InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Enero 2023

30.01.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Cartas con la señal de la Cruz“

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos: Cartas con la señal de la Cruz

Cartas con la señal de la Cruz | Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior. 

Eso pasa con el quinto libro que publicó Lolo. Corría el año 1967 cuando salió a la luz pública estas Cartas con la señal de la Cruz. Y tal título tiene razón de ser porque, para empezar, se trata de epístolas, de misivas, de cartas y, luego, porque todas ellas llevan inscritas, a fuego, lo que supone la cruz de cada cual, ese algo más que símbolo formado por los maderos, en cruz, del dolor y el sufrimiento. 

A este respecto, es cierto que recopilaciones de cartas las ha habido, y muchas, a lo largo de la historia de la literatura. Y es que las mismas muestran, digamos, una determinada relación entre quien las envía y quien las recibe. Sin embargo, las que recoge este libro de Lolo tienen algo que las hace especiales: tratan de situaciones, digamos, dolorosas, sufrientes. Y, lo que es más, estando dirigidas a alguien que, como Manuel Lozano Garrido también sufría en su cuerpo de diversos males… digamos que no podían tener mejor destinatario para que el mismo comprendiera a la perfección el qué y el cómo de cada caso particular… 

Este libro está dividido en tres partes. Y lo está de una forma muy curiosa porque la primera de ellas tiene como título “Cartas en horizontal” y tiene como expresión la correspondencia que mantuvo Lolo con muchas personas enfermas o sanas en las que se puede apreciar el sentido divino de mucho de lo que dice el beato de Linares; la segunda parte lleva como título “Palabras verticales” y es como una especie de Vía Crucis en el que va repasando cada uno de los momentos de dolor de Nuestro Señor desde que es condenado a muerte hasta que es sepultado; por fin, la tercera parte es una especie de conformación de la cruz con lo anteriormente escrito. Lleva como título “De la horizontal y la vertical, una cruz”. Allí dice, por ejemplo, en la página 216, que

 

“Las cosas dan una Cruz; los hombres, también; la vida está por una Cruz maravillosa. ¡Cuántas cruces y qué claros o felices sus mensajes, deletreados con ojos limpios! Porque las cosas, los sucesos y los destinos –ahí tan quietos y silenciosos- tienen una palabra, una sugerencia, un signo, que es ese tan vigoroso y definitivo que se llama LA CRUZ, la grande, la del Dios que redime”.

 

No podemos negar que este libro es verdaderamente necesario en la epopeya de edición de Lolo. Y es que su obra, una parte de la cual más que importante, está escrita cuando está ya ciego, debía tener algo así como un reflejo en lo que era la realidad misma de nuestro amigo: el dolor y el sufrimiento del prójimo al que responde alguien que sabe más que bien de lo que hablan los que se dirigen a él.  

Este libro contiene ejemplos y ejemplos de personas que lo están pasando, física o espiritualmente, bastante mal. Y se dirigen a quien sabe los puede comprender a la perfección. Y por eso es tan especial el contenido de este pues nos descubre a un Lolo que, siendo capaz de hacerse cargo de las muchas situaciones que se le plantean, sabe responder desde su misma vida y hacerlo con una razón y motivación que está a la altura de las circunstancias de quien quiere sincerarse con él.  

Cartas con la señal de la Cruz muestra a la perfección que hay, entonces y ahora es seguro que también, muchas personas que se siente atenazadas por la enfermedad y que, a lo mejor, creen no tener vía de escape. Y Lolo, en sus respuestas, les muestra que sí, que hay una que tiene que ver con la comprensión del dolor y el sufrimiento que es como él lo ha hecho a lo largo de su vida, entonces ya más de veinte años en su sillón de ruedas…

Y tal es este libro, lleno de paz aunque de dolor y sufrimiento esté lleno; lleno de esperanza aunque repleto de malos momentos y peores futuros; iluminando la existencia de quien se lo acerca a sus ojos y a su corazón aunque, en principio, su título augure instantes poco recomendables. Y Lolo nos lo ofrece con la caridad suprema de su corazón. 

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

“Dios es milagrosamente sencillo” (6)”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.01.23

La Palabra para Domingo - 29 de enero de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 29 de enero de 2023 sino sábado, 28. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.


 

Mt 5, 1-12a
  

“1 Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. 2 Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:

 3 Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.


4 Bienaventurados = los mansos =, porque = ellos poseerán en herencia la tierra. =

5 Bienaventurados los que lloran,  porque ellos serán consolados.

6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,  porque ellos serán saciados.

7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

8 Bienaventurados los limpios de corazón,  porque ellos verán a Dios.

9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,   porque de ellos es el Reino de los Cielos.

11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.

12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron  a los profetas anteriores a vosotros.”

                                   

COMENTARIO

Según somos… ¡qué difícil es ser bienaventurados!

 
Si hay un texto bíblico que sea conocido y más que escuchado es el de las Bienaventuranzas el que ha de ocupar un lugar destacado. Y es que todo católico lo leído y escuchado habrá unas cuantas y más que cuantas veces. 

Digamos, para empezar, que a lo mejor no nos ha afectado mucho lo que hemos escuchado. 

Es posible que el evangelista Mateo recogiera, digamos, de una vez, lo que Jesús dijera acerca de las Bienaventuranzas. También es posible que las dijera todas de una vez en el monte, como nos dice el autor de este Evangelio. De todas formas, eso (como suele pasar con otros aspectos de la Biblia) no debería importarnos demasiado porque sería como mirar el dedo cuando alguien señala a la luna con el mismo.

Pues bien, podemos decir que lo que Jesús dice en este texto (y que tan importante es) a veces lo tenemos por dicho pero no por escuchado. Al menos, en profundidad, las Bienaventuranzas no pasan, para muchos de nosotros, de ser unas bonitas palabras dichas muy bien por el Hijo de Dios. 

Esto, dicho así, puede parecer duro pero, francamente, ¿qué es lo que pasa a tal respecto? 

Una a una de las Bienaventuranzas (que vienen a ser como una humana concreción de los Mandamientos de la Ley de Dios, un poner sobre la mesa qué debemos ser) son muy difíciles de llevar a cabo, de cumplirlas, de ser como según ellas debemos ser. 

LAS BIENAVENTURANZAS DE JESÚS

¿Quién goza siendo pobre de espíritu? ¿No somos la mayoría de las veces soberbios? 

¿Quién es siempre manso? ¿No actuamos con demasiada precipitación y muy lejos de la requerida mansedumbre? 

¿Quién acepta llorar? ¿No queremos, muchas veces, venganza? 

¿Quién manifiesta siempre misericordia? ¿No somos muchas veces odiosos por el odio que manifestamos? 

¿Somos siempre limpios de corazón? ¿No lo tenemos tantas y tantas veces sucio? 

¿Trabajamos siempre por la paz? ¿No sembramos muchas veces cizaña? 

¿Aceptamos ser perseguidos por ser discípulos de Cristo? ¿Cuántas veces somos políticamente correctos para no incurrir en persecución?

En fin… bien podemos ver lo lejos que solemos estar de aceptar, de verdad y con franqueza, las Bienaventuranzas. 

De todas formas esto no debe ser obstáculo para reconocer que son un programa espiritual profundo y que, de cumplirlo, se nos abrirán las puertas del Cielo donde nos estará esperando Aquel que quiso para nosotros, al proclamarlas, lo mejor. Y lo mejor era, y es, cumplir con la voluntad de Dios que no puede tener otra idea en su corazón que estas palabras santas, santas palabras, dichas por Quien había venido al mundo no a derogar la Ley de Dios sino a hacerla cumplir. Y las bienaventuranzas son, no por casualidad, la concreción más exacta de tal cumplimiento. 

Cierto es que nosotros, que tantas veces decimos que somos sin serlo hijos de Dios, nos cuesta. Y es que nuestro corazón aun es demasiado duro. Vamos, casi de piedra. 

PRECES

Por todos aquellos que no quieren ser bienaventurados

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no aceptan el don de Dios de la bienaventuranza.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser bienaventurados

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  
Eleuterio Fernández Guzmán

 
Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 
Panecillo de hoy:
 
Debemos ser bienaventurados.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.01.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Las golondrinas nunca saben la hora“

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos:  Las golondrinas nunca saben la hora

Las golondrinas nunca saben la hora | Beato Manuel Lozano Garrido, beato  Lolo

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.

Eso pasa con el cuarto libro que publicó Lolo. Corría el año 1967 cuando salió a la luz pública Las golondrinas nunca saben la hora cuyo título, si bien extraño, tiene todo su sentido en el contexto en el que está escrito.

Este libro tiene la particularidad que recoge el momento en el que Lolo pierde la vista y pasa a formar parte del mundo de los ciegos. Y queda perfectamente enmarcado en dos citas: una puesta al principio que no es suya, sino de Santa Teresa de Jesús y que dice: 

Cuando menos veo, más creo”

 Luego, al final del libro sí que expresa Lolo lo que, al haberse quedado ciego, sabe que le pasa: 

Ya es noche, siempre de noche. Que sea, en cambio, mediodía también en mi corazón”.

