Eppur si muove - ¿Son necesarias las Conferencias Episcopales?

Relativamente acostumbrados como estamos a que la Conferencia Episcopal Española se posicione, en determinados casos, de una forma o de otra, a lo mejor resulta extraño, para más de uno, el tema de hoy.

Plantear la pregunta sobre si es necesaria la existencia de la misma Conferencia Episcopal Española (y de las demás que en el orbe existen) puede parecer una provocación. Sin duda se me puede acusar de ser contrario a la modernidad y que, en realidad, trato de proponer el final de algo que existe desde hace, relativamente, pocos años.

No va, lo advierto, la cosa por ahí sino, muy al contrario, por plantear la pregunta: ¿Son necesarias las conferencias episcopales?

Antes que nada hay que decir que, aunque lo que puede entenderse como Conferencia Episcopal llevaba funcionando de forma informal desde hacía mucho tiempo (La primera Conferencia estable de Obispos católicos de un territorio fue la belga, constituida en 1830 siendo la Sagrada Congregación para los Obispos las que las denominó “Conferencias Episcopales” en una Instrucción de 1889), es el Concilio Vaticano el que, a través del Decreto Christus Dominus (38) fija, por decirlo así, la realidad misma de las Conferencias Episcopales y terminando tal proceso, en 1966, el Papa Pablo VI, quien con el Motu proprio Ecclesiae Sanctae, impuso la constitución de Conferencias Episcopales allí donde aún no existían.

Así, el canon 447 del Código de Derecho Canónico dice que “La Conferencia Episcopal, institución de carácter permanente, es la asamblea de los Obispos de una nación o territorio determinado, que ejercen unidos algunas funciones pastorales respecto de los fieles de su territorio, para promover conforme a la norma del derecho el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo mediante formas y modos de apostolado convenientemente acomodados a las peculiares circunstancias de tiempo y de lugar”.

Y hasta aquí lo que, de normativo, hay, básicamente, en el tema de las Conferencias Episcopales.

Por otra parte lo que, quizá, destaca en la naturaleza de las citadas Conferencias es la comunión. Y lo es, o debería serlo, en un doble sentido: entre los obispos que conforman la Conferencia Episcopal digamos, de carácter nacional y, luego, entre la propia Conferencia Episcopal y Roma (no podemos olvidar que, como dice el número 9 de Motu Proprio Apostolos suos’, de Juan Pablo II Magno, “El Romano Pontífice, en efecto, tiene en la Iglesia, en virtud de su función de Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia, la potestad plena, suprema y universal, que puede ejercer siempre con entera libertad”) Sin la misma, que es de fe y, por tanto, sobrenatural, se desvirtúa el sentido que, en su día, se quiso dar a tal figura jurídico-eclesiástica.

Por tanto, no se puede olvidar que la potestad que ejercen las Conferencias Episcopales es delegada y que procede de la misma Santa Sede.

Podemos decir, por lo tanto, que las Conferencias Episcopales son, en principio, un buen instrumento que la Iglesia católica se dio a sí misma.

Sin embargo, tampoco podemos negar que en el debe del funcionamiento de las mismas también hay elementos que preocupan o, al menos, deberían preocupar bastante.

Discrepancias internas

Son más que conocidas, por ejemplo, las discrepancias existentes entre obispos españoles acerca de muchos de los temas que se plantean en el seno de la Conferencia Episcopal. Tal es así que, en muchas ocasiones, se habla del bando que apoya a tal obispo y el bando que apoya a otro tal obispo.

Esto rompe, de forma clara, con la comunión que ha de existir entre los obispos y, así, con la misma esencia de las Conferencias Episcopales.

Pero lo que, a lo mejor puede molestar más a quien observa el quehacer de tales organizaciones es que, en determinadas ocasiones, se producen “silencios” que mucho preocupan a los creyentes o que, al menos, deberían preocupar. De todas formas sí causan escándalo en aquellas personas que, estando en el conocimiento de lo que son las Conferencias Episcopales y de las competencias de las que disfrutan, pueden apreciar que no se ha hecho lo que se tenía que hacer. Por ejemplo cuando:

-Se produce silencio ante lo que, muchas veces pasa en la vida política que, directamente, afecta a la doctrina católica llevado esto, a lo mejor, por una actitud de “apaciguamiento” que, en realidad, no sirve para nada pues el Mal no se conforma con un “mirar para otro lado”.

