19.08.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – No somos sólo cuerpo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual. 

 

Frases que bien valen la pena – No somos sólo cuerpo

  

“La grandeza de la perfección está, precisamente, en ir superando día a día estos matices negativos, contando con los consiguientes retrocesos y con el trabajo íntimo de lo sobrenatural”. (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

 

Sabemos que Cristo, en un momento determinado, nos dijo que deberíamos ser perfectos como lo era Su Padre del Cielo (Mt 5, 48) 

También sabemos que eso no siempre es posible porque, en primer lugar, a los hijos de Dios gusta mucho el libre albedrío (que, en sí mismo, está muy bien y es un don muy grande de parte del Todopoderoso) y, en fin, porque somos como somos… 

De todas formas, como nos dice aquí mismo Lolo, la perfección es algo grande que nunca deberíamos tomar por algo imposible porque tenemos el ejemplo de Quien sí fue perfecto y acabó muriendo en una Cruz, precisamente, para salvarnos. 

Sí, ser perfectos debe ser de lo mejor que le puede suceder a un creyente y por eso resulta ser algo inmenso y a tener en cuenta. Pero, ¿Cómo podemos serlo o, mejor, cómo podemos alcanzarla? 

Como pueden ver ustedes aquí utilizamos “debe ser” porque, evidentemente, quien esto escribe (y suponemos que muchos que esto lean) dista mucho de ser perfecto sino todo lo imperfecto que se puede llega a ser… Y es que la perfección es un ansia, algo a lo que aspiramos o, al menos, debemos aspirar. 

Bien. 

Preguntamos arriba cómo podemos ser perfectos o, al menos, ponernos en el camino de serlo. Y, sobre esto, el Beato de Linares (Jaén, España) nos dice algo que, viniendo de quien viene, debe ser tenido en cuenta.

No resulta, de todas formas, tan difícil esto porque lo pone aquí Manuel Lozano Garrido con una claridad meridiana: debemos superar aquello que, de negativo podamos tener o, lo que es lo mismo, lo que hacemos mal o rematadamente mal (las más de las veces) tratar de corregirlo. 

Podemos, por ejemplo, ir podando de nosotros aquello que nos sobra por ser excesivo en nuestro comportamiento (por ejemplo la soberbia) e ir sanando nuestro corazón. Pero también podemos ir aumentando aquello a lo que no llegamos como, por ejemplo, el amor por el prójimo e ir agrando, así, nuestro corazón. Y es seguro que aquí esté leyendo esto se le ocurren más circunstancias que añadir a estas dos… 

¿Ha de resultar esto fácil? 

No, es seguro que será algo más que difícil por nuestra forma de ser particular porque, no debemos olvidar, que si ya nacemos empecatados las caídas que vamos sumando a lo largo de la vida son… en fin… las muchas que son. 

Hay, por tanto retrocesos en nuestro proceso de perfeccionamiento (en caso, por supuesto, de que seamos conscientes de que lo necesitamos y estemos en ello…) pero no por eso debemos tirar la toalla como los boxeadores que lo ven todo perdido. Y es que nosotros podemos ser noqueados por nuestros pecados pero tan cierto es como que Dios existe que somos capaces de levantarnos y volver a echar a andar en pos del definitivo Reino de Dios llamado Cielo. 

¿Cómo es eso? 

Lolo lo dice bien claro: contamos con “el trabajo íntimo de lo sobrenatural”. 

Esto, a lo mejor, le puede sonar raro a quien no tenga la fe que nosotros decimos tener. Y es que hay quien cree que se basta a sí mismo para salir siempre adelante. Y bien sabemos que eso no es posible porque, como titulamos aquí, nosotros no somos sólo cuerpo. 

No. Nosotros no somos sólo cuerpo sino que, además, somos alma o, mejor, tenemos alma y, por tanto, el mundo sobrenatural nos debería ser muy familiar. 

Nosotros tenemos, por ejemplo, la oración,  la oración que es algo tan sobrenatural que le llega a Dios mismo. 

Nosotros tenemos, por ejemplo, los sacrificios ofrecidos por santas intenciones que estamos seguros también llegan al corazón de Dios. 

Nosotros tenemos a los santos que en el Cielo están y tenemos la comunión que tenemos con ellos y con los que, en el mundo, son conscientes de que somos mucho más que cuerpo… 

Pero, sobre todo, nosotros somos conscientes de que en el mundo no caminamos solos sino que somos acompañados siempre por Aquel que no quiso perder a ninguno de los que Dios le había entregado cuando fue enviado al mundo para que el mundo se salvase. 

El trabajo íntimo de lo sobrenatural”. Eso es lo que dice Manuel Lozano Garrido. Y lo dice porque bien sabía él lo mucho que estaba trabajando lo sobrenatural de su existencia.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (79)

 

“Hijo de Dios es un título que, lógicamente, debe costar más hacerse que de una entrada de fútbol”

 

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

18.08.24

La Palabra del Domingo. Domingo, 18 de agosto de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaJn 6, 51-58
  


“’51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre;  y el pan que yo le voy a dar,  es mi carne por la vida del mundo.’ 52 Discutían entre sí los judíos y decían: ‘¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?’ 53 Jesús les dijo: ‘En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre,  no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre,   tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.’”  


