InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Noviembre 2019

29.11.19

J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Estudiosos de Tolkien: Helios De Rosario, Imrahil

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Como es fácil imaginar, hay muchas personas que han dedicado su tiempo (y dedican) a la obra de JRR Tolkien. Por eso vamos a dedicar, en lo sucesivo, un apartado muy especial, precisamente, a tales estudiosos.

Entre ellos, el que hoy traemos al blog a Helios De Rosario, a la sazón Imrahil en la Tierra Media.

Es bien sabido, a este respecto, que la lengua, las lenguas, cuando alguien es filólogo, son algo importante. Y eso es más que conocido en el caso de nuestro autor, J.R.R. Tolkien. Y sobre eso ya hemos escrito en este mismo blog hace unas semanas.

Pues bien, Imrahil es un conocedor más que avezado de este tema que no dejamos de reconocer y confesar, nos resulta algo inalcanzable por nuestra parte. Y hemos creído importante que nos hable de eso y de otras cosas porque es más que probable que podamos aprender de lo que nos pueda decir.

Digamos, antes que nada, que Helios De Rosario es, en cuanto a la Sociedad Tolkien Española, colaborador más que importante de la revista ESTEL que es, como sabemos y por decirlo así, el medio de comunicación de la Sociedad Tolkien Española a la que dedicamos, también, atención en su día. Y, a lo largo de su historia ha tenido un papel algo más que importante.

A continuación reproducimos las respuestas que nos ha ofrecido a lo que le hemos preguntado donde nos dice más cosas sobre él mismo y, sobre todo, sobre aquello de lo que es más que conocedor. 

 

Infocatólica - Para empezar, ¿Quién es Helios De Rosario con relación al mundo de Tolkien? 

Helios De Rosario - Soy un lector de J. R. R. Tolkien que se sintió apasionado por su mundo desde la primera vez que leyó El Hobbit, y que ha dedicado a él la mayor parte de su tiempo de ocio desde entonces, haciendo que sea una parte muy importante de su vida. Además, la obra de Tolkien ha sido para mí la mayor motivación para desarrollar mi interés amateur (interpretando la palabra en su sentido más literal) por la lingüística, que es el terreno en el que he centrado gran parte de mis trabajos relacionados con la obra de Tolkien.

Mi interés por la obra de Tolkien me ha hecho participar muy activamente en la Sociedad Tolkien Española (STE) desde hace veinte años, y el sentimiento de que debía aportar algo a este mundillo me ha llevado a adoptar varias responsabilidades en la misma, incluyendo la presidencia de la asociación entre 2001 y 2003, y posteriormente la del “smial” de Edhellond (Valencia). Mi especial pasión por los aspectos lingüísticos la he proyectado en la Comisión de Lenguas de la STE, que también presidí durante muchos años en su etapa anterior, así como en publicaciones y eventos internacionales dedicados a este pequeño nicho.

 

IC- Para continuar, ¿qué es el quenya? 

HDR - Lo más sencillo es definirlo como una lengua inventada por J. R. R. Tolkien para los elfos de su mundo inventado. Pero también es bastante más que lo que esa definición básica deja ver. Yo diría que es, en el ámbito lingüístico, lo que El Señor de los Anillos es para la literatura. Una obra de arte en sí misma, pero para su autor una sola pieza — aunque quizá la más importante de una urdimbre tan vasta como puede permitir la imaginación. 

Es sabido que detrás de cada personaje, cada lugar y cada acontecimiento en la aventura de la Compañía del Anillo hay toda una historia que da profundidad a la invención narrativa de Tolkien. Las lenguas que inventó para los elfos, hobbits, enanos y otros pueblos también se consideran como uno de esos elementos que ayudan a crear la “consistencia interna de la realidad”, como él la llamaba. Pero se trata de un elemento especial, porque a él dedicó mucho más tiempo e ingenio que a otras cuestiones como los mapas, genealogías, etc. 

