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10.06.23

La Palabra para el Domingo - 11 de junio de 2023

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Como es obvio, hoy no es domingo 11 de junio de 2023 sino sábado, 10. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.



Jn 6, 51-58

  
“’51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.’ 52 Discutían entre sí los judíos y decían: ‘¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?’ 53 Jesús les dijo: ‘En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre,   no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí,  y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.’”         
 

COMENTARIO
 
Verdadero Pan para la verdadera vida

 
Continuó Jesús con su promesa escatológica pues tal era la misión que había venido a llevar a cabo entre los hijos de Dios. Muchas veces vemos que el Mesías insiste en determinadas cosas para que fuesen comprendidas por aquellos que le escuchaban y que, tantas veces, eran de duro corazón; muchas veces el Enviado ilumina la vida de sus contemporáneos diciendo lo mismo repetidamente porque sabía y conocía la dificultad que tenían de comprender su doctrina y el mensaje que traía de parte de Dios. 

Esto viene, por eso, a concretar lo dicho sobre el pan vivo en un momento inmediatamente anterior. 

Se refiere, Jesús, a su cuerpo, que lo va a entregar para la salvación de todos. Por eso dice el pan que yo le voy a dar; y ese pan, que será transubstanciado a partir, y en, la Eucaristía, es la causa necesaria de nuestra fe. 

Sin embargo, muchos de los que escuchaban no entendían y, llevados por el concepto del mundo que tenían, se dejaban llevar por su mundanidad y sentían, seguramente, repugnancia por aquello de comer su carne. Aún, para ellos, no había llegado el momento de la comprensión. Como para muchos, hoy día. 

La vida, la verdadera, la que Él trae, requiere, para tenerla, requiere, digo, la aceptación de eso que dice Jesús, aún sin entenderlo (hay que reconocer que eso es difícil) y así, “si coméis”, o sea, si queréis creer en lo que digo, entonces, comiendo su Cuerpo y bebiendo su Sangre (entendamos esto como hay que entenderlo, claro)  pues entonces no es que vayamos, en un futuro, a tener la vida eterna, que también, sino que ya, ahora, desde este momento, ya la tenemos pues si queremos voluntariamente y así lo manifestamos optamos por creer que ya vivimos la vida eterna en este lado del Reino de Dios en el que peregrinamos hacia el definitivo Reino del Padre. Esto no es, si lo pensamos bien, cosa baladí. 

El Periódico de México | Noticias de México | Columnas-VoxDei | «Yo soy el pan  vivo, bajado del cielo»

Para afirmar esto, para confirmarlo y dar razón, si es que fuera necesario, Jesús les dice que ese comer y ese beber contribuirá a una permanencia mutua. Jesús permanecerá en el que lo hace y, a su vez, el que lo hace permanecerá en Jesús. Y esto es de vital importancia para cimentar un sentido de pertenencia de cada cual con Dios. 

La resurrección queda garantizada por este comer y este beber y no por otra cosa ni otra realidad espiritual. Bien dice Jesús que el que le coma y le beba vivirá por Él, pues si su Padre vive en Él, y su vida es, ya, eterna, para siempre, de tiempo infinito, también el permanecer en Cristo, ese vivir, se hará eterno pues eterna es la vida del Hijo de Dios.

Vemos, pues, que este texto de Juan, tan cercano a nosotros y tan profundo, como todo lo de este evangelista que es, a la vez, tan dulce y tan nuestro, dice muchas cosas: que Jesús va a dar su vida, que su vida la da por el mundo, para que se salve; que, por eso, y para esa salvación, y por esa entrega que hace de sí, se hace, para quien anhele la vida eterna, manifiesta esa voluntad comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre en la Eucaristía (que, ciertamente, aún no ha tenido lugar en su primera vez) Así no se dará el caso de aquellos antepasados de sus contemporáneos que, como ya dijo en otro momento, comieron el pan del cielo y murieron. Ahora, con Él, que es la Vida misma, este caso no se dará. 

Todo lo que sucedió, y sucede, entonces, y cada día, certifica esta Verdad. 

Ahora bien, como hace siempre Jesús, Él propone determinada posibilidad y está de nuestra parte llevarla a cabo, aceptarla, o no. Esto es, siempre, cosa nuestra y, claro, las consecuencias de nuestra decisión, a tal respecto, también son nuestras.

  
PRECES

 
Por todos aquellos que no aceptan a Jesús como Salvador de la humanidad.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren que Cristo viva en ellos.

Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

 
Padre Dios; ayúdanos a mantener siempre tu vivencia en nuestro corazón a través del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo.
 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.
  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Pan de vida, Pan de la Vida Eterna, así es Cristo

 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

5.06.23

Un amigo de Lolo – Una luz llamada Manuel

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien. 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Una luz llamada Manuel 

Resulta curioso como a veces, las circunstancias que nos acaecen, nos marcan el camino de una forma implícita. Y eso es lo que, al que esto escribe, le ha pasado.  

El caso es que he tomado una imagen de Lolo para mejor inspiración de lo que iba a escribir. Y el resultado ha sido que, junto a la misma de nuestro amigo se ha “adherido” el símbolo que se utiliza para personas minusválidas (hoy llamadas “discapacitadas”) aunque a Lolo le salía decir eso de “inútil” aunque todos sepamos que nada de eso era la verdad…  

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Pues bien, cuando uno piensa en la vida y existencia (aquel “yo y mis circunstancia de Ortega y Gasset) de Manuel Lozano Garrido, lo bien cierto es que queda admirado y no poco admirado.

Ahora no vamos a decir nada acerca de su sufrimiento porque es más que conocido. Sin embargo, no podemos negar que en muchos aspectos de su vida, el Beato de Linares (Jaén, España) se manifiesta como una luz y, dentro de las posibilidades que tiene la misma, como un faro. 

Como cualquiera sabe, el faro es, por decirlo de manera simple (no podemos hacerlo de otra forma) es una luz que marca un camino que se puede seguir para llegar, diríamos en su lenguaje que le corresponde, a buen puerto. 

Pero lo bien cierto es que en la vida de los creyentes cristianos, aquí católicos, también hay un camino y también hay un puerto al que anhelamos llegar a no ser que la fe la tengamos escondida debajo de cualquier celemín o la hayamos encerrado con siete candados en el corazón para que no salga. 

Nuestro camino es, simplemente, nuestra vida; nuestro puerto es, simplemente, Dios mismo y, allí donde se encuentra, el Cielo… 

Por esto decimos que Lolo es un faro. Y lo decimos porque fijándonos en su vida y fiándonos de su forma de ser, conscientes claramente de en quién ponemos nuestra confianza, es más que seguro que el camino lo seguiremos sin salirnos del mismo y el puerto lo alcanzaremos cuando Dios eso quiera. 

Así, al poner la confianza en Lolo-faro veremos que nuestra vida toma un color bien definido que está entre el verde claro y el verde oscuro, tal sea el nivel de esperanza que alcanzamos viendo cómo él la tuvo a raudales y nunca dio de lado en su corazón. 

Así, al poner la confianza en Lolo-faro seremos capaces de enfrentarnos a las muchos palos que el sufrimiento pueda poner en los radios de nuestro ser-bicicleta. Y es que no serán pocas las ocasiones en las que creamos algo así como “de esta no salgo o salgo difícilmente”. Y si ponemos la confianza en Lolo-faro es seguro que saldremos adelante. 

Así, al poner la confianza en Lolo-faro es hasta posible que veamos despejado nuestro camino de las muchas tentaciones que se pongan a nuestro paso que, como bien sabemos, son más y más de una… Y es que Manuel Lozano Garrido se apoyó en su fe, suponemos, para no caer en alguna de ellas como podía ser, por ejemplo, la desesperación en la que cualquiera de nosotros podría caer si, tan sólo padeciésemos, el 10% de sufrimiento del suyo… 

Así, al poner la confianza en Lolo-Faro tendremos el buen puerto al que anhelamos llegar, a tiro, por así decirlo. Pero ha de ser a tiro de hacer las cosas como las hizo Manuel, a tiro de no dejarse vencer nunca por lo que nos pase y, en fin, a tiro de ser consecuentes con aquello en lo que creemos… 

Lolo es faro, como fácilmente podemos ver con los pocos ejemplos aquí puestos. Pero es un faro que nunca deja de iluminar y que brilla más que nunca en las peores tormentas en las que estemos inmersos.

