La Palabra del Domingo - 19 de julio de 2009 - Como ovejas sin pastor

Mc 6,30-34. Andaban como ovejas sin pastor.

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.
31 El, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.» Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer.
32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.
33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.
34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

COMENTARIO

Reconocer a nuestro Buen Pastor

1.-Como Jesús los había enviado a predicar y a comunicar la Buena Noticia al resto de sus contemporáneos, aquellos enviados tenían, por decirlo así, que rendir cuentas al Maestro. Y así lo hacen.

2.-Cristo, como Él mismo había dicho, había venido para transmitir la Palabra de Dios y hacer que se cumpliera la Ley del Creador. Por eso, en pocas ocasiones, desde que comenzó su vida pública, pudo descansar ya que eran muchas las personas que, además de querer ser sanadas de males físicos también querían serlo de los espirituales que les podían aquejar.

3.-Jesús quería que sus apóstoles se alejasen. Querría, seguramente, seguir enseñándoles en algún apartado lugar. No podemos olvidar que ellos eran los que habían sido elegidos para ser, digamos, los transmisores de una doctrina que, incluso entonces, no entendían.

Sin embargo, habían hecho caso a lo que les dijo y habían vuelto a contar lo que les había pasado.

4.-Llamada y respuesta. Así se comportaron sus apóstoles: una vez oyeron la voz del Mesías, respondieron sí con todas sus consecuencias. Al fin y al cabo habían encontrado al pastor que los guiaría a lo largo de su vida y, en aquel entonces mismo, en su inmediato vivir.

5.-Pero, además de la confianza de sus discípulos inmediatos también contaba Jesús con la perseverancia de la Fe. Aquellos que querían verlo no se detenían por mucho que el Maestro se alejara con sus apóstoles.

No había, por así decirlo, olvido ni nada por el estilo. Ellos querían al Maestro y por mucho que quisiera poner tierra de por medio el hijo de María (aunque fuera para descansar un poco) nada les podía hacer pensar lo contrario que no fuera seguirlo y escucharlo.

6.-Como no podía ser de otra forma, Jesús entiende lo que quieren aquellos que lo siguen. No van a dejar pasar la oportunidad de acercarse a su persona y, por eso, sabe que tiene que atenderlos y que no los puede dejar marchar sin más. ¡Qué pastor haría eso con unas ovejas que lo buscan!

7.-Tal era el ansia de encontrarse con Jesús que, incluso, llegan antes que Cristo y sus discípulos al sitio donde tenían previsto descansar. De nada les sirvió ante la fe de los demás que veían como se alejaba al que tanto buscaban.

8.-Cristo (podemos imaginar la escena; es más, imaginemos, por un momento, que estamos entre la gente que lo espera y lo ven llegar) se baja de la barca. Quizá no sorprendido pero sí exaltado por tanta muestra de amor y de fidelidad sólo pudo hacer una cosa: aparta del pensamiento la idea de descansar y, acto, seguido, se puso a predicar. Tenían mucho que aprender y por eso lo buscaban.

¡A buenas horas iba Cristo a dejar pasar la ocasión para transmitir lo que había venido a enseñar!

9.-Deberíamos pensar, nosotros mismos, hasta dónde llega nuestra perseverancia en la fe y en seguimiento de Cristo.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a no olvidar que, como Cristo vino para enseñarnos no podemos olvidar tan importante misión.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem