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9.01.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Dios habla todos los días“

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Dios habla todos los días  

Dios habla todos los días | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el segundo libro que publicó Lolo. Corría el año 1962 y aún no había perdido la vista. Su título es Dios habla todos los días y no podemos negar que en tales palabras hay toda una declaración de intenciones de parte del autor de este. 

Cuando alguien como Manuel Lozano Garrido que, para entonces, ya llevaba más de 20 años en su sillón de ruedas dice algo así, que Dios habla, es porque lo escucha. Y no dice que habla de vez en cuando como dejándose buscar o algo así, como escondiéndose, sino que, al contrario, habla todos los días. 

En un momento determinado de este libro dice Lolo esto que sigue (p. 219-220): 

“La inutilidad será siempre una incidencia transitoria. Sobre las manos inútiles o la muerte a fecha vista, nuestro cuerpo guarda una raíz de eternidad que no podrán derruir todas las peripecias del mundo. Si mis pies de plomo tienen en los sueños un galope de cervatillo, es porque en el nervio de todos los acontecimientos aún florece la semilla de supervivencia plantada por la propia mano del Dios infinito”. 

Es decir, que Dios, que le habla a Lolo todos los días (y sabe el linarense que también a los demás…) es Quien favorece en su persona una vida que sería imposible sin una tal ayuda y un auxilio como el que supone que el Creador hable todos los días y aliente con su Palabra santa y cercana al corazón de quien sufre (“Venid a mí los que estéis cansados y agobiados” …) 

El caso es que Dios habla todos los días en los acontecimientos que le suceden a Lolo,

habla todos los días Dios en la fidelidad que Lolo tiene hacia Quien lo ha creado y mantiene,

habla todos los días el Todopoderoso y Manuel Lozano Garrido escucha los gemidos inefables de Su Espíritu, 

habla todos los días Dios mismo y le permite a Lolo ir dando pasos (en su estado son como son, del alma) hacia un Cielo que se tenía bien ganado, 

habla todos los días el Creador en el corazón de aquel que se ha entregado todo a Su Voluntad y a al bien del prójimo, a amarlo como se ama a sí mismo Lolo. Y tanto es así que Lolo, hablando con Dios, dice (p. 77): 

Señor, ¿qué va a pasar-digo- con estos seres humildes que no ven y que Tú has puesto machaconamente en la vida para que algún día vuelvan a tu seno con un timbre de gloria?” 

Sí, Dios habla todos los días y Lolo, que sabe escuchar muy bien, nos muestra que no es imposible escucharlo. Tan sólo, “tan sólo”, hay que tener fe. Sí, de esa que puede mover montañas o hacer que un árbol que se deje caer en el mar… 

  

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

  

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

  

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

  

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

  

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”

  

”¡Qué inmensa fuente de energías Aquella que pueda dar su poder al rayo, la ola, el viento, los átomos y el sol! ” (2)

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Para leer Fe y Obras.

  

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna