InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Categoría: Apostolado laico -La Palabra para el Domingo

21.09.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 21 de septiembre de 2025

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Lc 16, 1-13

1 Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; 2 le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ 3 Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. 4 Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’ 5 ‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ 6 Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ 7 Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: ‘Cien cargas de trigo. ‘Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’ 8 ‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. 9 ‘Yo os digo: Haceos amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. 10 El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. 11 Si, pues, no fuisteis fieles en el Dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? 13 ‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.”

COMENTARIO

Saber a quién debemos servir

El Hijo de Dios sabe muy bien que su misión, aquella que consiste en evangelizar y predicar la Buena Noticia acerca de la llegada el mundo del Reino de Dios, no ha de ser fácil.

Conoce muy bien Jesucristo el corazón de muchos de aquellos que se le han entregado para que salve. Por eso habla en parábolas. Y es que la forma más directa de ser entendido y, en fin, de enseñar. Y eso hace muchas veces. Ahora también.

El caso de aquel trabajador era el propio de un pillo que quiere salvarse a costa de lo que sea. Y si lo que es el menoscabar los bienes a los que tiene derecho su señor pues le da exactamente igual. Quiere salvar su pellejo y a para eso pone todo su coraje e imaginación en tal empeño. Y suponemos que lo consigue porque su antiguo señor se da cuenta alaba aquella situación diciéndose que, a lo mejor, era mejor cobrar algo de lo que se le decía que no cobrar nada.

Sin embargo, por muy importante que sea la lección que podamos sacar de este caso particular, aquí hay dos cosas que Jesucristo nos dice que debemos tener muy en cuenta.

Debemos saber que se nos ha de tener en cuenta todo aquello que hacemos. Es decir, el Tribunal de Dios sabrá más que bien todo lo que hacemos. Incluso lo poco que puede ser, incluso, insignificante, resulta ser de gran importancia. Y eso no lo debería olvidar nunca quien se sabe y reconoce Hijo de Dios.

Debemos, por tanto, ser fieles en lo poco, en lo pequeño. Y es que todo tiene su importancia e incluso aquello que pudiera parecernos que no la tiene (los pequeños pecadillos que dejamos pasar, por ejemplo) la tiene, vaya si la tiene. Y es que todo en nuestra vida tiene reflejo en el más allá…

Hay, sin embargo, algo que es muy importante.

Sabemos, por el Primer Mandamiento de la Ley de Dios (¡El primero!) que a Dios lo debemos tener, ser para nosotros, como el primero de entre nuestra realidad. Es decir, nada hay más importante que nuestro Creador. Y por eso su Hijo nos dice que no podemos servirlo a Él… y a otro.

Decir esto pudiera dar la impresión de que se nos está diciendo que no debemos tener en cuenta a nadie más que a Dios. Y eso es verdad pero también no lo es.

A Dios, sí lo debemos poner por encima de todo. Pero eso no quiere decir que ya no tengamos en cuenta a nadie de aquellos que nos rodean. No. Dios nos ha puesto a muchos a nuestro alrededor e, incluso, lejos, para que sí los tengamos en cuenta. Y, sin embargo, encima de todo eso, de todas nuestras cosas y realidades, ha de ser el Todopoderoso quien reine sobre lo nuestro, sobre todo lo nuestro.

No podemos, por tanto, servir a Dios y al dinero. Eso nos lo dice Cristo para que no pongamos nuestro corazón en aquello que no importa sino, al contrario, en Quien importa, en el Único que debe importarnos.

PRECES

Pidamos a Dios por aquellos que no atienden a los consejos de Jesucristo.

Roguemos a Dios.

Pidamos a Dios por aquellos que no sean capaces de dejar de servir al dinero.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; gracias por darnos a entender con mucha claridad que eres Quien, verdaderamente, nos importa.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

¿Somos justos con Aquel que todo nos lo perdona?

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

  

14.09.25

El Domingo de la Palabra – Domingo, 14 de septiembre de 2025

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Jn 3, 13-17

13 Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.17 porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

MEDITACIÓN

Jesús continúa su conversación con su discípulo secreto Nicodemo porque sabe que es muy importante que aquellos que son considerados sabios entre los suyos conozcan la verdadera doctrina de Dios y su Santa Ley.

