La Palabra del Domingo - 19 de enero de 2020

Resultado de imagen de SAnta Biblia

 Jn 1, 29-34

“29 El día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: ‘He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. 31 Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea Manifestado a Israel.’

32 Y Juan dio testimonio diciendo: ‘He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. 33 Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo.’ 34 Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios.’”

 

COMENTARIO 

Quien tenía que venir como Cordero de Dios 

 

Quien lea el texto del evangelista Juan se dará cuenta que a Juan, el Bautista, se le había comunicado cuál era la finalidad de su labor y qué, sobre todo, tenía que anunciar. 

Cuando da testimonio es porque es testigo de la venida del Mesías. Él, a lo mejor el único que así aprecia tal cosa, ve al Espíritu Santo bajar sobre Jesús cuando sale de las aguas del Jordán tras el bautizo. Fue, con toda seguridad, una gracia de Dios otorgada a quien se le había dicho lo que tenía que hacer y lo había hecho. 

Había pasado un día desde que Jesús se acercó al Bautista para que le limpiara las impurezas que su alma podía tener. Bien sabemos que eso debía ser, sobre todo, para dar ejemplo, porque es bien cierto que el Hijo de Dios no tenía pecado ni podía tenerlo. Tenía, sin embargo, que cumplir la misión que le había sido encargado (“para eso he salido” diría en una ocasión) que no era otra que hacer cumplir la Ley de Dios y la conversión del corazón era uno de sus principales motivos de vida. 

Volviendo a lo dicho arriba, cuando Juan comunica, a los que le oyen, que se le había dicho lo que tenía que pasar es porque es fiel a la voluntad de Dios y que, aunque no sintiese fuerzas espirituales para desatar las sandalias a Jesús, hizo lo que tenía que hacer. 

Pero lo que más nos ha de importar es lo que dice Juan de Jesús. Dice que es el “Cordero de Dios” y, además, que “quita el pecado del mundo”. 

Como Cordero de Dios llevaría una vida mansa que, al final, determinaría una muerte también mansa; como perdonador de los pecados tenía tal facultad donada por Dios de limpiar el alma de tales manchas. 

Además, dice, también otras cosas como, por ejemplo, que Jesús ya existía antes que Juan. No es que hubiese nacido antes porque, sabemos que Cristo nació unos meses después de su primo e hijo de Isabel y Zacarías sino que existía desde siempre, desde el Principio… 

También podemos deducir que la vida de Jesús, que se da en llamar, secreta (en cuanto no pública) así lo fue porque su primo, el que saltó en el vientre de Isabel cuando María la visitó tras la Anunciación y el que debió jugar en su infancia muchas veces con él, no sabía que era el Mesías hasta que aconteció el episodio del bautismo. Sabía que tenía que venir pero, en realidad, no cuándo ni en qué momento que es, exactamente, lo que nos pasa a sus discípulos porque tampoco sabemos cuando volverá y tenemos que estar preparados para tal momento como lo estuvo Juan el Bautista: fiel y atento a la voluntad de Dios. 

Quién tenía que venir vino pero los suyos, como dicen las Sagradas Escrituras, no lo recibieron.  

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no tienen en cuenta la nueva llegada de Cristo. 

Roguemos al Señor. 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no confían en la misión que vino a llevar a cabo Jesucristo. 

Roguemos al Señor.

ORACIÓN 

Padre Dios; ayúdanos a saber esperar, preparados, la segunda venida de Cristo. 

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán 

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

Panecillo de hoy: 

Palabra de Dios; la Palabra. 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

1 comentario

  
Néstor
No sabía que Olorin y Gandalf eran la misma persona, o mejor, el mismo personaje.

Saludos cordiales.
24/01/20 4:42 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.