2.05.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Ser luz y querer serlo

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

Ser luz y querer serlo

 

“A mi luz, tan pequeña, ¿por qué se le ha dado una exigencia de repartirse? Porque ha de ser necesaria para otros. Una misión de sentido comunitario tira de ella desde todos los horizontes. Se me va, se me va, y yo estoy siempre como en una habitación de cortinajes echados.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 47)

  

Si leemos estas palabras del Beato de Linares (Jaén, España) muy despacio encontraremos en ellas mucho de lo que fue la vida de Manuel Lozano Garrido. Y es que el buen amigo nuestro sabía el qué de su vida y eso, se diga lo que se diga, es más importante que el más importante de los tesoros. 

Lolo se sentía poca cosa. Y no es que no creyera que su ser fuera importante para Dios sino que creía que, en efecto, no era alguien que iluminara a lo grande. Y tal conocimiento de sí mismo o, al menos, la percepción que tenía de sí, era expresión pura de humildad pero de humildad verdadera porque Lolo creía que era, eso, una luz “tan pequeña”. 

Nosotros, claro está, en la distancia que hay entre estas palabras escritas en los años 60 del siglo pasado y el ahora mismo… en fin, como que sabemos que no, que Lolo no era una luz pequeña sino, al contrario, una verdadera luminaria y un faro más que importante para los que conocemos lo que hizo y lo que dijo. Pero para él, en aquel momento en el que su vida era tan sufriente y se sentía así poca cosa… era lógico que creyese que la luz que podía salir de su mismo ser y de su vida era… pequeña. 

De todas formas, a pesar de eso sabía Manuel que se le exigía algo muy importante, que Dios había puesto en su vida algo más que su mirada. Y eso lo comprendía más que bien y así hacía y así actuaba: exigencia de Dios… respuesta de Lolo con un sí grande, como aquel de María diciendo que era la “esclava del Señor” (aunque, claro, con las distancias que se deban salvar en este caso… pero es para tratar de explicarnos…) 

Lógicamente, Lolo sabía que había muchos enfermos (y los que no lo estaban) que podían tomar como ejemplo su ejemplar vida. Y por eso aquella luz era grande y no pequeña… 

Lolo sabía, también, que lo que hiciese o dijese era escuchado por muchas personas que lo veían como alguien en quien poner su mirada y su corazón. Y eso entonces cuando, podemos decir, a lo mejor no era tan conocido como lo pueda ser ahora… 

Se da cuenta Lolo, veinte años (luego más cuando acabó este diario) después de caer irremediablemente enfermo que sí hay quien necesita su luz. Por eso se siente algo así como atraído por todos aquellos que lo necesitan. Porque sí, necesitan el testimonio de alguien que tanto había sufrido hasta entonces y tanto sufriría hasta su subida al Cielo, apenas unos años después de “Las golondrinas…”. 

Lolo, de todas formas, no es ciego en cuanto a no saber cómo se encuentra sino que, al contrario, lo tiene muy claro: se siente como “en una habitación con cortinajes echados” donde, por tanto, nada del exterior puede ver o percibir. Y eso es como decir que sí, que sabe que su labor puede ser importante pero que él, él mismo… siempre se siente así, triste pero alegremente así si se nos permite presumir… 

¡Qué gozo tan grande siente uno cuando se da cuenta de que alguien se da al prójimo de una manera tan completa, acertada y perfecta! 

Por cierto, tengo que reconocer que al terminar de escribir estas cuatro letras se me han humedecido los ojos… de agradecimiento a Lolo, por ser tan así. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

30.04.22

La Palabra para el Domingo – 1 de mayo de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 1 de mayo sino sábado 30 de abril de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Juan 21, 1-14

“1 Después de esto, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera.
2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
3 Simón Pedro les dice: ‘Voy a pescar.’ Le contestan ellos: ‘También nosotros vamos contigo.’ Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
4 Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús.
5 Díceles Jesús: ‘Muchachos, ¿no tenéis pescado?’ Le contestaron: ‘No.’
6 Él les dijo: ‘Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.’ La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces.
7 El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: ‘Es el Señor’, se puso el vestido - pues estaba desnudo - y se lanzó al mar.

8 Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
9 Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan.
10 Díceles Jesús: ‘Traed algunos de los peces que acabáis de pescar.’
11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red.
12 Jesús les dice: ‘Venid y comed.’ Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ‘¿Quién eres tú?’, sabiendo que era el Señor.
13 Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez.
14 Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.


COMENTARIO

Confiar en Cristo

Dice Juan en su evangelio que era, ya, la tercera vez que se les había aparecido Jesús después de la resurrección de entre los muertos. Por lo tanto, fue después, segunda ocasión que sucedió tal cosa, de que le dijera a Tomás, por su incredulidad, aquello de “Feliz el que crea sin haber visto” y tener tal definición como la perfecta de la palabra “Fe”.

Los apóstoles habían vuelto a sus labores. Habían dejado la vida de seguimiento de Jesús que, tras su muerte, resultaba imposible y eran, de nuevo, algunos de ellos, pescadores.

Pero, con la resurrección las cosas habían cambiado un poco y eso les venía a decir Jesús.

