Eppur si muove - ¿La Iglesia católica ha de ser conservadora o progre?

La historia de la fe en Dios ha tenido, a lo largo de los miles de años con los que cuenta (digamos, por ejemplo, desde Abraham) idas y venidas en la consideración de la doctrina que, bien el pueblo elegido en cuanto tal (el judío) o, luego, la Iglesia católica, ha transmitido.

Sabemos, más bien que mal, que el ser humano se adhiere a un determinado pensamiento o filosofía según sean sus intereses espirituales y, en algunos casos, materiales.

Pero lo que no es conveniente es que cambie la consideración que se debe tener por la doctrina que, durante más de muchos siglos ha demostrado ser cierta y verdadera, apropiada para cada circunstancia por la que ha pasado la humanidad y, sobre todo, demostradora de que la inspiración del Espíritu Santo tiene su razón de ser y, en la Iglesia católica, su destino.

Pero, claro, siempre hay formas de pensar que, desde puntos de vista distintos, tratan de hacer “otra Iglesia” porque sus intereses son, a lo mejor, muy otros.

Así, se ha llegado a la consideración de que, en realidad, existen dos, digamos, sectores dentro de la Iglesia católica: el sector de los “carcas” y el sector de los “progres”.

Aunque podríamos decir que, dadas las circunstancias por las que pasa la fe, más bien se trate de discernir entre lo que es “tradición” y lo que es supuesta “innovación” eclesial cuando no, simplemente, ruptura pura y dura.

Pues bien, como el ser humano católico tiene tendencia a conservar aquello que le es importante y que, en definitiva, le salva en las peores ocasiones de males mayores, ha tenido ha bien, a lo largo de los siglos, sostener su vida en unos pilares espirituales claros y diáfanos. Proceden de la predicación del mismo Cristo y han supuesto un afianzamiento del corazón y un saberse cristiano, sin duda, por la gracia de Dios.

Entonces, a los tales católicos no les importa lo más mínimo poner en práctica una Tradición que, por ejemplo, le llevó a celebrar la Eucaristía de tal forma que nunca se le daba la espalda al Sagrario porque, en realidad, mirar a Cristo cuando se recuerda su sacrificio no debe ser cosa mal vista.

Pero, precisamente, en este tema la progresía eclesial no acepta lo que es obvio y se opone, pertinazmente, a llevar a cabo una celebración eucarística como, en realidad, debería celebrarse aunque esto haya sido cambiado a raíz de la celebración del Concilio Vaticano II, tan bueno en tantas cosas pero tan regular, muchas veces, en la interpretación hecha por muchos.

Tampoco se aceptan muchas cosas que, en realidad, están dentro de la doctrina de la Iglesia católica como, por ejemplo, el aborto, la manipulación de células madre embrionarias, el “imposible” matrimonio entre homosexuales, etc. Es decir, no se acepta, lo que la aquella dice sobre las mismas.

Seguramente puede dar la impresión, a ciertos sectores eclesiales, que no participar, en positivo, de los temas apenas citados les puede suponer una especie de estigma de pertenecer al sector “carca” de la Iglesia católica.

Por eso no dudan, lo más mínimo, en manifestarse contra lo que diga, siempre, la llamada “jerarquía eclesiástica” (término utilizado para zaherir a nuestros pastores) porque no se comporta de la forma suficientemente “muelle” adaptando la doctrina a lo que el mundo convenga; porque no tiene un comportamiento light y se deja dominar por la mundanidad y lo políticamente correcto; porque, en definitiva, defiende la doctrina que está obligada a defender y que, así, no sea fraterna con lo que, precisamente, la ataca.

Y es que la progresía gusta, más que nada, de la innovación y del “más madera” siempre que la madera lo sea en contra de lo dicho por la jerarquía. Así, las posiciones teológicas se sitúan, claramente, en contra o, mejor, de forma tangencial a la Iglesia católica rozándola por razón de fe pero alejándose, de forma inmediata, de la misma. Algo así como la línea recta que, tocando, leve y momentáneamente, al círculo se dirige hacia el infinito vacío y no vuelve, más, a, siquiera, acariciar aquella superficie de la que no debió huir.

Por eso, entre las recomendaciones que deberían seguir los llamados “progres” que en la Iglesia católica hay no estaría de sobra que una de ellas fuera huir del relativismo (todo vale para que, en realidad, nada valga) También que no fueran tan fraternos con posiciones ideológicas y políticas que tanto daño han hecho (y hacen) a la humanidad (¡Sí!, exactamente, ésas: las siniestras) y que no confundan la pretendida “humanidad” que las adornan cuando, en realidad, sólo es nigérrimo proceder dominador del alma humana y pura ingeniería social en interés del Mal.

