11.10.13

Eppur si muove - La vida, la nuestra… ¿es nuestra?

Confianza en Dios

Hace pocos días el teólogo Hans Küng ha dado a entender que, dado que está pasando por un mal momento físico debido a una grave enfermedad que padece, está meditando la posibilidad de hacer que alguien le quite la vida. Lo dice porque, a su entender, puede hacer depende su propia existencia de su propia voluntad y si le viene bien (por lo mal que está físicamente) basta con procurarse un remedio tan extremo como es que se le quite la vida en aplicación de la temible y terrible eutanasia.

En realidad, en todo esto subyace un tema muy grave como es la pérdida total de fe mediante la duda acerca de si es posible hacer con nuestra vida, en el fondo y en el final de la misma, lo que nos venga en gana.

Por eso podemos preguntar si la vida es nuestra. Así de simple.

Por ejemplo, el Catecismo de la Iglesia católica también contempla el tema del suicidio (sea asistido o no lo sea) Así, por ejemplo, dice que

“2280 Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.

2281 El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo.

2282 Si se comete con intención de servir de ejemplo, especialmente a los jóvenes, el suicidio adquiere además la gravedad del escándalo. La cooperación voluntaria al suicidio es contraria a la ley moral. Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.

2283 No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que El solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.”

Queda, pues, más que claro que la vida no es nuestra porque nos la haya dado Dios sino que es, precisamente, de Dios que es quien nos la ha dado. Y sólo al Creador corresponde decidir en qué momento terminamos nuestro peregrinar por este mundo.

No podemos, por lo tanto, disponer de nuestra vida a nuestro antojo para hacer algo muy contrario a la misma como es, por ejemplo, el suicidio. Es, además, una manifestación de franco desagradecimiento hacia el Todopoderoso que no debemos olvidar.

Y, abundando en la importancia que tiene la vida y en lo que no hay que hacer con ella, el Beato Juan Pablo II en su Evangelium vitae (65) dice que

“Ciertamente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte.”

… Hechas estas distinciones, de acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio.”

Dice, además, el 5º Mandamiento, “No matarás” que ha de querer decir, también, “No procurarás que te maten” que es lo mismo pero aplicado a uno mismo y a su propia existencia.

Tampoco debemos olvidar que cuando decimos, en el Padre Nuestro, “no nos dejes caer en la tentación” estamos insistiendo a Dios en el hecho de que, aunque exista tal tentación (ahora la de quitarse la vida) nos ayude a no dejar que nos domine y, al final, nos venza.

Es bien cierto, por otra parte, que el sufrimiento, en determinadas ocasiones, puede ser terrible (ahí tenemos a muchas personas que mucho sufren o, por ejemplo, al Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, que mucho sufrió en vida terrena) pero no es menos cierto que el creyente tiene un apoyo tan grande que no puede hacerle ascos en los tales momentos de sufrimiento: es Padre y es Dios. Por eso le recomendamos tanto a Hans Küng como a todos los que sufran por algún motivo de enfermedad o estén pasando otro tipo de tribulaciones a lo mejor menos graves pero también importantes, estas palabras de la santa de Ávila, Santa Teresa de Jesús que son muy conocidas y que dicen esto:

Nada te turbe, nada te espante todo se pasa,
Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta.

Sólo Dios basta… y a Él vamos.

Eleuterio Fernández Guzmán

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Por la libertad de Asia Bibi.
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Por el respeto a la libertad religiosa.

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Depende nuestra existencia de Quien nos creó.

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10.10.13

Mire don Pedro: pecho tenemos todos y lo que importa es qué se lleva dentro

Tenemos que reconocer, aunque nos pese y, a la vez, nos alegre, que hay personas que son una fuente de posibilidades para la escritura. Es decir que pensando en lo que dicen o dejan para la posteridad en escritos varios se le alegra el corazón a uno por lo fácil que le ponen la tarea de cada día. Son, digamos, tan transparentes que basta con leerlos para darse cuenta de lo que encierra su corazón, aún sin entrar en lo secreto del mismo donde sólo Dios llega.

Pues bien, entre tales personas se encuentra don Pedro Casaldáliga de quien en este mismo blog he tenido ocasión de escribir más de una vez y más de dos. En realidad, da para mucho este señor mayor que dícese católico y lo es, digamos, a su modo, manera y entendimiento. Además, si hay quien le jalee y le ría las gracias que dice y escribe, pues qué mejor para un final de vida que sentirse arropado aunque la manta esté corroída y huela más que mal…

Pero bueno, eso es cosa suya que, para eso, ha cumplido varias decenas de años y unas cuantas advertencias por lo cómo entiende la fe que dice tener.

Vayamos, pues, con la penúltima de don Pedro. Se ha producido en una entrevista que han publicado en ya saben ustedes qué medio muy dado en sostener mucho de lo malo y peor que hay en la Iglesia católica.

Sí, en ése…

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9.10.13

¡Alabado sea Dios por esta denostada práctica piadosa!

Santo Rosario

Si nos atenemos a lo que, por lo general, se piensa acerca de determinadas prácticas religiosas católicas, el rezo del Santo Rosario puede que parezca, a más de una persona incluso católica, algo desfasado y que es propio de personas de avanzada edad.