Entre los discípulos había uno que debía estar bastante preocupado. Había pasado del gozo de querer entregarse a Cristo a negarle tres veces. Me refiero, claro, a Pedro, que será, precisamente, quien reciba, digamos, una atención especial de parte de Jesucristo.

Como ya había pasado en alguna que otra ocasión, Jesús, ante la falta de pesca, les indica hacia dónde tienen que echar las redes. Encuentran, como era de esperar, pescado, en una cantidad exacta: 153 que era, según tenemos entendido, el número de especies piscícolas que, en aquel entonces se conocía y que, por decirlo así, podría significar que iban a ser pescadores, de hombres como ya les dijo pero de toda la humanidad.

Cristo en el lago Tiberíades

De todas formas, no deja de ser extraño que, siendo la tercera vez que se aparece a sus discípulos más allegados, a alguno de ellos les resulte difícil reconocerlo y tenga que ser Juan, el más joven de entre aquellos, de nuevo, pescadores, quien sepa que se trata de su Maestro.

Es verdad que, una vez que está cerca de ellos ya nos dice San Juan que no querían preguntarle quién era porque ya lo habían reconocido. Tenían, por tanto, algo de miedo de que les dijera que si aún no eran capaces de reconocer a Quien tantas horas habían acompañado.

Pero Jesucristo quería disipar todas las dudas que podían albergar sus corazones. Y por eso les pide algo de comer por si alguno creía que se trataba de un fantasma…

Jesús, como podemos imaginar, come el pescado y les demuestra, así, que su resurrección ha sido, por decirlo para que se entienda, de “cuerpo y alma” pero, sobre todo, de cuerpo que es la única manera de que comprendiesen que todo lo que les había dicho era verdad.

Confiar en Cristo. En eso se resumía todo aquello.

 

PRECES

Por aquellas personas que se alejan de Dios negándolo.

Roguemos al Señor.

Por aquellos discípulos no quieren confiar en Cristo.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios: ayúdanos a confiar siempre en Ti.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Siempre es bueno confiar en Cristo. 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.04.22

J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Esto no es un hasta nunca pero…

60 frases de J.R.R. Tolkien llenas de fantasía y verdad

Es cierto y verdad que cuando se empieza a escribir sobre determinado tema todo lo que ante uno se tiene es, en fin, como una hoja en blanco en la que todo es posible que suceda. 

Esto lo decimos porque, cuando el que esto escribe empezó a escribir sobre J.R.R. Tolkien hace más de tres años, también es cierto y verdad que todo estaba por descubrir pues el conocimiento que tenía de nuestro autor era, más bien, limitado… 

A lo largo de estos más de 36 meses se han suscitado muchos temas y muchos de los personajes de Tolkien padre han ido desfilando por estas páginas digitales. Y, a la vez, podemos decir que ha sido algo muy placentero descubrir que era el propio autor de “El Hobbit”, etc., quien sugería temas para tratar. 

Por otra parte, la ventana que entonces se abrió y que dejó ver lo que la Tierra Media podía ofrecer, ha permanecido abierta los meses de los aquí hablamos y ha dejado ver mucho y mucho más, seguramente, hay escondido que no hemos sido capaces de descubrir. Pero, de todas formas, hemos gozado y estamos alegres, como se dice en las Sagradas Escrituras cuando sabemos que Dios ha estado bueno con nosotros como lo ha estado con quien esto escribe en ejercicio de su santa Providencia. 

Debemos, por tanto, dar gracias a Eru que ha permitido que juntemos unas cuantas letras y hayamos dado algo que leer a quien se haya querido acercar a estas páginas de InfoCatólica que, con mucha paciencia, ha sabido soportar a quien esto escribe en lo tocante al subcreador de la Tierra Media. 

De todas formas, y como es lógico, a todo le llega su final y, al menos, en la forma aquí traída (una vez a la semana y mes tras mes) también le ha llegado a esta Ventana a la Tierra Media

Fantásticos mapas de la Tierra Media en alta resolución y en español – El  Anillo Único

(Juan M. Villa, autor de este maravilloso mapa de la Tierra Media: gracias miles)

Estamos más que seguros que habrá alguien que se alegre de esto, de este final, así, tan inesperado (como son tantas cosas en la existencia y ser de la misma Tierra Media…) pero para alguien, al menos queremos que una persona (como San Pablo, que también predicaba para que, al menos, una persona se convirtiera) haga gozado en su medida adecuada con lo aquí escrito. 

Por nuestra parte, echamos el telón y que sea lo que tenga que ser o, lo que es lo mismo, lo que Dios quiera, que a Él nos debemos y a Él todo se lo debemos. 

Terminemos, por decirlo así, imitando a Bilbo Bolsón en sus últimas palabras, en su Última Canción, diciendo las que son nuestras, no con tristeza sino con esperanza:

 

Miro hacia atrás

y nada de lo que veo me disgusta

y comprendo que todo es gozo,

porque todo ha podido ser dicho.

 

Miro hacia atrás

y dejo pasar lo que fue

pues su semilla fructificó

y abundante fruto dio.

 

Amén. 

Y, por cierto, en lo sucesivo pueden buscarnos en cualquier bosque amable de la Tierra Media, allí donde, precisamente, los árboles no dejan ver a quien en él se esconde.

