8.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Materia y espíritu; vida y eternidad

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

 

 

Frases que bien valen la pena –Materia y espíritu; vida y eternidad

 

El corazón dice: ‘Vivo, vivo, vivo’. Y el alma le responde: ‘Yo también, pero en mí es para siempre” (Beato Lolo, de su libro Bien venido, amor ( 144)

 

Las personas que tienen del mundo una visión puramente terrestre y se pegan cuanto pueden a esta vida de peregrinación hacia el definitivo reino de Dios aplican a sus vidas un criterio basado, esencialmente, en lo que se puede tocar y ver, mantener como propio o sentir como ajeno y, en general, en todo aquello que es materia y es demostrable como puro ejemplo de pragmatismo. Y Lolo era totalmente contrario en su pensar y hacer a todo eso.

Hay, como sabemos, algo que es mucho más importante y que Jesús supo definir a la perfección cuando dijo algo que recoge el evangelista san Mateo y que muestra y demuestra qué es lo que debe ser importante para nosotros. Dijo en una ocasión que no deberíamos amontonar tesoros en esta tierra porque aquí la polilla y la herrumbre todo lo corroen.

¿Dónde, pues, tenemos que acumular nuestros espirituales tesoros y a qué debemos atender?, ¿Dónde acumuló Manuel Lozano Garrido?

En realidad, de ser tan sencillo todo resulta que no es tan fácil de llevar a cabo a no ser que se tenga un espíritu como el del Beato Lolo (Linares, Jaén, España) Por eso aquel joven rico se fue de la presencia de Jesús muy triste cuando le dijo el Maestro que debía dar todo a los pobres y, entonces, seguirlo. Prefirió la acumulación de riqueza en este mundo pero no atesorar para el que tiene que venir. No supo ni entendió, en definitiva, la Verdad y con tal ausencia espiritual siguió una vida de opulencia material pero de no comprensión de lo que de verdad le interesaba comprender.

Decíamos que nos preguntamos qué es más importante para la vida que queremos y que no es la que ahora tenemos. No es que no sea importante pero no podemos olvidar que estamos hechos para volver al Padre y que, por eso mismo, debemos mesurar muy bien cuáles son nuestros (aunque sean egoístas, santo egoísmo es éste) intereses particulares y tener muy claro, como lo tuvo nuestro amigo Lolo, lo que es importante.

No está, nuestro querer (no debería estar) en lo mundano ni en lo que nos atrae hacia abajo y no nos deja escapar hacia la relación vertical que debemos mantener con Dios. Muy al contrario es la verdad.

Debemos, ante todo, no perder de vista el espíritu que nos mora en el corazón (muy bien lo dijo esto san Pablo cuando escribió acerca del posible olvido en el que caemos de que somos su templo) y que es quien nos lleva por el mundo tratando de que no seamos torpes en nuestra relación al prójimo (como no lo fue Lolo) y en nuestros ordinarios haceres y decires. Todo lo que tenemos de bueno lo tenemos por el espíritu y todo lo que tenemos de malo lo alcanzamos por nuestro proceder alejado del mismo. Así son las cosas. Y esto es así porque Dios es misericordioso y bueno y nos permite el ejercicio de la libertad, donación suya, a la cual respondemos ora obrando bien ora obrando mal y como no debemos obrar.

Somos, como sabemos, materia y espíritu, y en nosotros debería prevalecer lo que tenemos de espiritual que debería, así, regir lo material o el comportarse, ser y estar. No son compartimentos estancos de nuestra existencia sino que la relación de una con otro es tan esencial que de romperse la misma a favor de lo material nuestra perdición eterna está casi asegurada pues salvo la voluntad de Dios (que puede lo imposible) de nuestra parte habríamos apostado por lo que se apolilla y no por lo que se amontona en el cielo. Allí, en la vida eterna, no hay ladrones que roben lo bueno que tenemos con propuestas que nos alejan de Dios por bien de alcanzar un deleite mundano, temporal y mortal. Por eso debemos mantener un espíritu limpio y lleno del amor del Creador. Y por eso, exactamente por eso, la eternidad se alcanza con haber sabido escoger entre materia y espíritu y con reconocer que la vida eterna es para siempre, siempre, siempre.

El caso es que el alma también como bien nos dice aquí Lolo. Pero, en efecto, es para siempre, siempre, siempre, como diría Santa Teresa de Jesús.

Así de sencilla es la cosa pero, a la vez, así de difícil de comprender según somos lo cual, como es obvio, no le sucedió a Manuel Lozano Garrido.

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (73)

 

“La rosa y el jilguero son dos garantías de la amplia ternura del Padre”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

7.07.24

La Palabra del Domingo -Domingo, 7 de julio de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaMc 6, 1-6

“1 Salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguen. 2 Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: ‘¿De dónde le viene esto? y ¿Qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus  manos? 3 ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, Jose, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?’ Y se escandalizaban a causa de él. 4  Jesús les dijo: ‘Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio.’ 5 Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó pudiéndoles las manos. 6 Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.”

