26.04.15

La Palabra del Domingo - 26 de abril de 2015

 Biblia

La Palabra del Domingo  - 26 de abril  de 2015 

 

Jn 10, 11-18. 

 

“1 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo,  abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14  Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre  y yo conozco a mi Padre  y doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas,  que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir  y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño,  un solo pastor.17 Por eso me ama el Padre,  porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla  y poder para recobrarla de nuevo;  esa es la orden que he recibido de mi Padre”

 

 

COMENTARIO

 

El Buen Pastor

 

1. La imagen de Jesús como Buen Pastor es una de las más queridas por nosotros, sus discípulos. Representa mucho porque simboliza tanto como el cuidado de las ovejas, el mirar por su bien y, en fin, el quererlas por encima de todo sin querer que una sola de ellas se pierda.

 

Y es que siendo el hebreo, esencialmente, pueblo de pastores Jesús utiliza esta imagen para dar a conocer su persona ya que, de esa forma, iba a ser entendido por aquellos que le escuchaban. Paralelamente traza una relación entre él y el Padre identificándose de tal forma, que no cabe duda alguna de que el amor que Dios tiene por su persona es justificado: siendo Él mismo, está en su Hijo en su totalidad. Jesús insiste en que Él es el buen pastor, contraponiendo, para demostrar esto, su figura a la de aquel que, siendo pastor, por apacentar ovejas (creyentes), huye ante el embate del maligno, dejando de lado a aquellos que debían ser sus custodiados, hecho que aprovecha, el maligno, para dispersarlos, dividiendo al pueblo de Dios entre aquellos que le siguen y aquellos que han huido. Y esto porque “el asalariado”, aquel que trabaja en cumplimiento, por una parte, de la Ley en sentido estricto y, por otra, para otra persona, no tiene en cuenta lo que debería ser su verdadera labor. Atento, exclusivamente, al apacentamiento pasivo, no inquiere sobre la verdadera Verdad, ni da el sentido adecuado a lo que la Ley dice sino que, vendido a la costumbre y a la tradición, en este caso equivocada como demuestra Jesús, no va más allá.

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25.04.15

Serie “Al hilo de la Biblia- Y Jesús dijo…” – Un claro aviso de Cristo.- Noticia de servicio espiritual

Sagrada Biblia

Dice S. Pablo, en su Epístola a los Romanos, concretamente, en los versículos 14 y 15 del capítulo 2 que, en efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son ley; como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de condenación o alabanza. Esto, que en un principio, puede dar la impresión de ser, o tener, un sentido de lógica extensión del mensaje primero del Creador y, por eso, por el hecho mismo de que Pablo lo utilice no debería dársele la mayor importancia, teniendo en cuenta su propio apostolado. Esto, claro, en una primera impresión.

Sin embargo, esta afirmación del convertido, y convencido, Saulo, encierra una verdad que va más allá de esta mención de la Ley natural que, como tal, está en el cada ser de cada persona y que, en este tiempo de verano (o de invierno o de cuando sea) no podemos olvidar.

Lo que nos dice el apóstol es que, al menos, a los que nos consideramos herederos de ese reino de amor, nos ha de “picar” (por así decirlo) esa sana curiosidad de saber dónde podemos encontrar el culmen de la sabiduría de Dios, dónde podemos encontrar el camino, ya trazado, que nos lleve a pacer en las dulces praderas del Reino del Padre.

Aquí, ahora, como en tantas otras ocasiones, hemos de acudir a lo que nos dicen aquellos que conocieron a Jesús o aquellos que recogieron, con el paso de los años, la doctrina del Jristós o enviado, por Dios a comunicarnos, a traernos, la Buena Noticia y, claro, a todo aquello que se recoge en los textos sagrados escritos antes de su advenimiento y que en las vacaciones veraniegas se ofrece con toda su fuerza y desea ser recibido en nuestros corazones sin el agobio propio de los periodos de trabajo, digamos, obligado aunque necesario. Y también, claro está, a lo que aquellos que lo precedieron fueron sembrando la Santa Escritura de huellas de lo que tenía que venir, del Mesías allí anunciado.