Aunque también es posible que Jesucristo estuviera equivocado (que no), que el Papa esté equivocado en cuanto hace y dice (que no), que la jerarquía eclesiástica haga todo negando la misma doctrina que defiende (que no) y que, en fin, los fieles católicos que seguimos a Jesucristo, al Papa y a la jerarquía eclesiástica sólo seamos un grupo de iluminados que no atendemos, lo conveniente, a las verdaderas “razones” que deben dirigir nuestra fe.

Sí, las progres que no impiden, sin embargo, que la Iglesia católica siga su camino.

Eppur si muove, pues.

El que esto escribe hizo propio con lo aquí traído. El tema era, y es al parecer, el de la progresía o conservadurismo de la Iglesia católica.

Esto lo digo porque recientemente se ha escrito, por parte del Foro de Curas de Madrid, que “La Iglesia española es un búnker conservador”. Esto, lo que ha de querer decir es que la Iglesia católica, o, mejor, como suelen decir, mantiene unas posiciones que son puramente conservadoras y que de progres tienen más bien poco y que, además, que se atrinchera en sus posiciones.

Dicen, además, los mismos sacerdotes progres, que “La Iglesia ha vivido en España y en otros países una situación de nacionalcatolicismo y de privilegio que en determinados ámbitos era de monopolio. Cerrado ese periodo histórico, le aterra el enfrentarse a un futuro incierto en el que debe abandonar el poder”.

Y, claro, como es propio de este tipo de creyentes, piden lo de siempre: “la denuncia de los acuerdos con el Estado Vaticano”, a lo que añaden que se tiene que “alzar la voz para denunciar palabras y actitudes de una Iglesia que no es fiel al Evangelio ni útil para el siglo XXI”.

Es decir, que si la Iglesia es progre se han de denunciar unos acuerdos en vigor. Pero eso lo tendría que hacer el Estado porque es evidente que quien se presenta contra la Iglesia católica en tal aspecto no va a pretender que sea la misma Iglesia la que denuncie lo que está en funcionamiento. Además, al parecer no es una Iglesia, católica, útil para los tiempos que corren y, por si fuera poco, no le conviene perder el ¿poder?

A esto a mí me gustaría preguntar: ¿Qué poder?

Por otra parte, la “utilidad” de la Iglesia católica se entiende, según el punto de vista progre, como un hacer propio del mundo, aceptando todo lo que el mundo proponga. Así se está con el mundo y, entonces, sí se es útil… para el mundo pero no para un mensaje que se ha de transmitir y para una doctrina que se ha defender. Pero eso, para la progresía, es cosa de poca importancia porque aplican aquello que dijo Groucho Marx que era, más o menos “estos son mis principios. Si no le gusta, tengo otros.

Y tal es la Iglesia progre.

Ante esto la Iglesia católica ha de conservar aquello que, como se ha dicho arriba, es la doctrina y el mensaje que debe defender y transmitir. No le queda otra porque es el mandato de Jesucristo, fundador de la Iglesia que, con el tiempo, se llamó católica, por universal y que luego, por cosas de los hombres y sus egoísmos, vino a partirse en algunos pedazos aún no recompuestos.

Pues al que esto escribe la parece bien y más que bien que la Iglesia católica sea conservadora. Es, además, lo único que puede hacer si quiere ser como debe ser. Otra cosa es querer ser sin ser.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Para el Evangelio de cada día.
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11 comentarios

  
Anónimo...
¿En qué momento se dirigió Jesús a alguien predicándole de espaldas...?

(pregunto)

(lo siento, pero -para mí- 2 + 2 = 4... en democracia y en dictadura. Verdad Absoluta. No relativa)

: )
17/06/11 1:32 AM
  
fabian.
Amén
17/06/11 2:46 AM
  
rastri
-Pese a quien pese: La Iglesia tiene sus tres profetas, primeros y principales, que marcan el principio, el medio y el fin de su tiempo como sociedad teocrática radical, conservadora y progresista. Y aquí en saber cuándo y cómo de los tres quién como radical, conservador o progresista más interesa en cada tiempo de su tiempo.

-Tres profetas:

-Y así el primer profeta: Elías, profeta éste, quien define el radical y radicalismo de su razón de ser y estar temporal asentado en el principio origen de un Dios -Padre- Creador.

-El segundo profeta: Elías, Juan el Bautista, quien por principio de legítima herencia genética, sin renunciar al radicalismo del primer Elías y conservando y multiplicando la herencia recibida, se definirá en un medio temporal asentado en el principio y medio de un Dios -Hijo- Salvador.

-El tercer profeta; Elías el último profeta, quien siendo el más controvertidado, mal que pese; Ya fuere porque los dos anteriores, ya pasados, son más difil de invocar; ya fuere porque éste viniendo al final del tiempo sin dejar de ser radical y conservador siendo él el más progresista, es el que más interesa a la humandidad porque basa su fin temporal en un Dios -Espíritu Santo- Vivificador.


