InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: 2012

8.11.12

Lo que hace la ignorancia

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa.
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Por lo general, se entiende que la ignorancia es un estado de conocimiento de determinada realidad caracterizado porque no se tiene ninguno sobre la misma. Así, el ignorante es la persona que, sobre algo, no tiene ni repajolera idea aunque, lo peor es cuando tal persona hace ver lo contrario por equivocación o por falta de conocimiento de sí misma. En todo caso, me parece que todos somos ignorantes en muchos aspectos de la vida y eso, a lo mejor, aunque sea cierto consuelo de tontos, nos iguala en algo a los seres humanos.

Al parecer (yo no lo vi pero doy por cierto lo que ha pasado) una tal Mariló Montero, que trabaja como periodista en Televisión Española, dijo, a causa de la muerte de un individuo que mató a dos personas y, luego, se suicidó y sobre la posibilidad de que se pudieran utilizar sus órganos para llevar a cabo algún que otro trasplante de los mismos, digo que dijo que “no está demostrado que el alma se transmita con un trasplante de órganos“.

Luego, como la cosa causó revuelo en las redes sociales (verdadero foro actual donde todo se cuece y quema), explicó que no se podían sacar las cosas de contexto y que si esto y que si lo otro y, hala, con eso daba por cerrada aquella manifiesta demostración de ignorancia que, por supuesto, no puede quedar sin contestación porque es deber del cristiano enseñar al ignorante.

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7.11.12

Ad pedem litterae-Hermanos en la red - P. Pablo Cabellos Llorente

Por la libertad de Asia Bibi.

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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Presentación del artículo del P. Pablo Cabellos .

Trae el autor del artículo, el P. Pablo Cabellos, a sus letras, una expresión de Benedicto XVI en la que hace ver, seguramente, la situación por la que pasa el ser humano en nuestros días. Dice que hoy hay un “extraño olvido de Dios”. Y eso es más que cierto y es, además, el síntoma de lo que pasa, por ejemplo, con la economía, donde la falta de valores está causando lo que está causando.

En realidad, el Año de la Fe que recientemente ha abierto el Santo Padre lo es para que los católicos hagamos, aunque sea por una vez, de católicos, y con nuestra actitud, nuestra forma de ser y, también, nuestra palabra, llevemos la que es de Dios a quien la necesita. Por desconocimiento de la misma o por olvido de ella, es tarea de cada de nosotros que los montes se trasladen a causa de nuestra fe.

Por eso dice el P. Pablo Cabellos que “La fe ha de manifestarse en la honradez, en la laboriosidad, en la lealtad, en el servicio prestado sin que se note si es posible, en una sonrisa, en la veracidad, en el modo de tratar a los demás, en el espíritu de sacrificio, en la forma de vestir y de divertirse, en el dolor por la miseria y sufrimiento ajenos, en el afán de formarnos mejor en la doctrina católica para hacerla vida”. Ahí está el meollo de lo que es nuestra forma de ser y de vida.

Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.

La Fe y los días

Pablo Cabellos Llorente

Tengo una historia real para comenzar. Jesús de Nazaret salía de Betania y sintió hambre. Vio de lejos una higuera y se acercó a ella buscando su fruto. No era tiempo de higos, por lo que no halló más que hojas. E hizo que se secara al instante. A la vuelta, viendo sus discípulos la higuera seca de raíz, la señalaron a Jesús. Éste utilizó el suceso para moverles a orar, asegurándoles que, no sólo la higuera, sino que hasta trasladarían montes si tuvieran fe. De ahí procede la conocida frase: la fe mueve montañas.

Posiblemente, un ecologista vería mal este suceso, quizá por no tener en cuenta la mayor valía de la enseñanza que la higuera misma. La doctrina es que los hombres, y los cristianos en particular, no podemos ser árbol estéril ni con la disculpa de no estar en la temporada oportuna. Porque siempre es época de producir frutos si nos guiamos por la fe.

Escribo estas líneas al comienzo del Año de la Fe que Benedicto XVI ha querido proclamar a partir del día once de octubre hasta finalizar noviembre del año próximo. ¿Con qué idea? Se puede sintetizar en unas palabras escritas el pasado año para convocar este evento. Recogía un pasaje del evangelio de san Juan en el que plantean a Jesús un interrogante. El Papa anotaba: “La pregunta planteada por los que le escuchaban es también hoy la misma para nosotros: ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios? Sabemos la respuesta de Jesús: la obra de Dios es ésta: que creáis en el que Él ha enviado. Creer en Jesucristo es, por tanto, el camino para poder llegar de modo definitivo a la salvación".

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6.11.12

Un amigo de Lolo - La digna Esposa de Cristo es casa bien nuestra

Por la libertad de Asia Bibi.

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Manuel Lozano Garrido

Presentación

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La digna Esposa de Cristo es casa bien nuestra

“No dispongo más que una red…” “La Iglesia: ya tienes instrumento”. ”
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (895 )

Los católicos sabemos que, en cuanto somos bautizados pero, sobre todo, cuando tomamos conciencia de lo que supone ser hijo de Dios, la Iglesia es nuestra casa y que, como tal, a ella acudimos en muchas ocasiones. Amamos, pues, a la Iglesia, católica, por ser digna Esposa de Cristo.

