30.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Unas confidencias con Cristo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Unas confidencias con Cristo

 Sí, Cristo mío, desde hoy te lo voy a contar todo, para que cada atardecer te suba hasta la palma un trozo de mi leve semilla de hombre, que ojalá pinces dulcemente con los dedos para guardarla en el silo de tu corazón.” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días

En un momento determinado, el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) dice que cuando vivía frente a una Iglesia le gustaba echar unos “parrafillos” con Cristo pues, desde su ventana, podía ver el Sagrario.  Por eso no nos extraña nada de nada que aquí diga lo que dice pues, en realidad, era práctica más que arraigada en su corazón y eso es lo que podemos entender que también nos dice a nosotros, amigos suyos de entonces y/o de ahora mismo. 

Los que consideramos que nuestra fe es cristiana, por ser discípulos de Cristo y, dentro de la misma, católica (por considerar que es la única verdadera) tenemos muy a bien creer que podemos establecer un lazo de unión muy bueno con Aquel que fue enviado al mundo para que el mundo se salvase muy a pesar de que muchos no creyeron en Él y procuraron su muerte más temprano que tarde. 

Eso, pues, lo damos por sentado aunque también es cierto que no siempre lo hacemos y no siempre estamos de acuerdo con lo que decimos tener por certeza y verdad…

De todas formas, siempre es bueno prestar atención a lo que dicen aquellos que, estando muy cerca de Cristo y, así, de Dios mismo, es verdad que han estado muy cerca del Todopoderoso y de Su Hijo. Y eso es lo que nos pasa con Manuel Lozano Garrido que, como sabemos, tuvo muy claro desde muy pronto que Cristo era, además de Dios hecho hombre, para él… un verdadero y fiel hermano. 

¿Y qué nos dice Lolo?

Lo que nos quiere decir nuestro amigo es que no debemos guardarnos nada para nosotros porque es muy importante que todo se lo digamos a Quien tanto nos ama, acompaña y protege. Y Lolo dice “desde hoy” porque ha tomado conciencia de que debe hacerlo desde ahora mismo. Y nosotros nos debe pasar lo mismo… desde hoy debemos hacer eso que dice Manuel que va a hacer y que estamos seguros hizo.

No quiere guardarse Lolo nada. Es decir, se lo va a contar “todo” a Jesucristo porque sabe será escuchado y eso será llevado hasta el mismo trono de Dios para que sea tenido muy en cuenta por el Padre. Lo que pasa es que, como bien sabemos, todo lo que nuestro amigo tendría que decirle a Cristo no sería nada malo ni haber hecho nada que se debiera haber hecho sino, al contrario, lo bueno que era y, también, sus propios sufrimientos que, al menos, aquí no querría un dolor “con escafandra” como decía de sí mismo para que nadie se sintiese afectado por sus sufrimientos. Aquí Lolo quería que el Hijo de Dios conociese, por su propia voz espiritual, sus acaeceres y dolores…

Podemos decir que hasta dice Manuel cuándo se lo va a contar todo a Cristo: al atardecer pues así, al haber transcurrido gran parte del día podía hacer un examen de conciencia más completo y su “narración” espiritual iba a ser perfecta. 

¿Pero quiere Lolo que quede ahí la cosa? Es decir, que todo se sustancia en que él cuente a Jesucristo todo lo que le tenga que contar… Pues no. En realidad, quiere que eso tenga un efecto más que favorable para su corazón porque ansía que lo dicho sea cogido con los dedos del alma por parte del Hijo de Dios y lo guarde en el corazón. Es más, que lo guarde en el “silo” del corazón de Cristo pues allí cabe mucho y todo lo nuestro cabe. 

Quiere Manuel que todo lo “pince” dulcemente Jesucristo. Y lo hace en la seguridad de que eso a a ser así por parte de Aquel que tanto amó a sus hermanos y, claro, sigue amando a sus hermanos entre los cuales Manuel Lozano Garrido, Lolo, debe estar ahora mismo en su exacta y fiel compañía, en unas maravillosas confidencias entre ellos.  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (84)

El Creador tiene para cada hombre una pequeña o grande – siempre ilusionada- entrega de Rey Mago.”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

29.09.24

La Palabra del Domingo - 29 de septiembre de 2024

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Mc 9, 38-43. 45. 47-48

“38 Juan le dijo: ‘Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.’39   Pero Jesús dijo: ‘No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea  capaz de hablar mal de mí.40 Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.’