De hecho, el quenya es solo una de las lenguas que inventó, aunque se trata claramente de su “favorita”, si tomamos como rasero para medir su interés la cantidad y volumen de textos, vocabularios y descripciones gramaticales que escribió sobre cada una de ellas. El quenya era la lengua hablada en Valinor, la tierra bendecida en la que vivían la mayor parte de los elfos en los tiempos anteriores al nacimiento del hombre, y aunque no se hablaba como lengua “nativa” en la Tierra Media (en las tierras mortales los elfos principalmente hablaban otros idiomas como sindarin y distintos dialectos silvanos), llegó con los noldor como lengua de sabiduría, y se usaba como una especie de “latín élfico”. 

Pero como he dicho antes de los personajes, lugares y acontecimientos de la narración, los sonidos, palabras y estructuras gramaticales del quenya también tienen su propia historia. Tolkien inventó no solo una lengua o un conjunto de lenguas inconexas. Él construyó toda una familia de lenguas élficas, con sus leyes de evolución fonológica que imitan las de las lenguas indoeuropeas, de tal modo que cada palabra tiene su etimología en una raíz “eldarin común” (de los eldar, que es el nombre que se da al tronco genealógico del que surgen las distintas familias élficas), y sus derivados en las demás lenguas, que siguen reglas complejas y fascinantes. 

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27.11.19

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Saber sufrir

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Saber sufrir

 

“Hay estilos de dolor, lo mismo que existen modalidades de escritores o de artistas -de creadores-, como también hay un sufrimiento en el que los matices sentimentales del hombre o la mujer proyectan su característica manera de desarrollar la vida.” (El sillón de ruedas, p. 111)

 

Al parecer, y en eso estamos de acuerdo con el Beato Manuel Lozano Garrido, el dolor no es nada extraño al ser humano ni nada que pueda salirse de lo ordinario y común.

Esto de arriba lo decimos porque equipara el mismo a los escritores o artistas que, como sabemos, los hay de toda clase y condición.

Sí, ciertamente, esto no es un descubrimiento de América ni nada por el estilo. Pero creemos que lo hace nuestro Beato de Linares (Jaén, España) para que nos demos cuenta que no estamos solos en el dolor y en el sufrimiento sino que es de lo más normal. Vamos, que no debemos sentirnos como bichos raros…

Nos dice, eso sí, que hay estilos de dolor y eso ha de suponer que, según sea la persona… así sufrirá sus padecimientos. Y en esto tampoco hay novedad alguna. Lo que pasa es que nuestro hermano Lolo sabe que las posibilidades de sufrir son muchas y variadas y que eso no debe hacernos perder la paciencia ni hacernos caer en la desesperanza que es, como sabemos, algo así como dejar de confiar en Dios o mirar para otro lado cuando su santa Providencia nos mira a nosotros.

Vamos, como vemos, desgranando poco a poco este texto que nos puede venir muy bien en el sentido de hacernos ver, sí, lo evidente pero que, muchas veces, no lo es porque creemos que las cosas son de otra forma cuando, en realidad, son más fáciles de entender de lo que a primera vista parece.

Eso sí. Debemos tener en cuenta que el dolor y el sufrimiento que lleva aparejado el mismo no es algo que no deba afectarnos sino que debemos tenerlo en cuenta pero no para lo que muchas veces creemos sino para algo muy distinto.

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24.11.19

La Palabra del Domingo - 24 de noviembre de 2019

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Lc 23, 35-43

 

“35 Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo: ‘A otros salvó; que se salve a sí mismo si él  es el Cristo de Dios, el Elegido.’ 36 También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre 37 y le decían: ‘Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!’ 38 Había encima de él una inscripción: ‘Este es el Rey de los judíos.’39 Uno de los malhechores colgados le insultaba: ‘¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!’ 40 Pero el otro le respondió diciendo: ‘¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? 41 Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.’ 42 Y decía: ‘Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.’ 43        Jesús le dijo: ‘Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.’”