COMENTARIO

Escuchar  y comprender a Cristo

Suponemos, porque lo hemos leído y porque, lógicamente, sería así, que Jesús iría muchas veces a Galilea. Es decir, en el tiempo en el que estuvo anunciando la Buena Noticia no es de extrañar que quisiera ir a su tierra para decir que el Reino de Dios había llegado. Y qué significaba eso. 

El texto de este Evangelio nos dice, precisamente, que “salió de allí y vino a su patria”. No sabemos de dónde salió exactamente. En el capítulo 5 de su Evangelio, san Marcos escribe acerca de la curación de la hija de Jairo. Podemos entender, pues, que salió de la Decápodos y fue a Galilea. 

Cuando llegó allí Jesús esperaba que sus vecinos, aquellos con los que había vivido y convivido, aceptaran de buen grado lo que estaba a punto de decirles. Jesús creía que viendo a quien había estado con ellos durante, al menos, treinta años, prestarían atención a lo que les iba a decir. Además, es más que seguro que ya tuvieran noticia de lo que su antiguo vecino hacía y decía. 

Y Jesús acude a la sinagoga. Lo hace siguiendo la santa costumbre judía de ir al templo a escuchar. Y, también, a enseñar. En el lugar santo las personas especialmente preparadas explicaban las Sagradas Escrituras. Y eso es lo que hace Jesús muchas veces. También en su pueblo. 

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Imaginamos que, teniendo el texto sagrado ante sus ojos, Jesús explicaba según el conocimiento total que tiene del mismo, de la Verdad en su realidad y, en fin, de todo lo que el Hijo de Dios atesoraba en su corazón. 

Nos dice san Marcos que cuando le escuchaban se quedaban maravillados. Es decir, que gozaban escuchándole y que sus palabras tocaban sus corazones. 

Pero no todos los presentes eran del mismo pensamiento. Aquel “¿De Belén puede salir algo bueno?” cuando se dijo de dónde sería el Mesías toma ahora forma con las dudas de algunos de los que han conocido a Jesús en su tiempo de vida en Nazaret en la casa de José y María. 

¿Es posible que un carpintero pueda decir lo que dice? 

Resulta curioso que se hicieran aquella pregunta. Podían haberse dado cuenta de que si un carpintero decía tales palabras era porque estaba tocado por Dios y porque hablaba bajo inspiración divina. Si no podían creer que fuera el Hijo de Dios… al menos podían haber caído en el hecho de que Alguien le inspiraba lo que decía. A más no podían llegar según parece. 

Pero Jesús, que conoce sus corazones, sabe la verdad de todo aquello. Sabía que el pueblo judío tenía la mala costumbre de no escuchar a muchos de los que Dios les había enviado. Incluso les había matado… 

De todas formas, no por eso iba a dejar Jesús de cumplir la misión para la que había sido enviado: enseña en la sinagoga para quien quiera escucharlo, entenderlo y seguirlo (propone, pues, pero no impone) y cura a los enfermos que le llevan o conoce. Eso sí lo hace. 

Y luego… nos dice san Marcos que continuó recorriendo los pueblos del contorno. Y es que el Hijo de Dios no iba a venirse abajo porque sus propios vecinos, algunos de ellos, no comprendieran lo que estaba diciendo o, mejor, no quisieran comprender.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar a Jesús.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en la sabiduría de Cristo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escucharte, a comprenderte y a seguirte.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Saber Quién es el Enviado de Dios; creer en Él… así de sencillo

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

1.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena - Ejemplos que seguir tenemos muchos... Lolo mismo 

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Ejemplos que seguir tenemos muchos… Lolo mismo

 

Pensar en Teresa, Francisco de Asís, Ignacio o Vicente de Paúl como hermanos de Cielo es desmenuzar un himno de alabanza al portento, el milagro y la grandeza del que extrema sus maravillas sobre el ánfora peligrosa y frágil de un hombre.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

 

Nosotros podemos pensar y estar seguros de eso de que cuando Manuel Lozano Garrido escribió el texto que traemos hoy aquí distaba mucho de su pensamiento situarse al nivel de los santos a los que hace referencia. Y, es más, cuando en una ocasión (estando en medio de la Guerra Civil española) le dijeron que tenía fama de beato respondió diciendo que ni lo era ni lo esperaba ser…

La vida, como bien sabemos, acaba dando muchas vueltas a esta noria que es nuestra existencia. Y lo mismo le pasó a Lolo.

Ya podemos imaginar que nuestro amigo de Linares (Jaén, España) tenía mucho aprecia por los fieles católicos que nombra en su libro El sillón de ruedas.

Él piensa en Santa Teresa de Jesús, en San Francisco de Asís, en San Ignacio de Loyola o, al fin, en un San Vicente de Paúl que, con los demás, alcanzó un Cielo más que merecido… Y no podemos negar que haya tomado ejemplos de poca importancia sino de mucha y más que mucha. Y, en realidad, aquí no hace siquiera falta decir nada de ninguno de los santos citados por el linarense universal porque son conocidos y más que conocidos.