 
COMENTARIO

Verdadero pan para la verdadera vida
 

Continuó Jesús con su promesa escatológica. Muchas veces vemos que el Mesías insiste en determinadas cosas para que fuesen comprendidas; muchas veces el Enviado ilumina la vida de sus contemporáneos diciendo lo mismo repetidamente porque sabía y conocía la dificultad que tenían de comprender su doctrina y el mensaje que traía de parte de Dios. Y es que, en realidad, no era fácil ni la primera ni lo segundo. 

Esto viene, por eso mismo, a concretar lo dicho sobre el pan vivo en un momento inmediatamente anterior. 

Se refiere, Jesús, a su cuerpo, que lo va a entregar para la salvación de todos. Por eso dice el pan que “yo le voy a dar”; y ese pan, que será transubstanciado a partir, y en, la Eucaristía, es la causa necesaria de nuestra fe. 

Sin embargo, muchos de los que escuchaban no entendían y, llevados por el concepto del mundo que tenían, se dejaban llevar por su mundanidad y sentían repugnancia por aquello de comer su carne. Aún, para ellos, no había llegado el momento de la comprensión. Como para muchos, hoy día. 

La vida, la verdadera, la que Él trae, requiere, para tenerla, la aceptación de eso que dice Jesús, aún sin entenderlo (hay que reconocer que eso es difícil) y así, “si coméis”, o sea, si queréis creer en lo que digo, entonces, comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre (entendamos esto como hay que entenderlo, claro) pues entonces no es que vayamos, en un futuro, a tener la vida eterna, que también, sino que ya, ahora, desde este momento, ya la tenemos. 

Oración del jueves: “Yo soy el Pan vivo que ha bajado del Cielo” | MVC

Resulta evidente que esto, la posesión de esa vida desde el mismo instante que comemos una cosa y la otra, es una aportación de esperanza y de amor por parte del Mesías que nos permite, si queremos, si queremos y voluntariamente así lo manifestamos, optar por este lado del Reino de Dios en el que podemos sentir que ya vivimos. Esto no es, si lo pensamos bien, cosa baladí o de poca importancia sino, justamente, lo contrario.

Para afirmar esto, para confirmarlo y dar razón, si es que fuera necesario, Jesús les dice que ese comer y ese beber contribuirá a una permanencia mutua. Jesús permanecerá en el que lo hace y, a su vez, el que lo hace permanecerá en Jesús. Y esto es de vital importancia para cimentar un sentido de pertenencia de cada cual con Dios. 

La promesa queda garantizada por este comer y este beber. Bien dice Jesús que el que le coma y le beba vivirá por Él, pues si su Padre vive en Él, y su vida es, ya, eterna, para siempre, de tiempo infinito, también el permanecer en Cristo, ese vivir, se hará eterno pues eterna es la vida del Hijo de Dios. 

Vemos, pues, que este texto de Juan, tan cercano a nosotros y tan profundo, como todo lo de este evangelista que es, a la vez, tan dulce y tan nuestro, dice muchas cosas: que Jesús va a dar su vida, que su vida la da por el mundo, para que se salve; que, por eso, y para esa salvación, y por esa entrega que hace de sí, se hace, para quien anhele la vida eterna, manifiesta esa voluntad comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre en la Eucaristía (que, ciertamente, aún no ha tenido lugar en su primera vez) Así no se dará el caso de aquellos antepasados de sus contemporáneos que, como ya dijo en otro momento, comieron el pan del cielo y murieron. Ahora, con Él, que es la Vida misma, este caso no se dará. 

Todo lo que sucedió, y sucede, entonces, y cada día, certifica esta Verdad. 

Ahora bien, como hace siempre Jesús, Él propone determinada posibilidad y está de nuestra parte llevarla a cabo, aceptarla, o no. Esto es, siempre, cosa nuestra. 


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan el pan del Cielo.

Roguemos al Señor.

 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren vivir para siempre.


Roguemos al Señor.

 
ORACIÓN

 
Padre Dios; ayúdanos a aceptar el pan que nos ofrece tu corazón.

 
Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

Vivir para siempre… en realidad, es la esperanza que tenemos que transformar en acto. 

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

 

12.08.24

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – A la tentación… ni agua

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – A la tentación… ni agua


“A la tentación sólo cabe darle la cara desde un equilibrio fiel de nuestra naturaleza, con la razón y el conocimiento como vigías, con el instinto y los sentidos encasillados dentro de sus limitaciones, pero ¿nos aceptaría ella comerciar así?” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)

Me parece recordar que es San Josemaría quien dice que con la tentación no hay, siquiera, que dialogar, a saber:

“No dialogues con la tentación. Déjame que te lo repita: ten la valentía de huir; y la reciedumbre de no manosear tu debilidad, pensando hasta dónde podrías llegar. ¡Corta, sin concesiones!" (Surco, 137)

Y eso es lo que nos dice Lolo aquí mismo en cuanto al resultado de tal encaramiento: no caer en ella. 