        

 

COMENTARIO 

Entender y comprender a Cristo

 

El momento que refleja este texto del Evangelio de San Lucas es verdaderamente terrible pero, también, ciertamente, luminoso. 

Cristo se encuentra ya clavado en la Cruz y muchos lo miran. No todos lo hacen con pena sino que hay bastantes que tienen de  aquel hombre un conocimiento escaso. En realidad, como diría bien pronto el Hijo de  Dios, no sabían lo que hacían. Y, de verdad, no lo sabían. 

Como sabemos, con Jesús había dos personas. Le acompañaban dos ladrones que si se encontraban en aquella situación era porque su vida, a diferencia de la de Cristo, no había sido muy ejemplar. Dimas y Gestas (como se ha dado en llamar a tales ladrones) se encontraban, ante aquello, de una forma muy distinta, actuaban según sus propias emociones y sentimientos. 

En realidad, uno de ellos comprendió… el otro ni siquiera entendió nada de lo que le estaba pasando. Y perdió una gran oportunidad. 

No podemos negar que algunos de los allí presentes era posible que supieran que Jesús no era un hombre cualquiera. Lo consideraban, por eso mismo, muy peligroso porque había estado llamándoles la atención sobre mucho de lo que hacían y eso le procuró una muerte de tal jaez al hijo de María y de José. 

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22.11.19

J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – La Comarca de Tolkien – Microrrelatos IV

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Como es bueno ser perseverante en lo que consideramos bueno y mejor, estamos aquí de nuevo para aportar una nueva serie de microrrelatos después de que, como es fácil deducir del número del título del artículo, lo hayamos hecho en tres ocasiones. Y es que la cosa da para esto y para mucho más.

De nuevo, rogamos sepan disculpar los amables lectores los fallos que pudiera haber en ellos porque, al fin y al cabo, cada cual da lo que puede y sabe… 

 

  • En el principio era Eru; durante, también era Eru; al final, será Eru.

 

  • Del corazón de Eru salió todo lo bueno incluso, lo que se corrompió porque, en el principio, era bueno.

 

  • Ilúvatar fue tan generoso y bueno que hizo creer a los Ainu que todo salía de su música. Y ellos, felices, sub-sub crearon.

 


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  • Sam era el jardinero que supo podar, en Frodo, aquello que podía hacerle daño. Y caminando hacia el Monte del Destino regó y cuidó aquella amistad.

 

  • Como escudero fiel de su amo, Sam, alanceó muchas veces a Gollum. Bueno, al menos, quiso hacerlo las mismas veces.

 

  • Cuando Sam volvió a su Comarca sin su Frodo, su corazón no había vuelto completo. Estaba roto, en cierta manera, pero compuesto por recuerdos y esperanzas.

 

  • Seguramente, al principio, eran amigos, pero con el tiempo el ansia de poder supo hacerse con el corazón de Saruman. Y Gandalf, seguramente, se entristeció.

 

  • El Concilio quiso que Saruman lo presidiera porque era sabio. Y Gandalf obedeció hasta que supo que la oscuridad se había hecho con su corazón.

 

  • Al parecer, Saruman creía que su poder sería total. No supo, hasta que fue tarde, que Gandalf había sido destinado a metas más altas que la suya.

 

  • Frodo debió ver en Boromir a un hombre valiente. Y el caso es que lo era pero también tenía la ambición propia de esa raza mortal.

 

  • Cuando Frodo se dio cuenta de que Boromir ansiaba el Anillo Único seguro que no sintió más miedo que tristeza. Y es que lo tenía por un amigo… y lo era, pero equivocado.

 

  • Boromir, como compañero de la Compañía del Anillo debió sentir por Frodo el amor que se siente por quien tiene tu vida en sus manos; pequeñas, pero manos.

