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15.07.23

La Palabra para el Domingo - 16 de julio de 2023

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Como es obvio, hoy no es domingo 16 de julio de 2023 sino sábado, 15. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 

Mt 13, 1-23.

 

“13 Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 En ellos se cumple la profecía de Isaías: = Oír, oiréis, pero no entenderéis, mirar, miraréis, pero no veréis. = 15 = Porque se ha embotado el corazón de este pueblo, han hecho duros sus oídos, y sus ojos han cerrado; no sea que vean con sus ojos, con sus oídos oigan, con su corazón entiendan y se conviertan, y yo los sane. = 16 ‘¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! 17 Pues os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron. 18 «Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: éste es el que fue sembrado a lo largo del camino. 20 El que fue sembrado en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con alegría; 21 pero no tiene raíz en sí mismo, sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por causa de la Palabra, sucumba enseguida. 22 El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra, y queda sin fruto. 23 Pero el que fue sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta.’”

 

 

COMENTARIO

Sembrar y dar fruto

 

Cuando Dios siembra en nuestro corazón su Palabra y, así, una forma nueva de ser, lo que trata es de que aceptemos tanto una como otra y vengamos a ser nuevos hijos sometidos a su voluntad que tenemos como santa y buena. 

En qué situación nos encontramos, en cuanto tierra donde pueda caer la semilla del Amor de Dios es, en mucha manera, cuenta de cada uno de nosotros. Podremos ser tierra fértil donde se produzca un tanto por cien muy elevado de lo sembrado o, al contrario, tierra seca donde no arraigue ni el Amor de Dios ni lo que significa creer en el Creador. 

A nosotros, los discípulos de Cristo, nos es dada la comprensión de las parábolas. Lo dice Jesús. Sin embargo, a veces hacemos como si no nos enterásemos de nada porque no nos conviene lo que nos dice. Somos, así, espacio poco fértil y, en nosotros, la Palabra de Dios y lo que significa la misma, no producirá fruto alguno. 

Pues bien, aquellos que eran considerados sus discípulos más “aventajados” (vivían con Él y siempre lo acompañaban) pudiera parecer que conocían todos los secretos de su predicación. Sin embargo, no distaban mucho de los demás en no conocer lo que quería decir el Maestro. 

Resulta curioso que ellos le preguntaran a Jesús las razones de enseñar con parábolas como si ellos lo comprendiesen todo. Sin embargo, Jesús sabe perfectamente que también ellos necesitan mayor explicación y, por eso mismo, les explica esta parábola del sembrador que, como es de esperar en el mensaje de Cristo, tiene más significados de los que, a primera vista, pudiera parecer. 

VIDEO: La Parábola del Sembrador: ¿cómo lograr que la palabra de Dios entre  en nuestro corazón? - Chateando con Dios - COPE

Jesús lo explica, ya no en parábola sino enseñando a sus apóstoles, el significado de lo que acababa de decir al resto de la gente. Y lo que dice es un aviso a navegantes que estén muy seguros de su fe. 

Así, el corazón del creyente puede ser como uno de los tipos de tierra en las que cae la semilla de la Palabra de Dios, entre ellas: alguna de ellas, algunos corazones, no soportarán mucho la tal semilla y, enseguida, se alejarán del Creador; otros serán capaces de aceptar, en un principio, lo que dice Jesús pero enseguida se perderán para el Reino de Dios al ser atraídos por el mundo. Y así hasta la tierra que, verdaderamente, recibe la semilla de la Palabra de Dios y la semilla santa con fruto y será aceptada con gozo. Y tales corazones son los que Dios quiere para sí. 

Así, escuchar la Palabra de Dios y comprenderla es el objeto fundamento fundamental de la vida del creyente en el Todopoderoso.