Por otra parte, Pedro, aquel que sería el primer Papa de la Iglesia fundada por Cristo, sabía que los discípulos del Mesías debían estar

“siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza” (1 Pe 3, 15)

Y la tal razón la encontramos intacta en cada uno de los textos que nos ofrecen estos más de 70 libros que recogen, en la Antigua y Nueva Alianza, un quicio sobre el que apoyar el edificio de nuestra vida, una piedra angular que no pueda desechar el mundo porque es la que le da forma, la que encierra respuestas a sus dudas, la que brota para hacer sucumbir nuestra falta de esperanza, esa virtud sin la cual nuestra existencia no deja de ser sino un paso vacío por un valle yerto.

La Santa Biblia es, pues, el instrumento espiritual del que podemos valernos para afrontar aquello que nos pasa. No es, sin embargo, un recetario donde se nos indican las proporciones de estas o aquellas virtudes. Sin embargo, a tenor de lo que dice Francisco Varo en su libro “¿Sabes leer la Biblia" (Planeta Testimonio, 2006, p. 153)

“Un Padre de la Iglesia, san Gregorio Magno, explicaba en el siglo VI al médico Teodoro qué es verdaderamente la Biblia: un carta de Dios dirigida a su criatura”. Ciertamente, es un modo de hablar. Pero se trata de una manera de decir que expresa de modo gráfico y preciso, dentro de su sencillez, qué es la Sagrada Escritura para un cristiano: una carta de Dios”.

Pues bien, en tal “carta” podemos encontrar muchas cosas que nos pueden venir muy bien para conocer mejor, al fin y al cabo, nuestra propia historia como pueblo elegido por Dios para transmitir su Palabra y llevarla allí donde no es conocida o donde, si bien se conocida, no es apreciada en cuánto vale.

Por tanto, vamos a traer de traer, a esta serie de título “Al hilo de la Biblia”, aquello que está unido entre sí por haber sido inspirado por Dios mismo a través del Espíritu Santo y, por eso mismo, a nosotros mismos, por ser sus destinatarios últimos.

Por otra parte, es bien cierto que Jesucristo, a lo largo de la llamada “vida pública” se dirigió en múltiples ocasiones a los que querían escucharle e, incluso, a los que preferían tenerlo lejos porque no gustaban con lo que le oían decir.

Sin embargo, en muchas ocasiones Jesús decía lo que era muy importante que se supiera y lo que, sobre todo, sus discípulos tenían que comprender y, también, aprender para luego transmitirlo a los demás.

Vamos, pues, a traer a esta serie sobre la Santa Biblia parte de aquellos momentos en los que, precisamente, Jesús dijo.

Un claro aviso de Cristo

 

Y Jesús dijo… (Jn 5, 19-30)

“Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta,  sino lo que ve hacer al Padre:  lo que hace él, eso también lo hace igualmente el  Hijo.  Porque el Padre quiere al Hijo   y le muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas,  para que os asombréis. Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida,  así también el Hijo da la vida a los que quiere.  Porque el Padre no juzga a nadie;  sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, para que todos honren al Hijo  como honran al Padre. El que no honra al Hijo   no honra al Padre que lo ha enviado.

En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios,  y los que la oigan vivirán. Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo,  y le ha dado poder para juzgar,  porque es Hijo del hombre. No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros  oirán su voz   y saldrán los que hayan hecho el bien  para una resurrección de vida,  y  los que hayan hecho el mal,  para una resurrección de juicio. Y no puedo hacer nada por mi cuenta:   juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo,  porque no busco mi voluntad,  sino la voluntad del que me ha enviado”.

No se puede decir mejor ni más veces en menos espacio que Jesús es Dios hecho hombre.  Y eso es lo que hace el Mesías en este texto del evangelio del discípulo tenido, eso sí en palabras de él mismo, por quien más amaba Jesús de entre los que eran suyos.

Podría decirse que Jesús actúa, según lo que puede leerse aquí, sin voluntad propia. En realidad es el caso que presenta, el suyo propio, el que muestra la que es de Dios mismo. Jesús no es un ser humano que hace lo que le da la gana sino que, en todo caso, lleva a cabo lo que tiene encomendado llevar a cabo. Y en el desarrollo de tal actuar tiene en cuenta, porque no puede ser de otra forma, lo que el Creador tiene por bueno y mejor.

“El Hijo no puede hacer nada por su cuenta; “así también el Hijo da la vida a los que quiere”; “no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado”.

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24.04.15

Esto es un círculo cuadrado

Hay cosas que no se entienden o, mejor, que si se entienden aún son peor.