41 ‘Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su  recompensa.’42 ‘Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. 43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga.45 Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser  arrojado a la gehenna.47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, 48 donde = su gusano no muere y el fuego no se apaga’”.                        

COMENTARIO


Con el que me sigue

 
A pesar de que hacía muy poco tiempo, relativamente, que Jesús predicaba y enseñaba que el Reino de Dios ya había llegado, alguno de sus contemporáneos se habían arrogado la posibilidad de actuar en representación suya y, así, extender su misterio a todo aquel que quisiera atender lo que decía y hacía.

Sin embargo, a
quellos que le seguían más de cerca, los que creían tener la “exclusiva” de ese Mesías, los que, quizá egoístamente, querían acapararlo para sí (no obstante hacía bien poco que se preguntaban quién sería el primero al morir Él) no podían, o no querían, permitir que nadie actuara dentro de ese pequeño grupo: quien no iba  con ellos se suponía que no estaba “autorizado” a hacer nada, ni aunque fuera bueno.

Esta actitud tenía mucha relación con lo que creían muchos judíos sobre el hecho de que nada se podía hacer contrario a la ley en sábado. Por lo tanto, aún parece que no habían recorrido el camino existente entre su antigua ley y la verdadera Ley de Dios y de su Reino.

Jesús, como tantas veces ha de hacer con sus rudos seguidores, seguramente ávidos de ese poder algo más acá, más palpable que la vida eterna, se ve en la obligación de darles a entender que ellos no son, ni serán, por el bien de todos, los únicos que podían predicar  o llevar a cabo hechos extraordinarios. Por lo tanto, actuar haciendo el bien y, al fin y al cabo, transmitiendo, de forma práctica, su mensaje, no estaba mal. Eso lo tenían que comprender, aunque les fuera muy difícil.

Meditación dominical - el que no está contra nosotros está a favor nuestro  - Padres de San SulpicioTan concienciado estaba el Mesías de lo que decía, que podía asegurar, como no puede ser de otra forma, que aquel que hace el  bien en su nombre no puede, luego, actuar en contra, ni Él ni de sus más inmediatos, digamos, discípulos.

Deducía, por eso, una limpieza de corazón y una relación directa entre el bien y su persona, entre una concepción nueva de la Ley pero tan antigua como el hombre y aquello que se podía hacer con ella. Es más, para que vean que ellos también se pueden beneficiar de aquellas buenas acciones les viene a decir que el bien que puedan recibir los mismos que ahora le escuchan será recompensado por quien lo haga pues de otra forma no se entendería el bien supremo que Dios le entrega a su persona, la limpieza de corazón que irradia su comportamiento, el bienestar que lleva a todos.

También Jesús, para dar importancia a aquellos que, en  su juventud espiritual, recién llegados podríamos decir, al Reino de Dios, los defiende de una forma total, radical, o sea, de raíz, por lo más elemental. Bien sabía Jesús lo que decía.

Quien, por medio de acción o de palabra, sea causa de que uno de aquellos que eran hermanos en la fe, obrara mal o pensara mal de otro (no actuara, por tanto, y forzado, con amor al prójimo) se vería aquejado por un mal muy gravoso (lo de la piedra del molino es figura bastante clarificadora). Lo que pretendía el Maestro era enseñar que el amor fuera verdadero,  que no se sembrase odio o rencor, a ser francos en el cumplimiento de la Palabra y voluntad de Dios, algo radicalmente importante y básico para quienes quisieran ser sus discípulos verdaderos.