-Se produce silencio ante lo que muchos teólogos, religiosos o sacerdotes dicen y escriben dando a entender aquello de que “el que calla otorga” y siendo tal otorgamiento muy grave según lo que se dice y escribe.

-Se produce silencio ante, por ejemplo, actitudes como las de la FERE al respecto de Educación para la Ciudadanía.

-Se produce silencio en casos tan particulares como el de la Parroquia de Entrevías (de Madrid) que envalentona a aquellos que hacen de su capa un sayo aunque, al parecer, se ha puesto algún tipo de remedio a la situación de la misma.

-Se produce silencio cuando, por ejemplo, no se clarifica la posición de la Conferencia Episcopal Española al respecto de la comunión que pueden (o no) recibir los partidarios conocidos del aborto como, por ejemplo, lo son muchos políticos de diversos bandos españoles.

-Silencio al respecto de los obispos que, de facto, se oponen a la aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum (sobre la “Liturgia romana anterior a la reforma de 1970”) y que, en esencia, da un empujón a la celebración de la Santa Misa según el rito extraordinario.

Silencio, silencio, silencio… son demasiados silencios que van en contra de la legitimidad que tiene la Conferencia Episcopal para hacer lo que le corresponde.

Discrepancias externas

Externas, por ejemplo, las disidencias manifestadas por las Conferencias Episcopales de Francia, Alemania (contestando al nombramiento de un Obispo) o Austria con Roma o, lo que es lo mismo, con Benedicto XVI apuntan a una distorsión del principio de comunión que está muy alejado de lo que, en realidad, ha de ser el mismo.

Podemos, por ejemplo, traer a colación el tema de los obispos lefebvrianos y de la oposición a que se prosiga con el proceso iniciado por Benedicto XVI para que regresen a la plena comunión con la Iglesia católica los integrantes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), podremos preguntarnos hasta qué punto la comunión es total.

Por eso, podemos dejar caer la pregunta acerca de qué es lo que, en el fondo, dirige el funcionamiento de ciertas Conferencias Episcopales y si, en realidad, creen en la comunión con el Santo Padre, como mucho o entre sus miembros, como poco.

Aunque, la verdad, la respuesta no es demasiado buena que digamos.

14 comentarios

  
Esteban
Lee el DErecho Canónico, para esas cosas no son las COnferencias Episcopales, no estan para desautorizar e intervenir en donde rigen los obispos, sino para que estos se cordinen en asuntos nacionales

-Se produce silencio ante lo que, muchas veces pasa en la vida política

Dependiendo de a que COnferencias hables, no porque no condenen a un político que te cae mal, no sirven,

Se produce silencio ante lo que muchos teólogos, religiosos o sacerdotes

NO pueden andar persiguiendo teologos, estos dependen ya sea del obispo de su diocesis, o de los superiores religiosos, la Iglesia tiene una estructura, y ellos no pueden intervenir de forma despota en otras estructuras (como es la de los religiosos que dependen directamente del Papa)

Se produce silencio ante, por ejemplo, actitudes como las de la FERE

Creo, que igual estas dependen no de los obispos, sino de las congregaciones que estan a su cargo, en su caso, quien puede intervenir es la COngregación para la Educación Católica (creo que así se llama), o las ordenes religiosas, solo en el caso que fueran escuelas propiedad de la diocesis o Universidades, podría intervenir el Obispo, pero los obispos no pueden o no deberían estar desautorizando al de al lado, y menos con pronunciamientos como los que esperas.

Se produce silencio en casos tan particulares como el de la Parroquia de Entrevías

La culpa en este caso la tiene el Arzobispo de Madrid, porque es el que tiene el control de la parroquia, lee todas las constituciones sobre la función de los obispos

Se produce silencio cuando, por ejemplo, no se clarifica la posición de la Conferencia Episcopal Española al respecto de la comunión que pueden (o no) recibir los partidarios conocidos del aborto

Porque no hay consenso en la Iglesia, por un lado esta prohibir (eso es decisión de los obispos), ellos no pueden ir mas alla de lo que señala el Magisterio de la Iglesia, y si la Santa SEde, ha dejado este asunto a los obispos locales, las Conferencias Episcopales, no pueden diezmar interviniendo en asuntos de otros obispos.

