Fernando Vallejo: escritor ordinario y falso
“Dios no existe y si existe no sirve para un carajo”
(Fernando Vallejo • Escritor)
El otro día me llegó a la vista el título de un libro que me sorprendió por lo ordinario del mismo: “La Puta de Babilonia”.
El autor, Fernando Vallejo, es colombiano, a más señas.
El texto venía contenido en una entrevista publicada en el diario “Público” y consistía en preguntarle sobre su libro “La Puta de Babilonia”. Aunque la entrevista no sé yo si es propia de “Público", su publicación, no obstante, dice bastante del sentido anticatólico de tal panfleto diario.
La citada entrevista da muestras de lo que, en realidad, es quien responde las preguntas del entrevistador: una persona amargada que tiene algo en contra de la Iglesia católica que bien podemos considerar como enfermizo (en beneficio suyo, claro, y por caridad cristiana digo esto)
Ya sé que la denominación “Ramera de Babilonia” es como se dio en llamar, en tiempos, según interpretación bíblica, a la Roma antigua. Pero, seguramente, y según el contenido de la entrevista, el autor del libro que pone el mismo título que tal atribución malsonante, tiene unas intenciones no tan relacionadas con los textos sagrados.
Vamos, que lo que quiere es zaherir e insultar.
Y con esto, Fernando Vallejo es un escritor ordinario (en el sentido de bajo, basto y vulgar).
Les dejo, pues, la entrevista para que, cada cual, saque sus conclusiones sobre tal individuo porque lo que viene ahora es mucho peor.
Sin embargo, buscando información sobre Fernando Vallejo, me llegó, también, a la vista, un artículo publicado en la revista “Numero“ titulado “Los difíciles caminos de la esperanza” donde muestra su verdadero ser.
Quien quiera sufrir un rato puede leerla en su integridad. Pero, para las personas que no tengan una capacidad de aguante muy grande y no quieran que se les suba la tensión espiritual, les voy a entresacar algunos párrafos para que vean hasta dónde puede llegar un enemigo de la Iglesia católica y, además, de la humanidad en cuanto a especie animal racional (a la que él, sólo por apariencia, pertenece).