Nada más lejos de la realidad. El Rosario es una oración sumamente importante para quien cree en Dios.

Para que nadie dude sobre lo aquí dicho, nada mejor que sea el Santo Padre, emérito, quien diga lo que, al respecto, entiende sobre el Santo Rosario:

“El Rosario es escuela de contemplación y de silencio. A primera vista, podría parecer una oración que acumula palabras, y por tanto difícilmente conciliable con el silencio que se recomienda justamente para la meditación y la contemplación. En realidad, esta cadenciosa repetición del ‘Ave María’ no turba el silencio interior, sino que lo busca y alimenta. De la misma forma que sucede con los Salmos cuando se reza la Liturgia de las Horas, el silencio aflora a través de las palabras y las frases, no como un vacío, sino como una presencia de sentido último que trasciende las mismas palabras y junto a ellas habla al corazón. Así, recitando las Ave María es necesario poner atención para que nuestras voces no “cubran” la de Dios, que siempre habla a través del silencio, como “el susurro de una brisa ligera” (1 Re 19, 12). ¡Qué importante es entonces cuidar este silencio lleno de Dios, tanto en la recitación personal como en la comunitaria! También cuando es rezado, como hoy, por grandes asambleas y como hacéis cada día en este Santuario, es necesario que se perciba el Rosario como oración contemplativa, y esto no puede suceder si falta un clima de silencio interior”.

Esto lo dejó dicho Benedicto XVI durante el rezo, precisamente, del Rosario en Pompeya el 19 de octubre de 2008.

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8.10.13

Un amigo de Lolo - Ansiar, de verdad, la vida eterna

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Ansiar, de verdad, la vida eterna

”Soñar no cuesta nada”. Ya lo creo que cuesta. ¡Y cuánto! Son gratuitos los sueños humanos, pero las verdaderas ilusiones tienen de precio el corazón y no se pagan más que con la vida”.
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (220)

Es bien cierto que, para un ser humano, soñar o, lo que es lo mismo, imaginar lo bueno y mejor para su vida, es de lo más común. ¿Quién no tiene ideas acerca de lo que podría ser o no ser su existencia? Y esto porque, en realidad, poner nuestra esperanza en algo tangible es, hoy por hoy, la más cruda realidad de los hijos de Dios.

De todas formas, y eso sí que es verdadero y cierto, soñar es libre y a cada cual nos da por unas cosas o por otras porque, en cuanto a imaginación, nadie nos gana en darle alas a la “loca de la casa” como bien diría la santa de Ávila.

Así, si somos en exceso mundanos, gustamos mucho de anhelar cosas materiales. Acumulamos, de esta forma, para esta vida donde, como sabemos, la polilla todo lo corroe empezando por el corazón que, en demasiadas ocasiones, llenamos de lo que es superfluo y no tiene importancia alguna. Y entonces, verdaderamente, hemos hecho el canelo con tal forma de actuar pues, como se dice, nada nos llevamos al más allá al quedar todo lo que es perecedero en este lado del Reino de Dios.

Pero hay sueños que no son tan fáciles de alcanzar y para los que, como diría Jesús, hace falta mucha oración y mucho pedir a Dios acerca de ellos.

Lo más sublime y, en realidad, lo único que, en el fondo, puede importarnos y nos conviene es la tan traída y llevada vida eterna. A fuer de no ser tocada o vivida, lógicamente, ahora mismo, pudiera parecer que no tiene más importancia que la que cada uno quiera darle o tener para su vida. Y para tal vida sólo vale el verdadero sueño que se alcanza si se hace lo posible, primero, por aceptar que es cierto y real y, en segundo lugar, poniendo de nuestra parte todo, todo, lo que haga falta empezando por nuestra propia vida.

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7.10.13

Serie oraciones - invocaciones: Esparcir tu fragancia, del Cardenal Newman

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie oraciones – invocaciones: Esparcir tu fragancia, del Cardenal Newman

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6.10.13

La Palabra del Domingo - 6 de octubre de 2013

Biblia

Lc 17, 5-10

“5 Dijeron los apóstoles al Señor; ‘Auméntanos la fe.’ 6 El Señor dijo: ‘Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os habría obedecido.’ 7 ‘¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’ 8 No le dirá más bien: “Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’ 9 ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? 10 De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer.’”

COMENTARIO

Somos siervos inútiles

¡Qué listos eran los apóstoles! Le piden a Jesús que les aumente la fe como si se tratara de algo que se da y punto. Esperaban que, al igual que habían visto que hacía milagros darles la fe fuera algo por el estilo. A lo mejor, incluso, eso lo querían sin poner nada de su parte pues no es tan raro que pensemos que Dios nos dará lo que necesitamos sin poner nada de nuestra parte.

Pero Jesús, que los conoce perfectamente, sabe que la cosa no es tan fácil. Por eso les pone ejemplos que les pueden hacer ver que la fe necesita, por fuerza misma de su sentido, de la intervención más que importante del fiel.