-Silencio al respecto de los obispos que, de facto, se oponen a la aplicación del Motu Proprio Summorum Pontificum

Es lo mismo, sería como desautorizar la autoridad apostólica de los obispos en particular, y ese no es el Papel de esas Conferencias, sino la coordinación de los obispos, no sembrar discordia entre ellos, y acoso a unos, entre otros, sino sería todavía un caos mayor (si así ya hay mucha politiqueria en la Iglesia, haciendo lo que tu esperas de las Conferencias, sería peor)

Externas, por ejemplo, las disidencias manifestadas por las Conferencias Episcopales de Francia, Alemania (contestando al nombramiento de un Obispo) o Austria con Roma o, lo que es lo mismo, con Benedicto XVI apuntan a una dis"

Esto tampoco es verdad, hay algunos que conciben al Papado como una dictadura, donde el Papa hace lo que se le pega la gana, pero San Pedro no era un dictador, y la Primacía Papal, es un servicio a los hermanos, no un absolutismo, de hago lo que me plazca y se callan. (De ser así, los Concilios Ecuménicos hubieran sido un absurdo, porque los obispos no podrían discutir,)

Podemos, por ejemplo, traer a colación el tema de los obispos lefebvrianos y de la oposición a que se prosiga con el proceso iniciado por Benedicto XVI para que regresen a la plena comunión con la Iglesia católica los integrantes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX), podremos preguntarnos hasta qué punto la comunión es total.

Pues más que los obispos cismáticos, sin duda, si estan en mayor comunión, nada mas que algunos integristas, calientan a algunos "ortodoxos", para que despotriquen contra los Obispos de Europa, y los culpen de todos los males de Europa, cuando la responsabilidad es compartida (De ROma, de los Obispos, de los sacerdotes, de los laicos, de los religiosos, etc)






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EFG



Pues entonces, si las Conferencias Episcopales no pueden hacer nada al respecto de lo aquí dicho, ya me dirá Ud. para qué sirven.
12/02/10 1:29 AM
  
Gallego
Eleuterio, en su papelm de ultraortodoxo, quiere que sancionen al que incumpla las normas que a él le gustan.
Pero eso sería saltarse las propias normas de la Iglesia. En ese caso le daría igual.
12/02/10 7:59 AM
  
ugl1820
Eleuterio,

Las Conferencias Episcopales no sirven para nada, como bien se puede deducir del comentario de Esteban. Fueron una concesión a los que reclamaban la colegialidad en las decisiones de los obispos, y el resultado es el que, por ejemplo, hoy tenemos en España: una especie de parlamento donde unos gobiernas y otros hacen la labor de oposición.

Pese a que el CDC recoge esta figura, me quedan dudas de que no vaya en contra del Magisterio de la Iglesia, pasandose por el arco del triunfo la organización piramidal de la Esposa de Cristo.

En cualquier caso, las Conferencias Episcopales no han hecho mas que restar credibilidad a la actuación de la Iglesia. A la única a la que deberían rendir cuentas los obispos es a Roma, y no a Añastro.


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EFG


Yo, que, como católico, he visto a las Conferencias Episcopales como un instrumento, a lo mejor, válido, estoy empezando a pensar que también es posible que sirvan para poco.
12/02/10 8:47 AM
  
Maricruz
La mayor dificultad que veo en esto de las Conferencias Episcopales, al menos en la de mi país, (que en el fondo no se diferencia mucho de la del tuyo) es que se supone -según indicas- fueron constituidas para ejercer funciones pastorales.

Esto, desde donde observo, ha tomado preeminencia sobre lo teológico, es decir, las directrices pastorales han sustituido las teológicas y por tanto como que el asunto se les ha descalabrado un poco.

A mi muy humilde entender, es lo teológico-doctrinal lo que fundamenta lo pastoral, sin embargo, estas conferencias lo omiten por completo, crean directrices pastorales sin este fundamento doctrinal, sino sobre lo que cada una de ellas interpreta que consiste lo pastoral y que muchas veces nos desvía a los fieles de la comunión con Roma.