Adiós. Quiera Eru que nos veamos en las Tierras Imperecederas que, para nosotros, son el Cielo. 

   

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

27.04.22

In Memoriam: P. José Antonio Sayés

El sacerdote y teólogo José Antonio Sayés interviene en el Encuentro de  Jóvenes por el Reino

Ayer mismo, 26 de abril de 2022, nos llegó, a través de las tan presentes redes sociales, una terrible noticia. El caso es que, tras sufrir enfermedad, había fallecido el eminente teólogo, profesor, etc., el P. José Antonio Sayés.

 

La noticia nos conmocionó bastante pues, aunque no lo hayamos conocido personalmente, son muchos los libros, conferencias, charlas, etc. que nos hemos llevado al corazón y que habían salido del suyo. Y es que el P. Sayés ha sido siempre, y lo será por lo mucho que ha dejado, un firme defensor de la ortodoxia católica y nada de lo que suponga desviación de la misma…

Nosotros, en memoria de su persona y obra, vamos a reproducir un artículo que, dentro de la serie de libros que la Fundación GRATIS DATE ha dado y da al mundo, publicamos el 10 de agosto de 2013. Valga esto como merecido homenaje a tan gran hermano en la fe católica, la de verdad.

 El artículo decía, y dice, lo que sigue:


“Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forma hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha está siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

El tema del alma en el Catecismo de la Iglesia católica

El tema del alma

El P. José Antonio Sayés sabe que el tema del alma es muy importante, su conocimiento y comprensión, en la vida de un cristiano. Por eso antes de dar a entender las causas que provocan la crisis que, sobre el mismo, existe, dice que (p. 2) que 

“Probablemente ningún concepto de la tradición filosófica de inspiración cristiana ha sufrido más en los últimos años que el concepto del alma espiritual e inmortal, afectando así no sólo al tema antropológico sino al tema escatológico del alma separada después de la muerte en la escatología intermedia, y en consecuencia, como veremos, a la misma resurrección de la carne y del mismo Cristo”.


Por eso dedica este libro a este tema, y lo hace, precisamente, porque tiene por importante el mismo y porque, como teólogo que es, sabe que, a veces, muchos otros lo han malbaratado.

Existen, por lo tanto, unas causas de la minusvaloración concepto del alma. Son, a saber (así lo indica en la página 2): “el influjo protestante, la filosofía trascendental y la llama antropología unitaria”.

Sin embargo, a pesar de los embates procurados por las causas citadas, lo bien cierto es que el Catecismo de la Iglesia Católica trata el tema del alma con la importancia que tiene para cada creyente.

El caso es que el ser humano haya sido creado por Dios tiene implicaciones no pequeñas para el mismo. Es semejanza suya e imagen, también, suya. Por eso mismo (p. 9)

“el hombre, por ser imagen de Dios, tiene la dignidad de persona, de modo que no es algo, sino alguien; alguien ‘capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y de entrar en comunión con otras personas’”. Y es que el hombre no posee sólo cuerpo sino que, por gracia de Dios, es, también, un ser espiritual pues (p. 10) “alma significa el principio espiritual del hombre (CEC 363)”.

Tal forma de entender al ser humano queda perfectamente reflejada en el Catecismo católico donde dice que “cada alma espiritual es directamente creada por Dios (cf. Pío XII, enc. Humani Generis, 195: DS 3896; Pablo VI, SPF 8) -no es “producida” por los padres-, y que es inmortal (cf. Cc. de Letrán V, año 1513: Ds 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final» (CEC 366)”.

“No perece”. Nuestra alma no desaparece cuando el cuerpo sí lo haga tras la muerte. Al contrario es la verdad pues, como bien dice el Catecismo cuando llegue el momento en el que se produzca la resurrección de los muertos, se unirá al cuerpo y vivirá para siempre, siempre, siempre.

Tiene, como es de suponer y de creer, la existencia del alma mucha relación con el conocimiento de Dios. Por eso, el P. José Antonio Sayés, en unos párrafos que traemos aquí (aunque pueda considerarse algo extensa la cita, de verdad que vale la pena), dice que

“A propósito del conocimiento racional de Dios, creemos que el Catecismo realiza un progreso respecto de la Tradición. Ha presentado, junto a la vía del mundo para llegar a Dios, la vía del hombre, pero purificándola de toda connotación propia del postulado y confiriéndole una base ontológica.

Efectivamente, en la redacción del Catecismo enviada a los obispos en 1990, se leía lo siguiente: ‘A partir del hombre, con su apertura a la verdad, su sentido moral, la voz de su conciencia, su aspiración al infinito y a la felicidad, se puede conocer a Dios como Verdad suprema y Bien supremo’ (nº 129).

Ahora, en cambio, en la redacción definitiva, leemos lo siguiente: «con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios. En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual. ‘Semilla de eternidad que en sí lleva, irreductible a la sola materia’ (GS 18,1; cf. 14,2), su alma no puede tener origen más que en Dios” (CEC 33).

