Serie Fundación GRATIS DATE – Fundamentos bíblicos de la teología católica, el P. Enrique Pardo Fuster.

GRATIS DATE

Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forman hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha des estar siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

Espero, por otra parte, que las personas “afectadas” por mi labor no me guarden gran rencor por lo que sea capaz de hacer…

Fundamentos bíblicos de la teología católica, del P. Enrique Pardo Fuster.

Fundamentos bíblicos

Fundamentos bíblicos

Conviene decir, antes de empezar, que nos encontramos, con estos “Fundamentos bíblicos”, ante una monumental obra de consulta que es, simplemente, impagable por lo que contiene y por el uso espiritual que se pude hacer de tal contenido.

El P. Enrique Pardo Fuster, nos dice en el Prólogo del autor, que (p. 2) “Hace mucho tiempo que acariciábamos la idea de recopilar el mayor número de verdades contenidas en la divina Revelación, en un solo conjunto, claro en la exposición y sintético en la estructura, para que los cristianos de habla española de nuestro tiempo, que así lo deseen, puedan penetrar más fácilmente en el horizonte amplio y profundo de la revelación divina”.

En realidad, podemos decir que la idea que sostienen las páginas de estos dos tomos, han sido tomadas de la propia dinámica de funcionamiento de la Iglesia católica pues (p. 2) “La Iglesia, consciente de su misión, se esfuerza por llegar a conseguir cada día un conocimiento más profundo de las Sagradas Escrituras, para que este Tesoro de la Revelación divina confiado a la Iglesia siga propagándose y adquiriendo gloria (2 Tes 3,1) y llene así cada día más los corazones y las vidas de los hombres. Estas razones han estimulado mis esfuerzos para seleccionar y clasificar más de 10.000 versículos de la Biblia, que, por entrañar y demostrar alguna verdad revelada, constituyen un conjunto muy apropiado para estructurar una obra de tal envergadura que abarque todos los tratados de la Teología católica que, por ser las ciencia de Dios y de sus misterios, es la más sublime de todas las ciencias”.

Sin embargo, el autor de estos dos tomos ha creído, cree, que se trata de un “modesto trabajo de investigación y de clasificación” (p. 2) cuando, en realidad, nos encontramos ante una herramienta útil a la vez que completa. p. 3) del significado del cual debemos decir algo.

Nos viene la mar de bien una página muy concreta del libro de Romano Guardini titulado “Los Signos Sagrados”. En un momento determinado, página 51 de la edición de la Editorial Litúrgica Española de 1965, dice, refiriéndose a la Puerta que da entrada a los templos (entiéndase católicos) que

“La puerta está entre lo exterior y lo interior ; entre la plaza y el santuario ; entre la pertenencia del mundo y la casa de Dios. Y al atravesarla, parece decir : ‘Deja fuera lo impropio del lugar adonde entras : pensamientos, deseos, preocupaciones, curiosidades y cosas vanas. Deja fuera lo que no es sagrado. Purifícate, que entras en el templo.”

Pues bien, aplicando esto de forma analógica, bien podemos decir que el “Pórtico” de este libro separa el mundo de lo que es el contenido de la Palabra de Dios. Y por eso debemos tener en cuenta que lo que sigue a continuación está directamente relacionado con la voluntad del Creador.

Y en tal “Pórtico” dice lo siguiente:

“Tu palabra está escondida en Tí, Dios infinito, antes de todos los siglos y es consustancial contigo; por eso, como Tú, nunca empieza, nunca pasa y nunca termina.

No contiene conjeturas probables que necesiten después la confirmación de la experiencia, porque es tu sabiduría increada identificada con la esencia misma de tu ser, que va descubriendo verdades insospechadas e inaccesibles para los hombres de todos los tiempos y, por consiguiente, es de una actualidad siempre permanente y siempre renovada.

Es germen de paz y de vida interior superior e inextinguible y está revestida de la misma consistencia de la verdad inmutable de Dios, puesto que ambas están identificadas con la misma esencia de su Ser.