Ejemplo: el Arzobispo de mi país indica que recibir la comunión de pie y en la mano es lo conveniente por razones pastorales, argumenta el número de fieles que asisten a misa y la "unidad" de la asamblea. Sin embargo, estos dos argumentos son bastante débiles, es decir, cómo es que una misa concurrida o el hecho que algunos -no todos- tomen la comunión de rodillas y en la boca, sean razones para haber prescindido de la tradición y alejarnos del sentido del misterio?

En este estilo de cosas se desenvuelven aquí y acullá, como podrás ver y has concluido: no contribuyen a la unidad de los fieles ni reflejan la autoridad delegada por ellos desde Roma.

Cosa extraña es que los laicos veamos estas cosas y que los Obispos, si es que las ven, hagan caso omiso del descalabre que producen.

Para mi, este estado de cosas es una herida abierta que supura sobre la cual el Papa está invirtiendo tiempo y energía en sanar, pero no se ve mayor progreso; por esta razón, no me parece que esté de más que los laicos contribuyamos en señalar lo que observamos y recomendar, con el debido respeto y obediencia, sobre estos asuntos.





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EFG




A mí también me parece importante que los laicos llamemos la atención sobre lo que pasa porque, a lo mejor, de no hacerlo, nada de lo malo que pasa cambia.

A eso, sin embargo, lo llaman comportarse como ultraortodoxos. En fin...
12/02/10 9:00 AM
  
Maricruz
Eleuterio,
Pues mira, a mi me han llamado de tantas maneras y no todas agradables ni estimulantes las cuales hasta la hora no han podido reducir mi dignidad ni mis certezas, que la verdad poco me importa cómo me llamen, yo se en quien confío y tengo puesta mi esperanza. Además, sabes qué? Una buena señal digo yo, de que señalar y hablar sobre estas cosas no es expresión de ningún tipo de extremismo es la serenidad con que lo hacemos, eso en contraste con otros portales donde se lee cada cosa que pone los pelos de punta.
Así que no nos desanimemos, ya aparecerá un Obispo o sacerdote que nos lea, que confíe en nuestro criterio y se disponga a hacer algo al respecto, primero Dios.



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EFG


De todas formas, sabemos que Dios es nuestro Pastor. Entonces ¿A quién podemos temer?. Ya lo dijo el salmista y eso lo tenemos bastante claro.
12/02/10 9:54 AM
  
gallego
Ultraortodoxo es querer saltarse las porpias normas de la Iglesia para cumplir con las normas de la Iglesia.

Eso que tanto hacen en este blog. Esos carnets de católicos que se ponen algunos a repartir como si fuesen inquisidores. Ese tronar doctrinalmente por el celibato cuando todo el mundo admite que no es un tema doctrinal.
12/02/10 10:14 AM
  
Piel de Toro
No, no hacen falta para nada, hoy dia son sin duda uno de los grandes problemas en la Iglesia. Se han convertido en reinos de taifas, rebeldes, desobedientes y en muchos casos apostatas de hecho, ya que ni enseñan ni defienden la recta doctrina.Son ademas los directamente responsables de los sacrilegios y abusos sin fin que los sacerdotes infieles cometen a diario al no llamarlos al orden, o controlar sus actuaciones con el celo debido.La dejacion de un numerosisimo numero de nuestros obispos en sus obligaciones es un continuo motivo de escandalo e indignacion para los fieles.Sinceramente las Conferencias Episcopales son un lastre inmenso para la Iglesia y una de las causa principales de la lamentable situacion que padecemos.Hay que señalar ademas la terrible responsabilidad en la traduccion y adaptacion de los textos entre ellos los mas fundamentales como los Evangelios para hacerles segun ellos mas "comprensibles y faciles" a la gente, no hay
palabras para calificar el resultado aterrador conseguido, la barbarie se extiende a todas las demas. No hablemos de la famosa Oracion de los Fieles en la Santa Misa, ayer mismo nos propocionaba esta herejia, "Recemos por la Iglesia pecadora"!!!! Iglesia pecadora!!!!!! osea que nos han desmentido el Credo donde cuando lo rezamos desde Nicea, proclamamos que creemos en la Santa Iglesia Catolica, y se quedan tan tranquilos. Dios mio! ten piedad de nosotros! Mandanos santos Obispos, libranos de los apostatas,Señor, salvanos!