Es cierto y verdad que muchas veces estamos sometidos a tentaciones y que no siempre somos capaces de evitarlas o, sencillamente, de caer en ellas. Y podemos suponer que Manuel Lozano Garrido se vio sometido también a tal tipo de “presiones” espirituales que lo podían haber hecho caer… 

Decimos arriba que San Josemaría tenía muy claro que con la tentación no hay nada que hablar. Pero Lolo, consciente de cómo somos nosotros plantea la cosa desde el punto de vista de sí, ahí tenemos la tentación y, al parecer, no somos capaces de no entablar “conversación” con ella. ¿Entonces… qué? 

Como es de esperar, el Beato de Linares pone sobre la mesa una forma de hacer las cosas en el caso de ser tentados. Y no podemos decir que se nos pida poco..

Bien.

Vemos que Lolo nos propone, ante la tentación, esto que sigue y que entiende él que es la única forma de hacer las cosas en esto:

 

- Debemos mantenernos equilibrados en cuanto a lo que somos: fieles hijos de Dios.  

- Debemos hacer uso de esos bienes que Dios nos entregó como son la razón y el conocimiento.  

- Debemos tener en cuenta que nuestros cinco sentidos han de tener unas lógicas limitaciones…

 

Es cierto y verdad que según nos aconseja nuestro hermano Manuel la cosa no resulta tan fácil como podría parecernos. Y es que, conociendo como conocía el ser de sus hermanos, las propuestas que nos ofrece Lolo han de ser tenidas en cuenta según un corazón fiel y un alma limpia pues, de otra manera, poco efecto van a tener de cara a enfrentar con la correspondiente lucha interior a la tentación.  

En cuanto a lo primero… ¿Cuántas veces no descuidamos nuestra necesaria filiación divina y nos vamos por otros derroteros? 

En cuanto a los segundo… ¿En cuántas ocasiones a la razón la dejamos de lado y del conocimiento que tenemos de la Ley de Dios no queremos saber nada? 

Y, ya, por fin, ¿Cuántas veces damos rienda suelta a nuestros sentidos…?

Podemos darnos cuenta de que lo que Lolo nos aporta en cuanto a la lucha contra la tentación es, sí, difícil de llevar a cabo porque muchas veces somos necios y no queremos hacer lo que deberíamos hacer bien por comodidad o por simple ignorancia. El caso es que nuestro amigo Manuel Lozano Garrido sabía muy bien lo que nos haría, valga la redundancia, bien en nuestro devenir espiritual y no nos haría caer en la tentación como, por cierto, tantas veces decimos en el Padre Nuestro porque otras tantas veces estamos sometidos a ellas…

En todo caso, aquí, como decimos en el título de estas letras, a la tentación no hay que darle ni agua porque ya no es que sea enemiga nuestra sino que es, en mala cosa, mucho peor que eso porque nos puede perder para siempre.  

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (78)

“Si con todas las cosas que ocurren hacemos como son las calcomanías, despegarlas inmediatamente, siempre encontraréis en todo la idéntica figura de un Padre. ”

 

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

11.08.24

La Palabra del Domingo. 11 de agosto de 2024

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Jn 6, 41-51

 
“41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: ‘Yo soy el pan que ha bajado del cielo.’ 42 Y decían: ‘¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?’ 43 Jesús les respondió: ‘No murmuréis entre vosotros. 44 ‘Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas:  ‘Serán todos enseñados por Dios’. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de la vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.’”

COMENTARIO

Jesucristo es el alimento para la vida eterna y no hay otro 

Jesús tenía que cumplir la misión para la que el Padre le había enviado. Ni podía callar acerca de lo que debía hacer ni podía escudarse en ningún tipo de respeto humano para salir bien parado ante el mundo.

El Hijo de Dios dice cosas muy importantes en este diálogo que mantiene con otros judíos que no le querían bien y que pretendían menospreciarlo. Dicen, por eso mismo, como haciéndolo de menos, que conocían a sus padres y era de esperar, eso creían ellos, que del Mesías no se conocería más que era el enviado de Dios pero no su, digamos, familia. Pero en eso estaban bastante equivocados, como muy bien sabía Jesucristo.

Jesús era Quien era y, si se daba el caso (y si no, también), no lo ocultada. Como ahora era una ocasión muy buena para dejar claro qué había venido a hacer, no la pierde y hace lo único que podía hacer: decir la verdad.

A Dios, en efecto, no lo ha visto nadie que pueda atestiguar que lo ha visto cara a cara. Sin embargo, Cristo sí lo ha visto porque es Dios hecho hombre. Por eso, en tal sentido, ha visto el rostro del Padre y, aunque decir eso suponía mucho en su contra, no puede callar lo que es cierto y verdadero.

Por ejemplo, que hay que creer en Él para tener al Padre consigo. Y esto es una forma convincente de sostener que Cristo y Dios están más cerca de lo que muchos de sus contemporáneos pensaban y estaban en la seguridad de creer.

Pero Jesús dice mucho más. Y es que siempre aprovecha la oportunidad para predicar y enseñar la Verdad.

