18.03.23

La Palabra para el Domingo - 19 de marzo de 2023

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Como es obvio, hoy no es domingo 19 de marzo de 2023 sino sábado, 18. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

APROVECHO PARA FELICITAR, EN EL DÍA DE MAÑANA, 19 DE MARZO, A TODOS LOS PADRES, PADRES. Y ME REFIERO A LOS QUE SON ESO Y NO PROGENITORES 1 O 2 O CUALQUIER OTRA VERBORREA PROGRE QUE TANTO ABUNDA HOY DÍA Y QUE TANTO PRETENDE TERGIVERSAR LA VERDAD Y LA NATURALEZA DE LAS COSAS. ¡FELICIDADES, PUES, A LOS PADRES Y QUIEN SE SIENTA PROGENITOR 1 QUE SE LO HAGA VER PORQUE TIENE UN PROBLEMA MUY GRANDE…!


Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38


“1 Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento.    

6 Dicho esto, escupió en tierra, hizo barro con la saliva, y untó con el barro los ojos del ciego 7y le dijo: ‘Vete, lávate en la piscina de Siloé’ (que quiere decir Enviado). Él fue, se lavó y volvió ya viendo.  8 Los vecinos y los que solían verle antes, pues era mendigo, decían: ‘¿No es éste el que se sentaba para mendigar?’ 9 Unos decían: ‘Es él’. ‘No, decían otros, sino que es uno que se le parece.’ Pero él decía: ‘Soy yo.’      

13 Lo llevan donde los fariseos al que antes era ciego. 14 Pero era sábado el día en que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. 15 Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. Él les dijo: ‘Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.’ 16 Algunos fariseos decían: ‘Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.’ Otros decían: ‘Pero, ¿cómo puede un pecador realizar semejantes señales?’ Y había disensión entre ellos. 17       Entonces le dicen otra vez al ciego: ‘¿Y tú qué dices de él, ya que te ha abierto los ojos?’ El respondió: ‘Que es un profeta.’ 

34 Ellos le respondieron: ‘Has nacido todo entero en pecado ¿y nos da lecciones a nosotros?’ Y le echaron fuera. 35 Jesús se enteró de que le habían echado fuera y, encontrándose con él, le dijo: ‘¿Tú crees en el Hijo del hombre?’ 36     El respondió: ‘¿Y quién es, Señor, para que crea en él?’ 37 Jesús le dijo: ‘Le has visto; el que está hablando contigo, ése es.’  38 El entonces dijo: ‘Creo, Señor.’ Y se postró ante él.”

    


COMENTARIO

Cuando el sentido de la Ley es otro 

Sabía Jesús que muchos de los que consideraban maestros y sabios andaban algo equivocados en el sentido que Dios le daba a su Ley pues no se trataba, aquí, de lo que los hombres pudieran interpretar sino de lo que el Todopoderoso quería decir con la misma. No le importaba poner sobre la mesa lo que quería decir el Creador. Eso, sin duda alguna, le reportaba enemigos que, luego, hicieron valer su enemistad en el momento que más les convino y que todos conocemos… 

Está bien que Jesús revele su persona, que es Quien es, a una persona que era un excluido de la sociedad. Por eso se hace ver como el Hijo del hombre o, lo que es lo mismo, como el Mesías pues sólo el Enviado de Dios puede hacer según qué tipo de cosas y decir según qué tipo de palabras y que los demás entiendan que están ante Él. 

Pero antes habían pasado muchas cosas. 

Cuando Jesús ve al ciego no puede, por menos, que acudir a socorrerlo pues era imposible que no lo hiciera. Sabía lo que suponía no disponer del sentido de la vista y Aquel que era Médico del alma no podía dejar de serlo, también, del cuerpo. Y le cura. El “problema” es que lo había hecho en sábado y ya sabemos que, según muchos, en aquel día de la semana no se podían hacer ciertas cosas porque la cerrazón de ciertos poderosos espirituales había llevado las cosas a un extremo, en exceso, extremoso… 

Pero Jesús es Señor del sábado y puede hacer lo que quiera, como quiera y cuando quiera. Si, además, tiene que ver con la misericordia y la necesidad ajena… nadie iba a impedir que hiciera lo bueno por cumplir unas normas que el hombre había establecido con corazón de piedra. 

Formación Pastoral para Laicos: IV Domingo de Cuaresma - A: Jesús cura a un  ciego de nacimiento
El caso es que aquellos llamados fariseos tienen al ciego por pecador. Han originado su ceguera en algún pecado cometido por sí mismo. No creen que le haya devuelto la vista uno que saben hace tales cosas en sábado. Puede, en ellos, la norma ante que la misericordia y el amor; antes dejar sufrir que procurar la sanación del enfermo. 

Pero el ciego, que sabe lo que ha pasado, entiende que un pecador (como llaman a Jesús aquellos fariseos por curar en sábado) no puede hacer tales cosas extraordinarias sino alguien que está bajo la protección directa de Dios y, como es de entender, no va a ser en una persona que peque en quien concurra tal circunstancia. 

Pero ellos, erre que erre, de ninguna de las maneras quieren cambiar su corazón y aceptar la verdad: ha llegado el Reino de Dios y viene de una forma muy distinta a como ellos imaginaron que vendría y eso, se diga lo que se diga, no era plato del gusto de muchos de ellos. 

Sin embargo, la fe de aquella persona pobre, humilde, de aquel ciego, es profunda y eso, para Jesucristo, era importante y mucho más. Le muestra Jesús que es Él el Hijo del hombre y, viendo lo que ha visto aquel pobre ciego, sólo puede creer. Cree, nunca mejor dicho, porque ha visto y porque se ha dado cuenta de que Aquel hombre es, sin duda alguna, el Enviado, el Ungido de Dios. 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no ven en Jesús al Enviado de Dios. 