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EFG



Estoy totalmente de acuerdo con Ud. Precisamente el otro día en www.sectorcatolico.com salía el tema de la famosa frase "Iglesia pecadora" que es, sin duda alguna, de una gravedad notable.
12/02/10 2:58 PM
  
Manuel Morillo
Para lo que debieran ser útiles las Conferencias Episcopales y no hacen nada de ello: Para contratar con Telefónica o Vodafone, o lo que sea 30.000 líneas de tfno de todas las parroquias y negociar precio, para comprar 50.000 ordenadores directamente en China y sacarlos a un tercio del precio de cada párroco, para negociar el precio con Endesa o Fenosa del suministro eléctrico de todas las instalaciones de instituciones de la iglesia, etc...
Eso si que sería útil y no convertir la Conferencia Episcopal en una especie de parlamento con los que inmiscuirse en la autoridad del obispo de cada diócesis.




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EFG



Vaya. No se me había ocurrido lo que Ud. plantea acerca de tales encomendaciones para las Conferencias Episcopales.
12/02/10 3:30 PM
  
Gallego
Son ademas los directamente responsables de los sacrilegios y abusos sin fin que los sacerdotes infieles cometen a diario al no llamarlos al orden, o controlar sus actuaciones con el celo debido
Pero no le están diciendo que eso es competencia directa del Obispo?

Otro más que se quiere saltar las normas de la propia Iglesia para cumplir las normas de la Iglesia. Joer.....
12/02/10 4:20 PM
  
Tulkas
NO.

Son una aberración, ajenas al ministerior episcopal y a la naturaleza católica de la Iglesia.
12/02/10 11:36 PM
  
Rovirosa
Estimado blogger:

Plantearse la conveniencia de las conferencias episcopales considerando su poca antiguedad en la Iglesia sería tanto como considerar el Opus Dei o el mmovimiento neocatecumenal como movimientos sin demasiada importancia por su reciente fundación.

Las conferencias episcopales tienen mucho sentido en un mundo donde se hace necesaria la voz uniforme de la Iglesia ante los estados. Antes de esto, era el Vaticano el que llevaba el peso de este tipo de relaciones y desde Roma se planteó la necesidad y oportunidad de que los obispos de las diocesis de un estado formasen esas conferencias que habrian de servir como medio de cooperación y coordinación entre ellas en algunos asuntos.

13/02/10 12:44 AM
  
Rovirosa
" Comentario de Manuel Morillo
Para lo que debieran ser útiles las Conferencias Episcopales y no hacen nada de ello: Para contratar con Telefónica o Vodafone"

Personalmente pienso que habría que considerar otras opciones mucho más interesantes.
13/02/10 12:47 AM
  
Esteban
"
Pues entonces, si las Conferencias Episcopales no pueden hacer nada al respecto de lo aquí dicho, ya me dirá Ud. para qué sirven."

Las Conferencias Episcopales sirven, viene explicada su función en los documetnos de la Iglesia, y como le digo sirven para una mayor coordinación de los obispos en asuntos pastorales

No porque no sea una Inquisición Nacional como usted quiere, no van a servir. Si ni el Prefecto de la COngregación de Obispos, puede destituir obispos, ni andar metiendo sus narices gobernando diocesis ajenas, ahora me dirá que tampoco sirve, dicha congregación.
13/02/10 5:44 PM
  
Damián
Las conferencias episcopales sirven mogollón:
1.- Para que los Sres Obispos se ausenten de sus diócesis un día sí y otro también. No conocen sus diócesis. Ignoran a sus presbíteros. El "papá" nunca está en casa; tiene mucho trabajito en su oficina.
2.- Para engordar un organigrama burocrático que nos obsequia con unos cientos de carteles horrorosos (menos aquellos del lince, que fueron los que menos envíaron). Y para producir unas cuñas publicitarias que dan pena.
3.- Para hacer "políticamente correcta" la vida y misión de la Iglesia, haciendo el ridículo ante los medios de comunicación.
4.- Para jugar a politiquillos en su pequeño parlamento clerical.
5.- Para elaborar extensos documentos que nadie lee.

13/02/10 9:23 PM

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