La Palabra del Domingo -11 de julio de 2010 - Ser buen samaritano

biblia

Lucas 10, 25-37: ¿Quién es mi prójimo?

25 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?»
26 El le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?»
27 Respondió: = «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas = y con toda tu mente; = y a tu prójimo como a ti mismo.» =
28 Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás.»
29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?»
30 Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.
31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.
32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.
33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; 34 y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.
35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: “Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.”
36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?»
37 El dijo: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo.»


COMENTARIO

Ser buen samaritano

La pregunta que le hacen a Jesús “¿Quién es mi prójimo?” podía dar la impresión de desconocimiento por parte de quien la hacía; también de no tener la verdadera voluntad de cumplir con la Palabra y la voluntad de Dios.

El amor a Dios se suponía en un pueblo que, como el judío, había sido elegido por el Creador para ser el que llevase, por el mundo, el mensaje de amor y una doctrina basada en la misericordia.

Sin embargo, al parecer, no todos tenían como entendible la otra parte de lo que Jesús dice: amar al prójimo pues, ciertamente, quién era aquella persona a la que se tenía obligación de amar como a uno mismo podía limitarse, a lo mejor, al propio entorno familiar.

Jesús dijo, en otro momento, que no había ningún mérito en amar a quien nos ama ni en auxiliar a quien nos auxilia porque eso es esperar, de otra persona, el mismo amor y entrega que se le da. Ahí no estaba la novedad del Reino de Dios.

Muy al contrario, lo que era nuevo era el hecho mismo de conocer a quien no conocer e, incluso, a quien odias o, al menos no tienes demasiado apego, ofrecerle ayuda y tenderle las manos para que se sirva de ellas no era, precisamente, poca cosa.

Y el ejemplo que mejor podían entender para que identificasen a su “prójimo” era el del samaritano que ayuda a quien no lo es que, además, se entiende como judío.

El judío no era muy visto por el pueblo de Samaría como, por otra parte, podemos decir que a la inversa también se cumplía tal sentimiento. Poner, en tal caso, a un vecino samaritano que ayuda en una necesidad tan grande (persona malherida por malhechores y dejada en el camino) a un vecino judío era llevar la cosa a un extremo que podía no ser comprendido.

Sin embargo, Jesús sabía que con tal parábola podía hacerles ver que si un enemigo acérrimo podía ayudar a un contrario espiritual (que era el caso del buen samaritano) cualquier otra persona era el “prójimo” por quien preguntaba aquel legista con ánimo, quizá, de saber o quizá de tenderle al Maestro alguna trampa dialéctica en la que, por cierto, no iba a caer.

Por eso la caridad entre hermanos (todos somos hijos de Dios) es esencial en el pensamiento y puesta en práctica (la tan ansiada “unidad de vida” o hacer lo que se dice que se piensa) de un discípulo de Cristo.

Se ha de practicar, por lo tanto, la misericordia porque es la voluntad de Dios. Pero no se lleva a cabo tal práctica de forma completa si sólo lo hacemos con quien ya nos ama sino, también con quien, a lo mejor, no es de nuestro gusto o nos parece, simplemente, enemigo.

También es cierto que ha de suponer la manifestación de tener un espíritu grande y un corazón de carne hacer tal cosa pero, al fin y al cabo, ya recordó Jesús aquello de “misericordia quiero y no sacrificios” y un discípulo no puede ser más que el Maestro; tampoco menos sino en lo bueno intentar imitar a quien se ama y sigue.

Y, como pasa en tantas ocasiones (algo similar le pasó a la mujer que iba a ser lapidada: “Vete y no peques más” le dijo Quién la salvó) aquí también recomienda, a quien le pregunta, que haga lo que hizo aquel samaritano: amar, perdonar diferencias y auxiliar a quien lo necesita.

No basta, pues, con escuchar buenas parábolas sino que han de hacerse efectivas en aras a un verdadero cumplimiento de lo que nos corresponde como hijos de Dios.