Roguemos al Señor.
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que prefieren seguir ciegos de espíritu y de alma. 

Roguemos al Señor.
 
ORACIÓN
 
Padre Dios; ayúdanos a ver siempre a Jesús como hermano nuestro y como Tú mismo hecho hombre.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán 

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

La Ley de Dios es el Amor. Así de sencillo. 


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

13.03.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Surtidor del alma”

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Surtidor del alma

  

Surtidor del alma (poemas) | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo


Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el libro que traemos hoy a esta casa de InfoCatólica. Y es un libro de poesía que fue recopilada en el año 1997 por “La Peñuela, cuadernos de poesía” sita en la ciudad de La Carolina, Jaén (España) 

Debemos empezar con un poema muy especial:

 

Rosa. A su árbol vestido

se asemeja tu alma pura.

Eres aroma encendido

que inciensa mi vida oscura.

 

Soy la cruz de tu rosario,

letanía eres para mí.

Dolorosa en mi calvario.

Yo he visto la rosa en ti.

 

 Rosas blancas

 Surtidor del alma 

 

El poema que hemos traído (y que será el único que traigamos por su especial sentido) es el que dedica Lolo a su hermana Lucy que, como es bien conocido por todos, fue sus manos, sus ojos y muchas más cosas. Y se encuentra dentro del libro que hoy traemos a esta casa de InfoCatólica que fue editado por los, entonces, “Amigos de Lolo” (hoy Fundación Lolo) en 1997. 

Surtidor del alma, aunque lleve el subtítulo de “Poemas” abarca más que los poemas. Es decir, que tiene, sí, poesías escritas por el ahora Beato de Linares pero también tiene prosa poética. Y, en cuanto a los poemas tiene un especial apartado, el primero, dedicado a recopilar poemas inéditos hasta entonces lo cual, enriquece el libro en más que mucho. Viene, además, acompañado por un, a modo, de Prólogo escrito por Guillermo Sena Medina, a la sazón escritor y que dio en llamar “La poesía del Siervo de Dios Manuel Lozano Garrido”.

 De todas formas, no es que Lolo no hubiera dicho nada acerca de su vocación a la poesía porque escribe en “Las golondrinas nunca saben la hora” (p. 27) lo siguiente: 

“Así, por ejemplo, cuando termino de leer el periódico, miro de frente y en los edificios de los antiguos Escolapios y el Instituto, donde yo estudié, como también el Hospital, con el romántico y desmañado Paseo, que llamaban ‘de los tristes’, aunque para mí nunca lo fuera, donde leímos a Espronceda y pergeñamos el primer verso’. Y, luego, a lo largo de su obra escrita son muchos los ejemplos de tal arte que muestra hasta dónde llegó su maestría de escritor y espiritual (o al revés) 

Así, vemos que Lolo era consciente de que también era poeta aunque, por decirlo así, nunca en vida publicara libro alguno de poesía, es bien cierto que la misma consta en este Surtidor del alma de la que podemos servirnos para darnos cuenta de que también es bueno y mejor en esto de entrelazar versos y estrofas. Sí, además, se incorporan algunas páginas de la llamada “prosa poética” (como, por ejemplo, La luz que alumbre, Credo al sufrimiento Letanía en cruz) ya podemos imaginar que este libro es un verdadero regalo para el corazón de todo aquel que lo lleve a los ojos o, por imposibilidad de hacer eso, haya alguien que se lo lea. 

Esto último lo decimos porque, como suele ser habitual en los libros, suele ponerse al final de todo cuando, por ejemplo fue se terminó el mismo o, en todo caso, se acabó de imprimir. Y es que Surtidor del alma se acabó de imprimir en la ciudad de La Carolina el día 19 de junio de 1997, como hemos dicho arriba, que era, además, “Aniversario del ingreso de ‘Lolo’ en la Organización Nacional de Ciegos de España”. 

Este libro es un verdadero regalo para el corazón y, tanto los poemas inéditos como los que ya había publicado Manuel Lozano Garrido como, lo que decimos, arriba, la prosa poética (tan difícil de distinguir de un poema si no es por la forma de esta) enseñan una vez más que cuando alguien está inspirado por el Espíritu Santo (y escucha sus gemidos inefables) se nota y más que se nota. 

Y el título, como también titulamos en este especial apartado de los libros de Lolo, está más que bien puesto pues sus páginas son un verdadero surtidor del alma, de un alma limpia y buena, la que Lolo enriqueció con su propio ser.

    

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“El sol del pensamiento divino no tiene manchas.”(12)”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

11.03.23

La Palabra para el Domingo - 12 de marzo de 2023

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Como es obvio, hoy no es domingo 12 de marzo de 2023 sino sábado, 11. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


Jn 4, 5-15. 19b-26.39a.40-42 



5 Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Allí estaba el pozo de Jacob. Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al pozo. Era alrededor de la hora sexta. 7 Llega una mujer de Samaria a sacar agua. Jesús le dice: ‘Dame de beber.’ 8 Pues sus discípulos se habían ido a la ciudad a comprar comida. Le dice a la mujer samaritana: 9 ‘¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?’ (Porque los judíos no se tratan  con los samaritanos.) 10 Jesús le respondió: ‘Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber",  tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.’ 11 Le dice la mujer: ‘Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? 12 ¿Es que tú eres más que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?’ 13  Jesús le respondió: ‘Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; 14  pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé  se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.’15 Le dice la mujer: ‘Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla.’.’19 Le dice la mujer: ‘Señor, veo que eres un profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.’ 21 Jesús le dice: ‘Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. 22  Vosotros adoráis lo que no conocéis;  nosotros adoramos lo que conocemos,  porque la salvación viene de los judíos. 23 Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu, y los que adoran, deben adorar en espíritu y verdad.’ 25 Le dice la mujer: ‘Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo. Cuando venga, nos lo explicará todo.’ 26Jesús le dice: ‘Yo soy, el que te está hablando.’ 39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: ‘Me ha dicho todo lo que he hecho.’ 40 Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. 41 Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, 42 y decían a la mujer: ‘Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.’