 

Lolo-faro, Lolo-luz, 

ser de luz que quiso Dios en el mundo, 

mundo del que salió volando al Cielo.

 Lolo-faro, ilumina nuestro paso.

 Amén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”


Cuando la ciencia ya no necesite de cálculos, ensayos o microscopios, porque todo lo haya descubierto, habrá de encontrarse al desnudo con la cara sonriente de su propio Creador (20)

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

3.06.23

La Palabra para el Domingo - Domingo, 4 de junio de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 4 de junio de 2023 sino sábado, 3. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 


Jn 3, 16-18


16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,  sino para que el mundo se salve por él. 18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.

    

COMENTARIO

Un claro aviso acerca de Cristo


Cuando Dios actúa no lo hace porque no tenga otra cosa que hacer sino porque, en verdad, lo que quiere lo hace porque quiere lo que hace. Y eso ha hecho, hizo, con Cristo, Hijo Suyo y hermano nuestro y por eso todo lo que luego sucedió estaba puesto para bien de la humanidad entera pero, sobre todo, para la que creyese en el Enviado de Dios Padre Todopoderoso. 

La bondad de Dios, por otra parte, para su semejanza, no tiene límite. Además, a diferencia de esta, cumple simple lo que promete y eso, precisamente eso, hizo, con Cristo, Hijo Suyo y hermano nuestro. Lo prometido, pues, para el Creador, era deuda. 

Cuando Dios creó al hombre le dio libertad. Y eso quiere decir que podía hacer, al respecto del Creador, lo que quisiese: amarlo u olvidarlo. Y, muchas veces optó el hombre por lo segundo frente a lo primero. Y se perdió. 

Pero Dios, que no abandona nunca ni se siente desesperanzado, quiso poner remedio a la perdición en la que había caído quien había creado y mantenía con tanto amor. Y envió al mundo a su Hijo único, Cristo, el Enviado, el Ungido, el Mesías. 

Que Jesús vino al mundo es dato cierto y verificado a lo largo de los siglos por todos aquellos que han querido decir la verdad y lo que, entonces, pasó.

Que Jesús vino al mundo y las razones por las que vino también son más que conocidas. 

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único.

Dios quería salvar a la humanidad y por eso lo envió. La humanidad lo necesitaba y por eso lo envió. 

Jesús no vino más que a cumplir con la misión encomendada por Dios, por su Padre y el nuestro. Y por eso murió como murió. 

Por eso a través de Cristo quien en Él cree se salva y quien no cree, se condena. 

Se salva quien lo acepta como Mesías y como Dios hecho hombre; quien cree que resucitó de entre los muertos y, en fin, quien en Él confía.

Dios no pide más que aceptar la Verdad. Por eso quien cree en Cristo está salvado porque se salva a sí mismo aceptando a Quien lo puede salvar y porque muestra que quiere tener a Jesús en Él y que Él esté en cada él. 

Sin embargo, es posible (terriblemente posible) que haya quien no acepte al Hijo del hombre, al Hijo de Dios. Y para tales personas el Creador también tiene un destino. 

Bien que lo dice este texto del evangelio de San Juan, aquel que estuvo tan cerca del Señor. No puede haber duda alguna al respecto y tenerla es no creer, no confiar en Dios. 

Ya está juzgado quien no cree en Jesús. Y con esto se quiere decir que la sentencia de la justicia divina ya está fijada, de antemano, para quien, conociéndolo, no quiera aceptar en su corazón a Quien todo lo dio por sus hermanos. Es, diríamos, como un pecado grave contra el Espíritu Santo que es el único que no se puede perdonar. 

Dios es fiel y es misericordioso… pero también es justo y aunque tengamos por verdad que la misericordia puede con la justicia no es menos cierto que la justicia divina existe y es la que es.
 
PRECES 

Por todos que no quieren aceptar a Cristo como Hijo enviado por el Padre. 

Roguemos al Señor. 

Por todos aquellos que no tienen esperanza en ser salvados. 

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

 
Padre; ayúdanos a aceptar a tu Hijo, Cristo, como hermano nuestro y llevarlo a nuestro corazón. 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  
Eleuterio Fernández Guzmán

 

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Dios envía a su Hijo Único. ¿Hace falta algo más?


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.