Este párrafo es de una importancia incalculable. Con él se ha evitado el recurso a la vía del postulado, la de Kant o la que sigue la escuela de Maréchal, para llegar a Dios. En efecto, la tendencia al Infinito, la apertura a la Verdad y a la Belleza prueban que tendemos a ellas, no que de hecho existen. Esta tendencia del hombre al Infinito sirve, por supuesto, para plantear al problema de Dios desde dentro del hombre, pero nunca asegura una respuesta, pues la realidad no puede ser probada por el deseo (J. A. Sayés, Principios filosóficos… 60-61; 95,99,101; 150-156).

“Se ha preferido así en el Catecismo dar una base ontológica a la llamada prueba del hombre: la tendencia al Bien, a la Verdad y al Infinito, la libertad misma del hombre y su conciencia son signos de un alma espiritual, la cual, siendo irreductible a la materia, sólo en Dios puede tener su origen. De este modo, del postulado se ha pasado a una prueba de verdadero alcance ontológico: sencillamente, hay en el hombre un alma espiritual que no puede provenir de la materia y que, por tanto, sólo en Dios puede tener su origen inmediato. De la irreductibilidad del alma a la materia, deduce el Catecismo que su origen inmediato es Dios. Yo diría incluso que, con este procedimiento, se ha recuperado lo bueno de la Tradición agustiniana, apuntalándolo con una buena ontología del alma. Se da en este párrafo una constatación de la existencia del alma a partir de sus manifestaciones espirituales, y una prueba de la existencia de Dios en cuanto que el alma es irreductible a la materia y sólo puede provenir de Él.”

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25.04.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – El misterio es lo que importa

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

El misterio es lo que importa

 

“Pero no me contestes. Nuestra fe tiene una exigencia de silencio tuyo. El misterio es así y debe bastarnos.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 47)

  

Poco antes de estas palabras, Manuel Lozano Garrido le pregunta a Dios acerca de su luz, de cómo es posible que tenga que dar tanta siendo él, como así lo considera, tan poca cosa… 

Sin embargo, no se cree nada importante nuestro amigo y, acto seguido, comienza lo siguiente diciendo que no, que no hace falta que le conteste su Creador a la pregunta que antes le ha hecho. 

Lo que viene luego tiene que todo que ver con la fe y, así, con la confianza que el creyente, quien de verdad lo es, tiene en Quien lo ha creado y mantiene en el mundo. Y es que muy fácil, siempre lo es, dirigirse a Dios en modo exigencia y esperar, del Todopoderoso, la correspondiente respuesta manifestando de tal manera que se tiene muy justa la confianza en El Señor. Es decir, muchas veces no tenemos demasiada fe y se nos olvida que, precisamente, la fe supone, como decimos arriba, confianza y eso, se diga lo que se diga, es puro misterio. 

¿Misterio? Una palabra así nos lanza a lo desconocido pues, para eso lo es el misterio: algo que no comprendemos, algo que, en fin, no acabamos de tener claro pero ante lo cual sólo se puede manifestar lo que manifiesta el Beato de Linares (Jaén, España) en estas pocas pero enjundiosas palabras. 

Sabemos que tener fe, se lo dijo Cristo a Mateo cuando el mismo manifestó su duda ante Su Resurrección, es “creer sin ver” y eso tiene que ver más que mucho con la confianza. Y eso es, simplemente, el misterio. 

Que sea, eso, misterio, supone, para empezar, que no lo vamos a conocer así como así. Es más, que no lo vamos a conocer y ya está. Y entonces nos debe bastar con el silencio que Dios pueda tener al respecto de la fe que tenemos porque el Creador no se nos manifiesta así, de palabra y en acto como si se tratase de una persona más que tenemos delante o, como mucho, al otro lado de cualquiera de los muchos medios de comunicación que hay hoy en día. No. Dios espera de su descendencia que tenga la suficiente confianza en Él como para aceptar Su Voluntad sin ser tiquismiquis al respecto de que no lo vemos o no lo escuchamos con los ojos u oídos físicos… Ahí, pues, está el misterio y al mismo lo debemos aceptar porque es una manifestación evidente de Dios mismo. 

“Debe bastarnos”. ¿Verdad que en demasiadas ocasiones a nosotros no nos basta con saber que se trata del “misterio”? Sin embargo, a Lolo le basta porque sabe que más allá de lo que pueda ser su voluntad, sí, de poder escuchar o ver a Quien todo lo hace está lo que quiere Quien todo lo hace: que sus creaturas tengan tal confianza en Su Creador que les baste con saber que, en efecto, los escucha y los ama. Y eso, para Lolo, era más que suficiente.

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.04.22

La Palabra para el Domingo - 24 de abril de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 24 sino sábado 23 de abril de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

 

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 20, 19-31
 
“19 Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar  donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 20  Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. 21      Jesús les dijo otra vez: ‘La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.’ 22 Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. 23  A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.’ 24 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: ‘Hemos visto al Señor.’ 25  Pero él les contestó: ‘Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.’ 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: ‘La paz con vosotros.’ 27 Luego dice a Tomás: ‘Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.’ 28 Tomás le contestó: ‘Señor mío y Dios mío.’ 29 Dícele Jesús: ‘Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído’. 30 Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. 31 Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre”.
 