Lectio Divina: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae mi Padre”

No es sólo el Hijo de Dios, al que ha visto, sino que es el pan.

El pan es una comida, era entonces seguramente más que ahora, esencial en la vida de una persona (no debía haber tanta preocupación por las dietas alimenticias…) Pero el Pan que es Cristo es mucho más que un alimento que da la vida en esta tierra como, por ejemplo, fue el maná que comieron los antepasados de los que hablan con Él. Cristo es el Pan que da la vida eterna y sin él no hay tal vida. Así se sencillo y de fácil de entender.

Anticipa, con estas palabras, la creación de la Santa Misa o Acción de gracias y su propio sacrificio. Así, Cristo dice que su carne la da por la vida del mundo y, además, que con ella, se vive para siempre, siempre, siempre.

Aceptemos, pues, la carne de Cristo y la sangre de Cristo como instrumento espiritual que nos garantiza la vida eterna la cual, por cierto, es anhelada por el ser humano desde que sabe que Dios es Dios.

PRECES

Pidamos a Dios por aquellos que no quiere tener a Jesús como el Hijo de Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por aquellos que no aceptan la carne de Cristo como Pan de vida eterna.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener el convencimiento más absoluto en las palabras de Cristo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 
Panecillo de hoy:

 

El Pan para la vida eterna. Y es Cristo ese Pan…

 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

5.08.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Granos que mueren para dar vida

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

  

Frases que bien valen la pena – Granos que mueren para dar vida

 

“El sufrimiento es la simiente de todas las cosechas. Si muere un grano habrá espiga y, si se enraíza una cepa, también cantarán alguna vez los vendimiadores.” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

  

En un momento del Evangelio de San Juan (12, 24) se dice que “si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.” Y es más que seguro que el Beato de Linares (Jaén, España) se inspiró en eso dicho en las Sagradas Escrituras por parte del Hijo de Dios para escribir lo que aquí traemos hoy. 

El caso es que nuestro amigo quiere establecer una relación directa entre tal expresión bíblica y lo que es el sufrimiento que tan bien conocía Manuel Lozano Garrido. 

Nos dice Lolo algo que podría parecer exagerado. Y es que quiere que entendamos que el sufrimiento no es sólo sufrimiento sino que, yendo más allá del mismo, puede tener consecuencias que son, al contrario de su ser, de buen provecho, al menos, espiritual… Y, según nos dice a continuación, vemos que no exagera para nada el linarense universal

Debemos tener en cuenta lo que nos dice y a lo que en otras ocasiones ya hemos hecho referencia: la utilización del condicional “si”. Y es que el mismo supone que, ciertamente, puede ser que pase lo que ansía que pase Lolo o que no… Y es no cuando nosotros no queremos que pase o, lo que es lo mismo, que no queremos que muera el grano y que enraíce la cepa… Entonces, no hay consecuencias, digamos, positivas, en nosotros porque nosotros mismos lo hemos escogido… 

De todas formas, debemos ponernos en lo mejor pues, de otra forma, de poco nos va a servir esto que dice aquí Lolo. 

El sufrimiento puede morir si lo ofrecemos por santas intenciones que es seguro sean bien vistas por el corazón de Dios Creador. Muere en el sentido de transformado en lo que ansiamos sea benéfico para otras olmas. Así devendrá en espiga cargada de frutos. 

Digamos, como todo el mundo sabe, que la espiga muestra un desarrollo del grano que ha muerto que es, en dimensiones, mucho mayor que éste. Y por eso mismo cuando nosotros ofrecemos nuestro sufrimiento por las intenciones dichas arriba, también crecerá nuestra alma… 

Y también pone Lolo el ejemplo de la cepa que es un más que bíblico. Y en tal caso, viene a pasar lo mismo que nos dice del grano aunque, sin embargo, haga alguna que otra diferencia. 

Decimos que hay diferencia porque aquí nos habla Manuel Lozano Garrido de que la cepa ha de “enraizar”. Y es que cuando las raíces se aprietan junto a la tierra es cuando la cepa coge la fuerza suficiente como para echar para adelante y dar el fruto que ha de dar. Y algo así pasa cuando el sufrimiento arraiga en nuestro corazón pero lo hace no de forma malsana sino que, desde el mismo, irradia la alegría que supone saber que puede sobrenaturalizarse y ser, en tal sentido, fuente de gozo aunque eso pueda llegar a parecer imposible según el espíritu que guía nuestro corazón. 

Pero todo esto, como decimos arriba, sólo puede llegar a producirse si es nuestra voluntad la que hace que eso sea posible pues, de otra manera, ni el grano se hará espiga ni la cepa dará su fruto… 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante. 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (77)

 

“Ser y sentirse hijos de Dios. ¿es algo que viene a sobrepasar las ilusiones más apasionadas?”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

4.08.24

La Palabra del Domingo – Domingo, 4 de agosto de 2024

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Jn 6, 24-35

 

“24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: ‘Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?’ 26 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello’.

28 Ellos le dijeron: ‘¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?’ 29 Jesús les respondió: ‘La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado’. 30 Ellos entonces le dijeron: ‘¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer’. 32 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; 33 porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo’. 34 Entonces le dijeron: ‘Señor, danos siempre de ese pan’. 35 Les dijo Jesús: ‘Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.’”

