Eppur si muove - ¿Mujeres sacerdotes?

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Hay que temas que son, ciertamente, polémicos y que siempre que se tratan o plantean causan movimientos a favor y en contra. Además es uno que lo es recurrente de parte de los creyentes (lo que digan los que no lo sean poco debe importarnos) que quieren hacer de la Iglesia católica otra Iglesia y otra forma de ver las cosas como si fuera igual una cosa que la otra y como si diera igual lo mismo que lo contrario.

Que la mujer pueda ser sacerdote en el seno de la Iglesia católica es una pretensión que se basa, por ejemplo, en el hecho incontrovertible de que faltan sacerdotes y que muchas Parroquias están desasistidas por quien deberían estar asistidas. Y, sin embargo, siendo cierto lo de la falta de ministros ordenados sacerdotes, eso no debería utilizarse como causa de presión sobre la jerarquía y, al fin y al cabo, sobre toda la Esposa de Cristo.

También se dice que se trata de un tema relacionado, más que nada, con la igualdad que debe haber entre hombre y mujer.

Por eso hay quien sostiene que no hay razón alguna para excluir a las mujeres del orden sacerdotal y que, en realidad,

-La Iglesia católica tiene algo en contra de las mujeres.
-La Iglesia católica quiere contralar la libertad de las mujeres.
-La Iglesia católica culpa de todos los “actos impuros” a la mujer.
-La Iglesia católica nomina a la mujer enemigo público de la misma.
-Para la Iglesia católica las mujeres son incubadoras sin alma al servicio de los hombres.

-La mujer ha estado siempre relegada en la Iglesia católica.

Y lo que puede resultar definitivo:

-La mujer, por ejemplo, en la Iglesia Anglicana, puede ser sacerdote.

Y, sin embargo Ante estas corrientes de pensamiento, la Iglesia, iluminada por la fe en Jesucristo, habla en cambio de colaboración activa entre el hombre y la mujer, precisamente en el reconocimiento de la diferencia misma”.

Tales palabras se recogen en el documento “Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y el mundo”. Muestra, por así decirlo, algo más que una intención porque, en realidad, lo que hace tal texto es desmentir lo arriba recogido, como crítica, al respecto de la actuación que la Iglesia católica tiene respecto a la mujer.

Sería mejor, por ejemplo, hablar, de diversidad de tareas que cada cual realiza independientemente del sexo de que se trate y que eso no implica que el hecho de que la mujer no pueda ser sacerdote suponga algún ataque de misoginia o algo por el estilo.

Es, además, en la diversidad de tareas donde se realiza cada persona que forma parte de la Iglesia católica siendo propio de cada una de ellas lo que le corresponde llevar a cabo sin, por ello, poder sentir rebajamiento de aptitudes ni nada por estilo porque, al fin y al cabo, todas tienen igual de importancia.

¿Satisface esto a los pensamientos llamados “avanzados” que dentro de la Iglesia católica existen? Seguramente no porque lo que, en realidad quieren, es una ruptura con una forma de llevar a cabo las interioridades de la Esposa de Cristo.

Pero la verdad es muy otra.

Por otra parte, la Iglesia católica tiene a una mujer, María, como “bendita entre las mujeres” (Lc 1,42) y ve en la entrega de la que la Madre de Dios al plan del Creador, el perfecto ejemplo de lo que debe ser el comportamiento de la creación de Dios en forma de mujer. Y esto no es nada malo ni parece nada malo sino, al contrario, algo que debería ser muy meditado por todos aquellos que buscan espacios de “expansión” del hacer de la mujer en la Iglesia católica.

Esto dicho, sin embargo, “Muy lejos de otorgar a la Iglesia una identidad basada en un modelo contingente de femineidad, la referencia a María, con sus disposiciones de escucha, acogida, humildad, fidelidad, alabanza y espera, coloca a la Iglesia en continuidad con la historia espiritual de Israel. Estas actitudes se convierten también, en Jesús y a través de él, en la vocación de cada bautizado” (Carta a los obispos citada arriba)

Recordemos, por otra parte, para que más de un despistado sepa a qué atenerse, las palabras que san Pablo escribiera a los de Corinto (Primera Epístola, concretamente en 12, 28 - 31):

En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas.

¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas? Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía

Por si no fuera suficiente lo aquí traído, el beato Juan Pablo II, en definitivo documento Ordinatio Sacerdotalis zanja la cuestión:

“Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.“(O.S. 4).

Y, sin embargo, la realidad es muy tozuda porque la Encarnación del Verbo ha producido, como resultado, una Persona, Cristo, de sexo masculino. Se podrá discutir, entonces, por qué Dios se encarnó en un varón pero no en una mujer. Sin embargo, sabiendo que así ha sido así sólo un varón representa a Cristo-varón. Y eso es, simplemente, innegable e irrebatible.