 

PRECES

 

Por todos aquellos que no quieren que la Palabra de Dios arraigue en sus corazones.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no son tierra buena donde se pueda sembrar la santa doctrina del Todopoderoso.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser tierra buena, corazón abierto, a tu Palabra.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Debemos ser semillas que den buen fruto. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

10.07.23

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena: saber lo que vale la muerte de Jesucristo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena: Saber lo que vale la muerte de Jesucristo

  

“En la Semana Santa hay que llorar, porque es una pena que Cristo haya tenido que pasar eso por nosotros, pero, sobre todo, hay que reír y cantar, porque menudo cielo nos abre el Calvario en apenas unas horas.” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)

  

Cuando contemplamos los misterios de la Semana de Pasión es cierto y verdad que no es poca la tristeza que, anidando en nuestro corazón, se manifiesta. Y no siendo mentira tal tristeza si es que somos unos cristianos de a pie (como suele decirse) es lo menos que podemos sentir aunque, es cierto, tal verbo a lo mejor no es el más apropiado. 

El caso es el que el Beato de Linares (Jaén, España) tiene más que claro lo que debemos tener en cuenta en la Semana Santa que sí, es cierto, que hace ya unos meses que ha pasado pero lo que no ha pasado, ni pasará nunca, son los efectos que tuvo la primera de la historia que se cumplió, justamente, con la muerte y resurrección del Hijo de Dios. 

Es cierto que lo que nos dice aquí Manuel Lozano Garrido pudiera hacer que más de uno se rascase la cabeza como pensando si es que puede darse a la vez la tristeza y la alegría o el gozo. Pero, para eso, para dar explicación a tan magnífico misterio, tenemos a nuestro amigo de Linares que se lo sabe a la perfección. 

Hay que llorar. ¡Sí! Por muchos siglos que hayan pasado desde que el Hijo de Dios fuese zaherido inmerecidamente, juzgado ilegítimamente y, en fin, condenado a muerte de forma inicua, no podemos negar que hace falta llorar. Y decimos hace falta porque, en efecto, es que hace falta que manifestemos que aquella situación terrible por la que pasó Jesucristo que no sólo era, y es, nuestro hermano, sino que además era, y es, Dios hecho hombre, es para hacernos llorar y llorar mucho. Y ahí queda eso. 

No se equivoca Lolo cuando nos dice que aquello lo pasó el Mesías por nosotros. Y, en realidad, podríamos añadir que lo pasó “por nuestra culpa” (por la de aquellos otros nosotros que entonces vivían, por los que hasta entonces habían vivido pecando y por los que vivirán desde ahora en adelante en pecado…) Y es que, en verdad, murió Cristo con el peso de nuestros pecados en su corazón. Y ya podemos imaginar lo que eso podía pesar… 

Pero no podemos venirnos abajo como abajo se vinieron aquellos sus discípulos más allegados, los Apóstoles, que viendo lo que había pasado se escondieron por miedo a los judíos. Y eso nos hace pensar que ellos ya no se consideraban judíos sino cristianos aunque tal denominación seguramente aún tardaría tiempo en dársele a los seguidores de Jesucristo. Pero ellos, por así decirlo, sabían que eran “otra cosa” y que era casi obligatorio tener pavor de lo que podían hacer con ellos si lo que habían hecho con su Señor era matarlo a sangre fría y mentira sobre mentira… 

No. No debemos venirnos abajo. Y eso es lo que nos dice Lolo cuando, reconociendo que debemos llorar, nos dice que lo bien cierto es que también debemos reír y cantar. 

¿? 

¿Reír y cantar por aquello? 

Bueno, reír y cantar por aquello no sino por lo que resultó de aquello. 

El caso es que la muerte y resurrección de Cristo, además de haber estado ya prevista, por así decirlo, a través del tiempo y en el corazón del Padre Todopoderoso (ahí está el Antiguo Testamento para atestiguarlo) y cumplida como dijo Jesucristo a los discípulos de Emaús que se volvían a su casa decepcionados después del primer Viernes Santo de la historia, tuvo mucho de bueno y mejor. 