 

  • Un desayuno, dos desayunos y hasta tres, si es posible y conveniente. Y es los hobbits eran, como sabemos, de estómago agradecido… pero en el buen sentido.

 

  • Aquel conejo sin papas de Sam asqueó a Gollum. Seguro que Gamyi pensó eso de “uno menos y una ración más”, como buen hobbit.

 

  • Ante una mesa bien servida no hay hobbit que pueda resistirse ni dejarse vencer por la molicie. ¡Aún sin hambre son capaces de su segunda merienda!

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Aquella raza fuerte, esforzada y valiente lleva en su sangre el ansia de aventura. Y es que no hay nada mejor que un pescuezo de orco para sacar a pasear el hacha.

 

  • Se dice que los enanos no son buenos en el llano. Y, sin embargo, en muchos llanos han ganado buenas batallas, por enanía de bien.

 

  • Gimli se hizo buen amigo del Elfo Legolas. Al fin y al cabo, se diga lo que se diga, el primero apareció antes que el segundo. Vamos, sus razas.

 

  • Todos los caminos de la Tierra Media llevan al mismo sitio y lugar llamado aventura, destino, fin, esperanza, lucha, esfuerzo, lágrimas.

 

  • Incluso en la oscuridad y la tiniebla supieron encontrar el camino a Mordor. Y sí, tiraría el Anillo pero también la necesidad y el Bien.

 

  • Todos los mapas de la Tierra Media han mostrado, a lo largo de las edades, muchos caminos. Pero ninguno de ellos ha quedado sin transitar, incluso hoy, por ansiadores de aventuras.  

 

Eleuterio Fernández Guzmán Erkenbrand de Edhellond

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.

…………………………….
Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

 

 

 

21.11.19

Un año más, gracias a Dios

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Un día tras otro,

así,

va pasando el tiempo

que Dios nos ha dado,

limpio al amanecer

de cada momento,

preparado para lo mejor

porque es el Padre

quien así ha querido.

 

Un día tras otro,

así,

vamos dejando huella

de lo hecho

porque ansiamos

el mañana por venir,

la vida que no termina,

el rostro de Dios ver.

 

Un día tras otro,

así,

como dando de nosotros

lo que mejor sabemos dar,

sin rodeos ni falsedades

porque Dios lo quiere así,

limpio el corazón

y el alma clara y diáfana.

 

Un día tras otro,

así,

queriendo que el Padre

vea que lo amamos

y que pecamos por torpes

y perseverantes

en el error

pero que anhelamos

su perdón,

su mirada tierna,

su cercanía de Creador nuestro.

 

Un día tras otro,

así,

vislumbrando lo que queremos

y evitando las caídas

en la fosa,

las pérdidas del corazón,

el huir de la meta.

 

Un día tras otro,

así,

como debemos

porque queremos,

porque podemos

y hemos sido hechos para eso,

nuestro espíritu quiere volar

y hacia donde el corazón eterno

tiene asiento,

y mirar, en lontananza,

que nos ama Dios,

que nos ama el Hijo,

que el Espíritu nos ama,

y no desfallecer al momento

de tanto gozo y tanta ansia.

 

Un día tras otro,

así,

siendo capaces de la tiniebla

huir

y poner, ante ella,

la Luz en el camino mostrado,

sin celemín donde esconderla,

la meta por llegar, allí, donde no hay tristeza

y donde seremos consolados

por las manos de Quien nos hizo.

 

Un día tras otro,

así,

agradecemos al Todopoderoso

que haya sido Padre con nosotros

y nos haya creado,

nos haya traído hasta aquí

tanto tiempo después de haber,

por primera vez, llorado

al romper la luz en nuestros ojos

y al mundo haber llegado.

 

Gracias, pues, doy, a Dios porque cuando se llega a cierta edad como la que hoy cumple el que esto escribe, sólo se puede hacer eso. Y siempre eso.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Gracias a Dios; gracias, Dios

…………………………….
Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.