      
COMENTARIO

Cristo: Agua Viva 

Este texto del evangelio de san Juan es rico en principios cristianos y en formas de comprender al Hijo de Dios. 

En aquel pozo acudía la gente para proveerse de agua pues tal era la finalidad de este. Se iba a buscar un sustento material tan necesario como es el llamado líquido elemento, fundamental para la vida del ser humano. 

Vemos a Jesús cansado.  Como era hombre también acusaba el trabajo y el esfuerzo hecho. Por eso se sienta en aquel pozo. Pero como es Dios sabe que ha de cumplir con la misión para que fue enviado. Espera a quien va a recibir algo muy importante para su vida y para la de sus prójimos: el Agua Viva que no muere nunca y que llena el corazón de quien la bebe. 

Aquella mujer veía a Jesús como un judío y, como tal, no entendía cómo le pedía agua a ella, que era samaritana y, por eso mismo, no era bien vista por los miembros del pueblo elegido por Dios. Pero no entendía, todavía que Jesús había venido para hacer una llamada universal al Reino de Dios. 

Resulta curioso que aquella mujer cree en Jesús por lo que le dice acerca de la vida que, hasta entonces, había llevado. Entonces sabe que aquel hombre no es un hombre cualquiera sino que, en verdad, es el Enviado de Dios, el Mesías. Y, como es de esperar, corre a decir a los suyos que ha encontrado a quien tantos siglos llevaban esperando. 

Jesús y la mujer Samaritana. - Radio Poder de Cristo

Mientras llegan los discípulos. Ellos, como hombres y como judíos, se extrañan que hable con una mujer. Pero Jesús les vuelve a sorprender con algo que no comprenden acerca del alimento que tiene que darles y que no es otro que su propio cuerpo cuando llegue el momento oportuno. 

Ellos, sin embargo, aún no comprenden y siguen pensando mundanamente y no acaban de entender que de lo que ellos hacen sólo se obtendrá fruto cuando Dios quiera. Ahora toca sembrar. 

¿Qué hacen los vecinos de aquella mujer samaritana? 

En principio, algunos la creyeron pero otros necesitan ver para creer. Muy propio del ser humano. 

Acuden donde Jesús y le invitan a quedarse con ellos. Jesús acepta porque sabe que su misión es atraer a todas las ovejas al redil de Dios.

Ellos, como ven lo que hace y lo que dice, aceptan que es el Salvador aquel que tienen delante. 

Y Cristo, aquel Agua Viva que bebió la samaritana y los que la conocían, seguía sembrando con su semilla divina de amor y misericordia. 
 
PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren gustar del Agua Viva que es Cristo. 

Roguemos al Señor.

 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no tienen esperanza en su salvación. 

Roguemos al Señor. 

Pidamos a Dios por todos aquellos que prefieren el agua del mundo al Agua Viva de Cristo.

Roguemos al Señor.



ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a beber del Agua Viva que es Cristo y hacerlo siempre con esperanza en nuestra salvación.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán 

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Queramos del Agua Viva de Cristo; y queramos siempre.


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

6.03.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Las siete vidas del hombre de la calle"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Las siete vidas del hombre de la calle

 

Se publica el libro inédito del Beato Lolo, «Las siete vidas del hombre de  la calle» – Diócesis de Jaén

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el libro que traemos hoy a esta casa de InfoCatólica. Y es que su título muestra una gran profundidad espiritual al unir, por así decirlo, los siete Sacramentos con la existencia de la persona, digamos, ordinaria que es a lo que Lolo se refiere cuando titula atribuyendo siete vidas al hombre de la “calle”.  

¿Qué son “Las siete vidas del hombre de la calle”, digamos, en concreto?

En general, son lo que nos pasa a cada uno de nosotros o, al menos, lo que nos podría pasar. Es más, como dice su autor en el capítulo dedicado al Bautismo “Ni sensacionalismo ni trabalenguas: lo que puede un Sacramento”. No obstante, Cristo, con la institución de los Sacramentos, nos ha procurado una unión fina pero crucial con el Padre Misericordioso. Y eso es lo que nos muestra Lolo con cada uno de estos instrumentos espirituales. Por eso nos dice esto que sigue:

 

Los Sacramentos son:


-Siete chorros de agua clara que bañan, purifican y ennoblecen nuestro corazón;

 

-Siete acequias de Gracia que nos devuelven a la tersa blancura de un alma infantil;

 

-Siete músculos en activo que proveen de energías para barrer las piedras del camino;

 


-Siete pares de alas que nos crecen súbitamente y dejan en toda nuestra naturaleza la emoción y el presentimiento de un vuelo.”

 


Así, son lo que nos llena, lo que nos lleva, lo que nos otorga fuerza o, en fin, lo que nos acerca a Dios. Por eso tienen tanto que ver con el diario vivir de los hijos del Creador. 

El caso es que “Las siete vidas del hombre de la calle” tiene lo que tiene un libro que trata al hombre con relación directa a Dios a través de lo que ha establecido el Todopoderoso en beneficio de su descendencia. Por eso dice muy al principio que

 

“un hombre es, ante todo, una semilla del cielo, cierta criatura promocionada a una vida superior, feliz y eterna, con el amor de Dios como destinatario”.

 

Y por eso el destinatario de los Sacramentos, y su reflejo en el hombre de la calle, el ordinario, el común, cualquiera que debería ser así considerado, es el mismo hombre. Y por eso cada uno de ellos tiene su ser en el diario vivir. 

Sobre lo último que acabamos de decir, sobre lo que suponen los Sacramentos, nos dice, por ejemplo, refiriéndose al Bautismo, que “Algo nace en el agua”. Y es que “donde el agua recrece y agiganta su destino creador de vida es cuando se escancia sobre la cabeza de un hombre con una clara intención santificante.” Y eso es el Bautismo para los hijos de Dios. 

Y así va repasando, uno a uno, los siete Sacramentos y poniéndolos en el camino de cualquier persona que tenga relación con su propia vida ordinario y, por tanto y en efecto, con cualquiera de ellas, con cualquiera que pueda leer esto. 

En realidad, en este libro póstumo de Lolo vemos o, mejor, leemos, a Manuel Lozano Garrido en a su lenguaje de todos sus libros: profundo, sencillo pero, a la vez, sabiendo llegar a las profundidades del alma, allí donde pareciera que nunca podemos llegar. Y lo hace de la forma tan magistral como sabe hacerlo quien lo hace más que bien.

 Es, por decirlo pronto, Lolo en estado puro y, eso, en todos los sentidos.

   

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Dios es como una mañana de mucho sol, todo alegría.”(10)”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

4.03.23

La Palabra para el Domingo - 5 de marzo de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 5 de marzo de 2023 sino sábado, 4. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.
 
 
Mt 17, 1-9
 

“1 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. 2 Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. 3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. 4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: ‘Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.’ 5 Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con una sombra y de la nube salía una voz que decía: ‘Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.’ 6 Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. 7 Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: ‘Levantaos, no tengáis miedo” 8 Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. 9 Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: ‘No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos.’”
 
 
COMENTARIO

Destellos de Dios

Jesús conocía la especial dificultad que existía en el hecho de que sus discípulos comprendiesen su ministerio y que fuesen capaces de entender aquello que les decía. Por eso se veía obligado a recurrir a ciertos momentos en los que lo que sucedía impelía a una rápida fijación en el corazón de aquello que acontecía.

Y en el monte se transfiguró con evidentes destellos de Dios.

Este episodio, característico de la divinidad de Jesús, determina una imagen ejemplo de pureza y amor de Dios, porque, ¿qué es esa blancura que salió de sus vestidos y, por lo tanto, de su cuerpo, pues desde dentro emergía? La pureza del Creador y de Su Hijo Jesucristo.

Pero como esto podía no ser suficiente, pues bien podían haber pensado aquellos tres que miraban, que podía tratarse de algún reflejo de la luz del sol, entran en escena estos dos personajes del Antiguo Testamento que, al igual que Jesús, pero menos, como hombres que sólo eran, también eran profetas. Pero no dos profetas cualesquiera. Eran Moisés y Elías.

Pero no sólo se aparecieron junto a Jesús. Además conversaban con Jesús. Y esta conversación bien podría referirse al inmediato futuro de Cristo: su pasión y muerte. Seguramente, porque sabedores de lo que iba a suceder, querían, ¡y necesitaban!, darle ánimo, reconfortarlo, en cierta forma. El caso es que el Enviado, el Jristós griego, se hace ayudar por aquellos que le esperaban para que los que estaban presentes con Él fuesen capaces de entender que iba a ser perseguido, maltratado, lacerado y humillado más tarde.

Entre aquellos tres discípulos Pedro es la piedra, y por eso mismo está muy pegado al suelo y raramente comprende lo que hay de sobrenatural en su vida y existencia. Algo así le pasa, por lo tanto, al discípulo elegido para ser el primero entre iguales.
 
Transfiguración de Jesús - Wikipedia, la enciclopedia libre Y por esto, la sugerencia que le hace al Maestro, que disfrutaba de aquella conversación y que, con ella, daba fundamento a su existir, no deja de ser otra cosa que expresión de una mundanidad, de un apego a la tierra, de un estar entre hombres. Pedro quiere quedarse allí, gozando en solitario de lo que ve.

Pero Jesús entiende las cosas de una manera… sobrenatural.

Este propiciar el encuentro es otra instantánea de la vida del Mesías a destacar. En su misión provocó que, mediando Él mismo, la relación con lo sobrenatural estuviera al alcance de sus contemporáneos y, desde entonces, de todos nosotros. Lo que podemos entender o comprender de ese encuentro quizá, o sin quizá, es cosa nuestra, dejado a nuestra libre elección: mejor comprensión de lo divino y aplicación a lo humano, a nuestra existencia diaria, o, por otra parte, olvido por miedo a la responsabilidad que de su puesta en práctica derivaría para nosotros.

Pero como esto pudiera no parecer suficiente para los discípulos, y como ellos irían hablando, monte abajo, sin duda, de lo que había sucedido, Jesús se vio obligado a hacerles una advertencia: no hablar, a nadie, de este hecho, hasta que Él, el Hijo del hombre, resucitara de entre los muertos.

Bien podemos suponer que si la transfiguración había producido el lógico estupor en los que la vieron, el que Jesús hablara de la resurrección de entre los muertos ya sería el colmo de lo enigmático. Aún no podían entender esta expresión ni ser capaces, tampoco, de transmitir a nadie lo visto. De aquí aquello de la prohibición de comunicar eso tan sobrenatural como era que dos profetas se aparecieran para hablar con Jesús y que, por si esto no fuera, ya, suficiente, el mismo Dios les dirigiera la palabra, su Palabra.

Si no estaban preparados para comprender esto, mucho menos para dar testimonio fiel y adecuado del significado que tenía. Por eso es que Jesús no les permitió hablar de ello hasta cuando, tras comprobar que, efectivamente, había vuelto del mundo de los muertos, ese misterioso acto que habían contemplado, tuvo total sentido para ellos y para todos.

PRECES

Por todos aquellos que se aferran a lo sobrenatural sin llevarlo a su vida diaria.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren escuchar a Jesús.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escuchar a tu Hijo como dijiste en el monte en el episodio de la Transfiguración. Que sepamos llevar a nuestras vidas sus palabras y su vida.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
 
 
Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:
 
Siempre es mucho mejor estar en las cosas de Dios y no en las nuestras. 

27.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Las estrellas se ven de noche"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos:  :  Las estrellas se ven de noche 

Las estrellas se ven de noche (obra póstuma) | Beato Manuel Lozano Garrido,  beato Lolo

 Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.


Eso pasa con el noveno libro que publicó Lolo. Corría el año 1975 y, por tanto, este libro es uno de los que podemos llamar, ciertamente, póstumo (Lolo subió a la casa del padre el 3 de noviembre de 1991) cuando salió a la luz pública este libro. 

Ya podemos imaginar que este libro, por tales circunstancias, es uno que lo es especial. Y no es que después no haya salido libro alguno de nuestro amigo  (que veremos, si Dios quiere, en otras semanas y en esta misma casa) sino que por ser, eso, el último que escribió personalmente, tiene de especial, exactamente, todo.  

Este libro es el tercero de los que escribió en forma de diario. Abarca desde el 1 septiembre 1965 al 3 noviembre 1971 y, por tanto, es fácil tener por bueno y verdad, que abarca mucho y tanto que llega casi hasta el momento de la muerte de Manuel. Y es que cuando Lolo acababa de fallecer llegaban a su casa las pruebas de imprenta de este libroSus palabras finales, escritas por él:


“Ahora, mañana y siempre, creo en el Dios que nos regaló la primavera y que nos hizo posibles primaveras””

 

Podemos ver que, en efecto, incluso en la noche más cerrada pueden verse las estrellas que es como decir, exactamente como decir eso, que la esperanza nunca se puede perder. Y eso es lo que hace Manuel Lozano Garrido y aquí lo muestra a la perfección porque no titula, por ejemplo, "Las estrellas pueden verse de noche” sino que lo hace afirmando que “se ven". Y por eso el título del libro está tan bien puesto y tiene tanto sentido, profundo sentido espiritual, para todos aquellos que se lo lleven a los ojos y al corazón.  

Es de pensar, por otra parte, que este libro, abarcando tantos meses de la vida de Lolo, recoge muchas de las circunstancias de su vida. Así. cuando ya apenas puede comer sabe que no le puede faltar la sagrada Comunión. Y es que, en una ocasión (suponemos que en más, claro) cuando don José, Coadjutor, va a su casa con la Comunión, se encuentra con la evidente dificultad de no poder administrarla, digamos, de forma ordinaria. Entonces nos dice Lolo (p. 133)


“¡La garganta! Lucy recurre a una cucharilla y comulgo así con una pequeña parte de la forma disuelta en agua. Dios que se hace del tamaño de una micra, para sentirse fuerza de moribundo. Mis labios no encadenan un par de sílabas ni mi mente tampoco es capaz de redondear una frase, pero desde lo más hondo del corazón, un algo esencial y perdurable, como un niño que ya no solloza, tiende su mano y va sintiendo la seguridad de otra”.

 

Y es que Lolo se desvive por todos los aspectos de su fe católica. Profundamente la siente en el fondo de su doliente alma y por eso no sería imaginable para él no recibir la Santa Comunión. Y, no importándole el cómo hacer eso, busca la forma que sea posible recibir a su amigo Cristo.  

Podemos decir que, tantos años después de que su enfermedad se le manifestara (principios de los cuarenta del siglo XX) Lolo es plenamente consciente de lo que le ha pasado y lo que le pasa. Y en este libro, que contempla todo aquel tiempo pasado, muestra a la perfección el temple que tenía el Beato de Linares (Jaén, España). Y lo hace en la página 142 cuando escribe esto:


“Es verdad que se han escabullido muchas cosas: las oposiciones, mi colaboración, la carrera y, no digamos, la juventud, sin olvidar esta viva morada que es mi cuerpo, aprisionado por el abrazo de una hiedra impalpable. Pero la vida será siempre un camino de ilusión y de esperanza, y en el de mi corazón sólo destacan hoy los árboles”. 

Y, como no puede ser de otra manera, estas letras sólo pueden terminar con lo que Lolo llama "Mensaje a la última golondrina". Lo escribe, claro está, en la última parte de este su libro póstumo y justo antes de lo que sería el Epílogo que escribiría su gran amigo José María Pérez Lozano. Está en la página 321 y dice esto que tiene que todo y más que todo con su propia vida (lean y gocen): 


“Por eso, aquí, hoy, mi abierto mensaje, tan corto y humilde como un telegrama:

‘Golondrina: todos los días, sin faltar uno, recuérdame la primavera y ayúdame a rezar cada mañana la hermosa letanía de la esperanza’.

Con dolor o tristeza, creo en ti, primavera.

Con la frente en el suelo o  amargura en los labios,

creo en ti, primavera.

Con la vida que apenas luce más que una vela muy corta, creo en ti, primavera.

Tentado contra el amor o la esperanza,

creo en ti, primavera, Ahora, mañana y siempre,

creo en el Dios que nos regaló la primavera

y que nos hizo posibles primaveras’”.

 

Y a esto nosotros sólo podemos decir: Amén y gracias. 

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“¿Qué tesoro no debes guardar arriba, Señor, para qu aquí mismo uno se quede ya deslumbrado por esos centimillos que son el amor humano y la belleza?.”(8)”

……………………………


Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

25.02.23

La Palabra para el Domingo - 26 de febrero de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 26 de febrero de 2023 sino sábado, 25. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.



Mt 4, 1-11


“1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2 Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. 3 Y acercándose el tentador, le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.’ 4 Mas él respondió: ‘Está escrito: = No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.’ = 5 Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, 6 y le dice: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: = A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna.’ = 7 Jesús le dijo: ‘También está escrito: = No tentarás al Señor tu Dios.’ = 8 Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, 9 y le dice: ‘Todo esto te daré si postrándote me adoras.’ 10 Dícele entonces Jesús: ‘Apártate, Satanás, porque está escrito: = Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto.’ = 11 Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían.”