Acaba el texto de San Marcos con una invitación de Jesús, con una invitación a la pureza de corazón. No tomemos la expresión al pie de la letra sino en el significado que podía tener. Al hablar de la mano y del ojo bien podemos entender que, por medio de estos, al fin y al cabo, sentidos, el de la vista y del tacto, podían producirse graves actos (robos, hurtos, codicia sobre los bienes ajenos, deseo de la mujer del otro, etc) que es, precisamente lo que prohibía y prohíbe alguno de los mandamientos de la Ley de Dios (no he venido a abolir la ley…, llegó a decir). No pretendía, creo yo, que se cortara una mano o se sacara un ojo, sino que se evitara eso que no estaba permitido: que no se robara, que no se hurtara, que no se codiciara, que no se deseara lo que no debía desearse.

Vemos, pues, que Jesús, instruía en lo elemental ya que parecía que, con el tiempo, se había olvidado. No eran grandes disquisiciones teológicas sino comportamientos de a diario, del común, lo que les decía y aconsejaba hacer.

Pero aquí hay algo más que un mero hablar;
hay indicación de cómo se ha de actuar: extendiendo el Reino de Dios, quien sea, no escandalizando con el comportamiento en la relación con los demás, no olvidando los Mandamientos.

Sólo eso.


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren evangelizar. 

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no comprenden la importancia de la vida eterna.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a reconocer la importancia que tiene, para nosotros, la limpieza del alma.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
  

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Debemos tener mucho cuidado con aquello que nos distrae del Reino de Dios. 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Lo que ha de venir es cosa nuestra

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – Lo que ha venir es cosa nuestra


“El futuro se amasa también con sudores del corazón, con renuncias del alma, con ansias puras y deseos generosos.” (Beato Lolo, de su libro 
Mesa redonda con Dios)

Cuando el Hijo de Dios fue enviado al mundo por el Todopoderoso tenía que cumplir, por decirlo así, una misión más que importante por aquello a lo que se refería y se trataba: salvar al mundo. Eso era así y así fue. 

Jesucristo, con su predicación y con aquello que llevó a cabo con sus obras sentó una base crucial sin la cual nada lo que iba a venir después hubiera podido conseguir nada de nada ("Sin mí nada podéis hacer” como bien dice en Jn 15, 5) Y eso era algo que debían tener muy claro aquellos que le escucharon decir tan pocas palabras pero con tanta importancia. Y lo mismo podemos decir de todo aquel que ha seguido como discípulo del Hijo de Dios desde que ascendió al Cielo después de su Resurrección. 

Sin embargo, y como es de imaginar, no basta con eso con ser eso tan importante y sin lo cual, como decimos, nada podía haber pasado que fuera bueno y mejor para los discípulos del Emmanuel. 

El caso es el Beato de Linares (Jaén, España) pone sobre la mesa un “pequeño” detalle ha de ser tenido en cuenta y que es tan importante que sin llevarlo al pie de la letra no es fácil que nos salvemos porque, como aquí se dice, lo que ha de venir es cosa nuestra… sobre todo nuestra. 

Cuando Manuel Lozano Garrido habla del “futuro” nosotros creemos que se refiere a lo que ha de venir después de nuestra muerte. Y por eso apunta hacia aquello que debemos hacer y que, al parecer, no es poca cosa por mucho que nosotros seamos, casi por naturaleza, rácanos en esto.

“Algo” debemos hacer pues no nos puede salir gratis algo que supone que vamos a gozar para siempre, siempre, siempre como es la vida eterna porque Dios es Bueno pero ha de esperar de sus hijos mucho más que un simple aceptar tal salvación sin poner nada de su parte…

Debemos, por ejemplo, hacer sudar a nuestro corazón lo que ha de querer decir que debemos trabajar mucho nuestra relación con el prójimo para que, de verdad, sea como debe ser porque debemos recordar muchas veces eso de amar al prójimo como a nosotros mismos. Y es que, de no hacerlo, dejamos cojo uno de los mandamientos más importante de la Ley de Dios: el amor.

Debemos, también, renunciar muchas veces a aquello que no nos conviene para nada porque puede ensuciar el alma y, luego, tales manchas deben ser limpiadas con el esfuerzo espiritual que eso siempre supone para nosotros. 

Debemos, también, ansiar de forma pura aquello que queremos y no de forma torticera y equivocada. 

Debemos, ya por último, tener deseos generosos lo cual tiene que ver mucho con aquello que hemos puesto en primer lugar y que tiene que ver con nuestro prójimo y poner ante Dios unas intenciones que no sólo sean santas sino que, en efecto, sean cumplidas. 