 

COMENTARIO

 

Buscar a Cristo y entenderlo

 

Es bien cierto que muchos buscaban a Jesús. También es cierto que no siempre lo buscaban por espirituales razones.

El Hijo de Dios los tenía bien calados. Y queremos decir con esto que conocía, humanamente hablando, a los que iban detrás de Él o tras Él. Y no siempre era bueno el resultado de tal conocimiento.

Cuando aquello del milagro de la multiplicación de los panes y de los peces a muchos se les debió alterar más el estómago que el corazón. Y es que si aquel Maestro hacía eso…  ¡Sería bueno ir tras Él!

Pero Jesucristo entiende las cosas espirituales como deben ser entendidas. Y no se equivoca con ellas porque conocer más que bien la voluntad de su Padre Dios Todopoderoso.

La atención la pone Cristo sobre lo que importa y no es, precisamente, lo que es perecedero.

La vida eterna, aquella que dura para siempre no es, por eso mismo, perecedera. No. Nunca termina. Y es la que se debe buscar. Y lo otro, lo que pasa y muere no tiene tanta importancia como le daban aquellos otros nosotros y, ahora mismo, nosotros mismos.

Debemos trabajar y obrar para el alimento que nunca muere.

La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado -  InfoVaticana

La pista sobre qué es tal alimento nos lo da el mismo Hijo de Dios. Ni quería entonces ni quiere ahora que hagamos excesivas elucubraciones teológicas. No. Lo dice todo bien claro: el alimento que no perece lo da el Hijo del hombre. Es decir, Él mismo.

Sobre esto puede haber duda alguna. No hay nadie, ni ha habido antes de la llegada del Mesías, ningún otro ser humano que lleve, sobre sí, el sello de Dios ni nadie, por tanto, que pueda ser capaz de hacer lo que en su día hizo su Hijo. Por eso era tan importante escuchar lo que decía y, luego, ponerlo por obra.

Aquellos querían saber más. A lo mejor, seguramente, no habían acabado de entender aquello del alimento que nunca muere, etc. Y preguntan.

Creemos que, con franqueza, ellos querían saber para hacer según les decía aquel Maestro al que muchos querían de verdad. 

Lo que debían hacer era sencillo: creer en el Hijo del hombre, en Aquel que les estaba hablando.

Ellos, sin embargo, aún no acaban de creer. Son duros de corazón.

Seguramente todos los presentes sabían lo del maná que, como alimento y ante el ruego del pueblo elegido por Dios, salvó la vida a los que no acababan de confiar en Aquel que les había sacado de muy malos momentos.

Aquel maná, sin embargo, no era cosa de Moisés. Es decir, no fue el profeta quien les procuró el alimento. No. Fue Dios mismo el que, ante la situación por la que pasaba su pueblo, envió la salvación en forma de alimento.

Ellos, sin embargo, atribuían a quien los llevó por el desierto aquel milagroso hecho que tantas vidas salvó.

Pero Jesucristo sabe que no todo es como pueda aparentar ser. Y ellos, quiere comer del pan que les anuncia porque, según entienden, es que les va a traer la salvación. Sin embargo, no acaban de comprender del todo lo que les dice el Hijo de Dios.

El Mesías no dice nada que no se pueda entender: Él es el pan bajado del Cielo. Por eso, deben acudir a Él y aceptarlo como el Hijo de Dios enviado por el Creador al mundo para que el mundo se salve.

No tener nunca hambre y no tener nunca sed. Y es que una promesa como esa sólo la puede hacer quien sabe que puede cumplirla.

  

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que dudan acerca del Pan bajado del Cielo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no saben ver la salvación que hay en Cristo.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; gracias por haber enviado a tu Hijo para que fuera el pan bajado del Cielo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

El mayor provecho espiritual del creyente es entender a Cristo.

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

29.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – La doble raíz de las lágrimas

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

 

 

Frases que bien valen la pena – La doble raíz de las lágrimas

 

“Trae de nuevo aquí, hermano, tus lágrimas y tampoco escondas el dolor. Si eres hombre y te arden los ojos, no los ocultes avergonzado, porque las lágrimas, cuando son leales y abiertas, cicatrizan y curan, como dicen los médicos o purifican y salvan, como viene a garantizar la Cruz.” (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

 

Lo diremos otra vez. Este texto, propio del libro de Lolo “Reportajes desde la cumbre” es un, a modo, de palabras dichas por Dios a su descendencia. Y es que así se pueden entender a Quién hay que llevar las lágrimas. 

Habla el Beato de Linares (Provincia de Jaén, España) de lágrimas. Y eso nos hace pensar en muchas cosas que las pueden producir pero que, resumiendo, la cosa se divide entre las causadas por problemas físicos y las causadas por causas espirituales. 

Nos dice Manuel Lozano Garrido algo que es muy importante. No debemos esconder el dolor porque eso, precisamente eso, puede ser también fuente de otras lágrimas. No. 

