Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Lolo fue periodista: así – 5

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Mesa redonda con Dios”.

 

Lolo fue periodista: así –  5

 

“Que de mis labios broten los consejos como fuente de pueblo que mana día y noche.” (Mesa redonda con Dios, p. 75)

  

Resulta curioso… 

Bueno, íbamos a decir eso de que “resulta curioso” pero, en verdad, eso supondría que en lo escribo por Lolo hay algo de casualidad y, claro, no es así. 

Esto lo decimos por lo que sigue. 

Empieza esta parte de lo que hemos dado en llamar “Lolo fue periodista : así” diciendo “Que de mis labios”. Y ahí radica lo que quiere decirnos el Beato Manuel Lozano Garrido que tanto tiene que ver con la Sagrada Escritura. Y es que Lolo no da, aquí tampoco, puntada sin hilo no vaya a ser que se descosa el vestido del alma… 

Pues bien, como es bien conocido (bueno, puede serlo el texto pero, a lo mejor, no tanto, el lugar exacto donde esto se dice) en un momento determinado de su Evangelio, San Lucas dice esto:

 

“El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca.”

 

Esto lo dice el que fuera médico y evangelista en el versículo 45 del capítulo 6 de su Evangelio y tiene todo que ver con lo que dice Lolo o, para ser exactos, al revés, pues lo primero fue la Biblia y, luego, lo que ha venido después. 

Creemos importante hacer hincapié en esto porque es vital y crucial para entender lo que luego sigue. 

Aquí vemos lo que Lolo quiere decirnos porque a él lo tenemos por un hombre bueno y, por eso, lo que sale de su corazón a través de su boca ha de ser, por fuerza, bueno. 

Y en esto debemos decir que Manuel Lozano Garrido dice esto a sabiendas de que en tiempos de San Lucas no había muchas formas de decir lo que salía del corazón salvo la boca y, los privilegiados, la escritura pero en tiempos de Lolo, las posibilidades han aumentado y no necesariamente ha de ser la boca lo que diga eso que salga del corazón. Pero, en general, entendemos que, sea la forma cómo salga del corazón lo que haya dentro del mismo, cualquier forma nos vale y lo de la boca es una forma amplia de querer decir, eso, lo que sale del corazón… 

Bueno. Pues Lolo nos dice que quiere, le pide a Dios que eso sea así, que lo que salga de su corazón sean consejos o, lo que es lo mismo, recomendaciones, que puedan echar una mano a quienes las necesiten. 

El caso es que la referencia a la “fuente de pueblo” no está nada mal puesta. Y es que ya sabemos la importancia de tal tipo de elementos tenía en tiempos de Lolo e, incluso, hoy día, como fuente de viva y, por tanto de instrumento vivificante. Y eso es lo que quiere nuestro amigo: que lo que pueda decir, lo que salga de su corazón, pueda ayudar y dar vida a quien lo pueda leer o se lo puedan leer . Y a fe que lo consigue, podemos decir, pues, como bien dice y quiere que así sea, su palabra ha de ser así entendida día y noche o, lo que es lo mismo, siempre. 

Y, claro, esto podría decirse que es, sólo, una buena intención pero, en su caso, una vez pasados muchos años desde que esto escribiera… en fin, como que se cumplió y se ha cumplido.

   

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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