Tu Palabra entraña muchos más misterios de los que los hombres podemos comprender y de un modo muy distinto a como los podemos concebir. Pero, porque Tú los revelas, los admitimos aún sin entenderlos cuando contemplamos el amplio e inaccesible horizonte del mar infinito de sabiduría que nos ofrece y nos lanzamos a él, y penetramos más y más, no ya sin incertidumbre ni riesgo ninguno de perecer en el abismo oscuro del error, sino ni siquiera sin el más mínimo temor de desvanecernos o de hundirnos, por encontrarte tú allí identificado con el oceáno transparente y sin riberas de tu propia verdad, de tu propia vida y de tu propio ser.

Cada una de tus palabras emitidas en el de curso de los tiempos y contenidas en tus Libros sagrados, expresa, a modo de ecos sucesivos, la misma verdad existente en el instante eterno de tu ser, y todas ellas entrañan el mismo misterio –tu amor–, pero lo expresan bajo distintas modalidades para mejor adaptarse a la imperfección y imitación de cada inteligencia humana y a cada una de las necesidades y vicisitudes que caracterizan el devenir de la vida de cada hombre, mientras que las verdades de este mundo no son más que sombras que derivan y dependen de aquella única verdad eterna, y aquellas en tanto existen en cuanto ésta les presta continuadamente su propio ser, que es el mismo eco emitido por la realidad eterna y subsistente del Ser infinito de Dios.

Es evidente que el sentido misterioso y eterno de tu Palabra divina no lo podemos descifrar con nuestros conceptos limitados del tiempo, del lugar ni de la materia, pero Tú sí puedes hacer penetrar tu Palabra en nuestro espíritu, encenderlo con tu amor, iluminarlo con tu luz y santificarlo con tu verdad, para que broten de él ansias insaciables de desentrañarla cada vez más, porque lo mismo que la sabiduría de este mundo parece más vana y nos llena menos cuanto más se conoce, así la sabiduría de Dios expresada por su Palabra produce aspiraciones interminables de ahondarla más y más, conforme nos vamos deslizando en la extensión del campo sin fronteras de los misterios que entrañan, expresan y demuestran.

Tu Palabra es luz eterna, verdad hecha hombre y revelada al mundo para ser difundida como luz inconfundible y segura que ilumina el camino que conduce a los hombres a su verdadero destino, combatiendo y triunfando con éxito seguro sobre las tinieblas que obscurecen su paso por este mundo, y para ser introducida en las mismas raíces de todas sus aspiraciones y así las nutra y las sacie como lluvia copiosa que cae en tierra que, por seca y abandonada, está cada día más sedienta de abono y de cultivo.

Cada realidad de las cosas no es más que una faceta minúscula y transitoria de tu verdad firme y eterna, única que soluciona todo el ámbito de los problemas de la vida, desde los más fáciles de resolver, por insignificantes que sean, hasta los más tortuosos, complejos y trascendentes. Además nunca cansa, sino que siempre sacia la sed y calma la zozobra del espíritu cuando se lee, se guarda en el corazón y se medita lenta y suavemente.

Por eso, esta Palabra tuya es la misma que los hombres necesitamos conocer, creer, adorar y cumplir, para adentrarnos en ella cada vez más sin temor ninguno de no poder hacer pie en las profundidades que entraña, y para iluminar las tinieblas en que está envuelta nuestra vida tan necesitada de tu luz, de tu verdad y de tu amor.

Que tu palabra penetre en el corazón de los hombres y les haga comprender la grandeza y la belleza de las realidades invisibles, para que nuestros pensamientos y nuestros pasos vayan conducidos a Tí, durante todo el caminar de la existencia presente.

De esta manera, que los hombres amemos menos las tinieblas de la sabiduría humana y prefiramos, amemos y sigamos siempre la claridad de la sabiduría divina. El caso es que todos los hombres podamos peregrinar por los campos áridos y tenebrosos de este mundo sin vacilaciones, sino llenos de alegría y de seguridad de encontrar allí tu verdad que nunca cambia y tu amor que siempre llena.