Por ejemplo. En España surgió, hace más bien poco tiempo, una especie de aquelarre de izquierda muy izquierda de nombre “Podemos”. A lo mejor le pidieron prestada la idea del “We can” al presidente Obama pero, el caso es que, aprovechando que el río político está revuelto están intentando pescar donde no queda nada que pescar.

 

Y, como todo lo quieren tocar (es que son comunistas…) no podían dejar  de meter la pata en materia de religión. Y han creado algo así como un “círculo” que es, más bien, cuadrado.

 

Sabemos que en materia política nadie da puntada sin hilo. Es más, en materia espiritual, dar una puntada sin el hilo supone hacer el canelo. Y el hilo, aquí, lo ponen aquellos creyentes, digamos, católicos, que puedan creer que de un cenagal como es el partido político de Pablo Iglesias puede salir algo que no venga de la ciénaga de la izquierda más radical.

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23.04.15

Serie “Lo que Cristo quiere de nosotros” - Presentación

 

 

Somos hijos de Dios y, por tanto, nuestra filiación divina, supone mucho. Por ejemplo, que en la misma tenemos a un hermano muy especial. Tan especial es que sin Él nosotros no podríamos salvarnos. Sencillamente moriríamos para siempre. Por eso entregó su vida y, por eso mismo, debemos, al menos, agradecer tan gran manifestación de amor. Y es que nos amó hasta el extremo de dar subida por todos nosotros, sus amigos.

El Hijo del hombre, llamado así ya desde el profeta Daniel, nos ama. Y nos ama no sólo por ser hermano nuestro sino porque es Dios mismo. Por eso quiere que demos lo mejor que de nosotros mismos puede salir, de nuestro corazón, porque así daremos cuenta de aquel fruto que Cristo espera de sus hermanos los hombres.

Jesús, sin embargo o, mejor aún, porque nos conoce, tiene mucho que decirnos. Lo dijo en lo que está escrito y lo dice cada día. Y mucho de los que nos quiere decir es más que posible que nos duela. Y, también, que no nos guste. Pero Él, que nunca miente y en Quien no hay pecado alguno, sabe que somos capaces de dar lo mejor que llevamos dentro. Y lo sabe porque al ser hijos de Dios conoce que no se nos pide lo que es imposible para nosotros sino lo que, con los dones y gracias que el Padre nos da, podemos alcanzar a llevar a cabo.

Sin embargo, no podemos negar que muchas veces somos torpes en la acción y lentos en la respuesta a Dios Padre.

A tal respecto, en el evangelio de san Juan hace Jesús a las, digamos, generales de la Ley. Lo dice en 15, 16:

 

“No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda”.

En primer lugar, no nos debemos creer que nosotros escogemos a Cristo. Quizá pudiera parecer eso porque, al fin y al cabo, somos nosotros los que decimos sí al Maestro. Sin embargo, eso sucede con el concurso de la gracia antecedente a todo lo que hacemos. Por eso es el Hijo de Dios el que nos escoge porque antes ha estado en nuestro corazón donde tenemos el templo del Espíritu Santo.

Pero importa saber para qué: para dar fruto. Y tal dar fruto sólo puede acaecer si damos cumplimiento a lo que Jesucristo espera de nosotros. Y que es mucho porque mucho se nos ha dado.

  

Nota: agradezco al web católico de Javier las ideas para esta serie.

Eleuterio Fernández Guzmán

 Nazareno

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Por la libertad de Asia Bibi. 

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

El Hijo de Dios espera lo mejor porque sabe que somos capaces de darlo.

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22.04.15

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- ¿Qué propósitos podemos tener y llevar a cabo como católicos?

Proceloso viaje de la Esposa de Cristo

La expresión “Estos son otros tiempos” se utiliza mucho referida a la Iglesia católica. No sin error por parte de quien así lo hace. Sin embargo se argumenta, a partir de ella, acerca de la poca adaptación de la Esposa de Cristo a eso, a los tiempos que corren o, como dirían antiguamente, al “siglo”.

 

En realidad siempre son otros tiempos porque el hombre, creación de Dios, no se quedó parado ni siquiera cuando fue expulsado del Paraíso. Es más, entonces empezó a caminar, como desterrado, y aun no lo ha dejado de hacer ni lo dejará hasta que descanse en Dios y habite las praderas de su definitivo Reino.

 

Sin embargo, nos referimos a tal expresión en materia de nuestra fe católica.