Vemos que sí, que para Manuel Lozano Garrido es siempre de noche. Pero eso no quiere decir que se venga abajo ni nada por el estilo. Y es que, como muchas veces hace a lo largo de su vida y deja escrito en sus libros, tiene un corazón más fuerte que el de un toro. Por eso, se sobrepone a tal circunstancia o, como diría él mismo, “sobrenada” sobre su ceguera y quiere expresa que, a pesar de no ver con los ojos de la cara, haciendo uso del sentido de la vista, a pesar de eso, decimos, quiere que sea siempre “medio día en mi corazón”. Y es que así la noche, su noche, no se iba a imponer en vida. No quería y, claro, no lo hizo. 

Este libro es un diario. Y recoge la vida de Lolo entre el 2 de junio de 1961 y el 1 de julio de 1965. Algo más, pues, de cuatro años en la existencia del Beato de Linares (Jaén, España) 

Es lógico que un periodo tan amplio de tiempo dé para mucho. Por eso, estas páginas contienen, nada más y nada menos que el “Decálogo del periodista” (p. 170) y las “Campanadas” (12) que a la hora del último día del año de 1964 escribe para recordarnos qué es lo que resulta verdaderamente importante para un momento como es el del último día de un año, en tal caso el de 1964. 

Es cierto y verdad que este libro es, verdaderamente, maravilloso. Y es que estamos ante una obra de arte que emociona por muchos momentos y hacer llorar en tantos otros… porque hay rincones de privilegio donde se escribe desde la poesía de un corazón generoso y una mano que, aún sin poder, dibuja en el tiempo que nos ha tocado vivir una luz carente de superficialidad y, al contrario, sí de profundo hacer en el alma de quien lee sus muchos iluminantes párrafos y sus muchos acercares a las cercanías de Dios. Presente, el Padre, certifica “Lolo” que quiere “latir con fuerza en los pensamientos, en las ansias, en los ideales, y que toda esa sustancia de amor que significa la sangra se derrame a borbotones por las acequias de la generosidad y lleve su calor, su vitalidad y su riqueza a todas las criaturas del universo” (p. 89). Y a fe que lo consigue no quedándose corto nunca sino llenándonos de su ilusión y de su generoso ser, santo de toda fama de la santidad que Dios da a quien quiere aceptar su presencia.

En realidad, las golondrinas, que, como dice Lolo, nunca saben la hora, sí han sabido traer a las páginas de este libro, un santo hacer y un proceder del que no se puede decir otra cosa que no sea gozosa o dar gracias, a la vez, a quien ha sabido plasmar, a lo largo de los cuatro años de su vida que se recogen en el mismo, lo que un hijo de Dios hace cuando sabe que lo es.

  

Eleuterio Fernández Guzmán



Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:


Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

” Dios es como el rayo ‘láser’: una poderosísima y casi milagrosa concentración de luz y de fuerza, salvo que en Él se llama Amor” (4)”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

21.01.23

La Palabra para el Domingo - 22 de enero de 2022

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Como es obvio, hoy no es domingo 22 de enero de 2023 sino sábado, 21. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del día siguiente, domingo.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Mt 4, 12-23
 


“12 Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea.13 Y dejando Nazará, vino a residir en Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; 14 para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:  15 = ¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! = 16 = El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido. = 17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: ‘Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.’ 18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, 19 y les dice: ‘Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.’ 20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. 21 Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. 22 Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. 23 Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.”
      



COMENTARIO

El comienzo de la salvación eterna

 
Lo que estaba escrito debía cumplirse. 

Esto dicho arriba significa que la voluntad de Dios debía llevarse a cabo según era la misma. Por eso este texto del Evangelio de San Mateo que estaba escrito lo que había pasado. 

La misión que Cristo debía cumplir supo que debía dar comienzo a la misma cuando el Precursor, Juan el Bautista, fue apresado por Herodes porque no le gustaba nada (menos a su ilegítima esposa) lo que decía acerca de la Ley de Dios que el rey estaba incumpliendo con osadía y gran falta de respeto a lo establecido por el Todopoderoso. 

Lo que había sido dicho por el profeta Isaías acerca de que una luz iba a aparecer en la Tierra de Zabulón y Neftalí es lo que empezó a cumplirse cuando Jesús decidió establecerse allí. Era la tierra de Galilea, tierra donde vivió Cristo, digamos, la mayor parte de su vida terrena. 

El caso es que eso estaba pasando porque debía pasar. Por eso Cristo empezó, desde allí, el tiempo de su predicación, la enseñanza acerca del Reino de Dios y de la necesidad de conversión. 

La conversión era un tema crucial en la enseñanza de Cristo. Si había recibido el bautismo de conversión de manos de Juan el Bautista para dar ejemplo de lo que se debía hacer como primer paso para ser salvado, ahora lo que hace es, en efecto, hablar acerca de la necesidad de pura conversión, de cambio del corazón, de venir a ser otros que pudiesen contener en su alma la Ley nueva que era la vieja Ley de Dios. 