        

COMENTARIO

Apartar al Mal de nosotros, como hizo Cristo


Cuando Jesús es bautizado por Juan, en el Jordán, y, después de haber sobrevolado sobre Él el Espíritu Santo (al igual que en el Génesis, mientras Dios creaba, el mismo Espíritu, su Espíritu, sobrevolaba las aguas) se deja llevar por aquella persona que constituye la Santísima Trinidad y marcha camino del desierto, donde sólo se oye su corazón y a Dios buscando su seno porque necesita esa íntima comunicación. 

Quizá buscaba lo que dijera Isaías (32, 10) “en el desierto morará el derecho, y la justicia habitará en el vergel”, es decir, que trataba de hallar la plenitud de la voluntad de Dios; quizá quiera pasar una prueba puesta por su padre (Dt 8,2), al igual que pasara, con el paso del desierto, el pueblo de Israel: acuérdate del camino que el Señor te ha hecho andar durante cuarenta años a través del desierto con el fin de humillarte, probarte y conocer los sentimientos de tu corazón y ver si guardabas o no sus mandamientos. El respeto buscado por Dios de su Hijo por sus normas, quizá fuera lo que buscaba Jesús. Y todo esto sabiendo lo que dijera, también, como tantas otras veces, Isaías, (58, 11): Te guiará Dios de continuo. El caso es que Jesús, atareado en ese intento de descubrirse, no encuentra mejor sitio donde ir que a ese inhóspito espacio reseco.  

Es verdad, que aquellos días en el desierto tienen un sentido simbólico. Fácil es entender que el desierto es un lugar en el cual podemos escuchar nuestra voz con una claridad diáfana, sin esos sonidos de otras voces que impiden descubrir nuestros acentos, lo que queremos decir para que nos entiendan, es un lugar adecuado para sentir mejor nuestro corazón, alejados del mundo que nos impide ordenar y separar lo importante de lo que es accesorio y que tanto nos perturba en nuestro camino por la vida.  Es, en fin, un criterio de discernimiento lo que “empuja” a Jesús a ese exilio de su derredor, de forma inmediata a cuando fue instituida una segunda creación, con su bautizo, una nueva oportunidad para el hombre. 

Y Jesús, al igual que nos puede suceder a todos nosotros, se siente tentado, por Satanás, dice el mismo Jesús en un momento determinado. Y las tentaciones lo son en el sentido que más pueden atraer el ansia de un hombre: el mero y simple hecho del sustento, el intento de salvación recurriendo a Dios como solucionador de problemas y el mismo poder, el hecho mismo de tenerlo. 

Tentaciones de Jesús - Wikipedia, la enciclopedia libre

Pero Jesús, al igual que debemos hacer nosotros, contesta a todas estas tentaciones, con una referencia clara a Dios, al que acude  para buscar la palabra que sale de su boca y no limitarse a la mera sustancia física (el hombre, recordemos, es cuerpo y espíritu), queriendo dar a entender  que ese pan de cada día que tanto reclamamos al rezar esa oración que Él enseñaría más tarde es esa Palabra que Dios nos regala;  al que no quiere tentar para que lo salve de esa situación que le plantea al Maligno porque sabe que a Dios no se le puede utilizar para satisfacer nuestras necesidades como si fuera alguien de quien echamos mano como tabla de salvación propia y, por último, al que da culto porque está seguro de que lo merece como creador y Padre y que ansiar las riquezas del mundo supone encerrarse en la cotidianidad de la avaricia y el egoísmo. Es aquí cuando Jesús dice “apártate Satanás” porque sabe que sólo hay que adorar a Dios (recordemos aquí lo que dice el primer mandamiento de la Ley de Dios que recogiera Moisés para darnos testimonio de lo que es más importante para nosotros y, así, lo que debemos rechazar por ser, por eso, secundario) y no a los bienes del mundo ni tampoco a la luz falsa que nos puede marcar nuestro paso, cegándonos ante la verdadera luz que emana de Dios. 

También nos dice el evangelista, que fuera recaudador de impuestos,  que unos ángeles le servían. 

Este detalle, el de los ángeles que sirven a Jesús, es algo a destacar ya que vendría a indicarnos que tras evitar las tentaciones y anteponer a Dios siempre, pero siempre, a las vicisitudes de su vida, es el momento en que esos hermanos celestiales se ponen a su servicio. Es decir, que después de la tribulación, de la penuria, de la atracción del mundo, del posible egoísmo, nos llega el estado de gracia de encontrarse con Dios que, como no puede ser de otra forma, agradece esa entrega de la mejor forma que puede: amándonos y entregándose a nuestro corazón. 

Por eso, Dios quiera que, tras recorrer nuestro propio desierto, soledad iluminada por la Palabra de Dios, sostén de nuestros pasos, veamos cómo surge, en nosotros, una inquebrantable voluntad de extender ese Reino a todas aquellas personas que no encuentran el camino para llegar a Él, sabedores, entonces, y conocedores, ahora, de la plenitud del ser que podemos encontrar así.


PRECES
 
Por todos aquellos que no quieren recorrer su propio desierto para encontrar a Dios. 

Roguemos al Señor. 

Por todos aquellos que prefieren entregarse en manos del mundo antes que en las del Creador. 

Roguemos al Señor.
 
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a enfrentarnos a las tentaciones sabiendo que siempre estás a nuestro lado. 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 
Panecillo de hoy:

 

Rechazar al Maligno y a sus tentaciones debe ser prioridad de todo discípulo de Cristo. 


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

20.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “El árbol desnudo"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos:  El árbol desnudo

El árbol desnudo | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el octavo libro que publicó Lolo. Corría el año 1969 cuando salió a la luz pública este libro que fue, por otros libros aquí citados, un año muy fructífero para Lolo. 