El caso es que Lolo escribe con un lenguaje que hoy no sería admitido por la completa necedad que circula por el mundo. Y es que dice nuestro amigo, o se refiere, a “si eres hombre”. Y aquí no podemos entender que se refiera a la categoría de ser humano sino a la del sexo masculino del que se predica (o predicaba) que “no lloraba”. Pero, como decimos, a nosotros nos importa un bledo las consideraciones que se hagan hoy día sobre eso porque lo que, de verdad, es de vital importancia, es lo que luego sigue. Y, de todas formas, bien podemos entender que también se puede aplicar esto la mujer… 

Pues bien, como las lágrimas existen, han existido y existirán mientras existan, hayan existido y existirán las causas que las originen, lo que aquí nos dice nuestro Padre eterno es que las mismas tienen una doble raíz y que, por tanto, también tienen una doble solución. Y vemos, por tanto, que no son inútiles como podría pensarse en un principio. 

Para empezar, debemos tener en cuenta que las lágrimas pueden ser, sencillamente, falsas o fingidas. En tal caso, como nos dice el linarense universal, ni cicatrizan ni curan. Y, al contrario, al ser leales y abiertas producen un efecto sanador. Y eso puede comprobarlo cualquiera en muchos momentos de su vida. 

Por otro lado, sabemos que hay un componente espiritual a no desdeñar cuando las lágrimas llegan a nuestra vida. Y podemos decir que no es poca cosa lo que eso supone. 

Para esto pone Lolo el ejemplo inmejorable e incomparable de la Cruz. Y es que la misma (teniendo en cuenta Quién estuvo en ella hasta su muerte) no es la simple conjunción de dos maderos sino que, por causa de Cristo, va mucho más allá su significado y su sentido. 

La Cruz o, mejor, a partir de ella, se produce la purificación de la humanidad (la sangre de Cristo es su causa) y ello conlleva la salvación de todo aquel que crea que el Emmanuel es el Emmanuel enviado por Dios, precisamente y no por casualidad, para que muchos se salven. 

Pues bien, las citadas lágrimas, cuando son “leales y abiertas” no sólo vienen muy bien para cicatrizar y curar el origen de las mismas sino que, a más a más, purifican nuestra alma y la salvan. 

En realidad, bien podemos muchas veces dar las gracias a Dios por tener que verter, desde nuestros pecadores ojos, las tan benditas lágrimas. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy: 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (76)

 

“La ternura de la mirada de Dios cuando más se nota es haciendo por buscarla con las rodillas sobre los guijarros y en hora de orfandad.”

 

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

28.07.24

La Palabra del Domingo - Domingo, 28 de julio de 2024

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Jn 6, 1-15

1 Después de esto, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, 2 y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. 3 Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. 4 Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. 5 Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: ‘¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?’ 6 Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le contestó: ‘Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.’ 8 Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: 9 ‘Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?’

10 Dijo Jesús: ‘Haced que se recueste la gente.’ Había en el lugar mucha hierba. Se recostaron, pues, los hombres en número o de unos 5.000. 11 Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que quisieron. 12 Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: ‘Recoged los trozos sobrantes para que nada se pierda.’ 13 Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. 14 Al ver la gente la señal que había realizado, decía: ‘Este es verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.’ 15 Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.”

 

COMENTARIO

Panes y peces

No debemos olvidar que los discípulos más allegados a Jesús, aquellos que eran considerados sus apóstoles, estaban muy cerca de Él. Cualquiera podría pensar que, por eso mismo, lo conocían perfectamente y que nada de lo que hacía se les despintaba nada de nada.

Pues no. La cosa no iba por ahí. Aquellos que tan cerca estaban del Hijo de Dios no daba la impresión de conocerlo demasiado. Sí, habían presenciado sus milagros, habían escuchado su santa Palabra, de Dios y, también, habían acabado cansados de andar por los caminos y se habrían dicho si es que aquel hombre nunca iba a dejar de predicar.

El caso es que se les presenta una situación que, como diría Jesús, sólo con oración puede salirse de ella con buen pie.

Nos dice san Juan que mucha gente iba tras Jesús. Literalmente. Aquí no se trata de nada metafórico como diciendo algo así como “Jesús tiene muchos seguidores” sino que, físicamente, iban tras Él. Tengamos en cuenta lo que serían cinco mil hombres (más las mujeres y niños que, seguramente, serían más) Y llega un momento que tienen que comer.

Ahora mismo, en el siglo XXI en el que estamos sería un problema muy serio dar alimento, siquiera una vez, a tantas personas. Entonces, en aquellos primeros decenios del primer siglo de nuestra era la cosa es, sencillamente, imposible. Vamos, que humanamente nada podían hacer. Y eso bien que lo sabían los apóstoles. Por eso Felipe argumenta que hace falta mucho dinero para poder dar, siquiera, un trozo de pan. Y es que podemos imaginar las hogazas de tal alimento que habrían hecho falta para que comiesen, como dice el texto, “hasta que quisieron” o, lo que es lo mismo, hasta hartarse.

Multiplicación de los panes y los peces - Wikipedia, la enciclopedia libre

Digamos, por eso, que los apóstoles (aquel, en concreto) pensaban como hombres pero no se habían dado cuenta, al parecer, de Quién tenían a su lado, Quién era su Maestro. Y eso que no era la primera situación por la que pasaban que pudiera parecer irresoluble.