COMENTARIO


Todo se confirmó


Para que  todo lo que hizo tuviera sentido tuvo que aparecerse, Jesús, a sus discípulos que, con miedo, estaban escondidos.
Miedo que era, no podemos negarlo, plenamente justificado conociendo, como conocían, el pensar de sus hermanos en la fe judía. Sólo así comprendieron todos los, para ellos, extraños mensajes  que habían recibido de Él y que, en su tiempo, no entendieron. 

Y se presentó ante ellos con la paz por delante,
como deseándoles lo mejor, la tranquilidad del alma, la mejor forma de manifestarse, la expresión pura y simple de su ser. 

Para que acabaran de creer, les enseñó las marcas de su Pasión. Así, todo se cumplía, la comprensión de sus seguidores fue total. 

Pero no bastó con esto.
Era fundamental que, sobre ellos, exhalara el Espíritu Santo; que, como prometió, fuera conveniente, para ellos que Él se fuera, se marchara al Padre, porque enviaría otro paráclito, otro defensor, ese Espíritu que les iba a guiar, dirigir, marcar el camino hacia Dios. 

Y también llevó a cabo el primer envío después de darles a aquel. Una misión: predicar el Evangelio, esa buena noticia que debían de llevar a todos
,  con el poder de perdonar pecados, y de retener los que creyeran que debían ser retenidos. Todo un poder legítimo, significativo, creador de un nuevo mundo basado en su ejemplo, en su amor, en la Verdad que Él trajo, otros brazos para Dios. 

Y como era esencial llevar a cabo una definición,
el establecimiento de un concepto claro y diáfano de Fe, lo hace en cuanto Tomás, llamémosle el incrédulo, duda de su presencia ocho días antes, ante sus apóstoles, allí, entre ellos, ante sus hermanos de fe. 

Señor mío y Dios mío!

Y como este Apóstol debía tocar para creer, ver para creer, mirar para creer, le conmina a lo que todos sabemos: trae tus dedos, mira mis manos, etc., ante lo cual no pudo salir otra cosa de su boca que la tan conocida expresión de Señor mío y Dios mío pues comprendió, en aquel justo momento, que el Maestro era no sólo Maestro sino Señor y Dios. 

Ante esta expresión de sumisión a Cristo, éste, define, de una manera radical (de raíz), básica, imperecedera, lo que es la Fe:
creer sin haber visto; sin haber visto, dijo. Ahí reside el elemento fundamental de nuestra expresión como cristianos y como hijos de Dios: asentimos ante unos hechos, unas realidades que no somos capaces de comprender. Sin embargo, creemos, tenemos Fe. Y otra cosa que no sea eso, el cuestionar estos hechos y estas realidades con el pretexto de no ser demostrables es, ciertamente, la mejor manera de permanecer alejados del Mesías y, por tanto, de Dios, al que no vemos, pero oramos, seguros, como estamos, de que nos escucha pues, para esto resucitó Cristo.

PRECES

Por todos aquellos que no confían en Dios y en su poder.

Roguemos al Señor.
 
Por todos aquellos que no tienen esperanza en Cristo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener siempre en nuestro corazón  la salvación que nos has procurado.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

La fe y tenerla es una gracia de Dios.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

20.04.22

Prime Video, de Amazon e hirientes blasfemias

Respeta mi fe +” Éste es el título de una campaña que acabamos de recibir  por e-mail, y a la que desde “Noticias Cofrades del SUR” nos unimos. -  Portada - SevillaPress

Realmente, y en honor a la verdad, no me extraña nada de nada esto que me ha pasado. Y es que según están las cosas en este mundo sin Dios tampoco es cosa ilógica que pase esto. Sin embargo, es seguro que no conviene callarse porque, de otra forma, podrían hablar las piedras.

Resulta que tengo por costumbre, porque me gusta más que mucho el cine, ver todas las noches una película de las muchas que están a mi alcance en las diversas plataformas que, a tal efecto, el mercado pone en la mano de cualquiera.

Pues bien, como llevaba varios días viendo una serie (de título Mr. Robot) dedicada al mundo de esos individuos que se dedican a ir por la parte más negra de la web para cumplir algún tipo de misión o para hacer daño, me pareció adecuado ver una película referida a tal tema.

Bien. El caso es que acudí a Prime Video, de Amazon, para ver una de  título “Dark Web” cuyo contenido ya podemos imaginar. Y, sin embargo, no sin sorpresa vi u oí (o al revés) lo que sigue.

En un momento determinado (entre los segundos del minuto 8 que van desde el 28 al 31) escuché esto que sigue.

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18.04.22

Burri King y la falta de vergüenza, el desahogo, la mala sombra y la cobardía

El cartel de la discordia

Estamos seguros de que el Beato Manuel Lozano Garrido, conocido por Lolo (de Linares, Jaén, España) se enfadará lo justo porque le haya quitado el día en el que, habitualmente, escribimos sobre sus escritos, para tocar un tema que es, como poco, sangrante.

Decimos eso de que se “enfadará lo justo” porque estamos, también, más que seguros de que él, este tema, lo habría encarado con mucho amor y mucha comprensión. Sin embargo, nosotros no vamos a hacer eso mal que nos pese (porque sabemos que es lo que debe hacer un discípulo de Cristo pero…)

Bueno, vayamos con la cosa.