Es verdad que todo esto que nos dice nuestro amigo Lolo no es algo que desconozca un discípulo de Cristo pero también es verdad que está más que bien que nos lo recuerde para que no se nos “olvide"… y es que, como sabemos, muchas veces nuestra memoria es demasiado selectiva… con lo que nos conviene. 


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (69)

La Redención es el más abnegado acto de caridad de la justicia del Padre”

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

22.09.24

La Palabra del Domingo - 22 de septiembre de 2024

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Mc 9, 30-37


“30 Y saliendo de allí, iban caminando por Galilea; él no quería que se supiera, 31 porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: ‘El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le  matarán y a los tres días de haber muerto resucitará.’ 32     Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. 33 Llegaron a Cafarnaúm, y una vez en casa, les preguntaba: ‘¿De qué discutíais por el camino?’ 34 Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. 35    Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: ‘Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.’ 36 Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 37 ‘El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí sino a Aquel que me ha enviado.’” 

COMENTARIO


Como niños

Jesús, que conocía y comprendía la naturaleza humana y sabía por lo tanto, cual era la verdadera razón del comportamiento de sus discípulos, sabe cómo debe explicar las cosas para que las entiendan. Él sabía cuál era su misión y que, por eso, debía de transmitir la verdadera Ley de Dios y tratar de que aquellos que serían sus testigos (en el sentido más puro, mártires) tuvieran claro cierto tipo de cosas porque de eso dependía una transmisión correcta.

Es evidente que sus discípulos no podían entender, aún, lo que oían de la boca del Maestro. Que lo fueran a juzgar y a ajusticiar no cabía en su pensar de hombres. Eso lo harían más tarde cuando, precisamente, ocurra lo que les dice y se den cuenta, de verdad, de que lo que les decía era totalmente cierto. Ahora, al contrario, la profecía de Jesús sólo podía producirles malestar y desasosiego.

Como hombres temen preguntar. Esto sólo podía ser debido a dos razones: o era bien porque temían que descubriera su ignorancia (¡cómo si no lo supiera el Mesías!) o porque temían que conociera su verdadera ambición (¡cómo si no lo supiera el Enviado!).Tenían a Jesús por hombre, como lo era, pero sólo por hombre, y tras su muerte, alguno de ellos debía de sucederle. Ese era su pensar. Cosas de hombres, de ambición humana y de reconocible voluntad equivocada.

Pero claro, 
Jesús, que ya conocía de lo que iban discutiendo por el camino  (por eso les dice qué es lo que debía hacer alguno si quería ser el primero) les aclara, con meridiana luz, las condiciones que ha de cumplir el que será el primero. Son dos. Pero no son excluyentes sino que se han de sumar, unir, ser eficaces en su conjunto. Esto lo digo por lo que sigue.

Dice Jesús que quien quiera ser el primero “será el último de todos y el servidor de todos”. Es decir, que no dice que se puede ser el primero siendo el último o sirviendo a los demás sino que habrá de cumplir esas dos condiciones: deberá ser el último y, además, y además, repito, deberá servir a los demás.

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De esto entendemos que quiere decir, el ser el último, el no tener afán de protagonismo, no querer sobresalir sobre los demás, aunque, quizá se tenga razones humanas para ello; el ser, al fin y al cabo, humilde que es virtud a cumplir siempre, siempre, aunque tantas veces sea muy difícil.

Pero no basta con ser el último y quedarse pasivamente así, sin hacer nada y disfrutando, o aunque se disfrute, de eso sabiendo que se hace bien. Hay que hacer algo más.

Ser servidor de todos es lo segundo que se ha de cumplir, además de lo primero. Servir ya sabemos lo que quiere decir: ¿Señor, qué quieres de mí, cómo puedo servir mejor a los demás?, podemos decir con la oración popular. Servir es darse, es olvidarse de lo que se pierde con servir, como propio quiero decir, y dejar en manos de Dios la retribución eterna. Servir es servicio, ser para el otro estrado donde apoyarse, mano que da la mano, luz para quien la necesite, y así todo lo que se quiera decir, que, por otra parte, casi siempre será poco para cumplir con este deber primero si se pretende ser eso: cristiano con conocimiento de causa que sabe la razón de su actuar en el mundo en el que está de paso.