1. En el capítulo 21 de Números, concretamente entre sus versículos 8 al 9, se narra el hecho que es causa de que Jesús explique a Nicodemo. Dios encomendó a Moisés la labor de hacer una serpiente para que, el levantarla, fuera mirada por los que podían resultar afectados por enfermedad y, así, ser curados y, en cierto modo, salvados. Y dijo Yahveh a Moisés hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.» Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida, pues, según dice este texto del Antiguo Testamento, Dios, viendo la falta de fe que tenía su pueblo, le envió serpientes para someterles a una prueba.

Cabe pensar que el Mesías se refiere, con su levantamiento, por una parte, a la parte física de su Pasión, levantado en la cruz, pero, sobre todo, entendemos, a la parte espiritual: Jesús asciende a los cielos. Así, con esto, el que cree, aunque sea con aquella terrible prueba y con este gozoso hecho (la ascensión) y necesitado, como siempre, de pruebas de esa divinidad, podrá salvarse, alcanzará la vida eterna. Pero era necesario éste, y así se lo indica a Nicodemo para que entienda.

Parroquia La Visitación - Del Evangelio según san Juan 3,16-21 Porque tanto  amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en  él no perezca,

2. Traemos a colación, ahora, una expresión que se utiliza de una forma no del todo adecuada. Se suele decir que en el justo medio está la virtud. Sin embargo, la frase completa es que ahí está la virtud, en el justo medio, si los extremos son malos. Y Dios amó tanto al hombre, hasta el extremo, que entregó a su único hijo, como dice Juan en esta parte de su Evangelio. Es decir, que en este caso, el extremo era mejor que el justo medio, que hubiera una entrega sometida a la pura conveniencia. Y es que para Dios todo es posible, hasta esto.

3. El caso es que, como sabemos, Jesús fue levantado y, así, se cumplió la profecía hecha a Nicodemo en aquel día de conversación y transmisión de la Palabra de Dios. Aquel hombre que, seguramente, entendía a Cristo hasta cierto límite y cierto punto debió comprender que Quien le hablaba era, en efecto, el Hijo del Todopoderoso a quien el pueblo judío llevaba muchos siglos esperando.

4. La muerte, profetizada aquí mismo por su protagonista, tenía un objetivo bien determinado en el corazón y la voluntad de Dios. No sería, digamos, como un acontecimiento que se produciría sin consecuencias sino que, desde toda la eternidad, estaba previsto que sería crucial para la salvación de la humanidad toda pero, en concreto, de cada hijo de Dios que creyera en Cristo.

5. Creer en el Mesías es, desde entonces, algo más que la manifestación de la seguridad de que vendrá por parte del pueblo elegido por Dios. Es, digamos, y supone, que la vida eterna, aquella que nos ha preparado el Padre, está al alcance de quien, conociendo a Su Hijo, manifiesta que le tiene confianza, que cree en lo que hizo y dijo y que, en definitiva, se considera discípulo suyo. Así llegó la salvación, por ejemplo, a la casa de Zaqueo y a la de tantos otros que, a lo largo de los siglos se han encontrado con Cristo, verdadera misión del ser humano creado por el Todopoderoso.

6. Aquello, pues, que está más allá de la muerte y que llamamos escatológico, se cierne sobre los corazones de los fieles discípulos de Cristo. Aquel que fue subido en la cruz hacia arriba y, luego, resucitó de entre los muertos para subir al cielo y sentarse a la derecha del Padre, nos ganó la vida eterna. Y eso, visto desde este mundo tan pequeño y perecedero, donde la polilla todo lo corroe y donde hay ladrones de almas que las pierden para siempre, es garantía de salvación. Es más, Cristo, Él mismo, es tal garantía y, por eso mismo, se comprende que su misión no fuera, como dice este texto evangélico, juzgar al mundo (eso llegará cuando regrese, en su Parusía) sino procurar que se salvara a través, precisamente, de aquella subida hacia Dios Padre Espíritu Santo.

