InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Defender la fe

14.08.14

Tener que soportar esto es demasiado

Nazareno

Son muchos ejemplos. Son, además, perturbadores de la realidad porque suponen lo que nunca debería pasar. Y, por si fuera poco, pudiera dar la impresión de que importan poco.

Nosotros, los cristianos, tenemos por verdad que podemos ser perseguidos porque eso mismo lo dijo nuestro Maestro. Si a Él lo persiguieron hasta que pudieron darle muerte, no vamos a ser sus discípulos menos que Él. Al menos, en esto, sí podemos parecernos al Hijo de Dios pues no siempre estamos a la altura en cuanto a respeto a la voluntad de Dios y a cumplimiento de lo que nos corresponde cumplir.

Ahora es Irak pero antes fue en otros lugares. Así, por ejemplo, ¡cuántos cristianos han sido asesinados en Nigeria! o en otros lugares del mundo musulmán. Y es que lo bien cierto es que no es en otros lugares donde se produce el fenómeno de morir por la fe que se tiene si la misma no corresponde con la de los discípulos de Mahoma. Y eso no puede ser por casualidad sino por constatación de una verdad bien cierta: no es posible convivir con ciertos pensamientos. Y no se puede convivir porque quienes los sustentan no quieren a nadie que sea distinto a ellos, a nadie que no crea como ellos, a nadie que, en fin, no sean ellos mismos.

Incluso sabemos, porque es cierto, que asesinan a otros musulmanes que no son de su exacto pensar y hacer. Y esto es como si los franciscanos, por poner un ejemplo, se liaran a palos con los jesuitas o con otra orden religiosa (o al revés) por tal o cual precepto de las Sagradas Escrituras o por vaya a usted a saber qué interpretación bíblica. ¿Y a eso lo podrían llamar fe?

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7.08.14

El sábado de Cristo y para Cristo

Jesús y el sábado

Gracias a los amables lectores de este blog de InfoCatólica de tanto en tanto sugieren que escriba sobre algún tema. En concreto, a la pregunta de uno de ellos sobre el si el que esto escribe lo había hecho alguna vez sobre el sábado, sobre el tema del sábado, en Jesucristo y a la respuesta de que eso nunca lo había hecho surgió, de inmediato, la necesidad de cubrir tan notable falta.

Bien podemos decir, con el título de este artículo, que el sábado, desde que el Hijo de Dios vino al mundo, no es lo mismo; tampoco que lo fuera para el mismo Emmanuel.

El sábado, tal día de la semana de siete dias, tenía un significado más que importante para el pueblo judío. Era el día de descanso porque Dios lo había hecho un tal día como un sábado y así había mandado que se descansase. Por eso quien había sido elegido como comunidad religiosa transmisora de la Ley de Dios no podía hacer otra cosa, a su entender, que respetar totalmente el tal día. Y a fe que lo hacían.

Traemos aquí tres momentos particularmente relacionados con el sábado judío. Todos ellos se encuentran en el libro del Éxodo y, aunque no sigan un orden, digamos, de situación en tal libro, bien muestran lo que queremos decir.

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31.07.14

Las molestias de la Cruz y de la Biblia

Crucifijo y Biblia

En determinadas ocasiones se producen intentos de hacer de menos a determinados símbolos católicos como si los mismos no formaran parte de la sociedad en la que vivimos y como si no hubieran colaborado a ser lo que somos.

Seguramente, quien esté en contra de que tanto la Cruz como el Crucifijo o la Santa Biblia tendrá más de una razón para que no sigan apareciendo en ningún acto oficial o en cualquier tipo de circunstancias que llaman “públicas”. Sin embargo serán razones muy alejadas de la realidad y seguramente se basarán en normas sobre las que apoyan su pretensión de preterición de los maderos cruzados y de la Palabra de Dios.

Sin embargo existen, con toda seguridad, unas verdaderas causas de todo este extraño, pero comprensible para según qué mentalidades, tejemaneje:

1.-Odio a la Iglesia

Claramente se manifiesta, con actitudes como las que llevan a pretender que algo que es, en sí mismo, la representación de una fe que une a millones de personas en España, desaparezca de actos públicos, una animadversión algo enfermiza hacia la Esposa de Cristo que no hace más que hacer efectivo un anticlericalismo algo caduco y rancio. Y esto desde muchos puntos de vista ideológicos incluidos de los que se debería esperar más comprensión.

2.-Odio a Cristo

Cuando alguien se ensaña de la forma que lo hace con el símbolo más importante para un cristiano, como es la Cruz y contra la Sagrada Escritura que es, al fin y al cabo, Palabra de Dios inspirada al hombre, se hace con un consciente odio hacia el Hijo de Dios que vino a recordarnos (“Para eso he venido”, dijo) que no quería abolir la Ley de Su Padre sino, al contrario, a darle cumplimiento; a darle cumplimiento, ni más ni menos. Y eso molesta cuando implica, tal actuación, un posicionarse en contra del relativismo, del nihilismo y de otros muchos -ismos que son contrarios a la misma existencia de Dios.

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19.06.14

Dios castiga, ¿y qué?