El caso es que hay una empresa dedicada al mundo de la hamburguesa que es más que conocida por todos. Y vamos a decir su nombre para que se sepa a quién nos referimos: Burger King.

No. No hemos equivocado el titular del artículo-varapalo de hoy lunes. Y es que creemos, de verdad, que aquellas personas que se han encargado de esto lo han hecho (con perdón para tan abnegadas bestias) como verdaderos burros, zopencos, asnos, etc. Por eso lo de “Burri” y sentimos, la verdad que lo sentimos, que parezca un diminutivo algo así como cariñoso porque es todo lo contrario.

Esto está hecho, verdaderamente, con mala idea. Es decir, se trata de una campaña que, a lo mejor y dada su praxis burra y zopenca, la podían haber hecho en cualquier momento del año. Sin embargo, a alguna lumbrera que buscaba notoriedad (negra la misma) y oportunismo, ha tenido la (mala)idea de prepararla para Semana Santa pues la cosa trata de eso: de inmiscuirse en la fe de millones de españoles para hacer mofa de determinada verdad de nuestra fe católica.

La imagen que ensucia este artículo la vio el que esto escribe en alguna red social de las que tanto abundan ahora. Y es seguro que debió correr como la pólvora pues las cosas, hoy día, son así.

(Esperen un momento que la voy a poner en el móvil para que el texto sea el apropiado)

Pues bien. Aunque estamos seguros de que, a la altura en la que estamos de día y de hora todo el mundo sabe de qué hablamos, ponemos aquí el texto del anuncio que, al parecer, ha sido puesto en una marquesina de esas que hay en las paradas de autobús. Dice lo que dice:

“Tomad y comed todos de él. Que no lleva carne.”

Y estas letras tan mal puestas así, de tal forma y en tal contexto, vienen acompañadas con una hamburguesa que, al parecer, es 100% vegetariana que es, como sabemos, la antítesis de la verdadera hamburguesa aunque esto se lo podemos achacar a la modernidad de la cosa, a la voluntad de ser un borrego más en la masa de borregos adocenados y adoctrinados por el Nuevo Orden Mundial y sus simplezas e idioteces particulares. Y en eso no podemos hincar mucho el diente porque son lo que son y no les conviene, para nada, salirse del redil en el que pastan o, mejor, en la cochinera donde se refocilan en su basura.

¿Qué decir ante esto?

Hay quien sostiene, en redes sociales, que son muy “listos” porque no han utilizado palabras como “Cristo”, “Eucaristía”, etc. que, a lo mejor, los podría haber llevado ante los tribunales por hacer uso tan blasfemo de una frase dicha así y en su tiempo cuando fue dicha. Pero nosotros pensamos que es, justamente, lo contrario: ha habido una maquinación tal como para no hacer uso de tales palabras por si acaso…

A nosotros nos parece muy mal que se haga uso de una expresión así (“Tomad y comed todos de él”) en una situación que tan lejos está, precisamente, de lo que la misma significa. En realidad, no se trata más que de una ocasión más (más, más y más) en las que se ha preferido mofarse de una verdad grande como las palabras dichas así y en tal momento dichas y no usar el caletre y exprimirse las neuronas para hacer algo mejor y, además, en Semana Santa. Y, aunque, seguramente, es que no dan para más… en fin, como que a uno le molesta que se haga eso.

La verdad… al que esto escribe le importa un rábano que a la hora de publicar esto se haya quitado tal anuncio o que, debido a presiones del gentío se quite pronto de donde está puesto porque, además, la campaña debía estar pensada a tan corto plazo (la Semana Santa y ya está pues después deja de tener sentido la misma en su verdadera intención) como corto es el cerebro que la ha planteado.

Esto de arriba lo decimos porque hubo un personaje que dicho esto cuando le dijeron que hiciera el favor de quitar determinado cartel puesto en determinada Cruz en la que colgó quien dijo la frase que han utilizado aquí para zaherir y malmeter: Pilato. Sí, aquel que dijo, sobre el cartel puesto sobre la Cruz en la que murió Cristo, que “lo que está escrito, escrito está”. Y es que ¿saben ustedes que cuando se mancha algo con aceite resulta muy difícil hacer como si nada hubiera pasado?

Por cierto, en redes sociales siempre sale, ahora también, que eso no se atreverían a hacerlo con las personas de fe musulmana o con alguna de sus verdades y que por eso podríamos decir que son cobardes. Y al que esto escribe eso le parecería tan mal como esto que ahora denunciamos pues sería lo mismo pero con otra fe en Dios y eso, se diga lo que se diga, sería igual de impresentable, ruin, asqueroso e indecoroso…

Quede, pues, para manifestación de hasta dónde se puede llegar siendo necio y mala persona, lo que aquí ha pasado y para que nadie olvide en manos de quien ponen el estómago de sus hijos…

“Tomad y comed todos de él” lo dijo Aquel que había venido al mundo a entregar su cuerpo para la salvación del mundo y, como sabemos, para la que es de “muchos” pero no de “todos” pues eso hay que ganárselo y algunos, como es fácil ver por este ejemplo, tienen bastante ganada la fosa de la que tanto habla el salmista porque Dios tiene una memoria más que grande y por eso, esto, en verdad, lo dejamos en sus sabias y justas manos.