PRECES

Pidamos por aquellas personas que no tienen en sus enemigos a sus prójimos y que no son capaces de llevar a sus vidas el amor y la misericordia de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser misericordiosos y tener a todos nuestros hermanos como nuestros prójimos.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem

Eleuterio Fernández Guzmán

Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:


Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).

4 comentarios

  
JSC
Transmitir y propagar la Misericordia Divina es transmitir y propagar la Teología más perfecta, pues la misericordia es la esencia misma de Dios.
Dijo Jesús: "No hay amor más grande que dar la vida por los amigos" Jn 15, 9-17
Y también dijo: "Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5,7)

Gracias Eleuterio, usted sí que sabe.





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EFG


Ciertamente la misericordia o mejor, con mayúsculas, la Misericordia resulta, a veces, tan difícil de poner en práctica que demuestra tener corazón grande y de carne quien así cumple la voluntad de Dios.

11/07/10 3:59 AM
  
Odet
Los judios y samaritanos tenian una enemistad vieja,estos ultimos se habian casado con incircuncisos y se vieron obligados,para mantenerse unidos a modificar muchas cosas d la antigua Ley.De las Sagradas Escrituras se quedaron solamente con los libros de Moises y consideraban al resto aliño posterior y profano.Entonces los circuncisos de Judea les prohibieron la entrada en el Templo y desde ese momento oraban al aire libre en el monte Garizim.Usar un samaritano para denostar a un sacerdote judio era un plato fuerte,pero con ese ejemplo Jesus nos enseña quien es nuestro projimo.


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EFG


Gracias por la información que nos hace comprender mejor cuál era la situación entre judíos y samaritanos.

Ciertamente Jesús, por decirlo a lo castizo, no se cortaba un pelo a la hora de poner ejemplos. Seguramente tal era la única forma de que se comprendiera lo que quería decir.
11/07/10 1:48 PM
  
JSC
La parábola que puso Jesús del samaritano pagano y maldito como modelo de compasión tuvo que ser un golpe muy duro para más de uno que le oyó, sobre todos para los "justificados" por la Ley pero no por las obras.
Efectivamente Eleuterio, Jesús se explicaba con parábolas pero más que nada delante de los hipócritas y duros de cerviz que le rondaban, y era más de lo que merecían. Pero a Sus discípulos y amigos les daba leche, les explicaba los misterios del Reino sin velo.
Y a los que hacían Su voluntad les llamaba amigos y no siervos, y compartían todo con Él, TODO.
No es maravilloso.
Pero al compartir con franqueza Su intimidad y Su humanidad mostraba también su vulnerabilidad humana y esos echó para atrás a más de uno. Por eso medía mucho sus palabras y rogaba que no hablaran más de lo debido sobre los milagros que hacía. Mas a sus apóstoles escogidolos los reconfortó una y otra vez sobre Su divinidad para que no dudaran. Jesús era tan bueno, y todavía hoy, por el hecho de saber firmemente que Él era Dios, le dejamos casi todo el trabajo a Él, esperando que Venga y lo arregle todo. Pero quizás cualdo vuelva tampoco lo reconoceremos muchos.
Que el Espíritu Santo nos ilumine para estar atentos y velar, pues no sabemos ni el día ni la hora ni el lugar ni la apariencia.
¿Quizás un samaritano que viene por el camino ...?
12/07/10 12:56 AM
  
María
Eres Tú, el buen Samaritano
que -compadecido de nosotros-
has curado nuestras heridas.
Estas palabras tuyas nos recuerdan
todas las veces que nos invitas
a seguir el mismo camino que tú.
Ayúdanos a hacer como el Samaritano
Ayúdanos a hacer lo mismo que TÚ hiciste.

El mandamiento del amor, a DIOS y al prójimo, es el resumen de la voluntad Divina, el plan de DIOS para la humanidad, y al mismo tiempo el camino, en el que el ser humano se encuentra plenamente realizado.
Por otro lado, el amor al prójimo ,como a uno mismo forma parte del mismo y único mandamiento del amor.
Supone que considero que el otro, tiene el mismo valor que yo, posee la misma dignidad y es acreedor de los mismos derechos.
12/07/10 1:01 PM

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