Serie Venerable Marta Robin – Camino hacia la santidad
Hace mucho tiempo que hemos incardinado los comentarios acerca de la obra de la Venerable Marta Robin (francesa ella, de nacimiento y de nación) en la serie sobre la oración. Sin embargo, es de recibo reconocer que desde hace mucho tiempo, también, no trata lo que traemos aquí de oraciones, en sí mismas consideradas (algunas veces sí, claro) sino de textos espirituales que nos pueden venir muy bien, primero, para conocer lo más posible a una hermana nuestra en la fe que supo llevar una vida, sufriente, sí, pero dada a la virtud y al amor al prójimo; y, en segundo lugar, también nos vendrá más que bien a nosotros, sus hermanos en la fe que buscamos, en ejemplos como el suyo, un espejo, el rastro de Dios en una vida ejemplar que seguir.
Por eso, nos vamos a acercar a su obra espiritual a través del contenido del libro “Journal. Décembre 1929, Novembre 1932) publicado en 2013 por Editions Foyer de Charité y que recoge, como su nombre indica, el contenido del Diario íntimo y personal de la Venerable Marta Robin entre las fechas que se indican en el título del mismo.
Camino hacia la santidad
“Ninguna ocupación, ningún pretexto nos debe hacer olvidar el examen de conciencia; por cada falta debemos hacer acto de reparación. ‘Esta resolución tiene la ventaja de reafirmar nuestra voluntad de no pecar más’”. (Consejo 17)
Todos los consejos vistos hasta ahora de los dichos por la Venerable Marta Robin tienen la validez que supone que los diga alguien como aquella creyente católica que, enferma pero sustentada por la fe, sabía de lo que hablaba.
No podemos decir que el de hoy sea poca cosa. No.
Es más que posible que pongamos excusas, muchas veces peregrinas y siempre impresentables, a lo que el darnos cuenta de en qué hemos pecado o, mejor, qué es lo que debemos reconocer como pecado.
Nos referimos, claro está, al examen de conciencia. Y no vale decir aquí, a tono de broma, que es que nosotros no tenemos conciencia y, claro, no podemos examinarla… Eso sobra y más que sobra porque la cosa tiene una importancia tan grande que no podemos tener como no puesta ahí por Dios.