanco o es negro” o, también, “estás conmigo o contra mí”. Y eso, en realidad, se hace por la sencilla razón de que a veces es necesario que las cosas estén claras para que nadie se lleve a engaño y, si es posible, no se den equivocaciones o malentendidos. Así, ya sabemos a qué atenernos si una cosa se lleva a cabo según se debe hacer o no se hace según le corresponde ser hecha o, también, si debemos confiar en alguien o lo debemos mirar más de una vez antes de darle la mano…

En realidad, esto es un simple mecanismo de defensa ante lo que pasa en el mundo porque, queramos ser buenistas o no, lo que hay es lo que hay y cuanto mejor quede todo dicho con claridad meridiana mejor caminaremos por el mundo en el que nos tocado vivir.

Pues bien, existen dos términos que definen más que más las cosas en general y, por decirlo pronto, encasillan (seguramente) a las personas en lugares distintos del espectro político, como suele decirse. Y nos estamos refiriendo a las palabras “conservador” y “progresista”. Y es que es cierto y verdad que se puede ser de un grupo o de otro pero de los dos… vamos, como que no. Y lo demás, aquellos que quieren situarse en el centro para pescar a río revuelto… en fin, que andan a verlas venir para ver a dónde arriman su sardina, al ascua que mejor les venga. Y eso, realmente, es una forma torticera de comportarse como fácilmente puede verse con tan sólo mirar atentamente lo que pasa en la política de hoy día.

Partimos, pues, de decir que existen personas que se dicen conservadoras y lo son; existen quienes dicen que son progresistas. Y así estamos.

Ciertamente, es posible que se sostenga que, de todas formas, no vamos a ser tan estrictos en la definición de la cosa y que, al fin y al cabo, a veces el sol calienta en un lugar y luego, en otro. Y así nos va, por decirlo de tal manera que se entienda lo que popularmente se da en llamar “cambio de chaqueta”. Y no. Nosotros preferimos la misma chaqueta, que es la conservadora, aunque pueda parecer que se ha quedado vieja porque sabemos que es voluntad de Dios que no se caiga a tiras por muchos remiendos que tengamos que hacer sin que por eso queramos decir que, a base de arreglos, se nos ha quedado una chaqueta totalmente distinta. Y es que eso sería cambiar de chaqueta haciéndolo peor que aquellos que, simplemente, se quitan una y se ponen otra como suponemos ustedes entienden.

Hasta hora, digamos, hemos establecido lo que podríamos denominar “generales de la ley” de la distinción existente entre conservadurismo y progresismo. Pero, como podemos suponer, hay mucho más.

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21.08.21

La Palabra para el domingo - 22 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 22 sino sábado, 21  de agosto de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Jn 6, 60-69

 

“60 Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: ‘Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?’ 61 Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ‘¿Esto os escandaliza? 62 ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?…63 ‘El espíritu es el que da vida;          la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.64 ‘Pero hay entre vosotros algunos que no creen.’ Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. 65 Y decía: ‘Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.’ 66 Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. 67 Jesús dijo entonces a los Doce: ‘¿También vosotros queréis marcharos?’ 68 Le respondió Simón Pedro: ‘Señor, ¿dónde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, 69 y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.’”

       

COMENTARIO

Algunos sí comprendieron

 

Después de, en dos ocasiones, haber tratado Jesús,de que los que lo oían comprendiesen qué era eso de su cuerpo y su sangre, qué suponía la vida eterna que tendría quien creyese en Él, tenía que producirse, como no podía ser de otra forma, el desenlace de esa conversación. 

Podemos imaginarnos al Maestro sentado en apacible charla con sus discípulos y otros más que podían acompañarle. Vemos a Jesús rodeado de muchas personas que oían su mensaje, y pensemos, por un momento, que estamos entre ellos para, así, tratar de comprender mejor lo que decía. Es recomendación de San Josemaría procurar un acercamiento así a la Sagrada Escritura porque nos da una perspectiva propia que nos puede venir más que bien. 

Muchos de nosotros se han escandalizado. Eso de la sangre y el cuerpo del Maestro les parece de un extremismo exacerbado. ¿Cómo vamos a comer su cuerpo y a beber su sangre? No entienden nada y lo que creen entender no les gusta. Han oído de pueblos que se comen unos a otros, de esos salvajes, que por suerte viven lejos, que están alejados de nuestro Dios y de las prácticas que, con relación a Adonai, realizamos en el templo en las fiestas anuales. Y dudan por esto mucho, tanto que van a decidir abandonar a Jesús, a no seguirle más, por lo que pueda pasar… 

Esto que acabamos de escribir bien podría ser el pensamiento de muchos de los que oían a Jesús, muchos de los que, pegados al mundo, les imposibilitaba el captar la verdad de lo que estaban oyendo. Seguramente no es que no quisieran sino que, para su desgracia, no podían. 

