Llamazares en la caverna
De vez en cuando, individuos de la talla moral de Gaspar Llamazares, Coordinador del comunismo en España, nos salen con unas declaraciones relacionadas con la Iglesia católica que asquean por lo mentiroso, manifiestan un desconocimiento que raya con lo sublime (en el infierno) y, sobre todo, son una forma más que buena de conocer el escaso discernimiento que, como seguidor de Fidel Castro, ya le suponemos.
En esta ocasión, se le ha sumado (o sea, restado en las ideas y en lo presentable) el coordinador general de Izquierda Unida (¿?) de Asturias, Jesús Iglesias, que no me dirán que no tiene gracia (maldita) que se apellide de tal forma quien critica con tal saña a la Esposa de Cristo y que, además, se llame Jesús.
Esto, seguramente, será una broma del destino.
Pues eso, que a los dos amantes de la libertad les ha dado por sentar cátedra sobre qué tiene que hacer la Iglesia católica a la que tanta inquina muestran cada vez que han de soltar, por su boca, alguna declaración sobre tal benéfica institución religiosa.
A mí, es que el comunismo no me gusta nada. Seguramente será por eso que tengo como aberrante cualquier declaración que se pueda hacer desde una ideología que ha sostenido a los regímenes más abyectos que en la humanidad ha habido y siguen, por eso mismo, con esos ideales más propios de personas que no quieren salir de la caverna.