En realidad, además de lo dicho sobre el sentido equivocado que algunos creyentes tiene sobre la situación de la mujer en la Iglesia católica también se produce lo que podríamos denominar una concepción equivocada del sacerdocio sacramental. Así, se puede confundir con el sacerdocio común de los fieles y querer, sosteniendo tal confusión, que lo que puede hacer un hombre (sacerdote) también puede hacerlo una mujer.

Y esto debe entenderse muy bien para no querer plantear lo que no se puede plantear.

Decimos, a este respecto, que el sacerdocio ministerial es, al fin y al cabo, un signo sacramental de Cristo Sacerdote. Lo es, sobre todo en cuanto se refiere al Sacrificio Eucarístico, en el cual, además de ser Cristo Sacerdote también es Víctima. Así, teniendo en cuenta que los signos sacramentales no son, en exclusiva, signos puramente convencionales sino que tienen una especial relación con Jesucristo, no es poco cierto que en la Eucaristía sólo es posible establecer una, digamos, “semejanza natural” entre el Mesías y quien hace de ministro si este último es un varón. Por eso arriba se ha dicho lo del hecho incontrovertible de la Encarnación y cuál fue el resultado de la misma. Aquí nada es producto de la casualidad sino, en todo caso, de la Providencia de Dios.

Por eso no resulta extraño que haya creyentes que se opongan a lo aquí dicho. Sin embargo, es poco comprensible que lo aquí dicho tenga mucho que ver con la voluntad de Dios y que a la misma haya oposición de quien se dice hijo suyo. Eso sí que es extraño.

Eleuterio Fernández Guzmán

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7 comentarios

  
Nova
Se me ocurre que, en realidad, ni siquiera todos los varones pueden ser sacerdotes. En potencia, en principio, sí pueden. Pero, después, no todos los varones son llamados por Dios a ello, esto es, no tienen vocación de sacerdotes y, en consecuencia, tales varones no deben llegar a convertirse en sacerdotes.

Lo que importa es que se cumpla la Voluntad de Dios. Si Jesús quiso que los sacerdotes fueran sólo varones, sus razones tendría. A mí me basta con saber que Él lo quiere así. Lo sé a través de la Iglesia y alguno dirá que, claro, la Iglesia está dirigida por varones y entonces...

Lo cierto es que lo importante para una persona es la salvación de su alma. El sacerdocio es algo muy grande, pero la meta de la vida de todo cristiano, hombre o mujer, es la santidad, que Dios desea para todos, varones y mujeres. Cristo redimió también a las mujeres y éstas también tienen la posibilidad de ir al Cielo. Así es que no puede decirse en absoluto que la Iglesia y la fe católicas discriminen a la mujer porque no es cierto en modo alguno. Tampoco, aunque las mujeres no puedan ser sacerdotes.
09/09/11 1:33 AM
  
Vult
Ni que decir tiene que dicho tema está zanjado en la Iglesia, pues no existe poder humano para deshacer lo que el Señor quiso.
Otra cosa es que quienes quieren destruirla distorsionen este tema en su provecho una y otra vez sin fin, pues habiendo destrozado los conceptos de lo masculino y lo femenino en la sociedad, pretenden lo mismo en la Iglesia, implantando un supuesto “feminismo benéfico” para la mujer, benéfico como el “derecho al aborto”, que no solo causa la muerte del hijo, si no trastornos físicos y sicológicos que llevan a muchas al suicidio. Y todo por el concepto de la ideología de género, que es incluso paradójica, pues mientras nos dice que la violencia es solo cosa del varón, que por ser varón tiene que pedir perdón al ser un monstruo de nacimiento, culpable de todos los males de la mujer, sé nos dice también que a las mujeres no se las puede agredir, algo obvio, pero en pos de la igualdad entran en el ejército para luchar, agredir y ser agredidas. Y no quiero decir que la mujer no sirva en el ejército, que ese es otro tema, si no que la ideología “feminista” las maltrata desnaturalizándolas, cosificándolas sexualmente, pues solo reciben de ese feminismo, el trato de hombres mermados, a los que se compensa con la “discriminación positiva”, por lo que concluyo que dicho “feminismo” es misoginia, pues el hecho femenino, al igual que el masculino defendido en la Iglesia como sagrado, y santificado en el matrimonio es odiado. Ya que las “feministas de hoy, odian el hecho de ser mujer, y de ahí sus ataques a la Iglesia.