Pero esto no es, sólo, lo que Jesús les dice. Eso sólo no. Aún hay algo más que es, con mucho, más importante. 

Les pone un ejemplo ante el que no cabe respuesta negativa, Se ha de recibir, y ser, al niño y como un niño. Esa falta de ambición, en general, esa generosidad, ese reconocimiento de su incapacidad para tantas cosas, ese reclamo de ayuda tan alejado del orgullo adulto, etc., eso es lo que deben hacer quienes quieran seguirlo. Y esto, en una época donde al niño no era muy tenido en cuenta.

Se recibe así a Dios y no sólo a Jesús. La aceptación del otro pequeño, la consecuencia con unos actos que tanto aprecia Jesús, eso es lo que deben cumplir, porque se acepta en nombre del Mesías y como Él quiere que se acepte. 

Vemos, pues, que este texto de Marcos contiene una gran riqueza para nuestras vidas, de ahora, de mañana, de siempre, así era Quien pronunciaba esas palabras ser el último, ser humilde, ser servidor, servir, ser como un niño, tan necesitado de ayuda y pedirla, sin orgullos falsos y reconociendo esa necesidad… muchas cosas a cumplir, mucho compromiso para nosotros.

¿O no? Que sea que no.

 
PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren ser como niños.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que quieren ser los primeros y no los últimos.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a comprender la verdadera situación en la que nos encontramos.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 
Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Ser último no es siempre tan fácil… ¿verdad?

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

16.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Es Dios nuestra esperanza

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena – Es Dios nuestra esperanza

“A la rosa encendida del corazón de Dios se le llama esperanza.” (Beato Lolo, de su libro Bien venido amor, 866)

Se suele decir que la esperanza es lo último que se pierde cuando, en momentos por los que pasamos tribulaciones nos aferramos a la posibilidad de que, como sea, se solucionen las mismas.

Los cristianos, los católicos, sabemos que, por encima de todas las cosas, tenemos una esperanza en la que dejar caer nuestra desesperación y que tal esperanza no es otra que Dios mismo. Y el Beato Lolo (Linares, Jaén) pues desde su corazón la Esperanza nace para que llegue a sus hijos y la acepten. 

Es, la esperanza, una virtud que Dios nos infunde cuando somos bautizados en compañía del Espíritu Santo. Ella nos da la confianza en Dios mismo y con ella esperamos reconocer, en nosotros, las gracias que el Padre nos ha entregado para poder valernos en nuestra peregrinación por la Tierra hacia su definitivo Reino. Y es algo que Lolo llevó a cabo a lo largo de su (corta) vida. 

Esperanza es, pues, ver a Dios en nuestras vidas, saber que estamos salvados porque, al fin y al cabo, es su voluntad la que se cumple en su criatura y, así, confiamos en la vida eterna que nos ha entregado y hacemos posible tal caridad en la caridad misma como Manuel Lozano Garrido hacía cada día de su vida. 

Por el contrario, la persona que no siente, ni percibe o, ni siquiera, cree en la posibilidad de que Dios nos dé la esperanza de la que podemos disfrutar, sólo puede encontrar vacío en su vida porque la verdadera razón de la misma no es percibida por algún tipo de ceguera mundana.

Por eso,
 en palabras de Benedicto XVI “La esperanza verdadera y cierta está fundada en la fe en Dios Amor, Padre misericordioso". Y eso lo tuvo en cuenta nuestro amigo Manuel y más que en cuenta lo tuvo. 