Digamos que este libro es, ni más ni menos, que una autobiografía escrita por Lolo en forma de novela en la que, claro, los nombres que aparecen en la misma no son los reales pero se entiende todo, digamos, perfectamente según conocemos hoy día a las personas que están ahí representadas. Y es claro que, en su día, todo lector sabía a quien se refería Manuel Lozano Garrido cuando decía esto o lo otro…  

Aquí, Lolo es Andrés y su hermana Lucy es Emilia. Y así otros personajes que cambian de nombre por razones bastante lógicas y esperadas. Sin embargo, como decimos arriba, todo lo que pasa es perfectamente aplicable a la vida misma de Lolo. Pero todo, todo. 

No es exagerado decir que este personaje pasa por lo mismo que pasó Manuel Lozano a lo largo de su vida. Incluso viaja a Lourdes, lo mismo que hizo el Beato de Linares. Y eso, claro está, no puede ser casualidad sino la voluntad expresa de narrar lo que había sido, hasta entonces, su vida. 

En cuanto a Emilia (Lucy), la hermana que entregó su juventud al cuidado de Lolo y que hace relativamente poco tiempo fue a reunirse con él donde sólo pueden estar los buenos hijos de Dios, deja marchar al amor de su vida, Enrique, porque sabe que tiene una obligación, ella lo cree así, contraída con las circunstancias de quien tanto está sufriendo.


Así, en un momento determinado le dice (p. 261)


“Si ahora te esfuerzas en comprender ya verás cómo la felicidad viene a tu encuentro. No dejes que el recuerdo mío te convierta en una estatua de sal. Que te dé fuerzas el prodigio de fortaleza que esta noche has hecho conmigo y ya, después, olvida. Yo no soy más que una leve mujer reclamada con urgencia; y pienso que en el amor todos los telegramas son azules”.

Incluso, en un momento determinado, Emilia (Lucy) le dice a Andrés (Lolo) p. 183:


“¿Verdad que hemos de estar así de juntos siempre, como de pequeños, aquella vez que nos perdimos y nos encontraron juntos, caminando de la mano por una vereda del campo?”

 

Este libro, como autobiografía, retrata a la perfección la vida y existencia de una persona como fue Manuel Lozano Garrido. Y por eso todo lo que contiene es la mejor manera de conocer, de primera mano, cómo fue y cómo de desarrollo el devenir de una persona que, como podemos leer en sus páginas, tuvo una fuerza espiritual impagable. 

Ciertamente, esta novela de Lolo, requerida por muchos de sus amigos como él mismo refleja en alguno de sus libros (en el sentido de que le insistían en que la terminara) tiene un sabor a entrega que deja el corazón abierto a la posibilidad de lo que puede parecer imposible a primera vista. Quien no puede nada, lo consigue todo y quien lo consigue todo lo ha conseguido partiendo de la nada en la que ha quedado por mor de su situación física. Y eso sí es un milagro verdadero y una prueba fehaciente de la existencia de Dios y del poder que tiene que todo lo tiene y puede y transmite algo de su Espíritu a alguno de sus hijos que se hace invencible ante lo vencible e irreprochable ante cualquier reproche de los indoctos en materia de fe, de sufrimiento y de sobrenaturalización del dolor.  

Y ante esto sólo podemos decir dos cosas: Amén y gracias.

 

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Todo lo que de Dios viene es de una belleza infinita. Ocurre como con el sol, que desparrama su fuerza a raudales por el firmamento, aunque a nosotros no nos llegue más que una parte infinitesimal, la justa para saborear a su punto la armonía de su luz.”(7)”

……………………………


Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

18.02.23

La Palabra para el Domingo - 19 de febrero de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 19 de febrero de 2023 sino sábado, 18. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana y hermana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


Mt 5, 38-48


“’38 Habéis oído que se dijo:  ‘Ojo por ojo y diente por diente’.  39 Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra: 40 al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; 41 y al que te obligue a andar una milla vete con él dos.42 A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.43 ‘Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. 44 Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? 47 Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? 48 Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.’”

 
COMENTARIO

Una verdadera revolución espiritual

 
Podemos decir, sin temor a equivocarnos y sin faltar a la verdad, que el Hijo de Dios vino al mundo a ponerlo todo patas arriba. Es decir, su existencia no iba a ser la plácida vida de quien se aquieta a todo lo que haya y nada haga para cambiar lo que se deba cambiar.  Y eso es lo que hizo… porque debía hacerlo. 

Digamos, también, a este respecto, que no dejó títere con cabeza. Y no lo dejó porque debía poner todos los puntos sobre las íes y había muchas íes sobre las que poner el acento aunque a muchos les gustase más de la cuenta las faltas de ortografía espiritual… 

El caso es que todo se resume en algo terriblemente difícil no de entender pero sí de llevar a cabo: hay que ser perfectos. Pero no se trata de una perfección cualquiera sino la que se corresponde con Dios mismo. 

¡Ni más ni menos que Jesús pide que seamos perfectos como lo es, que sí lo es, nuestro Padre del Cielo! Y eso, se diga lo que se diga y con toda la buena intención que se quiera decir, no es poca cosa. 

Pues bien, mucho debía ser cambiado. Y mucho dice aquí, en este texto del Evangelio del que fuera recaudador de impuestos, sobre qué debe cambiarse. Y nada es de poca importancia sino que todo tiene más que mucha. 

“Ojo por ojo”. Eso era el comportamiento habitual desde que se cambió la venganza privada (quien hacía algo podía recibir todo el mal que quisiese hacerle el perjudicado por su acción). En realidad, era una mejora al respecto de esta (queremos decir el “ojo por ojo”) pero para Dios y para Jesucristo estaba muy lejos del amor y de la misericordia. No. Tal forma de comportarse no estaba nada bien. 