 

¿Son, pues, otros tiempos?

 

Antes de seguir decimos que Jesús, ante la dificultad que presentaba la pesca para sus más allegados discípulos, les mostró su confianza en una labor gratificada diciéndoles (Lc 5,4)

 

 ‘Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.’

 

Quería decirles Jesús que, a pesar de la situación por la que estaban pasando siempre había posibilidad de mejorar y que confiar en Dios era un remedio ciertamente bueno ante la misma.

 

El caso es que, como es lógico, las cosas han cambiado mucho, para el ser humano, desde que Jesús dijera aquellas palabras u otras de las que pronunció y quedaron para la historia del creyente católico como Palabra de Dios.  Por eso no es del todo extraño que se pueda lanzar la pregunta acerca de si estos son otros tiempos pero, sobre todo, que qué suponen los mismo para el sentido primordial de nuestra fe católica.

 

Por ejemplo, si de la jerarquía eclesiástica católica se dice esto:

 

Por ejemplo, de la jerarquía eclesiástica se dice:

Que le asusta la teología feminista.

Que es involucionista.

Que apoya a los sectores más reaccionarios de la sociedad.

Que participa en manifestaciones de derechas.

Que siempre ataca a los teólogos llamados progres.

Que deslegitima el régimen democrático español.

Que no se “abre” al pueblo cristiano.

Que se encierra en su torre de oro.

Que no se moderniza.

Que no “dialoga” con los sectores progresistas de la sociedad.

Que juega a hacer política.

Que no sabe estar callada.

Que no ve con los ojos del siglo XXI.

Que constituye un partido fundamentalista.

Que está politizada.

Que ha iniciado una nueva cruzada.

Que cada vez está más radicalizada.

Que es reaccionaria.

Y, en general, que es de lo peor que existe.

 

Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decirse que se sostiene sobre la fe católica y sobre el sentido que tiene la misma pues, como los tiempos han cambiado mucho desde que Jesús entregó las llaves de la Iglesia que fundó a Pedro no es menos cierto, eso se sostiene, que también debería cambiar la Esposa de Cristo.

 

Además, no podemos olvidar el daño terrible que ha hecho el modernismo en el corazón de muchos creyentes católicos.

 

Por tanto, volvemos a hacer la pregunta: ¿son, éstos, otros tiempos para la Iglesia católica?

 

“Reflexiones acerca del sentido de nuestra fe"- ¿Qué propósitos podemos tener y llevar a cabo como católicos?

 

Nuestra fe, la católica, sabemos que es la que lleva la verdad. En sí misma, pues, nos ayuda a que comprendamos aquello que es esencial al respecto de lo que nos conviene. Hablamos de conveniencia espiritual y no mundana. Por tanto, no cambiaremos lo que sabemos es importante por aquello que es accesorio y que nos propone el mundo. Y es que todo lo que no tenga que ver con nuestra salvación eterna nos sobra y, por decirlo de una manera que se entienda, debemos no tenerlo nunca en cuenta.

 

Es cierto que se suele decir que, a diferencia de la religión judía, que estableció, mucho antes de la primera venida al mundo del Hijo del hombre, una serie de preceptos que obligaban a llevar a cabo muchas acciones que se consideraban adecuadas a la voluntad de Dios, la religión católica nos obliga a bien poco.

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20.04.15

Un amigo de Lolo – Hablar con Dios, estar con Dios

Presentación

Lolo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le inflijían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

 Libro de oración

En el libro “Rezar con el Beato Manuel Lozano, Lolo” (Publicado por Editorial Cobel, www.cobelediciones.com ) se hace referencia a una serie de textos del Beato de Linares (Jaén-España) en el que refleja la fe de nuestro amigo. Vamos a traer una selección de los mismos.

 

Hablar con Dios, estar con Dios

 

“Sólo quien de noche habla con el Padre mirando a las estrellas puede, luego, verlas en la mirada de los hombres.” (Bien venido, amor, 927)

 

Se suele decir que orar es hablar con Dios. Sin embargo, también sabemos que no siempre escuchamos al Creador. Estamos sordos del alma porque la tenemos embotada por las cosas del mundo y por todo aquello que no nos deja ver lo que, verdaderamente, nos importa.

El caso es que la oración es un verdadero misterio. A pesar de ser hijos de Dios (¡Y lo somos!, como deja escrito san Juan en su Primera Epístola) eso no nos garantiza, por lo dicho arriba, que nuestra unión con el Creador sea tan fructífera como debería serlo.

Para orar con verdadero aprovechamiento debemos tener en cuenta lo que Dios hace por nosotros o, lo que es lo mismo, lo que preparó para su criatura, en el mundo. Y es que gozar con ello, teniendo en cuenta Quien lo hizo y mantiene, es garantía de Amor y, para nosotros, de gozo.

Debemos acercarnos a Dios. Y eso no ha de querer decir que lo encontremos a la vuelta de la esquina esperándonos para contactar con nosotros sin que nos conviene e interesa, en efecto, buscarlo. Y hay un momento privilegiado en el cual la cercanía del Creador es mayor: la noche.

Se suele decir que en tal tiempo, junto al silencio que nos circunda, a Dios se le encuentra con más facilidad. Es algo así como cuando Jesús, tras su bautizo, fue al desierto llevado por el Espíritu Santo. Allí supo estar muy cerca de su Padre y, de paso, vencer a las tentaciones. Y es que en aquel silencio forzoso bien pudo orar con una tranquilidad destacada.

Algo así nos debe pasar a nosotros: en la noche, contemplando lo maravilloso que tiene la creación de Dios y mirando arriba, bien alto, donde su mano puso a las estrellas como prueba de su poder sin límite, el Creador quiere encontrarnos o, mejor, nosotros debemos querer encontrarle. Y ha de ser un encuentro de Padre a hijo y, por eso mismo, de alguien que quiere saber más de Quien lo ha creado.

Es bien cierto que sólo así (sólo acercándose a Dios cuando es más posible tal acercamiento) podremos vencer esa nuestra tendencia a la soledad acerca del Todopoderoso. Sólo así, en fin, podremos, luego, ver en nuestros hermanos los hombres (todos los hombres) a los que Padre creado, también, como a nosotros mismos. Y es que no estamos solos en tal creación sino, al contrario, muy unidos a los que son mucho de nosotros mismos. Y es que orar a Dios tiene esas cosas… que el Padre sale a nuestro encuentro porque nos ama y porque nos sabe descendencia suya.

Eleuterio Fernández Guzmán

 Nazareno

 

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tener siempre cerca a Dios a través de la oración no es más que responder a su llamada de Padre.

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18.04.15

La Palabra del Domingo - 19 de abril de 2015

Biblia

Lc 24, 35-48.

 

 

“35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.36 Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: ‘La paz con vosotros.’ 37 Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. 38 Pero él les dijo: ‘¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? 39 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.’ 40 Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. 41 Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: ‘¿Tenéis aquí algo de  comer?’   42   Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. 43      Lo tomó y comió delante de ellos. 44    Después les dijo: ‘Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: “Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."‘ 45    Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, 46  y les dijo: ‘Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 47      y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.48    Vosotros sois testigos de estas cosas”.

      

 

COMENTARIO

 

Abrir los ojos

 

No podemos negar que los discípulos de Jesús que se volvían a Emaús quedaron verdaderamente sorprendido cuando se dieron cuenta de quién era la persona con habían estado hablando.

 

A ellos se les abrieron los ojos y, con ellos, el corazón. Tenían cerrados los primeros para reconocer a Jesús y el segundo para darse cuenta de que todo lo que había sucedido en los últimos días era mucho más importante de lo que ellos habían llegado a comprender.

 

Y en cuanto se les abrieron los ojos y el corazón sólo podían hacer una cosa: ir corriendo a Jerusalén.

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Libro: Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús

 

       Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús                  Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús

                         

Título: Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús

Autor: Eleuterio Fernández Guzmán

Editorial: Lulu

Páginas: 64

Precio aprox.: 6 € papel – 1 € Libro electrónico 

ISBN Papel: 5880010925014

ISBN eBook: 978-1-326-22087-7

Año edición: 2015

Lo puedes adquirir en Luluen versión papel y en versión eBook.

 

Mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús – Eleuterio Fernández Guzmán

(de la “Introducción“) 

Al respecto del significado que tiene el culto al Sagrado Corazón de Jesús, la Carta Encíclica “Haurietis aquas” (citada arriba) nos dice, en su número 15, lo siguiente cuando se refiere al “Símbolo del triple amor de Cristo”

 

“Luego, con toda razón, es considerado el corazón del Verbo Encarnado como signo y principal símbolo del triple amor con que el Divino Redentor ama continuamente al Eterno Padre y a todos los hombres. Es, ante todo, símbolo del divino amor que en El es común con el Padre y el Espíritu Santo, y que sólo en El, como Verbo Encarnado, se manifiesta por medio del caduco y frágil velo del cuerpo humano, ya que en ‘El habita toda la plenitud de la Divinidad corporalmente'’. .