Antes queda debemos decir que, no queriendo ser siquiera Beato (lo decimos por la “escala” celestial) la verdad es que Lolo se refiere a los “hermanos de Cielo” y eso, se diga lo que se diga, manifiesta, por lo menos, un ansia de alcanzar el definitivo Reino de Dios.

Aquí Lolo afirma, aún si decirlo, pero se entiende eso, que hay una clara diferencia entre lo que somos y lo que podemos llegar a ser…

El caso es que nosotros somos como somos y Teresa, Francisco, Ignacio o Vicente también eran como eran y cada cual tenía sus cosas y sus pensamientos sobre las cosas más ordinarias y sobre las que eran y son extraordinarias por sobrepasar nuestra mundana vivencia.

Con esto queremos decir que nosotros, que podemos considerarnos un ánfora y que es, como dice Lolo, “peligrosa y frágil” porque podemos rompernos con mucha facilidad y dar al traste con nuestra vida espiritual, no por eso debemos desesperar. Eso nunca.

A tal respecto, y como bien sabemos, si hay algo que se puede predicar de Manuel Lozano Garrido es que tenía un corazón, además de fuerte, alegre y dado a la esperanza. Es decir, que no solía venirse abajo con mucha facilidad, sino que se apoyaba en todo lo que de espiritual había en su vida para salir adelante en aquella vida tan dolorosa y dolorida que lo llevaba por el camino recto que va al Cielo.

Nos quiere decir Lolo que podemos evitar nuestra fragilidad y que podemos hacerlo sabiendo que hay algo, mucho, más que nuestra vida ordinaria que, como decimos, puede quebrarse con mucha facilidad. Y eso es lo que hace que consideremos que nuestro ser es un puro milagro obrado por Dios y que la grandeza que eso nos otorga no puede ser dilapidada por un comportamiento ajeno a Quien nos ha creado y mantiene.

Alabar eso o, lo que es lo mismo, reconocer que debemos tanto a Dios, y tanto le debemos, que no es posible siquiera pensar en hacer otra cosa que no sea, precisamente, dar las gracias por tanto portento, por tanto milagro y por tanta grandeza como nosotros, que somos como somos, atesoramos en nuestro corazón gracias al Todopoderoso.

Y eso, estamos más que seguros, lo supo y bien que lo supo el Beato que, aún no ansiando serlo, lo fue.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (72)

No estaremos muy lejos del secreto de Dios si le pensamos mirándonos con ojos empañados por la ternura.”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

30.06.24

La Palabra del domingo – Domingo, 30 de junio de 2024

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Mc 5, 21-30. 33-43

“21 Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar. 22   Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, 23      y le suplica con insistencia diciendo: ‘Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva. 24 Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. 25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, 26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, 27   habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.

28 Pues decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.’ 29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. 30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: ‘¿Quién me ha tocado los vestidos?’ 31 Sus discípulos le contestaron: ‘Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: “¿Quién me ha tocado?"‘ 32 Pero él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho.33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le contó toda la verdad. 34 Él le dijo: ‘Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.’35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: ‘Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?’ 36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: ‘No temas; solamente ten fe.’ 37 Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.39 Entra y les dice: ‘¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.’ 40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los suyos, y entra donde estaba la niña. 41   Y tomando la mano de la niña, le dice: ‘= Talitá kum =‘, que quiere decir: ‘Muchacha, a ti te digo, levántate.’ 42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. 43 Y es insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.”

  

COMENTARIO

Evangelio de la confianza; el Evangelio de la fe

 

La labor evangelizadora de Jesús suponía que, en determinadas ocasiones, se tuviese que servir de actos llamados extraordinarios para enseñar. También así enseñaba qué es la voluntad de Dios y, sobre todo, para qué había venido Él al mundo.

Aquí vemos, o contemplamos como si estuviéramos como espectadores, dos casos distintos, muy distintos: Jairo, jefe, entre otros, de la sinagoga, poderoso entonces, necesita, porque ha confiado en Él, la intervención del Maestro y acude a demandarlo; la hemorroísa, pobre, apartada de la sociedad, también necesita, aunque para ella misma, la mano salvadora y obradora de maravillas de Jesús. Ambos, como sujetos pasivos, que para recibir, creen que la única, y última, posibilidad de salvación, la tienen en aquella persona que camina llevando, en su camino, a tanta gente que confía en su amor, en su entrega, en su don.

El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | «Hija, tu  fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad»

Entre el planteamiento del caso de Jairo y su resultado, entre la desesperación y la alegría, por la enfermedad y muerte y su curación, la hemorroísa, sufridora de flujos de sangre que la imposibilitan para vivir con igualdad entre sus semejantes (debido a la concepción que, entre los judíos, se tenía de la sangre y el manar de la misma) es un caso de especial importancia. No sólo la incorpora a la sociedad sino que, además, lo hace como lo hace con aquel paralítico llevado a su presencia por aquellos amigos grandes en esperanza: primero tiene fe y, por lo tanto, Jesús le perdona sus “pecados” (según la concepción judía) y, luego, su enfermedad se cura. ¡Qué prueba para la fe tan significativa!