Evangelio san mateo 5, 38 48

Por eso reclama Cristo poner la otra mejilla. ¡En un mundo, el de entonces y el de ahora tan dado a lo contrario pedir eso era demasiado! Pero lo pide porque sabe que es voluntad de Dios que así actúen sus hijos: abajándose, viniendo a ser menos, perdonando en suma… 

De ahí derivan muchas cosas: dar a quien te reclame y no impedir eso; dar a quien lo necesite sin olvidar que eso es lo que debe hacerse y, en fin, amar. 

El amor que reclama Cristo no es un amor cualquiera. En eso también pone el listón muy alto. Y es que si Dios también ama a quien se aleja de Él y lo olvida, otra cosa no pueden hacer sus hijos. Por eso reclama Cristo lo que parece imposible: ¡amar al enemigo! Eso sí que es pedir mucho a quien debe dar mucho pero tantas veces lo niega. 

En realidad, Jesucristo pone las cosas en su sitio, en el que les corresponde estar. Y es que si amamos sólo a los nuestros, que es lo mínimo que se espera de nosotros, no podremos llegar muy lejos en el Reino de Dios. Hace falta, por tanto, dar un paso más, ser valientes y serlo hasta amar a los que nos odian…

Seguramente, a muchos se les habrá encogido el estómago. Y con razón…. humana.

PRECES

Por todos aquellos que no quieren cambiar su modo de ser.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren ser perfectos.

Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser perfectos como Tú lo eres.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 
Panecillo de hoy:

 

¡Qué importante es comprender la Ley de Dios! 


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

13.02.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Reportajes desde la cumbre"

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Reportajes desde la cumbre

Reportajes desde la cumbre | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.

 

Eso pasa con el séptimo libro que publicó Lolo. Corría el año 1969 cuando salió a la luz pública este libro. Y podemos leer, en el mismo título que hay, algo que nos extraña: la “cumbre” desde donde se escriben tales reportajes. Y es que en la cumbre no está Otro que Dios mismo que es quien se dirige a su criatura humana para decirle muchas y más que interesantes cosas…

 

Está muy bien que Lolo se ponga, por así decirlo, en el lugar de Dios y nos escriba algo así como lo que nuestro Creador nos podría decir a nosotros, que estamos aquí abajo a la escucha de lo que pueda decirnos. Y bien que lo dice en las páginas de este libro que es, verdaderamente, maravilloso. 

Este libro muestra el recorrido de Dios por la vida del hombre. Y lo resume muy bien, aunque pronto, el P. José María de Llanos y Pastor, SJ. que en el Prólogo dice que

Al fin de todo ya resumiría, hermano, yo resumiría, tu libro con esa misma palabra tuya y dicha por ti pensando en Él y redicha por mí y los lectores, pensado en ti: ‘Vivimos todos de las rentas de un hombre desnudo’. Es decir, gracias en nombre de todos. Y la Paz”. 

El caso es que Dios, que ama a su descendencia (como podemos imaginar) no deja de decirnos cuál sería el cumplimiento de su santísima Voluntad. Y eso lo viene haciendo desde que Adán y Eva pisaron el Paraíso (aunque luego pasara lo que pasó) Por eso estos reportajes nos aportan algo más que palabras: nos aportan un modo de ser que, en verdad, nos conviene y nos conviene más de lo que podamos creer nosotros, tantas veces, alejados de lo que Dios quiera para nosotros.  

Debemos, de todas formas, advertir algo (para que se vea la riqueza espiritual de estas páginas) Y es que dentro de este libro haya otro libro. En concreto, el capítulo III, de título “Un corazón para un Reino”, ocupa buena parte de sus más de 300 páginas (más de 170) y las dedica Lolo, en esta muy especial carta de Dios al hombre, a contemplar las Bienaventuranzas que recoge el Evangelio de San Mateo. Y no tienen precio porque es impagable (con el dinero del mundo esto no se paga) el contenido de estas páginas. 

Como podemos ver, no hay aspecto de nuestra fe, la que debe ser profunda y estar arraigada en nuestro corazón, que el Todopoderoso, nuestro Padre del Cielo, no toque o refiera en estas páginas escritas por Lolo. Y tampoco debe extrañarnos pues, al fin y al cabo, es “Dios” (entendamos esto) quien escribe estos reportajes y a Él nada se le escapa que debamos conocer.  

Y todo esto porque Dios espera mucho de nosotros. Por eso nos dice que (p. 73) 

“Si la creación es una riqueza, yo no puedo repudiar la fortuna que os pongo entre las manos. De lo contrario, fallaría en mi Providencia, pero el mundo es un camino y quedarse a vivir en los paradores, una renuncia a la marcha”.

Todo, pues, está puesto para nosotros, descendencia divina, pero con una sola condición: querer aspirar a la meta que no es otra que la vida eterna y no quedarse mirando los oropeles de lo puesto, en efecto, para nosotros. 

Y terminemos al revés de cómo deberíamos haberlo hecho. Y es que Lolo escribe, en este libro, esta dedicatoria:

 “Al aire que respiro,

la luz que me alumbra, 
el lenguaje que uso,
la calle en que habito, 
y las gentes que me rodean;
a todo eso que se constituye
de recuerdos, costumbres, sentimientos,
ilusiones, afanes o encuentros 
y que se llama ‘mi pueblo’,
el sitio en que nací y vivo, los paisanos, mis amigos
y esa ancha familia de lectores, que componen hoy 
en torno mío con un inmenso y apretado corazón. 
Con mi gratitud.” 

Pues eso, esto demuestra más que bien que Lolo supo muy bien entender esos "reportajes desde la cumbre". 

 

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación



Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Todo lo que de Dios viene es de una belleza infinita. Ocurre como con el sol, que desparrama su fuerza a raudales por el firmamento, aunque a nosotros no nos llegue más que una parte infinitesimal, la justa para saborear a su punto la armonía de su luz.”(7)”

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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.