Aquí nos lo dice muy bien Lolo. Y es claro, como siempre lo es cuando escribe. Y es que en pocas horas (no fueron muchas desde la muerte a la resurrección del Hijo de Dios) pasamos de tener las puertas del Cielo cerradas a tenerlas abiertas. 

Eso ha de querer decir que no es que el Cielo no existiera antes de la resurrección de Cristo sino que sus puertas, ahí estaba pero no podía ser contemplado antes de la llegada del Mesías al mundo, no podían ser atravesadas. Y es que, para eso, debía cumplirse lo escrito y el Enviado de Dios debía morir y luego de resucitar subir al Padre Eterno para abrir de par las puertas del Cielo. 

Espiritualmente, podríamos decir, para el pueblo judío, el más allá era otra cosa pero no podían tener la concepción que los discípulos de Cristo podían tener después de haberlo escuchado, de haberlo creído y de haber confirmado todo lo escuchado y creído cuando se les apareció el domingo atravesando las puertas y las paredes del lugar donde se escondían. Y entonces creyeron, seguro, muy de veras. 

El Calvario, por tanto, fue malo en sí mismo por lo que suponía de tortura y muerte de nuestro hermano Jesucristo. Pero fue, sin duda, el instrumento espiritual sobre el cual se cimentó la salvación de la humanidad que crea en Jesucristo como Dios y como hombre. De la otra, no, salvo Voluntad de Dios… faltaría más.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor“ (25)

  

“Secretos de la Ciencia, secretos de la vida, secretos de los hombres: noticias frescas en el diario luminoso de la mente de Dios”.

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 Para leer Fe y Obras.

 Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

8.07.23

La Palabra para el Domingo - 9 de julio de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 9 de julio de 2023 sino sábado, 8. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 


 
 Mt 11, 25-30



 “25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque  has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. 26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. 27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie  sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28 ‘Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.  29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; = y hallaréis descanso para vuestras almas. = 30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera’”.


 
COMENTARIO

Humildad y mansedumbre según Cristo

En el evangelio de San Lucas recoge parte del evangelio de San Mateo. Y dice esto que sigue (Lc 10, 21-22): 



“En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: ‘Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. ’Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.’”

Así, mientras que San Lucas recoge estas palabras de Cristo cuando han regresado los 72 discípulos que envió a predicar (Lc 10, 1) el evangelio de San Mateo que corresponde para el día de hoy no establece tal relación, digamos, temporal, sino que trátase de un texto a modo de “en otra ocasión dijo”. 

Bueno. El caso es que las palabras de Jesús tienen importancia en un doble sentido: la revelación de Dios al hombre y, por otro lado, el comportamiento que pide el Hijo del Creador a todo discípulo suyo. Y todo, además, tiene una relación directa. 

Tenemos por bueno y verdad que Jesús había venido al mundo a tener muy en cuenta, de parte de Dios, a los que peor andaban por el mundo. Nos referimos a los pobres, a los desfavorecidos, a los enfermos o, en fin, a todo aquel que sintiese una gran carga sobre su vida y existencia diarias. 

También tenemos por bueno y verdad que Jesús había “desenmascarado” a los que se consideraban sabios y entendidos en la Ley de Dios pero que, ciertamente, habían tergiversado el sentido preciso de la norma divina. A ellos el Creador no podía referirles nada al respecto de su voluntad en tal expresión de la misma pues creían saberlo todo. 

Sin embargo, había muchas personas, no por casualidad las menos consideradas socialmente (los enfermos, pobres, etc. citados arriba) que tenían el corazón abierto y preparado para aceptar a Cristo como el Enviado de Dios y a aceptar, con franqueza, aquello que les quería decir de parte de su Padre, el Padre. 