7. Por eso el mundo se salva por Él. Es más, se salva a través del Señor Jesucristo, Mesías y Enviado de Dios. Es porque Cristo moriría en la cruz, que es lo que le quiere decir ahora a Nicodemo, por lo que cada uno de nosotros podemos tener acceso, tras nuestra muerte, a una vida mejor, plena, bienaventurada. Y es por eso mismo, por causa de aquellos clavos que fijaron los santos miembros de Jesús a los maderos, también santos (santificados con y por su sangre) es por lo que anhelamos el más allá. No, sin duda alguna, por querer partir hacia él sin meditación de lo que eso significa y de forma alocada sino que, cuando Dios quiera que eso sea, seamos conscientes de qué es lo que eso supone. No es, el cielo, el infierno o el purgatorio una realidad propia de imaginativas mentes creyentes sino una realidad que ha salido de la boca de Cristo y, por tanto, garantía absoluta de su existencia.

8. Jesús habla con Nicodemo que es lo mismo que si lo hiciera con nosotros, ahora mismo, aquí, en diálogo con sus hermanos los hombres. Eso, por tanto, debería hacernos caer en la cuenta que el Hijo de Dios no habla por hablar sino porque quiere, necesita y está obligado a decirlo, que sepamos lo que nos conviene saber. Y lo hace porque Él, Él mismo, quiere encontrarnos en el Cielo, allí donde está sentado a la derecha de Dios Padre Espíritu Santo.

PRECES

Pidamos a Dios para que:

  • Queramos acercarnos a Dios a través de su único Hijo.

  • Veamos, en nuestra vida, como podemos alcanzar la vida eterna.

  • Sepamos aborrecer el mal y buscar el bien.

  • Veamos, en la vida de Cristo, un ejemplo para conocer, mejor, a Dios.

  • No tomemos en cuenta las tinieblas que nos rodean cada día de nuestra vida.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios, te rogamos que, en nuestro caminar en esta vida que nos has regalado, seamos capaces de ver la luz y evitar, con nuestras propias limitaciones, las tentaciones que quieren llevarnos a la noche y la tiniebla.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Dios entregó a Cristo por nosotros… ¡Por nosotros!

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

31.08.25

La Palabra del domingo – Domingo, 31 de agosto de 2025

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Lc 14, 1.7-14

1 Y sucedió que, habiendo ido en sábado a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando.

7 Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: 8 ‘Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, 9 y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. 10 Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba.’ Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. 11 Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado’. 12 Dijo también al que le había invitado: ‘Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez, y tengas ya tu recompensa. 13 Cuando des un banquete, llama a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; 14 y serás dichoso, porque no te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los justos’”.

COMENTARIO

Saber lo que verdaderamente importa

Sabido es que había grupos sociales en el tiempo del Hijo de Dios que, ante su mensaje y actos no estaban a su favor. Cada vez, por tanto, que podían, procuraban hacerle caer en trampas espirituales para ponerlo en evidencia. Por eso San Lucas nos dice en este texto de su Evangelio que los fariseos “le estaban espiando”.

Sobre la actitud que mostraron muchos fariseos (y otros) habría que decir que aquello que diría Jesucristo acerca de que no “sabían lo que hacían” lo podemos poner en reserva. Y es que los que eran considerados “sabios” dentro del pueblo judío tenían muchos conocimientos acerca de sus Sagradas Escrituras y no podían ignorar que lo que decía y hacía aquel Maestro que enseñaba con autoridad no era de su especial gusto. Y sabían que, para ellos, era muy peligroso que el pueblo lo siguiera más de la cuenta.

Y lo espían.

Esta forma de actuar supone bastante cobardía porque otras veces le hacían frente y le preguntaban. Pero había otras veces que, simplemente, miraban qué hacía y se emboscaban en sus cosas para, al fin y al cabo, pillarlo en un renuncio.

Lectio Divina: 31 de octubre de 2020 - Iglesia en Aragon

Jesucristo, sin embargo, siendo Dios hecho hombre, tenía todas las respuestas a sus muchas preguntas. Y ahora, en el caso de aquellos que querían ser los primeros recomienda, al contrario, ser los últimos. Y es que ser los últimos suponía, en sí mismo, una manifestación de humildad.

Ciertamente, el Hijo de Dios sabía mucho de humildad y de ser humillado. Lo primero lo practicaba siempre y lo segundo se lo practicaron muchas veces…

Recomienda ser humilde porque, quien eso hace, ha de ser enaltecido y, justo al revés, quien se crea más de la cuenta y se enaltezca ha de ser humillado.