También podemos darnos cuenta de que ambas personas, Jairo y la hemorroisa, a pesar de que Jesús sabía lo que querían y quiénes eran, espera a que ambas personas se identifiquen mediante la manifestación de fe que les impele a demandar su intervención. Es aquí, también, donde el Enviado nos da a entender lo que ya recoge la oración del Padre nuestro e indica; es decir, que hemos de ser nosotros los que demostremos, ante una necesidad, la intervención de quien sabemos que será seguro salvador, sanador, liberador de pecados y enfermedades. Sin embargo, creo yo que esto no debe de hacernos pensar que Dios es un instrumento, alguien del que podemos hacer uso y luego, tras conseguir lo que queremos, lo olvidamos y seguimos con nuestra vida. Esto no puede ser así pues una cosa es la misericordia de Dios, que es inacabable, y otra el abuso que podemos hacer de ella, y nuestro pensamiento, corazón y conciencia han de hacernos ver que esto es una grave tergiversación de la posibilidad que Dios nos da de actuar en nuestra vida diaria.

Los casos de Jairo, tan conmovedor (por pedir por una hija, por una niña) y de la hemorroísa, tan de práctico entender (por incorporar a la persona afectada por los flujos de sangre a la sociedad que la tenía olvidada, como si se tratase de una persona apestada) son dos ejemplos, a cada cual más maravilloso, para darnos a entender la inmensa bondad de nuestro hermano, y Dios, Jesús.

Que seamos, nosotros, como Jairo, que pide para otra persona, o como la hemorroísa, que pide para sí misma por algo que es algo más que una enfermedad, es caso de cada cual. Sin embargo, sí que debemos tener en cuenta el elemento común a ambos casos que no nos debe faltar: la fe.

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no tienen fe como para encomendarse a Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en el poder del Creador.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a confiar en el poder inmenso de tu sabiduría y su misericordia.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 Panecillo de hoy:

Confiar en Dios, tener fe en la bondad de Cristo, supone manifestar escasez de necedad.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

 

24.06.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena - Así es como Dios nos ayuda

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena - Así es como Dios nos ayuda


“Me gusta que se compare a los hombres con los árboles, siempre que se parta de una hermosa semilla. Abajo, la tierra, jugosa, esponjosa y fértil; el sol por encima, rebrillando en la bóveda azul, muy azul, y en medio nosotros, rama que se desgaja. Dios de su mismo corazón, hace un hoyo en el mundo, y nos ahínca profundamente.” (Beato Lolo, de su libro Las Golondrinas nunca saben la hora) 


Manuel Lozano Garrido, entre los libros que dio a la luz del mundo, había (y hay) uno que lleva por título “El árbol desnudo”. Se suele tomar como un, a modo, de biografía donde sale muy bien dibujada su misma persona, aunque no con su nombre sino con otro (Andrés) 

El caso es que no nos extraña nada que diga Lolo que le gusta que se comparen a los hombres con los árboles porque él mismo, como decimos arriba, hace uso de un árbol para ponerse, por decirlo así, ahí mismo… 

Bueno. 

El caso es que al Beato de Linares (Jaén, España) tiene a bien hacer uso de la imagen del árbol para poner sobre la mesa una gran verdad: Dios siempre nos echa una mano, aunque a veces tengamos por bueno que lo contrario es lo que pasa.

Debemos tener en cuenta que eso del árbol tiene todo que ver con que la semilla sea buena. Y a la fuerza ha de serlo porque la pone Dios con su santísima Voluntad y Providencia. Ahora bien, eso no es suficiente porque nosotros también debemos poner de nuestra parte. 

Dios, pues, pone la semilla. Pero nuestro corazón ha de ser tierra fértil donde pueda fructificar la misma. Y eso, en el caso de Lolo, bien sabemos que lo fue porque dio un tanto por cierto muy alto de fruto (como se dice en la Sagrada Escritura) y, seguramente, sobrepasó el 100% de bendito fruto el que salió de su corazón. 

Tierra buena, pues, ha de ser nuestro corazón. Y es que de no serlo resultará muy difícil que la semilla que Dios ha plantado pueda dar algo bueno y que se nos pueda conocer los frutos que demos… 

Todas las cualidades de la nuestra tierra, de nuestro corazón, han de cumplirse. Es decir, debe ser un corazón jugoso, ha de ser esponjoso y fértil. Y entonces, al leer esto, es cuando nos damos cuenta rápidamente de que ahí están las razones propias de que nosotros no demos tanto fruto como deberíamos dar. Pero tales son las evidentes condiciones para fructificar. 

Acerca de esto, que está más que bien, es seguro podemos decir que no siempre damos fruto (arriba ya hemos apuntado algo) Pero eso no debería hacernos desesperar (que es, además, un grave pecado) sino que, como nos dice Manuel Lozano Garrido, ahí tenemos a Dios, siempre omnipresente en nuestra existencia. 

En efecto, cuando creemos que nos estamos desgajando del árbol al que siempre deberíamos estar bien amarrados, aparece Dios para volvernos a plantar. Y es que por eso dice el Beato Lolo que Dios “nos ahínca profundamente” porque, siendo nosotros tan pecadores como somos tiene la santísima paciencia de volvernos a perdonar y querer que empecemos de nuevo, danto frutos… 

Bien sabemos que Lolo los dio abundantemente.