Saludos y Bendiciones.
09/09/11 8:50 AM
  
José Luis
Las polémicas contra la Iglesia Católica siempre vienen de las personas que no quieren obedecer a Dios,

Cuando yo leo en algunos otros sitios, que no es Infocatólica, como hay comentaristas totalmente amargado en su corazón, resentidos contra la Iglesia Católica y sus sacerdotes, murmuraciones contra el Papa, la JMJ, etc. No tienen paz ni amor en sus corazones, viven estos polemistas en la más tensa oscuridad y tendrán que dar cuenta por cada palabra de odio con que desprecian, de mala manera, sin educadión ni respeto a los que son buenos hijos de la Santa Madre Iglesia Católica.

Para comprender necesitarían abrir su corazón a la luz de la claridad de Cristo, pero no quieren; se hacen un inmenso daño en sí mismos en el presente y para la eternidad que les aguarda.

Son lugares donde no saben poner un control, Infocatólica es admirable, porque la suciedad queda fuera, y la limpieza y el orden es un bien para todos nosotros que amamos a la Iglesia Católica.

En otros “blogs” donde algún comentarista de corazón mal dispuesto, está muy pronto para hacer sus ataques duros contra la verdad, pero en cuanto se le expone de la forma que lo entienda bien, no lo acepta de ninguna manera. Porque muchos no comentan para aprender, sino para mostrar el odio que sale de su corazón contra el prójimo.

De ahí también, aquellos que juzgan sobre el dinero de la Iglesia, de que si las mujeres deben ser “sacerdotisas”, etc., etc., ya han oído o leído respuestas en Internet, pero que se niegan en rotundidad en aceptarlos, y hacen como si no lo supieran, pero ahí está, han leído a otros sobre si las mujeres deben ser sacerdotisas, y habrán leído también la respuesta de que no puede ser con las palabras del beato Juan Pablo II, y la Iglesia. Pero prefieren quedarse con lo negativo, la oscuridad, y cierra la puerta a la verdad del Espíritu Santo a través de la Iglesia Católica. Son personas que no buscan a Cristo, sino confrontaciones y provocaciones contra los hijos e hijas de la Santa Madre Iglesia Católica; muy fieles al Papa y a su magisterio.

Lo mismo con el dinero con lo que acusan al Papa y a la JMJ; que si el dinero del “Cuerno de África”, etc., etc. Bien, son las mismas personas que critican con la excusa de los pobres, y son estos, los primeros que se olvidan de ayudar a los pobres.

Todas estas cosas están ampliamente explicada por distintas personas que son fieles a la Iglesia Santa de Dios.

Pero el demonio, busca y encuentran a quienes no quieren vivir caminos de santidad, a los que están en vías de perdición,

Y volverá a preguntar lo mismo de 5 o más años atrás, que, conociendo ya la claridad de las respuestas, con su resentimiento a la Iglesia Católica, por el hecho de llevar almas a Dios, y ellos prefieren una vida de pecados y corrupción, se revuelve contra ella por turnos, para lo mismo.

Por otra parte, hay muchos que se preocupan de la mujer, de que la Iglesia no hace nada por ella, esto es simplemente otra excusa para atacar a la Iglesia. Porque también les habrá llegado información, como la Iglesia trabaja por el honor y la dignidad de la mujer. Incluso tienen puestos de importante responsabilidad dentro de la Iglesia Católica.

La mujer humilde y casta, no busca ser sacerdote, porque su amor a Cristo es verdadero y puro. Son las mujeres en progreso de santidad, se reconocen hijas de la Iglesia.

(Aprovecho para decir, que si se puede ayudar economicamente a Infocatólica, no debe dejar pasar esta oportunidad), al paso que debemos orar por este medio de comunicación importante. Extendiendo nuestra oración por las almas que se han consagrado al Señor, ya como sacerdotes, ya como personas casadas o solteras, Pues encontramos en estos blogs, de hermanos y hermanas, reflexiones muy edificantes, espirituales y muy provechosos para todos nosotros. José Luis)
09/09/11 9:53 AM
  
Luis López
Debería aclararse algo que creo fundamental: todo cristiano por su bautismo ya es sacerdote, sea hombre o mujer.

Cada bautizado es sacerdote porque todas sus oraciones se unen al único Sacerdote y Mediador (Jesús) para la cooperar en la salvación de todos los hombres y mujeres. Cada vez que rezamos por alguien, nos unimos sacerdotalmente al único Sacerdote que nos ha dado el acceso al Padre y que nos salva.

Por eso, la oración de la más humilde monja del más escondido convento de la tierra es una poderosa fuerza mediadora para la salvación de muchos, es una verdadera acción sacerdotal (por mediadora), aunque sólo alcanza su fuerza porque está unida al único y verdadero Sacerdote y Mediador, Nuestro Señor Jesucristo.
09/09/11 11:12 AM
  
rastri
declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.“(O.S. 4).
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-Yo no sé si aquí J.P.II habló en conocimiento de causa. Pero lo que sí sé, que si así no fue. Fue porque el Espíritu Santo, en conocimiento de causa sí, habló por él.