Pero Jesús tenía un as escondido en el corazón. Es decir, tenía a Quien acudir en aquella situación y la pregunta que había hecho a Felipe era, ¡pobre apóstol!, para probarlo. Y perdió la prueba, por supuesto.

Al menos tenían hierba para sentarse o, mejor, para recostarse (forma propia de comer en aquellas tierras palestinas) Comida, eso sí, no tenían casi nada. Tan sólo se le presentan cinco panes y dos peces. Y eso parecía poco… para el hombre pero no para Dios.

Jesús pide a su Padre que obre el milagro. Es decir no dice algo así como “¡hala, porque lo digo yo,  pan y peces para todos!”. Y es que sabe que aquel será un momento muy bueno para que el poder y la gloria de Dios se manifiesten. Y bien que se manifestó.

A este respecto, resulta extraño que, hoy día, haya teólogos que sostengan que aquello no fue un hecho extraordinario sino que, simplemente, se trató de una llamada de Jesús a la “solidaridad” entre personas y, de repente, todos se pusieron a repartir lo que tenían. Eso se dice para sostener que aquel hecho, y otros, no eran verdaderos prodigios extraordinarios debidos al poder de Dios sino, en todo caso, algo puramente metafórico y creativo de los escritores bíblicos.

Esto, por supuesto, cae por su propio peso porque resulta del todo absurdo que tantas personas llevaran tanta comida encima que, además de comer hasta que quisieron más de 10.000 personas (por lo menos) sobraran 12 canastos de comida. ¡Vamos, cualquiera diría que con ellos iban carros y carros de comida!

En fin… las cosas hablan por sí solas de lo que aquello fue en realidad: manifestación de la voluntad divina de socorrer a quien sigue a Cristo porque cree su Maestro.

En realidad, estos panes y estos peces son ejemplo de lo que el creyente en Dios Todopoderoso cree que puede hacer su Padre. Basta la confianza en la intervención divina y la verdadera fe para que se obre lo que se llama milagro pero que, sencillamente, no es más (ni menos) que expresión de lo que el Padre quiere para sus hijos.

 

PRECES

Por todos aquellos que no aceptan la intercesión de Cristo.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no confían en el poder de Dios.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a aceptar tu bondad.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Saciarse de Cristo es una buena medida espiritual.

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

22.07.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Rastros y huellas de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual. 

 

Frases que bien valen la pena – Rastros y huellas de Dios

 

“A Dios, como a los planetas, los virus y los átomos, no se le ve, pero hay que irle acusando por los rastros que deja y el modo como actúa.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas de ven de noche)

 

Hay quien cree que sólo puede tener por bueno y existente aquello que ve. Así, el expediente de la existencia de Dios lo resuelve con total rapidez y velocidad: no existe… y ya estaría dicho todo. 

Sin embargo, bien sabemos que las cosas no son tan sencillas ni tan necias porque, en materia de fe y, sobre todo, de la existencia de Dios, hay que ir un poco más allá de lo que vemos o, incluso, sentimos. Vamos, un poco más allá de nuestras narices… 

Por ejemplo, Las personas que no creen en Dios e, incluso, las que creen pero tienen del Creador una visión alejada y muy distante de sus vidas, no tienen la impresión de que Quién los mira, ama y perdona y puede manifestarse de alguna forma en sus vidas.

Así, cuando el Amor de Dios lo entendemos como el actuar efectivo de quien no vemos puede llegar a parecernos que, en definitiva, poco importa lo que pueda hacer o decir Aquel que no vemos, tocamos o, simplemente, podemos sentir.

Actuar de tal manera de permanecer ciego ante lo que nos pasa y no posibilitar que Dios pueda ser, en efecto, alguien que en diversos momentos de nuestra vida, pueda hacer acto de presencia de muchas maneras posibles es lo que no creía el Beato de Linares (Jaén, España)

En diversas ocasiones, por tanto, se producen inspiraciones del Espíritu Santo en nuestro corazón que muestran la presencia de Dios de forma firme y efectiva. Las mismas son, precisamente, “Huellas de Dios” en nuestras vidas porque, en realidad, nosotros somos su semejanza y, como tal, deberíamos encontrar a nuestro Creador, sencillamente, en todas partes.

No es algo dado a personas muy cualificadas en lo espiritual sino posibilidad abierta a cada uno de nosotros. Por eso no podemos hacer como si Dios estuviera en su reino mirando a su descendencia sin hacer nada porque cada día, a nuestro alrededor y, más cerca aún, en nosotros mismos, se manifiesta y hace efectiva su paternidad.

Las huellas de Dios son, por eso mismo, formas y maneras de hacer cumplir, en nosotros, la voluntad de Creador que, así, nos conforma para que seamos semejanza suya y, en efecto, lo seamos porque, como ya dejó escrito San Juan, en su primera Epístola (3, 1) es bien cierto que, a pesar de los intentos de evadirse de la filiación divina, no podemos preterirla y, como mucho, miramos para otro lado porque no es de nuestro egoísta gusto cumplir lo que Dios quiere que cumplamos. 