Aquellas personas que, aún sin manifestar una voluntad en tal sentido pero habiendo hecho efectivo en nosotros, por parte de quien puede hacerlo, el derecho de ser reconocidos como hijos de la Iglesia, hemos recibido el bautismo, somos libres de hacer lo que creamos conveniente con nuestro uso de razón.

Dios, que nos ama y siempre nos tiene en su corazón, ha de querer ver a su semejanza constituyendo las piedras vivas que, día a día, dan forma al edificio espiritual (y material) que constituye lo que su Hijo Cristo encomendó a san Pedro. Le dio, incluso, las llaves para que hiciera y deshiciera y eso quedó, ya, para siempre, escrito en el corazón de la Iglesia. Y en ella estamos.

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5.11.12

Serie Huellas de Dios .-16.- Tener siempre presente a Dios como Padre Nuestro

Por la libertad de Asia Bibi.

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Presentación de la serie

Huellas de Dios

Las personas que no creen en Dios e, incluso, las que creen pero tienen del Creador una visión alejada y muy distante de sus vidas, no tienen la impresión de que Quién los mira, ama y perdona, puede manifestarse de alguna forma en sus vidas.

Así, cuando el Amor de Dios lo entendemos como el actuar efectivo de quien no vemos puede llegar a parecernos que, en definitiva, poco importa lo que pueda hacer o decir Aquel que no vemos, tocamos o, simplemente, podemos sentir.

Actuar de tal manera de permanecer ciego ante lo que nos pasa y no posibilitar que Dios pueda ser, en efecto, alguien que, en diversos momentos de nuestra vida, pueda hacer acto de presencia de muchas maneras posibles.

En diversas ocasiones, por tanto, se producen inspiraciones del Espíritu Santo en nuestro corazón que muestran la presencia de Dios de forma firme y efectiva. Las mismas son, precisamente, “Huellas de Dios” en nuestras vidas porque, en realidad, nosotros somos su semejanza y, como tal, deberíamos encontrar a nuestro Creador, sencillamente, en todas partes.

No es algo dado a personas muy cualificadas en lo espiritual sino posibilidad abierta a cada uno de nosotros. Por eso no podemos hacer como si Dios estuviera en su reino mirando a su descendencia sin hacer nada porque cada día, a nuestro alrededor y, más cerca aún, en nosotros mismos, se manifiesta y hace efectiva su paternidad.

Las huellas de Dios son, por eso mismo, formas y maneras de hacer cumplir, en nosotros, la voluntad de Creador que, así, nos conforma para que seamos semejanza suya y, en efecto, lo seamos porque, como ya dejó escrito San Juan, en su primera Epístola (3, 1) es bien cierto que, a pesar de los intentos de evadirse de la filiación divina, no podemos preterirla y, como mucho, miramos para otro lado porque no es de nuestro egoísta gusto cumplir lo que Dios quiere que cumplamos.

Sin embargo, el Creador no ceja en su voluntad de llamarnos y sus huellas brillan en nuestro corazón siendo, en él, la siembra que más fruto produce.

16.- Tener siempre presente a Dios como Padre Nuestro

Los seres humanos tenemos muchos recursos para traer a nuestra memoria y a nuestro corazón a quienes queremos. Así, por ejemplo, las cartas, postales y demás medios de comunicación íntima hacen posible que, de vez en cuando (más cuando necesitamos hacer tal cosa) traigamos a nuestro presente a la persona que amamos, que queremos y que no podemos permitir se nos olvide.

También disponemos de las imágenes que, tomadas en antiguas cámaras fotográficas o en las más modernas digitales (con su, casi, infinita, capacidad de recuerdo) fijan un momento en nuestra vida que, bien mirado, puede ser, y lo es, eterno.

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4.11.12

La Palabra del Domingo - 4 de noviembre de 2012

Por la libertad de Asia Bibi.

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Mc 12, 28b-34

Biblia

«¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?» 29 Jesús le contestó: «El primero es: = Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, = 30 = y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, = con toda tu mente y = con todas tus fuerzas. = 31 El segundo es: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. = No existe otro mandamiento mayor que éstos.» 32 Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que = El es único y que no hay otro fuera de El, = 33 = y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo = vale más que todos los holocaustos y sacrificios.» 34 Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.

COMENTARIO

La verdadera Ley de Dios

Muchas de las personas que seguían a Jesús y muchas de las que le perseguían le hacían preguntas. En unas ocasiones era para, en verdad, aprender del Maestro y otras, también, para ver si contestaba de forma que se le pudiera acusar de no seguir la Ley de Dios.

Pero la pregunta que le hacen a Jesús y que trae aquí el evangelio de San Marcos es clave. Como para ver si conocía la Ley de Dios esa clase de inquisición podía aclarar muchas cosas para sus presentes oyentes y para los que, en un futuro, conocerían de su doctrina y mensaje. Si la norma divina, en general, estaba constituida por los diez mandamientos que Dios entregada a Moisés, saber cual es el más importante, el primero, no dejaba de tener importancia. Aunque, claro, el escriba ya sabía la respuesta. Quizá se tratara de una prueba de fe, no sé.

Como siempre, Jesús sorprende a todos. No sólo les refiere cuál es el primero de los mandamientos sino, por estar totalmente ligado a él, también se segundo: Dios y prójimo, esos son los ejes por donde ha de ir el corazón del hombre como hijo de Dios.

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