Jesús predica acerca de lo que es importante. El Reino de Dios ha llegado, dice. Y lo dice porque bien sabe que Él es el citado Reino y que les conviene, y mucho, acercarse a su persona, escuchar lo que dice y, acto seguido, ponerlo en práctica.  Eso es lo que enseña. 

EVANGELIO DEL DÍA: Mc 1,14-20: Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.  | Cursillos de Cristiandad - Diócesis de Cartagena - Murcia

Pero Jesús sabe que va a necesitar personas que continúen su labor. Por eso escoge a sus Apóstoles. 

La elección de los doce es un buen síntoma y ejemplo de la personalidad del Maestro. Y es que aquellos primeros de ellos, Simón y Pedro y Santiago y Juan, al escuchar que los llama no piensan, por ejemplo. “¿qué querrá este hombre de nosotros”? No, ellos dejan todo lo que tienen entre las manos y lo abandonan todo para seguirle. 

Cristo, pues, había sabido escoger muy bien a los que iba a enseñar más de cerca para que aprendiendo, comprendieran y comprendiendo, creyeran.

Y todo lo hizo bien: enseñó, curó, transmitió que el Reino de Dios había llegado.
 

PRECES

Por todos aquellos que no creen en el Reino de Dios traído al mundo por Jesucristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no quieren seguir a Cristo.

Roguemos al Señor.

  
ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ser fieles a la santa Palabra de tu hijo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

 

Panecillos de meditación


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 
Panecillo de hoy:

 

Cristo empezó a predicar la conversión porque la conversión era necesaria. 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

16.01.23

Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Mesa redonda con Dios “

Presentación

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo. 

El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. 

Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.  

Sobre títulos y motivos:  Mesa redonda con Dios

 

Libros de Lolo: “Mesa redonda con Dios”

Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.

Eso pasa con el tercer libro que publicó Lolo. Corría el año 1963 cuando salió a la luz pública Mesa redonda con Dios el cual, por cierto, en sí mismo, dice mucho más de lo que pudiera parecer a primera vista. 

Cualquiera que le esto puede imaginar, y seguramente es el caso, lo que es una mesa redonda o, bien, una mesa-camilla. En ella nos sentamos y es fácil que nazca conversación sencilla y, sobre todo, establezcamos una relación muy directa con la persona que está, digamos, al otro lado… Y es que la cosa da para eso. 

Algo así hace Lolo con Dios, por así decirlo. También lo sienta a su mesa redonda y allí hace que el Creador intervenga en su vida de las más diversas formas. 

¿Qué tiene que decirle el Todopoderoso a Lolo y, así, a nosotros mismos? 

Por ejemplo, en lo tocante a la oración (esa relación tan estrecha que podemos tener con Dios) que “sigue siendo la gran exploradora y descubridora del objetivo vital del corazón” (p. 26Pero, además, que es “como una segunda Encarnación, de vuelta; como una semilla de hombre que se hace raíz en la Belén de corazón y de Dios y allí se nutre de su vitalidad” (p. 27). 

Orar, así, en la mesa redonda que el Beato de Linares (Jaén, España) tiene con Dios es algo tan natural como la vida misma que el Todopoderoso le ha concedido a nuestro amigo y de la que tanto provecho espiritual está obteniendo. 

Pero es que Dios mismo inspira a Lolo algo que, dicho por Su Hijo en un momento determinado de su vida, será de gran utilidad espiritual. Y es que lo llama a eso Manuel “Ocho recetas para ser feliz” (recogidas entre las páginas 191 a 201) Y nos referimos a las Bienaventuranzas que, como sabemos, son un verdadero faro para orientarnos en nuestro camino hacia del definitivo Reino de Dios llamado Cielo.

El caso es que Lolo, al sentar a Dios en su meda redonda y tenerlo tan cerca, hace posible que todo lo que pueda salir del corazón del Creador nos llegue directamente al nuestro. E, incluso, tiene este libro un apartado en el que Dios está “al volante” (página 105 a la 129) en el que bien se nos explican muchas de las cosas que tantas veces nos suceden pero ante las cuales no sabemos reaccionar siendo, como somos, hijos de Quien con Lolo está sentado… 

Sienta Lolo a Dios en su mesa y allí, tan cerca de sí mismo, casi podemos imaginar las caricias que le hace el Todopoderoso al corazón de quien tanto había sufrido y todavía sufriría. Y nosotros, que tan sólo podemos ser testigos de eso sólo nos cabe gozar de que hubiera quien, como Lozano Garrido, fuera capaz de sentar a Dios en su mesa redonda. Y saber que, siendo sus amigos, a nosotros también nos llega el rayo de Amor del Padre.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación 


Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” 
(En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

  

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro. 


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor

 

“¿Fuerza ciega la del Autor de la vida, cuya Omnipotencia le viene precisamente del caudal del Amor? (3)”

 

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.