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”(71)

“¿Cómo es Dios? – ‘Dime primero que Padre. Y ya después lo que quieras’”-

 

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

23.06.24

La Palabra del Domingo - 23 de junio de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaMc 4, 35-41 

“35 Este día, al atardecer, les dice: ‘Pasemos a la otra orilla.’ 36 Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. 37 En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca.  38 Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: ‘Maestro, ¿no te importa que perezcamos?’ 39 El, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Calla, enmudece!’ El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. 40 Y les dijo: ‘¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?’”. 41 Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: ‘Pues ¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?  

COMENTARIO

Tener verdadera fe y confianza en Dios

Muy conocido es el hecho de que el Evangelio de Marcos es dado a la narración de milagros y otros hechos extraordinarios que, también y por otra parte, son de difícil aceptación para las almas dadas al apego al mundo. En este caso, también vemos como Jesús, a pesar de la falta de fe que parece atenazar a sus discípulos se ve en la obligación de actuar, presto, dominando la naturaleza que se muestra, así, sumisa a sus órdenes, como si no fuera Él quien creó, en la persona de Dios, a esa misma naturaleza…

Sin embargo, lo más importante no es el hecho mismo del dominio de las aguas pues también se ha dicho  que el lago donde se produce este hecho es dado a repentinos cambios de viento que pasan, de repente, de forma natural. Esto se dice, seguramente, para quitar importancia a este hecho milagroso. Y digo que esto no es lo más importante ya que, como casi siempre hace Jesús, sus hechos trascienden, es decir, lo que significan va más allá de lo que aparentan, de lo que la realidad misma muestra a los ojos de los que miran.

Aquí, pues, no es lo importante el movimiento de las aguas sino el movimiento del corazón que duda, que tiene miedo ante la adversidad, que se deja dominar por lo mundano que le rodea, por lo que sólo ven sus ojos.

Este texto que nos ofrece Marcos encierra una verdad evidente: ante lo incierto, ante las desviaciones que pueden producirse en nuestra vida por las acechanzas del Maligno, en todas sus formas, ¿Cómo reaccionamos?

Dice Dios: El viento se aplacó y sobrevino una gran calma

Muchas veces la fe se sustenta por el sutil hilo de nuestro mismo existir, es decir, está directamente relacionada con nuestro acaecer, y eso, querámoslo o no, es bastante triste.

Estos discípulos que acompañan en la barca a Jesús que, tranquilo, duerme, seguro de su poder, siendo Él mismo Dios, mientras que aquellos se atribulan por la tormenta que hace temblar el suelo que los acoge, el agua embravecida, que los impele al horror, los lleva al mismo pánico, al miedo como dice el texto, y a preguntarse si es que a Jesús no le importaba esa situación difícil por la que pasaban, que tan plácidamente dormía…

Puede más lo real que lo espiritual. En caso de que su fe hubiera ido pareja a su mundanidad, nada habrían temido, en la seguridad de que su Maestro, el Maestro, surgiría de ese descanso para, súbitamente, controlar aquella mala realidad. Sin embargo, han de dudar, de aquí la pregunta de Jesús; ¿Por qué estáis con tanto miedo?

Antes de dar solución a esto, volvamos al texto en el que se descubre no poca alusión a nuestra vida.

En nuestra vida, tan ocupada a veces, nos vemos acechados, de formas muy diversas, por el Maligno, y una fuerte borrasca atenaza nuestro corazón, pudiendo hacer, esto, que poco a poco, ese lugar de donde nace lo bueno y lo malo, ese corazón tan humano, llega a llenarse con el agua sucia del pecado (sea, o sean, el que, los que, sea o sean). Ante esto podemos acudir a la invocación a Dios, hacer uso de ese recurso que es la oración para pedir ayuda, auxilio, en esa necesidad que nos puede avocar al desastre espiritual. Hemos de estar seguros de que el Padre siempre acudirá para darnos su mano amorosa, para salvarnos en esa difícil situación. Ante esto no podemos responder con un apego tal a la tierra que nos haga huir de la fe, de ese creer sin haber visto, que tanto bien nos hace tanto a los espíritus creyentes como puede hacer a los que no creen (por desconocimiento o por voluntad propia). Eso supone tener un conocimiento equivocado del potencial que Dios nos da en nuestra particular creación, es desperdiciar unas posibilidades que se van, irremisiblemente, a perder.

Si, por tanto, acudimos a la fe, invocamos, pedimos, demandamos, seguro que seremos escuchados, que seremos respondidos y alcanzaremos el corazón de Dios del que sólo sale lo bueno, lo misericordioso, el perdón.

Así podrían haber actuado aquellos incipientes pescadores de hombres, pero no lo hicieron y se vieron abocados a acudir, in extremis, a la bondad de Jesús que, como no podía ser de otra forma, acude, presto, en su auxilio, pero planteándoles la terrible pregunta: ¿Cómo no tenéis fe? En esta inquisición, dirigida directamente a su corazón, trata de hacerles comprender lo que debían hacer: confiar, creer, amar, como él amaba, pues confiaba en Dios, creía en su misión y amaba siempre.