Contra la verdad de tu Palabra, chocan y se destruyen las maquinaciones de los hombres. Por éso, Señor, haz que ninguno nos fiemos más de nuestro propio saber o investigación racional, que de la espléndida luminosidad brotada de tus mismas palabras en el instante eterno de tu Ser, y que nadie abandone su propia existencia, sus valores y su destino en el destierro de este mundo, como si tu Palabra que eres Tú, no se complaciera en abrazarle, sostenerle, iluminarle y conducirle con amor infinito de Padre por los caminos que conducen a los hombres a la verdadera vida.

Abre, Señor, los oídos de todos, háblanos allí dentro, muy dentro, hasta que se produzca un encuentro venturoso, una acogida amorosa, una transformación plena y una identificación en tu Ser, en tu vida y en tu amor.”

Y en las “Observaciones” (p. 4), esto otro que resulta muy importante par que nadie se lleve a engaño al respecto del contenido de los dos tomos de su libro:

“Este libro no es, -para usarlo simplemente como lectura a modo de otros libros. sino que es, -para facilitar citas bíblicas en que fundamentar conferencias, sermones, meditaciones, pláticas, en sus referencias con la Biblia, -para ampliar conocimientos de las Sagradas Escrituras y, por tanto, de los dogmas de la Religión católica y de sus enseñanzas morales, -para irlo leyendo muy despacio, profundizar el sentido doctrinal tan denso y entrañado en las citas bíblicas y recordar o aprender numerosas verdades manifestadas por Dios a los hombres,

-para disponer fácilmente de las citas de la Sagrada Escritura con que rebatir los errores de otras confesiones no católicas y defender las enseñanzas de la Iglesia de Cristo, única verdadera,

-para comprobar qué ha hablado Dios a los hombres de tantos problemas que surgen continuamente al hombre del mundo actual,

-para consultar en qué lugares de la divina revelación constan cualesquiera verdades reveladas por Dios,

-para hacer oración mental.”

¿Y ahora, qué?, pues se nos ha dicho mucho acerca de qué son estos dos tomos y para qué están hechos.

Pues como muy bien dice el autor de estos libros están pensados y elaborados para darles un uso muy particular. Él mismo, en el Prólogo citado arriba escribe lo y traído aquí acerca de la voluntad de la Iglesia a eal respecto.

Pongamos, pues, unos ejemplos que han de servir para abrir la boca del alma y del corazón de todos aquellos creyentes que no conozcan estos dos tomos de “Fundamentos bíblicos de la teología católica”.

Así, en lo referido a la “Teología Fundamental” y, en concreto, en el apartado referido a la “Religión cristiana” (p. 7) se dice esto que sigue:

“-Fue profetizada en el A. T.

-La religión verdadera no puede ser más que una.

-Los criterios internos no manifiestan la verdad revelada, a no ser que coincidan con los externos.

-Es de origen divino.

-La fundación de la Religión verdadera fue profetizada en el Antiguo Testamento.

Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos.

Dirán: Venid, subamos al monte de Yahvéh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos. Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahvéh (Is. 2, 2-3).

-La Religión verdadera no puede ser más que una.

El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc. 16, 16).

Aclaración. Jesucristo condiciona la salvación eterna y la consecución del último fin, a creer y ser bautizado en la religión que él reveló. Por tanto, la religión verdadera no puede ser más que una.

-Los criterios internos de la revelación no manifiestan la verdad revelada, a no ser que coincidan con otros criterios externos.
Criterios internos de la revelación son aquellos que están en la conciencia de cada hombre creyente. Externos son los que están fuera de la conciencia. Externos intrínsecos son los que surgen de las mismas verdades reveladas y extrínsecos son los que las demuestran y confirman.

Pero yo tengo un testimonio mejor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas que yo realizado, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado (Jn. 5, 36).
Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí,… (Jn. 10, 25).

-El origen divino de la religión cristiana se demuestra porque Él no fue engañado ni pudo engañar.

a) -No fue engañado.