Sí, pero humillado ¿cuándo?

La humillación de quien así actúa ha de ser recibida cuando Dios, en su Justicia, y entonces quien se haya enaltecido y haya querido mejor que los demás no siéndolo… en fin, que el Tribunal de Dios sabrá más que bien aplicar lo que se le deba aplicar que, como vemos, no es nada bueno ni mejor sino malo y peor.

Relacionado con esto, con el castigo que supone el enaltecimiento inmerecido, está justo lo contrario: quien tenga en cuenta a los necesitados será, cuando corresponda que sea, premiado en el momento justo en el que resuciten los justos que será, cuando sabemos, cuando Dios quiera que sea.

El caso es que el Hijo de Dios plantea tanto la situación de quien se cree superior y se enaltece como la de quien se humilla; tanto la situación de quien quiere quedar bien con los suyos de quien tiene en cuenta a los necesitados. Y el resultado es bien claro y determinado: lo malo y peor o lo bueno y mejor.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que prefieren enaltecerse y no humillarse.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no ven lo que puede suponer no aceptar la Voluntad de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; gracias por poner sobre la mesa la Verdad.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Es más que recomendable tener mejor en cuenta la Voluntad de Dios que la nuestra.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

24.08.25

La Palabra del Domingo  - Domingo, 24 de agosto de 2025

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Lc 13, 22-30

22 Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. 23 Uno le dijo: ‘Señor, ¿son pocos los que se salvan?’ Él les dijo: 24 ‘Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y

no podrán. 25 ‘Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estéis fuera a llamar a la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Y os responderá: ‘No sé de dónde sois.” 26 Entonces empezaréis a decir: ‘Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas’; 27 y os volverá a decir: ‘No sé de dónde sois. ¡Retiraos de mí, todos los agentes de injusticia!” 28 ‘Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a vosotros os echan fuera. 29 Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. 30 ‘Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos’”.

COMENTARIO

Sobre puertas para entrar en el Cielo

El Hijo de Dios nos pide hacer un esfuerzo porque lo mejor no puede ser fácil.

En realidad, todo esto tiene que ver con la Voluntad de Dios de tener cabe sí a sus hijos, a su semejanza, creada a su imagen. Y, claro, la cosa no puede ser como coser y cantar…

Podemos decir que Jesucristo, que conoce más que bien el corazón de muchos de sus contemporáneos, no duda en decir la verdad, toda la verdad, sobre lo que es alcanzar el definitivo Reino de Dios.

Salvarse. Eso es lo que el ser humano quiere desde que conoce y sabe que existe un Creador que todo lo creó y mantiene. Y la salvación eterna es, por tanto, el destino anhelado por todo aquel que no esté ciego o no ame su propia existencia.

Sí, salvarse es más que importante. Pero eso no se consigue de cualquier manera como si fuera, en definitiva, algo de poca importancia.

Es cierto que, como decimos, todo hijo de Dios quiere entrar en el Cielo. Es una aspiración legítima pero no siempre está al alcance todo aquel que quiere conseguirlo.

El Hijo de Dios sabe muy bien que todo ser humano no va a acabar salvado. Y lo sabe porque es más que cierto que no todo el mundo, que crea, actúa de igual forma.

SEÑOR, ¿SON POCOS LOS QUE SE SALVAN?» – Parroquia de Santo Domingo de Guzmán

Hay quien cree que por ser hijo de Dios va a tener asegurada su entrada en el Cielo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, para que eso sea posible, hay que entrar por la puerta estrecha que es la que hace que el creyente en Dios Todopoderoso se sacrifique, dé de sí todo lo que pueda y, en fin, se olvide la forma de ser que, por antigua y desfasada, no anda muy cercana al corazón de Dios.

¿Dónde va el alma que no es aceptada en el Cielo?

Esto lo responde muy bien el Hijo de Dios. Y es que donde va es donde hay llanto y rechinar de dientes o, lo que es lo mismo, al Infierno o, en el mejor de los casos, al Purgatorio-Purificatorio. Y esto lo deja más que claro Jesucristo.

Se nos recomienda, por tanto, la puerta estrecha porque sólo a través de ella se alcanza el destino querido y amado por todo aquel que quiera y ame a Dios, su Creador.

Jesucristo, plantea y admite que no sólo el pueblo judío sino que todo aquel que crea en Dios, será admitido en el Cielo. Y eso, seguramente, debió causar enfado en más de uno que no podía admitir que alguien, fuera del pueblo elegido por el Todopoderoso, tuviera el mismo derecho. Pero el corazón de Dios, como vemos y, según nos dice su Hijo, es grande…

Y, para que nadie se lleve a engaño, Jesucristo pone sobre la mesa una verdad muy importante: el hecho de que haya últimos que puedan ser los primeros sólo puede ser porque los considerados últimos tienen más fe que los considerados primeros: sabios, supuestamente sabios o maestros, supuestamente maestros.

Todo, pues, como vemos, para que sepamos cómo son las puertas que nos permitirán entrar en el Cielo. Y es no es poco, como vemos.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar las sabias y verdaderas palabras de Jesucristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que quieren ser los primeros pero no saben serlo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser de los primeros que tú quieres y amas.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

La Voluntad de Dios es que nos salvemos… ¿Y la nuestra?

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

17.08.25

La Palabra del Domingo  - Domingo, 17 de agosto de 2025

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Lc 12, 49-53

Dijo Jesús a sus discípulos: ‘He venido al mundo a prender fuego a la tierra; ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Desde ahora estarán cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra’”

COMENTARIO

Fuego purificador

Ciertamente, no son pocas las veces en las que el Hijo de Dios pareciera que gusta de hacer sufrir a sus hermanos los hombres. Sin embargo, lo que en realidad pasa es que hay muchas cosas que no queremos escuchar porque creemos no nos convienen.

Aquel hombre, que había nacido en Belén porque estaba escrito que allí iba a hacer, tenía una misión que cumplir. Y sabemos, bien que lo sabemos, que la misma ni era fácil ni tampoco iba a ser entendida todos. Ya sabemos cómo acabó la cosa…

De todas formas, aquel hombre, decimos, tenía que hacer algo y lo iba a hacer por mucho que hubiera quien se opusiera a lo que debía hacer.

Hacer, lo que se dice hacer, era bien sencilla aquella misión: advertir.

Advertir, para unos oídos y corazones tan sordos como muchos de los que le escuchaban, debía hacer de una forma no dudosa ni sembradora de dudas. Y lo hace con toda claridad: había venido al mundo a prender fuego.

Catholic.net - ¿Por qué Jesús vino a traer fuego a la tierra?

Fuego, el fuego, además de causar daño si se emplea o se produce en determinadas circunstancias, también es utilizado para purificar. Y la purificación era lo que buscaba aquel Maestro que, como muchos decían, enseñaba con autoridad.

Autoridad, la de Dios. Y tal autoridad debía ser expresada de forma que fuera entendida por todo. Y Jesucristo, al decir lo que dice sobre el fuego (¡Qué arda la tierra!) lo hace para que se sepa que muchas cosas debían cambiar y que muchas actitudes faltas de corazón de carne debían quemarse para ser purificadas.

Purificar, además, la existencia misma de aquellos que, entonces, habitaban dentro del pueblo elegido por Dios. Y es que Jesucristo sabía que sus palabras, Palabra de Dios era, no iban a causar, digamos, tranquilidad en todos los corazones sino, al contrario, más que intranquilidad y lucha.

Lucha por la supervivencia de la fe. Eso era lo que se iba a producir a partir de la predicación del Hijo de Dios. Por eso avisa acerca de la división que se va a producir, incluso, en el seno familiar donde habrá personas que quieran aceptar sus mensajes y habrá personas que estarán totalmente en contra del mismo.

Fuego, sí; división, también. Eso era lo que había traído Dios a la tierra y al devenir del mundo. Y no nos resulta nada extraño aquello porque es lo que ahora mismo le pedimos al Todopoderoso: que traiga fuego al mundo porque el mismo perece alejándose del Señor.

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar la Palabra de Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no anhelan la purificación de su corazón

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; gracias por advertirnos de lo que verdaderamente importa.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy

¡Que el fuego de Cristo purifique nuestros corazones!

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.