De todas formas, tampoco se preocupen mucho los que han pergeñado esta campaña porque eso, en España, sale casi siempre o siempre gratis. Ya pueden ir pensando en la otra porque seguro que han tenido la atención que han querido buscar con esta de la que pronto se dejará hablar. De todas formas, como decimos arriba, a nosotros nos basta con la justicia de Dios. A ustedes, a lo que se ve, no. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Hay cabezas que, en fin, lo justo para peinarse les de la cosa.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

17.04.22

La Palabra para el Domingo - 17 de abril de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Jn 20, 1-9


“El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: ‘Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.’ Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.”

 

COMENTARIO

¡Resucitó!

No resulta demasiado difícil imaginar la situación en la que, en aquel primer domingo después de la muerte de Jesús, se encontraban sus discípulos más allegados e, incluso, su Madre María aunque la Virgen, en su corazón, siempre guardaba la esperanza…

Lo que había sucedido apenas unos días antes debía ser insoportable para ellos: habían visto entrar en gloria al Maestro en Jerusalén y apenas unos días después lo vieron maltrecho, colgado en una cruz como si se tratase de un malhechor y, para acabarlo de arreglar, muerto sin solución posible…

Eso era lo que pensarían muchos de ellos. Sin embargo, también podemos imaginar que otros creían en lo que les había dicho. Y lo creían porque se había cumplido todo lo que les dijo: lo apresarían y lo condenarían a muerte. ¿Había, pues, alguna razón para que, como les había dicho, no regresara del mundo de los muertos a los tres días?

Y así estarían con su congoja: unos pensando que todo estaba perdido; otros esperanzados.

Pero María de Magdala acudió al sepulcro para ver, quizá, al Maestro o, también, para acabar de arreglar su cuerpo porque es posible que pensara que, con las prisas del viernes, no había sido bien preparado. El caso es que aquella mujer, que tanto amaba al Maestro por lo que había hecho por ella, acude al sepulcro.

Si es fácil imaginar la situación por la que pasaban los discípulos en aquellos días, aun es más fácil el terror que debió sufrir María Magdalena cuando, primero, ve que la piedra estaba quitada y que la tumba estaba al descubierto; luego, al mirar dentro del sepulcro vio ¡qué allí no estaba Jesús! 

Casi la podemos ver corriendo rauda para avisar a sus amigos. Deben saber que el cuerpo de Jesús no está donde debía estar.

10 Razones de porque la Resurrección de Cristo | ibbhonduras.com

En este texto del evangelio de san Juan no se nos dice pero sabemos que, en un principio, no creyeron lo que decía. En realidad, debían pensar que esta, ella, muy afectada por todo lo que había pasado. Pero ¿y si sí? 

Por si aquello era cierto los dos discípulos más significativos de entre los que lo eran salen corriendo. Pedro y Juan corren pero, como es de imaginar el más joven de ellos, Juan, llega el primero.

De todas formas, Juan no iba a entrar primero. Y no lo iba a hacer porque no podía hacer eso ante quien debía respeto. Por eso cuando llega Pedro entra el primero. 

Pedro no duda lo más mínimo en entrar. Ya lo había pasado bastante mal negando al Maestro tres veces habiéndole dicho el mismo que, en efecto, eso iba a pasar, y ahora no se iba a quedar en la puerta. Y lo ve todo allí… dejado como bien puesto. No parecía que se hubieran llevado el cuerpo del Maestro, que lo hubieran robado. Y no lo parecía porque estaba todo demasiado ordenado.

Y entonces aquel discípulo, él mismo se llama el amado en este su evangelio, entra y lo ve todo. Y, como si se le hubiesen abierto los ojos, no sólo ve aquello sino que, entonces, cree.

Podemos suponer que a Pedro le pasó algo parecido porque el texto, quizá con mucha bondad por parte de su autor, atribuye a todos la creencia a partir de tal momento. Luego se podría ver que aún no lo tenían todo tan claro como ahora parecía. Por eso nos dice san Juan que “según la Escritura” Jesús debía resucitar al tercer día.

Y es que, en definitiva, todo estaba escrito y bien escrito. Sólo hacía falta saber leerlo y entenderlo y ellos, la gran mayoría, eran algo cortos de entenderás, tardos en comprender y, en fin, alejados muchas veces de las palabras del Maestro.


Pero ahora, justamente ahora, se colocaron bien todas las piezas del puzle espiritual de aquellos discípulos que escogió Cristo y que tanto enseñó y amó. Todo, pues, estaba claro. Bueno, al menos en principio porque ya sabemos qué pasará cuando se aparezca por primera vez a los que, por miedo a los judíos, se habían escondido… 

Muerte… ¿Dónde está tu victoria?

PRECES

Por todos aquellos que no creen en la Resurrección de Cristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que sólo creen cuando ven.

Roguemos al Señor.


ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a creer sin ver, a saber con total certeza que eres el Mesías resucitado.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.