Y Jesús  habla de la diferencia que hay entre el espíritu y la carne. Que la carne se acaba corrompiendo es conocido por todos. Por lo tanto, el espíritu, esa sustancia inmaterial de la que todos estamos constituidos, era lo que permanecía en la vida eterna. Y su Palabra, la que les había dicho y la que, aún, les diría, era ese Espíritu (pues Él también era Espíritu Santo) que les permitiría alcanzar la plenitud de su verdadera vida.

 Sin embargo Jesús, conocedor de todo, también sabía que muchos dudaban. Así, y por eso mismo, ya conocía la reacción que muchos iban a tener, que muchos dudarían y que, muchos también, le abandonarían. Por eso les plantea a los Doce una pregunta crucial para el resto de sus vidas. Su pregunta iba dirigida a Simón Pedro, esa piedra sobre la que quería edificar su Iglesia que llegaría hasta hoy mismo y que nadie podrá destruir jamás.  

Por esta vez aquel que se dormiría en Gethsemaní, aquel que le negaría por tres veces en la noche de su Pasión, acierta con la respuesta y, dada la dureza de su personalidad, bien podemos pensar que fue inspirada por el Espíritu Santo por lo acertado de la misma. Lo hace de tres formas, o con tres afirmaciones muy importantes: no tendrían dónde ir, en primer lugar, pues junto a Él habían conocido la verdadera vida; en segundo lugar, han llegado a la conclusión de que Jesús habla en sentido de vida eterna y eso ya era más que suficiente, sobre todo en esta conversión del cuerpo y la sangre que tenían que entender y que les era tan, tan, tan, difícil; y, en tercer lugar, ellos creen y saben que Jesús es el Santo de Dios. Esto es, creo yo, muy importante. Vamos a ver la razón de esto. 

Ellos  que creen han llegado a la conclusión de que Jesús es quien dice que es, aunque muchos no lo crean; y después saben, por lo que han visto, que sólo el Santo de Dios puede hablar como Él habla y hacer lo que hace. Por eso manifiestan esa seguridad, por eso no pueden ir a ninguna parte que no sea con Él. Al parecer, de principio, lo tenían bastante claro, teniendo en cuenta las limitaciones que podían tener como hombres doctos. 

Y, ahora, podríamos preguntar: ¿qué pensamos nosotros al respecto?, ¿también tenemos el convencimiento de que Jesús trae Palabras de vida eterna? Seamos, pues, consecuentes con ello pues, sus discípulos sí lo fueron aunque pudiera costarles mucho más que a nosotros que tanto sabemos sobre aquello…

 

PRECES 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la vida eterna. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no tienen esperanza en Cristo. 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a tener esperanza en la vida eterna que trajo al mundo Jesucristo.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

19.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo - 3

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

 

Aquella tarde, después de una ligera lluvia que llenó de olor a mojado los alrededores de la sala de los cuentos, había muchos que se las prometían muy felices. Aquel cuento había llegado a un momento más que emocionante y todos querían saber hasta dónde sería capaz de llegar Melkor.

Apenas habían pasado unos minutos de las 7 de la tarde cuando apareció detrás de una cortina de color verde oscuro (“como haciéndose el interesante”, comentó alguno de los presentes) aquel que les estaba alegrando más que mucho aquellos atardeceres de otoño. Se hizo un silencio expectante y todos miraron el libro que llevaba entre las manos. Sabían que debía seguir con la historia del Principio y nada mejor querían saber en este momento.

-Bueno, ya estamos otra vez aquí una semana más. Supongo que no se os habrán olvidado los dos últimos días…


-No, fue el grito unánime que salió de las gargantas de los presentes. Y no pudieron evitar aplaudir de forma más que entusiasta.


Y entonces se hizo un silencio muy acusado.  

Melkor quería tener un poder que no estaba a su alcance, continuó contando la historia. Y es que se creía mejor que aquellos había creado Eru y por eso le molestó tanto lo que le había dicho y luego, cuando le dijo Ilúvatar aquello de que era él quien lo había creado todo y Melkor no tenía los poderes que quería, acabó por enfadar a tan poderoso Ainur.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

 -Pero ¿por qué se enfadó Melkor? Era muy poderoso, más que muchos de sus hermanos, quiso saber Ankelor, hijo de Kelor.

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