17/06/11 9:52 AM
  
Vicente Carreño Gil
Para el primer comentarista,
He asistido a varias misas según el rito hispano mozárabe o hispano visigodo. Parece ser que ha habido una renovación de este misal, pero no estoy muy seguro. Toda la celebración se celebra de cara al pueblo: todas las oraciones, lecturas etc, excepto en el momento de la consagración que se hace mirando al altar.
17/06/11 12:28 PM
  
Miserere mei Domine
Fíjese D. Eleuterio,

A la declaración de estos curas de Madrid se aplica estupendamente el refrán: "Cree el león que todos son de su condición"

¿Hay algo más conservador y reaccionario que un progresista?

Llevan desde hace décadas sin cambiar su discurso y no lo cambian aunque los frutos sean nulos y hasta pavorosos.

Desde su ultraconservadurismo progre ¿Cómo pueden entender a una iglesia dinámica que recobra y vivifica lo bueno que ellos tiraron a basura? Una iglesia que es innovadora, cimentándose en la Tradición, doctrina y magisterio.

Sólo la pueden entender desde el entendimiento de si mismos. ¿Cómo la ven? Como un bunker consevador.

Que Dios le bendiga :)
17/06/11 12:49 PM
  
Siderúrgico
Ni N.S. Jesucristo ni nadie predican ni han predicado "de espaldas". Si Anónimo lo dice por la misa romana tradicional, tampoco, el sermón es para el pueblo, por lo que el sacerdote se dirige al pueblo. Las oraciones y el Santo Sacrificio se hacen a Dios para los presentes, toda la Iglesia y las almas del purgatorio, por lo que el sacerdote y los presentes se sitúan mirando al altar.
17/06/11 2:03 PM
  
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
La dialéctica conservador-progresista es una verdadera trampa intelectual y lingüistica, promovida como un medio de impedir una intelección y un entendimiento normales, tanto en los asuntos ideológicos como en los teológicos. Sólo se sale de ahí por arriba, es decir, considerando los problemas desde sus raíces más profundas. En lo que toca a la Iglesia: Todo católico digno de ese nombre es conservador de todas las maravillosas tradiciones que el mismo Espíritu Santo ha hecho germinar en la Iglesia. Y el mismo católico está abierto a todo verdadero progreso, que viene del mismo Espíritu Santo, y consiente la legítima autoridad eclesiástica.
17/06/11 2:31 PM
  
Fray Eusebio de Lugo O.S.H.
Lo que se nos quiere vender con esa dialéctica podrida es otra cosa: En origen, tenemos una Iglesia en la que existe un acuerdo casi unánime de todos sus fieles, a quienes no se le ocurre plantear ningún cambio radical, aunque estén abiertos a ciertos progresos legítimos. Vienen unos señores, que no son progresistas, sino regresistas, porque quieren volver a una Iglesia primitiva ideal, y que jamás ha existido sino en su imaginación, mientras que no ven sino decadencia en lo ocurrido en la Iglesia, sobre todo desde el Concilio de Trento. Condenados mil veces por la Iglesia, se van a travestir en progresistas, hasta imponernos un progreso totalmente ilegítimo, supuestamente inspirado por el Espíritu.
17/06/11 2:40 PM
  
Juan Stuse
Ya está bien de engaños y farsas. El "foro de curas de Madrid" atacando a la Iglesia española como "bunker conservador" lo que pretende es reforzar el engaño de una CEE cuyos líderes pasan por conservadores, siendo así que son los animadores espirituales del sistema, ambiguos en la defensa de la vida y consentidores del sacrilegio. Y ese "bunker conservador" es el que tolera y en el fondo fomenta estos foros de curas. Los Foros de Curas son la versión eclesial de las asambleas de indignados - todo bien planificado, y los últimos toques dados en SaintMoritz. Si los que manejáis blogs católicos no salís de una vez del engaño, la Iglesia española será arrastrada al anticristianismo en bloque.
17/06/11 3:23 PM
  
ANTONIO SEBASTIÁN
Yo soy católico, apostólico y romano. No creo que la IGLESIA tenga que perder el tiempo en las modas efímeras de los tiempos. Contrariamente, tendría defender lo permanente, lo eterno, lo que se mantiene en el tiempo. Si la IGLESIA tuviera que cambiar el EVANGELIO, cada vez que los tiempos cambian, no sería FIEL a la BUENA NUEVA del EVANGELIO, que es algo eterno y es lo que permanece en el tiempo. Lo caduco, lo irrelevante, necesariamente la IGLESIA, debe ignorarlo.
DIOS os bendiga.
Antonio Sebastián
17/06/11 7:31 PM
  
Esteban
La Iglesia católica debe conservar el depósito de la fe, pero estar a la vanguardia de la sociedad, desgraciadamente ni los integristas ni los progresistas entienden este punto medio, por eso unos ven la "solución" en misas en latín y otros en secularizar la Fe. Ambos caminos errados que no llevan a nada
18/06/11 12:29 AM

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