El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Una Semana verdaderamente crucial en la historia de la salvación.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

16.04.22

Triduo Pascual: Sábado Santo

Semana Santa 2022: Sábado Santo - ACI Prensa

El tercer paso que damos nos acerca mucho, ya, al domingo en el que se demuestra que Cristo venció a la muerte. En este sábado, Santo a más señas, parece como si reinase el silencio: han quedado lejos los ecos de las palabras de Cristo en la Última Cena, también apartados de nuestro corazón, los sufrimientos del Maestro en su Santa Pasión y, sobre todo, como olvidada aquella muerte en la cruz, su Cruz.

Pero las cosas no son tan fáciles como podemos imaginar. Y es que hoy tampoco podemos dejar de aprender lo que vale la pena de este día, en apariencia, tan neutro por ser de espera. Nosotros, como la Madre y los discípulos que estaban escondidos por miedo a los judíos, debieron orar mucho aquel día, especialmente aquel día en el que todo parecía quedar muy lejos.

Debemos, pues, orar. Y debemos hacerlo con perseverancia porque Dios espera de sus hijos que le pidan lo que necesitan y lo hagan así, insistiendo y siendo, así, “cabezones” espirituales. Y es que la blandenguería de nada nos sirve de cara al Todopoderoso. Vale, pues, la santa cabezonería como entendió, por ejemplo, San Josemaría a la que bien puede ser tenida por virtud.

Esperaban, pues, todos. Seguramente con más miedo que vergüenza la gran mayoría de ellos por la actitud espiritual que habían mostrado en los momentos más difíciles de la Pasión de su/nuestro Señor Jesucristo. Y, aunque el miedo es muy libre y humano, no podemos negar que aquellos hombres (también habría mujeres, suponemos, además de la Santísima Virgen María) no podían creer lo que había pasado. ¡Aun no podían creerlo después de las veces que el Maestro les había dicho que iba a pasar!

Pero también llorarían. Aquellos que estaban escondidos debieron llorar mucho por la muerte de Jesús. Lo harían por la propia persona del Maestro pero también, seguramente, como decimos, por la forma particular de proceder de cada uno de ellos. Es más, uno en especial, Pedro, lloraría más que el resto porque se había cumplido lo dicho por Cristo mientras cenaban: lo iba a negar tres veces, ¡tres! Y fue lo que pasó. Tan sólo luego sería capaz de limpiar aquella terrible mancha manifestando al mismo Cristo, tras su resurrección, que bien sabía que lo amaba y decírselo tres veces, las mismas que lo había negado.

Debemos, pues, nosotros, hacer lo mismo: llorar. Y hacerlo por nuestros pecados, por las veces que colaboramos en que  a Jesús lo vuelvan a crucificar y vuelva a ser sábado santo en nuestras vidas. Y es que con cada pecado volvemos a cargar el corazón del Hijo de Dios con un peso que no merece. Por eso debemos llorar, tan amargamente como graves sean nuestros pecados.

Por otra parte, por nuestra fe y su símbolo, el Credo, sabemos que Cristo ha bajado a los infiernos a liberar a las almas que en el libro de Abrahám se encontraban. Y que entonces, en aquella primera Semana Santa de la historia, muchas iban a subir al Cielo que había sido abierto con la muerte del Hijo y la benevolencia y misericordia del Padre.

Santa María, Reina de los Apóstoles: La Señora que alienta en la Espera del  Espíritu Santo - Santoral - COPE

Este, por tanto, es un tiempo de vigilia. Por eso la Vigilia Pascual abunda en lo que supone tener esperanza, en que nunca la pierda quien se considera hermano de Cristo e hijo de Dios. Y se fomenta una virtud teologal que es la que permite que nuestro corazón no se arrugue ante lo que nos acaece, que no nos vengamos abajo del todo cuando nos trastabillamos al caminar y nos salimos del camino que lleva al definitivo Reino de Dios. Entonces, la esperanza nos sirve y más que bien.

Ellos esperaban. Seguramente muy pocos de los que estaban escondidos creían que Cristo volvería a la vida a hablar con ellos. María, su Madre, que había guardado todo en su corazón, tenía la esperanza intacta; a lo mejor Juan, el llamado discípulo amado, también la tenía. Pero el resto… el resto no había caído en la cuenta de que todo se estaba cumpliendo, exactamente, como lo había dicho Jesús en más de una ocasión. ¡Es que, además, lo había dicho muchas veces!

Este sábado, también, bien puede ser tenido por uno que lo es de meditación y silencio: lo primero porque debemos tener muy en cuenta todo lo que ha pasado en estos últimos días; lo segundo por evitar el descrédito excesivo de nuestras malas acciones, para que no hablen mal de unos discípulos de Cristo que, año tras año, recuerdan esto mismo ¡porque no han sido capaces de comprenderla verdad del amor de Cristo por ellos! Y se hace necesario tal recuerdo.

Esperamos, pues, una victoria, la victoria Pascual que nos salve para siempre. Y mientras, en este tiempo de espera, podemos pedir a Dios para que su Hijo vuelva de su descenso a los infiernos. Es cierto, claro, que volvió porque es lo que pasó pero no es menos cierto que pedir eso a Dios es seguir teniendo confianza en su Amor y en su Misericordia. Entonces, ahora y ya para siempre, siempre, siempre. 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Una Semana verdaderamente crucial en la historia de la salvación.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.