El caso es que debemos entender exactamente qué quiere decir Lolo con eso de que “no se le ve”. Y es que, evidentemente, a los planetas, virus y átomos no se les ve, digamos, a simple vista sino que hay que hacer uso de instrumentos con los cuales sí se les ve y en tiempos de Manuel Lozano Garrido eso ya era posible. 

¿Entonces? 

Nosotros creemos que, haciendo un símil con tales realidades físicas, Lolo nos quiere decir que a Dios tampoco se le ve a simple vista. Sin embargo, hay otras formas de “verlo” que van más allá de las que pueden proporcionar la técnica más actualizada. 

Sin embargo, el Creador no ceja en su voluntad de llamarnos y sus huellas brillan en nuestro corazón siendo, en él, la siembra que más fruto produce.

De todas formas, ya sabemos eso que se dice de que “ver es creer”. Pero eso lo puede decir quien, en realidad, no es creyente porque quien lo es como Lolo lo era sabe muy bien y más que bien que la fe es creer sin ver. O, si no, que se lo digan a Tomás…

Y si con lo dicho no es suficiente lo dicho en cuento a lo hecho por el Todopoderoso en nuestras vidas… ahí tenemos su modo de actuar. Y es cierto y verdad que, de tenerlo en cuenta y no estar ciego para ver las cosas como son… entonces, en tal caso, bien que podemos darnos cuenta de que Dios está y permanece a nuestro lado. Y eso Lolo lo tenía más que claro. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (75)

 

“No hay ni un cabello nuestro que no tenga encima el temblor de una caricia de Padre”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

21.07.24

La Palabra del Domingo – 21 de julio de 2024

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Mc 6,30-34

“30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. 31 Él, entonces, les dice: ‘Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.’ Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. 32 Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. 33 Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. 34 Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.”

 

COMENTARIO 

Estar como oveja sin pastor 

Podemos imaginar que, en un mundo donde el pastoreo era una actividad muy importante, que el Hijo de Dios haga uso de determinadas palabras, era cuestión principal y que sostenía su predicación.

Lo que pasa en este texto bíblico es síntoma de necesitar mucho más que alguien a quien escuchar. Muchos buscaban porque, en realidad, no habían encontrado a quien pudiera iluminar sus caminos.

También es más que cierto que el pueblo judío se sentía oveja de un Pastor grande que era Dios. Y a él debían seguirlo. Y eso es lo que quieren hacer bastantes con aquel hombre que enseñaba con autoridad y que muchos conocían, ya, en su casa de Nazaret.

Muchos de ellos, por tanto, no encontraban el camino para llegar al definitivo Reino de Dios. Y seguían a Jesucristo porque veían, en aquel hombre sabio, a un verdadero Mesías, al Mesías. Y eso, como bien sabemos, no le venía nada bien a Quien todo lo iba a dar por sus hermanos y, sobre todo, por los más pobres y necesitados.

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También es fácil imaginar que aquel mundo, aquellas tierras de oriente, no eran, en territorio, demasiado extensas. Todos se conocían y no es nada extraño que supiera dónde podía estar Cristo e, incluso, dónde se podía dirigir cuando quería estar a solas con sus Apóstoles para ensañarles. Pero había muchos otros que querían aprender y no podían dejar la oportunidad de escuchar al hijo de María y del carpintero José.

¡Qué dedicación no tendría Cristo que, como se nos dice aquí, no tenía tiempo ni para comer! Y es más que seguro que no hacían remilgos cuando alguien le pedía alguna merced o veía que se necesitaban sus manos y su corazón.

Al parecer no había forma. Y es que fueran donde fueran siempre había gente esperando al Hijo de Dios. Seguramente serían de los más sencillos de entre los del pueblo elegido, aunque no podemos descartar que también estuvieran allí gentes notables y de importancia no pequeña.

Dice el Hijo de Dios que creían que aquellos que allí estaban parecían como ovejas sin pastor. Y eso era más que importante.

Jesucristo conocía y reconocía la situación por la que muchos de aquellos que querían escucharlo no era buena. Muchos eran de los sencillos, de los que lloraban, de los que querían justicia o, en fin, de aquellos a los que se dirigía con un amor más que importante aquel Maestro bueno.

Ellos eran como ovejas, pero no tenían quien las dirigiese. Y querían que fuese Jesucristo quien las condujese a su redil y, también, quien les enseñara a orar y a buscar mejor camino para llegar a Dios. 

Ante aquella situación… ¿qué hacer?

Más de uno de aquellos Apóstoles debió pensar que tampoco iban a descansar en aquella ocasión. ¡Y ellos eran hombres como otros que también necesitaban el reposo! Pero aquel Maestro parecía que nunca se cansaba y no dejaba de enseñar. En realidad, era para lo que había venido al mundo. Y lo cumplía de forma más que eficaz. 

 

PRECES 

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren seguir a Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que están perdidos en el mundo.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a querer siempre a tu Hijo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Querer buscar a Cristo es, en cierto sentido, haberlo encontrado.

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Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.