Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro" – Pecado vs. amor

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

Pecado vs. amor

 

“Al pecado capital bastaría para definirlo con ir contraponiendo sistemáticamente sus características a las del amor. Si a Dios se le ha calvado en el corazón como una garra la rebeldía del hombre, es porque nada hay tan cínico y perverso, tan contrapuesto a su generosidad y dulzura, como la injusta entronización del alma que se atrinchera.“ (El sillón de ruedas, p. 91)

 

Está claro, según nos dice el Beato Manuel Lozano Garrido, que hay dos mundos, dos realidades tan distintas que puede resultarnos difícil ponerlas de acuerdo cuando, en realidad, ni debería haber separación entre ellas ni nos está permitido que la haya muy a pesar de cómo somos…

Podemos entender, a tal respecto, que existe un pecado que es más que importante. Es más, que a partir del mismo los demás van cayendo como uva de un racimo más que maduro. Y es, como decimos arriba, la realidad que nos corresponde a los hijos de Dios y que supone nuestro alejamiento del Padre, de Quien todo lo ha hecho y mantiene.

Tal pecado es tan grave y supone un peligro tan grande para nosotros, que deberíamos pensar más de una vez caer en el mismo.

Aquí aparecen palabras terribles que definen más que bien nuestra, a menudo, forma de ser: rebeldía, cinismo, perversión… Y, al contrario, otras muestra a Quién solemos enfrentarnos: amor, generosidad, dulzura…

Vemos, por tanto, como nos dice Lolo que a Dios no le resulta indiferente, no le da igual, cómo actuemos sus hijos. Y no le puede dar igual porque a un padre, digamos, del mundo, no le da lo mismo que un hijo suyo haga con su vida algo que no debería hacer. Y si eso nos pasa a nosotros… ¿Qué no pasará con nuestro Creador?

Esto, sin duda, no quiere decir que el Todopoderoso vaya a sufrir ningún tipo de menoscabo en su naturaleza porque nosotros seamos rebeldes, tontos a más no poder e irrespetuosos como el amor que le debemos como hijos. No. Lo que quiere decir, y es fácil entenderlo, es que a Dios le duele cuando hacemos mal las cosas.

Aquí, podemos ver, hay algo que, a veces, resulta imposible poner de acuerdo, como decimos arriba: el Amor de Dios vs. Nuestra forma de ser tan egoísta; la bondad de nuestro Padre del Cielo vs. nuestro alejamiento voluntario; la misericordia que muestra siempre el Creador vs. nuestro mucho desprecio hacia su Creación y a hacia nosotros mismos…

Todo, a veces, se contrapone, lo contraponemos, porque nos creemos más de lo que somos olvidando, las más de las ocasiones, que somos, exactamente, nada ante Dios. Y, a pesar de que sabemos que nos ama y nos perdona una, otra y otra vez más, diera la impresión de que lo tomamos por olvidadizo o algo por el estilo.

Dios, como sabemos, todo lo recuerda. Y esta forma de ser nuestra… también.

       

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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