InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: General

3.08.08

La Palabra del Domingo - 3 de agosto de 2008

biblia


Mt 14:13-21

13 Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie.

14 Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos.

15 Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: “Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos".

16 Pero Jesús les dijo: “No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos".

17 Ellos respondieron: “Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados".

18 “Tráiganmelos aquí", les dijo.

19 Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. 20 Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas.

21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

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Juan Pablo II Magno - María

Magp

Como no podía ser de otra forma, María, Madre de Dios y Madre nuestra, fue tenida en cuenta por Juan Pablo II Magno para apoyarse en ella y ser, verdaderamente, un buen hijo.

Seguramente fue el amor que le tenía a María lo que le hizo elegir un lema que define su pontificado de forma perfecta: ¡Totus tuus! (todo tuyo) Se adhiere, así, al espíritu de San Luis María Grignion de Montfort.

Así lo dice el mismo Juan Pablo II Magno en “Cruzando el umbral de la Esperanza (Libro de pregunta-respuesta escrito, a medias, por así decirlo, con Vittorio Messori):

Esta formula no tiene solamente un carácter piadoso, no es una simple expresión de devoción; es algo mas. La orientación hacia una devoción tal se afirmo en mí en el periodo en que, durante la Segunda Guerra Mundial, trabajaba de obrero en una fábrica. En un primer momento me había parecido que debía alejarme un poco de la devoción mariana de la infancia, en beneficio de un cristianismo más cristocéntrico. Gracias a San Luis María Grignion de Montfort comprendí que la verdadera devoción a la Madre de Dios es sin embargo, cristocéntrica, que esta profundamente radica en los misterios de la Trinidad de la Encarnación y la Redención. Así pues, redescubrí la nueva piedad mariana, y esta forma madura de devoción a la Madre de Dios me ha seguido a través de los años. Respecto a la devoción mariana, cada uno de nosotros debe tener claro que no se trata solo de una necesidad del corazón, de una inclinación sentimental, sino que corresponde también a la verdad sobre la Madre de Dios. María es la Nueva Eva, que Dios pone ante el nuevo Adán – Cristo, comenzando por la Anunciación, a través de la noche del Nacimiento de Belén, el banquete de la Bodas en Cana de Galilea, la Cruz sobre el Gólgota, hasta el Cenáculo del Pentecostés: la Madre de Cristo Redentor es la Madre de la Iglesia“.

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2.08.08

Rouco-Zapatero: las difíciles relaciones del bien con el mal

Como es más que sabido, ayer, 1 de agosto, se llevó a cabo la reunión entre dos presidentes: el del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela.

Parece que Rodríguez ha tardado demasiado tiempo en reunirse con la persona que, por decirlo así, representa a más católicos de los que al primero le han votado en las elecciones del pasado 9 de marzo. Por eso extraña que dijera, hace ya bastante tiempo, que ya se reuniría con el Presidente de la CEE. Y es que lo decía como desdeñándolo y dándole poca importancia (que es la que, para él, en realidad, tiene)

Por otro lado, bien se puede calificar tal apreciación como algo retrógrada y malpensada. Pero es que con el mal, ya se sabe, el buen pensamiento suele tener malas consecuencias para el bien.

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1.08.08

ETA no conoce el Amor

Sanz Montes

El obispo de Huesca y Jaca, Monseñor Jesús Sanz Montes, ha dicho algo que, en verdad, es una perfecta definición de la situación que, realmente, se producirá cuando mañana, el asesino no arrepentido Ignacio de Juana Chaos, salga de la cárcel: “La sangre derramada” por él “clama al cielo”.

Hace ya mucho tiempo que la sangre de otra persona, Abel, también clamó al cielo e hizo que Dios preguntase a Caín dónde estaba su hermano (Gén 4:10: “Entonces Yavé le dijo: ‘¿Qué has hecho? Clama la sangre de tu hermano y su grito me llega desde la tierra’

Pero, de forma inmediata le vienen a uno a la mente muchas ideas y no todas ellas buenas, por desgracia para mi proceder pecador. Hacer tal cosa supone, sobre todo, una falta de algo sin lo cual, francamente lo digo, es muy difícil vivir o, al menos, se vive de una forma mala y negra.

Lo que, en realidad, ha faltado (y viene faltando desde hace muchos años, exactamente los mismos que van desde que se creó la nefasta serpiente etarra hasta hoy) aquí es una palabra, su contenido y esencia, que dice mucho (o poco) de quien no la lleva a la práctica porque supone una falta de conciencia humana: el Amor (con mayúscula porque grande es el de Dios por su criatura)

Hay un texto de las Sagradas Escrituras (seguramente habrá más, claro) que, por decirlo así, centra a la perfección, el tema del que, ahora, escribo. Es del Evangelio de San Juan (Jn 15: 9-17) y dice lo siguiente:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.

Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros
”.

Por lo tanto se refiere, explícitamente, al mandamiento más importante que, además, es citado así por Jesucristo a lo largo del Nuevo Testamento: el del Amor.

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31.07.08

"Público" y "El País", de la manita laicista

Cualquier persona sabe que dos medios de prensa como el diario “Público” y el diario “El País” no son, digamos, buenos amigos en lo tocante a propietarios ni en pensamientos sobre sus propias circunstancias (cada uno actúa según su egoísmo personal y particular) ni en nada de nada.

Sin embargo, los enemigos de la Iglesia católica, ejemplo de basurilla intelectual izquierdista llevados por la mano del Maligno sí se ponen de acuerdo en algo: ¡Exactamente, en zaherir a la Iglesia católica con ocasión de lo que sea!

Y, ahora, con la sentencia (ciertamente absurda, por otra parte) con la que se condena a amortizar el honor del antiguo director de ABC, José Antonio Zarzalejos, tanto un medio escrito como el otro, han ido a lo que más les mola: dar golpes en la cabeza de la Conferencia Episcopal Española a costa del periodista de la cadena COPE Federico Jiménez Losantos.

Pero bien sabemos que no se trata de eso sino de ir un poco más allá: eliminar a la COPE y, de paso, agredir a la Conferencia Episcopal Española en tal cabeza.

Y, la verdad, es que cada medio se ha retratado según su capacidad y según el conocimiento que tienen de los asuntos religiosos. Algo, sin embargo, sí han tenido en común: atacar, de manera laicista, retrógrada y algo fantasmilla a la cadena, que mal llaman, “de los obispos”.

Por ejemplo “El País” escribió, ayer miércoles 30 de julio, en un editorial, lo siguiente:

La Conferencia Episcopal todavía no ha ejercido la vigilancia a la que está obligada sobre esta tribuna radiofónica, tan disonante, al menos formalmente, con el ideario que dicen defender los obispos. Puede que sea cuestión personal del arzobispo de Madrid, el cardenal Rouco Varela, empeñado en apoyar a este locutor mentiroso y lenguaraz, pero es el conjunto de los obispos quienes toleran el mantenimiento de unos espacios donde son norma, nada evangélica, la descarada manipulación informativa y una impía ferocidad imprecatoria”.

Personalmente creo que las personas que, si es que lo hacen, escuchan, de parte de “El País” la cadena COPE lo hacen con un oído algo dirigido.

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