Ahora, preguntémonos nosotros que haríamos en ese caso porque, es de suponer, nosotros ya sabemos Quién era Aquel…

PRECES

Por todos aquellos que no confían en Dios.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no confían en el poder total de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a confiar en el Padre, a llamarlo y a buscarlo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Sabemos Quién era Aquel que dominó a las fuerzas de la naturaleza: era Quien las creó. 

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

17.06.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Frutos de Dios en sus hijos

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Frutos de Dios en sus hijos

La Creación da sus frutos en el campo o los árboles y, mi Providencia, da los suyos espirituales en el corazón de los generosos.” (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

Como ya hemos dicho en otras ocasiones (y todas son buenas por tratarse de textos de Lolo)Reportajes desde la cumbre es un título de un libro de Manuel Lozano Garrido que está puesto a las mil maravillas. Y es que podemos entender que las palabras aquí traídas son dichas por Dios mismo pues es lo que nuestro amigo de Linares (Jaén, España) ha querido que sea y así lo escribió en su día.

A este respecto, cuando hablamos de la Creación tenemos muy claro, primero, Quién la llevó a cabo pues hay pruebas más que suficientes que demuestran que en la misma “Alguien” tuvo que intervenir. Y nosotros sabemos muy bien Quién fue. Pero también sabemos que la sigue manteniendo pues no la abandonó después de aquellos intensos días donde la Voluntad y Misericordia de Dios dio paso a lo que ahora hay y a lo que ahora somos.

Pues bien, sobre esto decimos que es cierto lo que nos dice Lolo y es que la Creación no está hecha para nada sino que, hoy mismo, obtenemos tantos frutos de esta que no tendríamos espacio para agradecer eso que fue lo que hizo Dios porque quiso y pudo.

En efecto, tanto vemos de la Creación entre nosotros y mucho más allá de donde nos encontramos que todos sus frutos nos parecen maravillosos y de ellos nos servimos porque Dios quiso que nos sirviéramos de lo que había creado cuando en Gn 1, 28 se dice esto:

Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra”

Pero, como podemos imaginar, no era sólo eso a lo que Lolo quería referirse en cuanto Dios nos da. No. Eso, que siendo bueno lo admitimos como gracia y regalo, no es lo mejor porque tiene algo para nosotros que es tan fundamental en nuestra vida que no podemos obviar ni tener por no puesto por el Creador.

Con lo de arriba queremos decir que la santísima Providencia de Dios está ahí y que, por decirlo pronto, siempre está a favor nuestro.

De todas formas, debemos tener en cuenta algo que Lolo quiere que comprendamos para que no nos llevemos a engaño. Y es que sí, que la Providencia de Dios supone una gran expectativa que nos favorece mucho y que nunca debemos olvidar. Pero, ¡Hay!, Dios no la hace fructificar en cualquier corazón.

¿Es que el Todopoderoso tiene preferencia por algunos de sus hijos?

Vamos a ver, no se trata de que Dios prefiera a alguno de sus hijos por encima de otros y los favorezca. No. De lo que se trata es que, como muy bien dice aquí Lolo, es que nuestro corazón ha de ser “generoso”. Y eso quiere decir que debemos poner de nuestra parte una tal generosi0dad de manera que la Providencia del Creador puede hacer nido en nuestro corazón y de allí puedan fructificar.

Nosotros decimos, a este respecto que eso se dice muchas veces y que resume en “A Dios rogando y con el mazo dando” pero, claro, debemos reconocer que Lolo ha subido varios escalones en lo que nos ha querido decir y le ha quedado mejor… vamos, mucho mejor.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (70)

¡Impresionante misericordia de Dios, que se ofrece en Cristo para saldar todo el castigo que merecen nuestras culpas!”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

15.06.24

La Palabra del domingo – Domingo, 16 de junio de 2024

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Mc 4, 26-34

 “26 También decía: ‘El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; 27 duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. 28 La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. 29 Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega.’ 30 Decía también: ‘¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? 31 Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; 32 pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.’ 33  Y les anunciaba la Palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; 34 no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.”

      

COMENTARIO

La semilla de la fe

La instrucción de Jesús es sencilla. Utiliza ejemplos de la vida ordinaria. Sabe que sus interlocutores no son sabios sino gente sencilla. No tienen conocimientos de la Palabra de Dios excesivos sino los comunes que pudiera tener cualquiera. Necesitan que se les diga todo de forma que pueda ser entendido. 

El Hijo de Dios conoce el corazón de los hombres. Por eso cuando habla lo hace de forma inteligente y se adapta a la capacidad de cada cual. Por eso habla como habla. No lo hace porque crean que aquellos que le escuchan no sean capaces de entenderle. Él, Maestro entre los sabios, enseña con autoridad que se basa en conocer y reconocer cómo debe hablar. Pero a sus discípulos, a los que van con Él, a sus Apóstoles, todo aquello que explica en parábolas, les explica de forma más profunda. Ellos deben comprender más y mejor. 