-Por la humildad que mostró.

…el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos (Mt. 20, 28).

…he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado (Jn. 6, 38).

…echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos… (Jn. 13, 5).

-Por la sabiduría eminente que manifestó.

…todos los que le oían estaban estupefactos por su sabiduría y por sus respuestas (Lc. 2, 47).

Y todos daban testimonio de él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca (Lc. 4, 22).

Algunos de los escribas le dijeron: Maestro, has hablado bien. Y ya no se atrevía a preguntarle nada (Lc. 20, 39-40).

Respondieron los guardias: «Jamás un hombre ha hablado como habla este hombre» (Jn. 7, 46).

b) -No engañó a otros.

Mostró integridad en su conducta.

¿Quién de vosotros puede probar que soy pecador? (Jn. 8, 46).

Se mostró modelo de virtud.
-Celo por la gloria de su Padre.

El celo por tu Casa me devorará (Jn. 2, 17).

-Pretendía el honor de su Padre.
«Yo no tengo un demonio, sino que honro a mi Padre,… (Jn. 8, 49).

-Hacía siempre lo que agradaba a su Padre.
…yo hago siempre lo que le agrada a Él (Jn. 8, 29).

-Fue humilde.
Yo no busco mi gloria (Jn. 8, 50).

-No dejó que lo alabaran.
Jesús les mandó que a nadie se lo contaran (Mc. 7, 36).

-Despreció honras y honores.
…el diablo le dice: «Todo esto te daré si te postras y me adoras» (Mt. 4, 9).
Dícele entonces Jesús «Apartate, Satanás, porque está escrito:
Al Señor tu Dios adorarás, sólo a Él darás culto» (Mt. 4, 9-10).

-Llevó vida pobre.
«…el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (Mt. 8, 20).
-Despreció la dignidad real.

Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él sólo (Jn. 6, 15).

-Llevó su cruz.
…soportó la cruz sin miedo a la ignominia… (Hebr. 12, 2).

-Hizo bien a todos.
…pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el Diablo,… (Hch. 10, 38).

-Curó a los enfermos.
Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; también hace oír a los sordos y hablar a los mudos» (Mc. 7, 37).

-Consoló a los tristes.
Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No llores» (Lc. 6, 13).

-Perdonó a los que le torturaron.
Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc. 23, 34).

-No huyó de Judas.
Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve Rabbi!», y le besó (Mt. 26, 49).”

O, también, en el Tratado VII, relativo al Pecado original, se dice, cuando se refiere el P. Enrique Pardo Fuster, al caso de que Adán y Evan no lo hubiesen cometido, que

“-No hubiesen experimentado el desorden de la concupiscencia -Todos hubiésemos nacido con la gracia santificante.

-No hubieran muerto.

-Las leyes de transmitir la vida servían las mismas.

-Hubiesen permanecido en estado de inocencia y Eva hubiese dado a luz sin dolor.

-Si Adán no hubiere pecado y Eva sí, los hombres no hubiesen contraído el pecado original y si Adán hubiese pecado y Eva no, los hombres lo hubiesen heredado.

-Adán y Eva no hubiesen experimentado el desorden de la concupiscencia, si no hubiesen pecado.

Concupiscencia es la alteración de las facultades sensitivas que apetecen lo que les causa placer, antes de que la razón lo advierta, o contra ella después de advertirle.

a) -Antes del pecado.
Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban el uno del otro (Gén. 2, 25).

b) -Después del pecado.
Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores (Gén. 3, 7).

-Si Adán no hubiese pecado, todos los hombres hubiésemos nacido con la gracia santificante, libres de la concupiscencia y de la muerte.
Por tanto, como por un sólo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron,… (Rom. 5, 12).

Porque, habiendo venido por un hombre la muerte… (1 Cor. 15, 21).

-Adán no hubiera muerto si no hubiera pecado.

Y Dios impuso al hombre este mandamiento: ‘De cualquier árbol de jardín puedes comer, más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás son remedio’ (Gén. 2, 16).