No quiero que se me olvide que hoy celebramos es la festividad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. Bueno, antes se celebraba hoy y, de hecho, el Papa Francisco así lo hará en Roma. Es uno de los tres jueves que más lucen del año. Lo es y, a pesar de todo, lo será siempre. ¡Y sigue luciendo!

Cuerpo de Cristo

“Señor que nos haces participar del milagro de la Eucaristía: te pedimos que no te escondas, que vivas con nosotros, que te veamos, que te toquemos, que te sintamos, que queramos estar siempre junto a Ti, que seas el Rey de nuestras vidas y de nuestros trabajos.

Señor mío Jesús: haz que sienta, que secunde de tal modo tu gracia, que vacíe mi corazón…. para que lo llenes Tú, mi Amigo, mi Hermano, mi Rey, mi Dios, mi Amor!”

(San Josemaría)

Y, ahora, el artículo de hoy

-Otra vez se lanza usted a la piscina…
-Es cierto. Sin embargo, hace tiempo que aprendí a nadar.

Dios castida a Adán y Eva

Bueno. La cosa está que arde y no voy a ser yo quien eche leña al fuego que, luego, ya se sabe lo que pasa.

Hay debates que son difíciles de llevar por la paciencia que necesita quien quiera sacar algo en claro del asunto.

El problema es cuando el debate se genera por la equivocación flagrante de una de las partes. Entonces lo que pasa es que la que cree que tiene la razón, aquí véase la Verdad, ha de acumular dotas grandes de paciencia y de bondad del corazón.

Dios castiga a Caín

Y eso pasa en este muy particular y, al parecer, preocupante caso.

Se ha dicho mucho sobre si Dios castiga o si Dios no castiga.

La cosa es que cuando alguien ve que son las doce de la mañana y que el sol está en lo más alto a nadie se le ocurriría decir que es de noche y que se va a dormir.

Pues en este tema ha pasado que siendo las doce de la mañana en materia de fe y ver que el sol hace de las suyas con los sudores de los que lo soportan aún hay personas que se han empeñado en decir que es noche cerrada y ¡hala! a debatir con el prójimo.

El caso es que si la realidad no fuera tan cierta y sencilla de entender daría la cosa como para repartir con el látigo con el que Jesús echó a los cambistas de cosas y escamoteadores del sentido exacto de la fe…

La verdad es que uno, el que esto escribe, como ha dicho muchas veces, no es teólogo ni nada por el estilo pero para esto tampoco hace falta tener muchas luces. Bueno, a lo mejor sí que hace falta y eso es lo que falta en algún caso. Por eso aquí no van a ver elucubraciones ni nada por estilo y, aunque pueda parecer poco formado o algo por el estilo tampoco voy a aportar dato más allá de lo que se diga aquí pues ya hay personas, en esta misma casa, mucho mejor preparadas que yo y han hecho lo que tenían que hacer. A cada uno, pues, lo suyo, que es la definición exacta de lo que es el derecho y, en cuanto a tal, también nos toca a los sencillos en la fe decir, sencillamente pero con claridad, lo que creemos de esto.

Pues empecemos por el principio.

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28.05.14

Que sea lo que Dios quiera: el origen del Mal

Origen del Mal

Antes de empezar tengo que decir que, como ha sucedido en otras ocasiones, son los comentaristas de este blog (pocos pero aguerridos) los que sugieren temas para traer a la palestra. Y eso es lo que ha sucedido con éste.

Nadie puede negar que es un tema bastante peliagudo y difícil de encarar. Pero como la ignorancia es muy atrevida cualquiera que lea este blog sabrá que no se va a arrugar, quien lo administra, ante tal tema.

Por si alguno no se ha dado cuenta, el Mal existe.

Esto lo digo porque hay por ahí muchas personas que tienen por buena la teoría, por ejemplo, de que no existen el Bien y el Mal y que, en definitiva, cada cual puede hacer lo que le venga en gana sin preocuparse de nada pues, al parecer, no se ha ver impelido, por nada, a hacer lo que, a lo mejor no quería hacer.

Sin embargo, el mismo San Pablo ya dejó escrito eso de que quería hacer lo bueno y hacía lo malo (cf. Rm 7, 20-21). Y eso es señal inequívoca de que el Mal, es verdad, existe.

Existe, pues, el Mal pero, preguntamos: ¿Cuál es su origen?

Es común pensar y creer que el Mal entró en el mundo cuando aquellos Primeros Padres (Adán y Eva) aceptaron la inmoral proposición de aquel animal rastrero que quiso hacerles pasar por dioses al incumplir la voluntad de Dios. Y eso, así dicho, es verdad. Y supone, por cierto, lo demás al respecto del origen de tal Mal.

Y es que, sin embargo, con aquel acto de traición y de lesa majestad (es Dios Rey del Universo) lo que entró en el mundo fue el pecado (llamado, por eso mismo, original) y la muerte.

Hemos dicho bien. Si entró en el mundo es que, evidentemente, ya existía antes pues el Mal es bastante anterior a que aquel hombre y aquella mujer quisieran ser más listos de lo que eran.

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