-Me explico: Si yo me viera, lejos atrás, cuando sún no más yo me tuviera como un simple pero complicado coeficiente nuclear genético navegando por el proceloso mar de mi intimidad paternal. Y me viera, después depositado, dividido y multiplicado en el nido lugar de mi intimidad maternal: Me veré como el individuo en su principio más hecho, más cumplido.

-A esto lo llamo yo donde el inter del proceso "involutivo menos, más el inter proceso evolutivo creacional, del ser humano: es igual al principio de la masa humana que por efecto de su división involucionará y morirá; y que por efecto de su multiplicación evolucionará y vivirá.

-Si después, como natural cuerpo celular humano, me veo más cumplido. Y por ende al mundo expulsado de mi nido maternal. Y a esta defición celular le aplico este mismo proceso, pero en un estadio más definido. Me veré yo como lo que algunos llaman: más evolucionado.

-Y digo por lo que algunos llaman evoluciónado; que tanto en este caso como en otros bien entendidos. Y por lo que se dice evolución universal: debe de entenderse que tanto el "menos vida involutiva" que es muerte, y el "más vida evolutiva" que es vida, operan conjumtamente en la definción del individuo a partes iguales.

-Visto y considerado esto, si en este mi ciclo "involutivo-evolutivo" como hombre terrenal definido me veo a mi mismo en mi próximo ciclo:

no solo no me veré como mujer dentro de su propio proceso "involutivo-evolutivo" sino que me veré como ángel.

Solo que esta vez, y a partir de aquí, será en continua y perpetua evolución. Pues la muerte en mi habrá pasado.

-

De lo que se duce que la mujer para que ella pueda alcanzar el derecho y la obligación que incumbe al hombre para con su Dios, y el de Dios para con el hombre, su hijo. Ésta, -la mujer- dentro de su propio proceso "involutivo evolutivo" deberá alcanzar y definirse como hombre.



-En este proceso de la humana "involutiva-evolución" no entra María, la mujer madre y virgen, porque ella siendo inmaculada, no estuvo condicionada al proceso involutivo temporal que es la muerte.

-J.P.II Tuvo razón: La Iglesia no tiene facultad, ni poder de intervenir en este natural proceso "involutivo-evolutivo" que define el todo Universo. Y por ende la Iglesia no tiene poder de adelantar o retardar a la mujer en su natural proceso involutivo-evolutivo; Ni menos al hombre como ser superior del Universo.

-Todo esto es cuestión de la universal Ley de Jerarquías donde se mide y define, tanto lo que es la profundidad del espíritu muerto, como la altura del espíritu vivo.

09/09/11 11:53 AM
  
agustín álamo de la cruz
Con respecto a este tema es de justicia, me parece, hacer la siguiente puntualización, que aunque tiene que ver directamente con el contenido del "post" del bloguero Eleuterio Fernández, también apunta a algunos artículos recientemente publicados en Infocatólica sobre unas declaraciones del P. Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz.

Veamos. En una entrevista que le hace para "El País" o para "Religión Digital" Juan José Bedoya, apoya el P. Ángel su reivindicación del sacerdocio ministerial de la mujer en el seno de la Iglesia católica en la autoridad magisterial y teológica del cardenal Carlo María Martini, emérito de la Diócesis de Milán. Pero esto es errado, puesto que el jesuita y prestigioso biblista italiano, aunque sí se muestra "distante" del Magisterio en algunas cuestiones (contracepción, aceptación tácita de la homosexualidad en algunos casos,etcétera), no se muestra en absoluto partidario de la ordenación ministerial de la mujer, esto es, de su inclusión en el orden de los presbíteros. Esto el cardenal Martini lo sigue rechazando. Únicamente se muestra "receptivo" el ilustre cardenal italiano a que se investigue sobre si el primitivo diaconado concedido a algunas mujeres pudo ser un diaconado ministerial, válidamente ordenado según la sucesión apostólica de la Iglesia, y no un una suerte de diaconado excepcionalmente concedido a algunas mujeres con fines exclusivamente pastorales. Esta cuesatión, tengo entendido que es objeto de discusión actual en la propia Iglesia católica, si bien la postura magisterial predominante es que las mujeres nunca recibieron, de manos de los obispos, sacramento del orden alguno. Pero ésta sí parece discusión abierta; la del acceso de las mujeres al ministerio presbiteral, no.


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EFG


Pues muchas gracias por la aclaración. A cada cual, lo suyo.
09/09/11 1:44 PM
  
agustín álamo de la cruz
De nada. "Para mayor gloria de DIOS", como reza el secular lema de los jesuitas. Y para que la luz de la verdad, que es sinfónica, que diría el eminente teólogo H. U.von Balthasar,resplandezca.

Saludos.
09/09/11 2:27 PM

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