Además, el Corazón de Cristo es símbolo de la ardentísima caridad que, infundida en su alma, constituye la preciosa dote de su voluntad humana y cuyos actos son dirigidos e iluminados por una doble y perfectísima ciencia, la beatífica y la infusa.

Finalmente, y esto en modo más natural y directo, el Corazón de Jesús es símbolo de su amor sensible, pues el Cuerpo de Jesucristo, plasmado en el seno castísimo de la Virgen María por obra del Espíritu Santo, supera en perfección, y, por ende, en capacidad perceptiva a todos los demás cuerpos humanos”.

 

Por otra parte, podría pensarse que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es algo pasado de moda, propio de tiempos pasados y que hoy día, en el siglo en el que estamos, poca importancia tiene para un cristiano actual.

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17.04.15

¿Qué se juega la Iglesia católica con las tesis progres?

 

A veces es fácil hacerse el espléndido cuando se habla o escribe acerca de teorías y de tesis que defender.

En realidad, sale gratis admitir cualquier opción en la vida y así poder argumentar que se es muy generoso y que, al fin y al cabo, abierto y democrático.

En materia teológica la Iglesia católica tiene una doctrina que transmitir y no puede hacer dejación de ella por comodidad o porque los tiempos corran por caminos distintos a los que estableció Dios para su creación.

Entonces… aparecen determinadas teorías, tesis y pensamientos que pueden colocar a la Esposa de Cristo ante una difícil posición.

¿Es mejor dejar que todo pase o es más conveniente atajar el mal para que no invada el seno de la Iglesia católica?

Por otra parte ¿Qué se juega la Iglesia católica con aquello que se propone desde lo que se da en llamar “progresismo eclesial”?

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16.04.15

Falsedades acerca de la Iglesia católica – La Iglesia católica no sabe adaptarse al mundo

-Vamos a ver si encontramos algo de luz.

-Eso, eso, veamos…

 

 Falsedades y mentiras contra la Iglesia católica

 

Es bien cierto que a la Iglesia católica y, por extensión, a los católicos, se le tiene, se nos tiene, por parte de muchos, una manía ciertamente enfermiza.

 

Si creen que exagero les pongo lo que suele decirse de la religión católica, de la fe católica y, en fin, de la Iglesia católica. Aquí traigo esto para que vean hasta qué punto puede llegar la preocupación por un tema que es, ciertamente, falso.

 

Se suele decir que:

 

La fe católica está manipulada por la jerarquía.

 

La fe católica no va con los tiempos.

 

La fe católica ve poco sus propios defectos.

 

La fe católica pretende adoctrinar al mundo.

 

La fe católica está alejada de la realidad.

 

La fe católica defiende siempre a los poderosos.

 

La fe católica quiere imponer sus principios.

 

La fe católica no sabe cómo van los tiempos.

 

La fe católica está anquilosada.

 

La Iglesia católica acumula riquezas inmensas.

 

La Iglesia católica busca el poder aunque sea de forma escondida.

 

La Iglesia católica no acepta cambios en sus doctrinas.

 

La Iglesia católica es gobernada por una jerarquía carca.

 

La Iglesia católica no comprende la política actual.

 

La Iglesia católica esconde sus propios defectos.

 

La Iglesia católica no actúa contra determinados delitos que ocurren en su seno.

 

La Iglesia católica tiene muchos privilegios (sociales, económicos, educativos…)

 

Y a esto, se podían añadir muchas cosas, muchas acusaciones que están en mente de cualquiera.

 

¿Qué les parece a ustedes?

 

La Iglesia católica no sabe adaptarse al mundo

 

Está anclada en el pasado; lo que opina no tiene nada que ver con los gustos de hoy día o, en fin, todo aquello que suponga la manifestación de una discordancia entre al vivir ordinario y diario de la Esposa de Cristo y el mundo donde vive y pasa.

El caso es que es cierto. Pero…

¿Adaptarse quiere decir lo mismo que aceptar?

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