Debe explicar, ahora, qué es la fe. No lo que significa creer sino cómo es en cada uno de los hijos de Dios. Y esto es lo elemental porque sólo a partir de comprender cómo es se puede creer y puede, la misma, crecer en el corazón del creyente. 

¿Y cómo es la fe? 

PARÁBOLA LA SEMILLA DE MOSTAZA Y SU CRECIMIENTO – Evangelio de la gracia

Cualquiera diría que es algo grande (que lo es) pero, verdaderamente inalcanzable para el común de los mortales. Jesús muestra que no es así sino que es algo mucho más sencillo de ver y comprender. 

La fe, en general, la siembra Dios en el corazón de sus hijos. Y es, en tal sentido, un sembrador que salió a sembrar. La semilla de la fe va creciendo en el campo sembrado, en el corazón de los hijos, y, con el tiempo, cuando ha fructificado, da fruto. En unos casos es mucho y, en otros, poco. Sin embargo, el Sembrador-Dios nunca se cansa de sembrar ni quiera cansarse nunca. 

Pero también la fe es algo muy pequeño. Cuando se siembra en la mies del Señor es poca cosa porque queda en nada si no es aceptada por quien la recibe. Sin embargo, si quien la recibe la recibe bien y la riega con la savia buena y gozosa de la Palabra de Dios, consigue que la misma crezca. 

¿Hasta dónde puede crecer la fe? 

Jesús lo explica utilizando el símil de la semilla de mostaza. Es poca cosa pero, de fructificar bien, puede llegar a transformarse en un arbusto grande donde hasta las aves pueden anidar. De algo pequeño deviene algo mucho más grande, en proporción muchísimo, a lo que era. 

Lo mismo pasa con la fe: es poco si lo comparamos con otras realidades que tiene el ser humano. Sin embargo, la misma supone mucho para quien la recibe. Si la cuida, la alimenta y la hace crecer, por fuerza dará muy buenos frutos de misericordia, amor y entrega a Dios y al prójimo. 

Y es que la fe, que quien la recibe puede parecer poca cosa (no se puede tocar, pesar ni medir con medidas materiales) supone la salvación de quien la recibe y la hace crecer. Así se sencillo es lo que aquí dice Jesús y así de profundo. 

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren recibir la semilla de la fe.

 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que huyen de la siembra de Dios.

 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a recibir con gozo la semilla profunda de la fe.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

La fe debe crecer en nuestro corazón pero hay que querer que crezca.

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

10.06.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena - ¿Hay quien crea que no existe el demonio?

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena - ¿Hay quien crea que no existe el demonio?

Quien no crea en el demonio, que explique la guerra.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido Amor (672)

El libro de Lolo de título“Bien venido amor” del cual hemos extraído la cita da hoy lo es como un, a modo, de aforismos de fe católica. Y, como es de esperar en algo escrito por el Beato de Linares (Jaén, España) está lleno de verdad porque, como bien sabemos, del corazón salen las obras y ya sabemos cómo era el de nuestro amigo Manuel.

Podemos decir que por desgracia hay muchas personas que, alejadas de la fe “o no” no tienen muy claro la existencia del demonio, de Satanás o de las muchas formas como se le pueda llamar a tal ángel caído.

Es cierto y verdad que resulta mejor tener por bueno y verdad que o único que creemos es lo que nos viene mejor. Por eso es gozoso creer en el Cielo (en el caso de que se crea) pero no lo es hacer lo propio con la parte de “abajo” donde prevalece el fuego no purificador sino destructor como ninguna destrucción podemos tener por mala…

Debemos saber que, porque sí creemos en el demonio (Satanás, etc.) y sus discípulos (espirituales e, incluso, humanos) que lo que hace tal ser no puede ser nada bueno. Es más, sólo busca la perdición del hombre y, así en particular, de quien cree en Dios Todopoderoso pues es enemigo total del Creador.

Tampoco es cuestión de poner aquí algunos ejemplos de la maldad del Demonio. Y, sin embargo, nos basta con mencionar lo que fue el primer pecado del ser humano. Sí, nos referimos al engaño al que sometió a nuestros primeros padres (aunque ellos también pusieron de su parte) para que el Mal y la muerte entraran en el mundo. Y desde ahí hasta ahora mismo y lo que, seguro, ha de venir hasta que sea vencido por la Segunda Venida de Cristo al mundo.

El demonio es malo de solemnidad, es malo porque su naturaleza (que era angélica y espiritual) devino acérrima por voluntad propia. Y tal maldad la refleja en aquello que hace en contra del hombre.

Aquí Lolo nos pone un ejemplo que muestra la maldad del demonio.

Muchas veces pasa que entre las naciones no surge problema alguno hasta que surge. Y entonces podemos ver ahí la garra de aquel que cayó ante Dios por voluntad propia. Y es que bien sea incitando al mal o, directamente, malmetiendo unos contra otros de las maneras que bien sabe tal ángel caído…

Meter cizaña. Eso sabe hacerlo muy bien el Tentador y muchas veces consigue que, donde nada había… haya algo que bien puede terminar en un enfrentamiento grave al que denominamos guerra.

