La Palabra del Domingo  - Domingo, 30 de noviembre de 2025

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Mt 24, 37-44

23 ‘Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. 38 Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, 39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. 40 Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado; 41 dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada. 42 ‘Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. 44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.””

COMENTARIO

Cuando menos pensemos vendrá Cristo

Velar, estar atentos, no despistarse de lo que, verdaderamente importa. Esto es lo que Cristo quiere decirnos y lo hace de una forma más que convincente.

Nos parece que el Hijo de Dios quiere meter miedo en el cuerpo y en el alma a quien escuche esto. Y es que, en efecto, el fin buscado es el santo temor de Dios y a su Justicia.

En tiempos de Noé, como bien nos dice Jesucristo, la vida se desarrollaba, para la gran mayoría, por caminos pecaminosos. Dios había llegado a pensar que la creación del hombre no había resultado como quería su corazón. Y decide castigar a una humanidad que se había separado demasiado de Quien la había creado. Deja, de todas formas, una luz de esperanza (Dios nos quiere demasiado como para no hacer eso) y destina a Noé y su familia a ser los nuevos Adanes y Evas (por decirlo así) del mundo.

El ser humano, por eso mismo, iba a tener una nueva oportunidad, volver a empezar, por decirlo así.

Sabemos que, en efecto, el ser humano volvió a repoblar la Tierra. Pero sucedió, libre albedrío en acción, que las cosas estaban volviendo por su cauce no demasiado bueno para el fin buscado por Dios acerca del hombre. Y tuvo que enviar a su Hijo para dar una nueva oportunidad, una nueva alianza, entre el Todopoderoso y su pueblo.

Y ahora, cuando el Mesías habla a los que le están escuchando, no lo hace sin sentido sino con plena conciencia de la advertencia que está haciendo a sus oyentes, discípulos o no, acerca de lo que ha de venir, de cómo ha de venir y, sobre todo, de qué hacer ante eso.

Y les dice que velen.

Profecías Bíblicas: La venida del Hijo del Hombre

Velar supone, hablando pronto y claro, no dormirse. Es decir, permanecer en un estado espiritual de tal jaez que suponga que no se nos va a escapar nada, espiritualmente, importante. Supone, pues, oración, petición a Dios de un corazón blando y no de piedra y, en definitiva, poner todos nuestros sentidos del alma a la escucha del Espíritu Santo que quiere guiarnos por el bueno camino hasta el definitivo Reino de Dios.

Jesús habla, en este texto de San Mateo, del ladrón que puede llegar a la casa con intención de robar. Y nosotros, en tal sentido, somos como los señores, protegiendo nuestra alma, que no quieren que el ladrón maligno robe nuestro bien espiritual. Por eso debemos permanecer atentos… velando por nuestro bien definitivo que no es otro que ocupar alguna de las mansiones que el Hijo nos está preparando y gozar para siempre, siempre, siempre, de la Visión Beatífica y de la Bienaventuranza.

Y, para terminar, la última advertencia: no sabemos cuándo ha de venir el Hijo del hombre. Eso sólo lo sabe Dios. A nosotros lo que nos corresponde es velar, velar, velar.

PRECES 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar las claras advertencias de Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que quieren velar y dejan todo al amparo del Mal.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a velar para que nos coja desprevenidos la llegada de tu Hijo ni seamos dominados por el Mal.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Es seguro que estar preparados no es cosa del último momento.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

1 comentario

  
Pedro de Torrejón
El juicio particular de cada uno de nosotros ,puede venir de la noche a la mañana ; nadie sabemos el día ni la hora. Podemos tener la edad que tengamos ; ser joven ,de mediana edad ,o mayor de 60 años ; nadie sabemos lo que no pueda pasar mañana. Decía mi bisabuelo Rafael Torres : " a partir de los 70 ,puede ser cualquier año ,y llegados los 80 ; cualquier día ". Nadie sabemos el día ni la hora de nuestra muerte ,y del juicio particular de cada uno de nosotros.

Lo mismo ocurre con el Juicio de Dios a todas las naciones y gobiernos de la tierra ; sólo el " Anciano de Días " : Dios Todopoderoso ,y su " Hijo Varón " Jesucristo ; saben el día y la hora ; o " sólo el Padre en su sola potestad " ; cómo dice Jesús en los Evangelios ..

A nosotros nos toca estar en vela ; mantenernos muy despiertos , cómo las vírgenes precavidas esperando la llegada del Esposo. Tomar todas las precauciones posibles ,y velar y orar a todas horas ,y todos los días. Pedir a Dios que nos conceda el Don del Espíritu Santo para estar siempre rodeados de su Luz admirable. Y dar gracias a Dios siempre ; en cada momento y circunstancia de nuestra vida.

Muchas gracias Don Eleuterio Fernández Guzmán ,y feliz Domingo de Adviento para todos !
30/11/25 9:00 AM

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