Podemos imaginarnos qué pensarían aquellos hombres que veían como su Señor les decía que si no eran capaces de hacer que un sicómoro se quitara de donde estaba y se plantase en el mar es que… tenían poca fe y que mucho debían, aún, orar y creer para tenerla. Seguramente, pensarían que, en efecto, poco eran o, mejor, nada eran.

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5.10.13

Serie Fundación GRATIS DATE – El Apocalipsis según Leonardo Castellani, de Alfredo Sáenz, S.J.

GRATIS DATE

Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forman hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha des estar siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

Espero, por otra parte, que las personas “afectadas” por mi labor no me guarden gran rencor por lo que sea capaz de hacer…

El Apocalipsis según Leonardo Castellani, de Alfredo Sáenz, S.J.

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4.10.13

Eppur si muove - ¿Por qué se beatifica a los mártires?

Beatificación 13.10.13

Independientemente de lo que algunos puedan decir acerca de lo que sucederá muy pronto en el orbe católico (lo es porque es universal nuestra fe y todo lo que sucede en su seno pasa para todos los creyentes que en el mundo somos) lo bien cierto es que para nosotros, católicos, es un momento de gran gozo: muerte y fe en un mismo momento unidas; cruz y vida eterna que se dan la mano.

Y es que quedan muy pocos días para que se produzca la beatificación de más de 500 mártires. Proceden tales casos de la persecución habida en España durante el siglo XX. No es, sin embargo, la primera vez que tiene que producirse una ceremonia como la que se llevará a cabo el próximo 13 de octubre. Y no lo es porque no puede negarse que ni Diocleciano fue capaz de hacer lo que hicieron algunos seres humanos con los discípulos de Cristo en tiempos muy recientes.

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3.10.13

Con un par… y ¡Cómo es la dictadura gay!

Barilla

Este hombre tiene dos dedos de frente aunque, hoy día, no sea muy común entre según qué personas…

A esta altura de la película todo el mundo bien avisado sabe lo que ha pasado con unas declaraciones de Guido Barilla, a la sazón presidente del grupo que lleva su apellido y que es más que conocido por cualquiera que lleve a su estómago la pasta italiana.

Según están las cosas, este hombre no podía ignorar que le iba a pasar lo que le ha pasado y, seguramente, lo que le seguirá pasando. Y, sin embargo, dijo lo que dijo porque, a lo mejor, ¡se lo cree y lo dice!

¡Qué valor hay que tener, en este mundo políticamente correcto, para decir ciertas cosas!

Era de esperar que las personas que pertenecen, no ya al grupo de homosexuales sino, más en concreto, al grupo de presión que hace lo posible e imposible para que sus ideas contranatura se impongan a una sociedad muy mayoritariamente heterosexual, se iban a poner como unas fieras en cuanto leyeran lo que había dicho don Guido. Otra cosa no se puede esperar de según qué personas.

Le han dicho de todo lo que se puede decir desde la posición de alguien que se siente fuerte porque es apoyado por la gran mayoría de poderes públicos de occidente que ven en la homosexualidad una forma de tergiversar el devenir lógico y esperado de una sociedad heterosexual que de no actuar como la naturaleza dicta que se actúa haría muchos siglos que hubiera dejado de sociedad por falta de individuos que la constituyesen.

Pero esto no es lo peor. Aún hay algo que es tan grave que requiere la reacción de un gran número de personas.

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2.10.13

Vean, vean, con qué bueyes tenemos que arar

Hay cosas, hechos y circunstancias que no dejan de sorprenderle a uno. El mundo está lleno de individuos que creen que pueden hacer o proponer todo lo que se les venga en gana porque creen que nadie les va a afear la conducta o a decirles “¡menos lobos, Caperucita!

El pasado 24 de septiembre, festividad de Madre de Dios de la Merced se celebró en Barcelona (España) la tradicional Santa Misa para celebrar, precisamente, tal día pues sabido es que tal advocación es la que corresponde a tal ciudad española.

Pues bien, allí estuvieron (parece que no hay más remedio) personas de todo pelaje político. Por decoro o por consecuencia nunca deberían aparecer por ahí según qué tipo de personas que apoyan ideologías francamente mejorables y que atentan, siempre que pueden y de las más diversas formas, contra la vida humana (socialistas, comunistas, de derechas falsas, etc.)

Es bien cierto que, en muchos casos dice que lo hacen por “respeto institucional” pero, por respeto a la fe católica, a las puertas de iglesias y catedrales debería estar colgado un cartel de “Reservado el derecho de admisión” pues, si bien es cierto que Dios admite en su Reino a cualquiera, no es menos cierto que tal cualquiera debe convertirse y, luego, creer en Dios (eso lo dijo Jesucristo antes que el que esto escribe). Por eso sería llevar una conducta sana para con la fe católica que determinadas personas se quedaran (como hacen muchas personas en bodas, bautizos y comuniones) en el exterior del templo para que no sea contaminado el mismo con según qué humores u olores políticos. Ya sabemos que, en materia de sanidad espiritual, toda precaución es poca.

Pero bueno… después de este consejo dado por un don nadie, vamos a lo que vamos.

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