Para la guerra no hay más explicación que la excitación, por parte de Satanás, de los instintos más vulgares del ser humano consiguiendo, con ella, el fin ansiado por parte de Belice.

El Mal existe, sabemos, porque es imposible no creer que exista y hay que estar ciego del todo para no verlo en el mundo… Y Satanás es su Príncipe… como lo es del mundo. Y Lolo bien que lo sabía.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (69)

La Redención es el más abnegado acto de caridad de la justicia del Padre”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

8.06.24

La Palabra del Domingo - 9 de junio de 2024

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Como es obvio, hoy no es domingo 9 junio de 2024 sino sábado, 8. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, de domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


Mc 3, 20-35



20 Vuelve a casa. Se aglomera otra vez la muchedumbre de modo que podían comer. 21 Se enteraron sus parientes y fueron a hacerse cargo de él, pues decían: ‘Está fuera de sí.’ 22 Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: ‘Está poseído por Bullebulle’ y ‘por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.’ 23 El, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: ‘¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. 25 Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. 26 Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. 27 Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. 28 Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. 29 Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.’ 30 Es que decían: ‘Está poseído por un espíritu inmundo.’ 31 Llegan su madre y sus hermanos, y quedándose fuera, le envían a llamar. 32 Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: ‘¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.’ 33 El les responde: ‘¿Quién es mi madre y mis hermanos?’ 34 Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: ‘Estos son mi madre y mis hermanos. 35 Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.’

COMENTARIO
 
¿Quién es Quién aquí?
 

Que hubiera muchos que querían acusar al Hijo de Dios de lo peor que se pudiera acusar a alguien no extraña a nadie que conozca las circunstancias de la vida de Jesucristo.

Cuando Cristo vuelve a Nazaret era lógico que muchos acudieran a escuchar lo que tenía que decir un vecino suyo que se había convertido en un Maestro de importancia. Por eso nos dice el texto de Evangelio de San Marcos que había una muchedumbre y que se aglomeraba “otra vez”. Y es que cada vez que acudía a donde había vivido muchos años, la gente quería saber de Él.

Sin embargo,
la acusación que le lanzan es más que terrible. Y es que si a alguien le dicen, a la cara, que actúa por orden de Satanás y eso puede suponer su detención y eso se dice en una sociedad tan religiosa como era la judía… en fin, que es hasta posible que alguien se lleve, como poco, una buena bofetada. 

Sin embargo,
el Hijo de Dios, que es adalid del Amor, así, con mayúsculas, prefiere reaccionar de otra forma. Y es la que siempre utiliza: la enseñanza, la doctrina, la Ley de Dios.

Jesucristo no puede ser discípulo de Satanás, simplemente, porque no es de recibo que actuara contra su maestro expulsando demonios. Y eso acusa, por otra parte, a los hijos de aquellos que le atacan de tal forma porque, en otro texto, les dice que si expulsa él los demonios por orden del príncipe de los demonios… entonces ¿por quién expulsan sus hijos a los demonios?

Aquella acusación no se sostiene, claro está. Pero ellos lo intentan, como otras tantas veces harán hasta que consigan la muerte del Maestro.

Hay algo que, aquí, es más importante que lo que le pretenden colgar a Cristo. Y es que, en un momento determinado se ve en la obligación de decir la gran verdad: es más que grave blasfemar contra el Espíritu Santo porque es hacerlo contra Dios mismo.

Esto dicho por el hijo de María supone que no se puede hacer como si no tuviera importancia decir según qué. Y esto se aprecia cuando van a buscarlo parte de su familia y de sus discípulos.

Por qué Jesús nos dio como Madre a María?

Aquellos que están escuchando se lo dicen: allí hay quien lo busca. No es para escucharlo, ahora, sino para llevárselo de allí porque saben que los que le buscan fallos a lo mejor convencen a algunos de que los tiene…

Pero Cristo aprovecha la ocasión para dar una gran lección espiritual que, imaginamos, a muchos sirvió. 

Sí, es cierto que allí hay quien le busca. Sin embargo, los que son  su madre y sus hermanos son, más bien, quien, habiendo escuchado la Palabra de Dios y habiendo escuchando el contenido de su santa Ley… ¡la cumple!

Esto, así dicho, podría parecer desprecio, nada más y nada menos que su Madre. Sin embargo, era todo lo contrario porque era, precisamente y no por casualidad, la Virgen María quien, habiendo escuchado la Palabra de Dios la había cumplido a rajatabla. 

Vale la pena, pues, en nuestro propio bien, saber si conocemos quiénes somos al respecto de esto. Y no es que sea cosa de poca importancia conocerlo sino, al contrario, de la mayor importancia que podamos imaginar.
 

PRECES


Pidamos a Dios por todos aquellos que blasfeman contra el Espíritu Santo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por los que no comprenden qué supone la Ley de Dios.
 

Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre presente tu Ley para cumplirla, tu Palabra para amarla, respetarla y llevarla a nuestro corazón

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Escuchar la Palabra de Dios y cumplirla… ¡Ahí está el secreto de nuestra fe!

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.