Miércoles 13 de diciembre - manso y humilde de corazón - Regnum Christi


A tales personas se dirigía, muy especialmente,  Jesús. No es que a los “sabios” no se dirigiese sino que era más que seguro (como, de hecho, pasaba) que pusieran en entredicho todo lo que decía y hacía. Tenía, pues, unos destinatarios bien definidos de su predicación y de la entrega de la Palabra de Dios. 

Pues bien, aquellas personas agobiadas por sus propias circunstancias personales (socialmente marginadas o poco tenidas en cuenta) debían seguir el ejemplo de Cristo. Es más, debían tomar el propio yugo del Hijo de Dios y cargar con él. 

El caso es que eso pudiera parecer mucha cosa para tales personas. Sin embargo, sabe Jesús, como bien recoge este evangelio, que su carga es ligera. Lo es porque Él la lleva y acompaña y auxilia, a todo aquel que se avenga a cargar con ella. 

Y todo eso había que hacerlo con la concurrencia de dos virtudes no siempre habituales: la mansedumbre y la humildad. La primera de ellas para testimonias que se está a la voluntad de Dios aunque la vida sea dura o, precisamente, por eso mismo; la segunda reconociendo que no se es nada ante Dios y que somos como el “humus”, como la tierra de la que el Creador tomó (algo ya existente) para crear al ser llamado hombre y a la especie llamada humana. 

Ser humilde y manso. Eso es lo que propone Jesús a quien quiera seguirlo. Pero no lo hace dejando a su suerte a quien eso acepte y haga sino que le promete acompañamiento y consuelo, unión de manos y de almas.

  
PRECES

Por todos aquellos que no quieren aceptar el yugo de Cristo.

Roguemos al Señor.

 
Por todos aquellos que no se quieren dejar acompañar por el Hijo de Dios.

Roguemos al Señor.
 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a aceptar el yugo de Cristo y a llevarlo, siempre, con nosotros.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Ser humildes y mansos… ¡qué gran demanda de Cristo!


Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

3.07.23

Un amigo de Lolo – Es Lolo un espejo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).Presentación 


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Es Lolo un espejo

  

Su cristal es puro, 

limpio como una mañana de luz, 

alejado de oscuridades, lleno de dicha.

  

Su cristal refleja lo bueno, 

lo mejor que fue y que es, allí,

en el Cielo.

  

Su cristal sirve de alivio,

anida en nosotros, el corazón

de dicha llena.

  

Su cristal transmite parrafillos 

de alegría, sílabas gozosas

y nítidas.

  

Su cristal viene perfecto 

de la acción creadora de Dios,

sencillo, pues, verdadero entonces.

  

Su cristal mira, así, 

al infinito, y más allá,

hacia nosotros.

  

Su cristal no es frágil

a fuerza de tesón, de perseverancia

hecho y conformado.

  

Su cristal transparenta la fe,

hace cierta la esperanza,

viste de caridad el alma.

  

Su cristal no está muerto

sino vivo y presente,

aquí, ahora, y mañana viene.

  

Su cristal es roca sólida

construida sobre cimientos

de verdad.

  

Su cristal es suave caricia

que nace de sus palabras.

  

Su cristal forma el espejo

donde podemos mirarnos

sin temor a equivocarnos.

 

Su cristal es luz

porque es luz su corazón,

faro que guía

hacia Dios.

  

Su cristal forma el espejo

donde situar nuestra vida

y mirar la suya entera

para imitar su criterio,

su soportar los más males,

su sobrenadar a raudales.

  

Su cristal forma el espejo

que en Lolo da su vida,

imagen de quien lo sufre

y sabe subir arriba.

 

Su cristal forma el espejo

para que sepamos que siempre,

en lo terrible o en lo triste,

que siempre, pues, que sepamos,

tenemos en Lolo a un hermano,

un corazón completo

y, si queremos, ahí dispuesto.

  

Su cristal forma un espejo,

y ahí está Lolo, sonriendo.