Al hombre le dijo: Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer… con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado, porque eres polvo y al polvo tornarás (Gén. 3, 17-19).

Aclaración. Se amenaza a Adán con l a muerte en el caso de que cometa pecado de desobediencia y una vez que lo cometió se le asegura que morirá. Por tanto, la muerte fue consecuencia de su pecado.

-Si Adán y Eva hubiesen permaneció en estado de inocencia, las leyes de la transmisión de la vida hubiesen sido las mismas, pero sin el desorden de la concupiscencia.

Y los bendijo y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla (Gén. 1, 28).

Aclaración. El desorden de la concupiscencia fue consecuencia del pecado.

Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos;… (Gén. 3, 7).

-Si Adán y Eva hubiesen permanecido en estado de inocencia, Eva hubiese dado a luz a sus hijos sin dolor.

A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos: con trabajo parirás los hijos (Gén. 3, 16).

Aclaración. Es evidente que los dolores del parto son consecuencia del pecado original.

-Si Adán no hubiese pecado y Eva sí, los descendientes no hubiesen contraído el pecado original; por el contrario, si Adán hubiese pecado y Eva no, los hombres lo hubiesen heredado.

Por tanto, como por un sólo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte… (Rom. 5, 12).

Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección… (1 Cor. 15, 21).

Aclaración. La razón es porque el pecado original de transmite por generación, de la cual el hombre es el principio activo.”

Y ya en el tomo II, dedicado a la Soteriología, que consta de 54 apartados, se nos habla, por ejemplo, de lo que significa Cristo Salvador, o sobre la Muerte de Cristo, sin olvidar todo lo relacionado con la Resurrección de Cristo o de Cristo Rey.

Por otra parte, en cada uno de estos temas se refieren, como ya hemos mencionado arriba, según lo dicho por rel autor de los libros, miles de citas bíblicas que nos ayudan a profundizar en nuestra fe o, al menos (que no es poco) a tener muy a mano mucho de lo que, en determinados temas, nos es necesario conocer.

Y así podríamos estar mucho tiempo porque estos dos tomos, con sus más de 450 páginas en “formato” Fundación Gratis Date (a doble columna por página tamaño, además, A4 o, para entendernos, tipo folio) son más que recomendables y absolutamente necesarios.

Y para que vean que no exageramos y, para terminar, los ponemos el Índice pero limitado a los Tratados de los que constan los dos tomos (pues el total ocupa, el contenido de cada uno de los mismos, nada más y nada menos, 18 páginas). El resto lo pueden ver, directamente, consultando los libros en la página web de la Fundación Gratis Date. Pero no nos negarán que sólo esto es, ya, muy importante.

Y dice esto que sigue:

Índice

I volumen
Tratado I
Teología fundamental

Tratado II
Sagrada Escritura y Tradición

Tratado III
Dios Uno

Tratado IV
El Misterio Trinitario

Tratado V
Dios Creador

Tratado VI
Dios Enaltecedor

Tratado VII
El Pecado Original

Tratado VIII
Dios Legislador

Tratado IX
La Gracia Santificante

Tratado X
La Justificación

Tratado XI
El Mérito

Tratado XII
Mariología

Tratado XIII
San José

Tratado XIV
El Verbo Encarnado

Tratado XV
Cristología

II volumen

Tratado XVI
Soteriología

Tratado XVII
Eclesiología

Tratado XVIII
Pneumatología

Tratado XIX
Sacramentos

Tratado XX
Virtudes cristianas

Tratado XXI
Escatología

Tratado XXII
El culto

Por eso, y según lo visto, dar las gracias es poco pero, por lo menos, debemos hacerlo: gracias a quien ha trabajado tanto en favor de tantos y a quien nos ha facilitado tener tal trabajo. Gracias, y miles sean dadas.

Eleuterio Fernández Guzmán

Ha salido el recopilatorio de “El Pensador”

El Pensador

Adquisiciones: [email protected]

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Lo que Dios nos enseña no lo ocultaremos bajo ningún celemín.

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Para leer Fe y Obras.
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