  

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor” (24)

 

“Lo que todavía en el tiempo no he aprendido de mí mismo, se lo sabe Dios muy bien de memoria”

 ……………………………

 Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

1.07.23

La Palabra para el Domingo - 2 de julio de 2023

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 2 de julio de 2023 sino sábado, 1. Esto lo decimos porque publicamos hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario. 


Mt 10, 37-42



“37 El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a  mí, no es digno de mí. 38

39 El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. 40 ‘Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. 41 ‘Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. 42 ‘Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.’”

   
COMENTARIO

Las cosas claras para que nadie se lleve a engaño

Con franqueza decimos que este texto del Evangelio de San Mateo parece la reunión de sentencias espirituales dichas por el Hijo de Dios. Eso no le quita valor al mismo sino, seguramente, se lo porque, por decirlo pronto, es un claro mensaje dado por Jesucristo a sus discípulos. 

Digamos, para empezar, que lo que dice Jesucristo aquí es más que duro. Al menos, las primeras palabras podrían llevar a más de uno a dejar de seguirlo o a no empezar a seguirlo. Y es que decir que debemos dejar de amar a nuestra madre o nuestro padre de la forma cómo lo dice el Hijo de Dios… 

Lo que pasa es que las palabras del Mesías no debemos entenderlas a lo humano sino a lo divino. Y queremos decir, con esto, que cuando dice eso quiere decirnos que, como a Dios se le debe amor, lo mismo se le debe a su Hijo. Por eso, debemos aplicar aquel “Amarás a Dios sobre todas las cosas” al Hijo de Dios que es, como sabemos, Dios hecho hombre.  Y eso es lo que quiere decir Jesucristo cuando, al parecer, podríamos pensar que es muy egoísta cuando, en todo caso, demanda el amor que merece que es, sencillamente, el más alto que seamos capaces de dar. 


CAMINO MISIONERO: III Domingo del T.O. (Mt 4, 12-23) - Ciclo A: “SEGUIR A  JESÚS POR AMOR”Pero hay más. 

Muchas veces dijeron muchos que querían seguir al Maestro que enseñaba con autoridad. Pues bien, el mismo no dice que se le siga de cualquiera manera sino que, tomando cada uno su cruz se vaya pos de Él. Y eso lo dice porque sabe que es la única manera de salvarse y porque siempre iba a acompañarlos en su camino hacia el definitivo Reino de Dios. 

Aquí establece Jesucristo una relación directa entre lo que hacemos y las consecuencias de lo que hacemos. Y nos explicamos. 

Cierto es que nosotros sabemos que Jesús es Dios hecho hombre. Es hombre, sí pero también es Dios. Y en tal sentido, las palabras que dice alcanzan lo que debe ser el comportamiento de un discípulo suyo o, al menos, el de quien, no siéndolo, respeta a quien lo sea. 

Recibir a los enviados de Jesucristo es hacer lo propio con el Hijo de Dios. Por eso, en tal sentido, dijo Jesús a Pablo, en su camino de Damasco, que era Él a quien está persiguiendo el de Tarso. En realidad, perseguía  a sus discípulos pero, en el sentido en el que habla Jesucristo, perseguirlo a los que le siguen es hacer lo mismo con Él. 

Y todo, aquí, tiene relación con la vida eterna. Y es que queremos decir que lo que hacemos tiene recompensa… o no la tiene. Si la tiene es porque hemos actuado de acuerdo a la voluntad de Dios; si no la tiene o la tiene en todo negativo, como condena, es que nos hemos alejado mucho del Todopoderoso y Creador nuestro. 

Es más, como dice Jesucristo, no se ha de perder la recompensa de quien la merezca. Y es que Dios tiene buena memoria para todo: para lo bueno y para lo malo. 
 

PRECES

Por todos aquellos que no quieren tomar su cruz y seguir a Jesucristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no comprendan la voluntad del Hijo de Dios.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a cargar con nuestra cruz y seguirte.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

 

 Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Escuchar el mensaje de Cristo y seguirlo: ahí está nuestra salvación. 

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.