Sin embargo, a pesar de que sabemos que mantener la esperanza en nuestro corazón es una buena recomendación espiritual porque, 
además, es garantía segura de luz y de camino recto, también sabemos que existen posibilidades, pecados, contra la misma esperanza en los que no cayó Lolo:

1.-Por ejemplo, la desesperación, que viene a ser la desconfianza que manifestamos en Dios porque no creemos que el Padre pueda socorrernos en las tribulaciones, es, por ejemplo, el pecado cometido por Caín y por Judas. El primero no comprendió el amor de Dios y el segundo no quiso entender del papel que Cristo, Dios hecho hombre, había venido a desempeñar. Desconfiaron, pues; cayeron en desesperación. Y Lolo era todo esperanza y así lo mostró

2.-La presunción es, en segundo lugar, una forma de confianza pero no en Dios sino en nosotros mismos. Presumimos que somos capaces de salvarnos y que, por eso, no necesitamos a Dios. Así creemos que Dios no nos puede ayudar en nada, que no es necesario en nuestras vidas, que, en definitiva, lo que hacemos no lo hacemos a través de su mano sino sólo con las nuestras. Pero, en realidad, Lolo no tuvo que presumir nada sino, simplemente, ser como era.

Entonces, 
sabemos que Dios es una esperanza definida, que la tenemos en nuestras vidas a cambio de aceptarla, que no nos es impuesta porque el Creador nos ha donado, también, la libertad para elegirlo o no. Y todo eso sale del corazón del Todopoderoso, como aquí mismo nos dice Lolo.

Por otra parte, 
esperar es querer que Quien nos da la vida también quiere, es su voluntad, que queramos esperarlo, que confiemos en su presencia entre nosotros; que, en fin, sepamos que nos acompaña, siempre, llevándonos de la mano del espíritu hacia las estancias de Su casa. Y así esperó Lolo, siendo todo esperanza en sí mismo


Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.


Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (83)

Dice Dios: ‘¿Por qué andáis con tantas vacilaciones conmigo, hijos? ¿Es que no soy un Padre que a cada momento os levanta el piquito de la servilleta para que seáis embriagados por el aroma del bizcocho de la Gloria?’”

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Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

15.09.24

La Palabra del Domingo - 15 de septiembre de 2024

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Mc 8, 27-35

“27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus  discípulos: ‘¿Quién dicen los hombres que soy yo?’ 28 Ellos le dijeron: ‘Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.’ 29 Y él les preguntaba: ‘Y vosotros, ¿Quién decís que soy yo?’’ Pedro le contesta: ‘Tú eres el Cristo.’ 30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. 31 Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días. 32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle.33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: ‘¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.’ 34 Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí  mismo, tome su cruz y sígame.35 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará’”

COMENTARIO
 
Una llamada a la eternidad
 

Muchas veces Jesús quiere explicar a sus discípulos y al resto de personas que le seguían y le escuchaban, el fundamento de su existir; muchas veces está interesado en saber qué opinan de Él, qué piensan quienes le rodean aún sabiendo que ya lo sabía.

Jesús, que tiene a sus discípulos muy cerca  los supone en contacto directo con la gente y se dirige a ellos para probarlos en su fe.

El desconcierto entre los que lo conocen es grande. Unos piensan que es Juan el Bautista, otros que Elías…En fin, algo de desconcierto aprecia del Hijo de Dios en aquellos que le escuchan.

Pero los apóstoles parecen tenerlo claro, y el “principal”, el que sería piedra de la Iglesia, lo afirma: “Tú eres el Cristo”. Con esto le demostraban, o eso pensaban ellos, un conocimiento superior a los demás que le seguían: Tú eres el Enviado de Dios, el Mesías, el que nos salvará.

Sin embargo, 
tampoco parecen conocer las Escrituras y hablan de Jesús y del destino ellos creen que les espera. Así, ellos también se encuentran en aquel estado de querer y no poder en que muchas veces demuestran encontrarse: creen una cosa cuando, al contrario, es otra muy diferente.

Como Jesús conocía sus pensamientos comienza a desgranar, ante sus oídos, lo que será su vida: lo prenderán, lo juzgarán, lo acusarán y, al final, lo matarán. Todo esto era netamente contrario a lo que sus discípulos esperaban de quien les estaba enseñando. Los pensamientos de Dios y del hombre muchas veces difieren en tanto… Además, eso de resucitar era un concepto que no llegaban a entender.

Como era de esperar Pedro, que debía creer que tenía una mayor confianza con Jesús, le echa en cara aquello que decía, al igual que en la última cena le diría que con él iría donde fuera. Hombre, pensamiento de hombre, nada más.

Quién dice la gente que soy yo?» | La Banda Diario

Ante esto, Jesús no quiere que lo que va a decir sea conocido sólo por Pedro, se dirige a todos los discípulos. Les descubre, nos descubre, dónde está lo malo, dónde está el pecado, dónde está el maligno. Ellos, nosotros, muchas veces, o casi siempre, tenemos pensamientos de hombre y no de Dios.

Ante esto, es fácil decir que son, somos, hombres y que, por eso, es lógico que tengamos este tipo de comportamiento y de hacer. Sin embargo, si bien pensamos hasta qué punto esto ha de ser así si, realmente queremos seguir a Jesús y a su doctrina y Palabra, quizá lleguemos a otra conclusión.

Como el Maestro enseña para que todos tengan los conocimientos que trata de transmitir, 
llama a todos. Lo que va a decir es de una trascendencia total, sin el cumplimiento de lo cual no es posible entender nada de su vida y, lo que es más importante, de la nuestra. Estas pocas palabras con las que acaba este texto de Marcos lo son todo para la vida del cristiano.

Dos puntos tiene este mensaje bien diferenciados: qué hay que hacer y qué consecuencias tendrá la decisión que se tome.

Negarse a sí mismo, dejar la forma de ser que se tenía hasta entonces, enterrar al hombre viejo, al pecado, al incumplidor de la verdadera Ley de Dios… es negarse a sí mismo.

Tomar su cruz, es decir, apechugar con nuestra forma de ser, con nuestros defectos, con lo que nos caracteriza como personas dotadas de dignidad y de libertad y susceptibles, a la luz de, y con, la Palabra de Dios, de cambiar para mejor, ha de ser lo que esto significa.

Seguirlo, o lo que es lo mismo, ver sus pasos, ver como actuó… esto es seguir a Cristo y a aquellos que le siguieron haciendo eso, y esto, es esencial para tener un comportamiento verdaderamente cristiano.

La otra parte, una vez dicho por Jesús qué hay que hacer, viene determinado por el qué pasará si se hace esto, si se cumple esto.

Aquí
 sólo pueden pasar dos cosas: o salvamos la vida o la perdemos.

Si queremos perder nuestra vida teniendo apego a la que lo es de hombres, de especia humana, con pensamientos de hombre y mundanos y dejándonos dominar por nuestro egoísmo, sin dar cabida a la misericordia y  a la justicia y al perdón… entonces no le seguimos a  Él, por tanto, perderemos la vida… ¡eterna! que, es de creer, es de la que cualquiera quiere gozar.

Si le seguimos a Él y, por eso, perdemos nuestra vida anterior y la olvidamos, con esa mundanidad, etc., pues entonces, encontramos la verdadera vida, la que dura para siempre, esa vida eterna que tantos buscan pero no encuentran porque están perdidos en su mundo y no quieren dejar perder “su vida”, su presente que creen suyo, su propio devenir que entiende sólo puede cosa suya.

Ante esto es lógico preguntar: ¿qué es lo que queremos nosotros: perder la vida o ganarla? Si nos importa la decisión a tomar deberíamos pensar detenidamente sobre la respuesta a esta pregunta. Nuestra vida, la eterna, está en juego. Quizá lo único bueno para nosotros es que tenemos casi todas las cartas de la baraja en nuestro poder, que tenemos libertad para escoger la que echamos.

PRECES
 
Pidamos a Dios por todos aquellos que no reconoce en Jesús al Hijo de Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no anhelan la vida eterna.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a llevar, en pos de Cristo, nuestra propia cruz.       

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.    
 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Reconocer en el Hijo de Dios al Cristo no es cosa baladí sino que lo es todo. 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

9.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Parecer feliz y serlo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Parecer feliz y serlo

Y es que la felicidad es una cosa bien distinta a las palmas de tango y el pasarlo bien. A uno le puede bajar por la cara un reguero de lágrimas, estar tosiendo, con taquicardia o detrás de un balcón y en el corazón bullirle todas las campanas del mundo.” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)

Cuando hablamos de felicidad lo que queremos decir es que nuestra ansia es que las cosas nos salgan bien y que, si es posible, los problemas no nos alcancen aunque, en realidad, bien sabemos que ese cuento no va a darse…

Lolo, que conocía muy bien a la felicidad y que comprendía el verdadero sentido de la misma nos dice aquí mismo que, muy a pesar de lo que podamos creer, la felicidad no es sólo la alegría, así de pasada, que pueda darse en nuestra vida. Y es que el Beato de Linares (Jaén, España) conocía el sentido exacto de lo que quiere decir ser feliz. Y aquí nos lo muestra.

Manuel Lozano Garrido cree que sí, que es posible pasar por determinadas circunstancias y que el corazón esté alegre aunque eso a nosotros nos pueda parecer cosa de ciencia ficción o, por decirlo pronto, cosa propia de algún tipo de personas entre las que no nos encontramos…

En cuanto al sufrimiento que pueda causarnos lágrimas es verdad que hay tantos casos y cosas que nos pueden producir eso que los ejemplos que pone aquí Lolo son, eso, algunos de ellos pero es seguro que cualquiera que lea esto podría poner otros muchos.

Como decimos, nuestro amigo Manuel nos habla, por ejemplo:

- de las lágrimas ya citadas,

- de toser, entendiendo esto en forma enfermiza y no una simple tos inoportuna y, por fin,

- “detrás de un balcón” que era como estaba precisamente él… detrás de un balcón en un sillón de ruedas.

Son estos unos ejemplos de formas de padecer algún tipo de sufrimiento pero, como decimos, la lista sería interminable si nos pusiéramos ahora a describir lo que pueda pasarnos y pueda ser metido en el saco del sufrir…

¿Y?

Pues dice el linarense universal que todo eso que él cita (y pongamos nosotros lo que queramos poner añadiendo) a lo mejor no tiene la menor importancia para nosotros porque nuestro corazón, en él, pueden bullir “todas las campanas del mundo”. Y nosotros queremos entender que quiere decir que las campanas suenen por buenas cosas y no, por ejemplo, para llamar a exequias…

Eso, así dicho, parece cosa muy bonita pero no nos mete en la situación de cómo eso puede ser posible. Y entonces es cuando aparece él mismo, Lolo. Y es que Manuel Lozano Garrido tenía muchas campas llamando a bueno muy a pesar de la situación física por la que estaba pasando desde muy antes de publicar Las golondrinas nunca saben la hora, que es el libro de donde hemos entresacado el texto puesto arriba.

Nosotros creemos a Lolo le bullían las campanas en el corazón porque comprendió muy pronto el sentido último que tenía el sufrimiento. Pero también creemos que eso le pasaba porque creía a ciencia y corazón ciertos que su sufrimiento debía aceptarlo y, así, sobrenaturalizarlo. Y así lo hizo a lo largo de los años que tuvo que padecer una enfermedad tan grave como la que tuvo que padecer que acabó por dejarlo ciego.

De todas formas, podemos decir que Manuel Lozano Garrido, como hombre común, supo muy bien parecer feliz y serlo y es que como dijo aquel, podía serlo, quería serlo y lo fue. Ea.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (82)

Si conociéramos todos los portentos ocultos, diríamos que lo que Dios hace es un verdadero despilfarro de ternura

……………………………

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

8.09.24

La Palabra del Domingo - 8 de septiembre de 2024

Resultado de imagen de SAnta Biblia

Mc 7, 31-37 


“31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. 34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: = ‘Afatá’, que quiere decir: ‘¡Abrete!’ 35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. 36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían ‘Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.’”

COMENTARIO  


Lo que es capaz de hacer Dios por sus hijos

Hay que reconocer, porque es verdad, que el Hijo de Dios cumplía la misión que le había encomendado su Padre de una forma completa. Vamos, que no dejaba de caminar por el mundo que tenía a su alrededor transmitiendo la Buena noticia con palabras… y hechos.

Lo que le pasa a aquel hombre es para tomar nota de lo que es capaz de hacer Dios. Sabemos que es todopoderoso y por eso lo llamamos así, Todopoderoso. Eso supone, por tanto, hacer cosas como ésta.

Aquel hombre sordo y casi mudo

Para darnos cuenta de lo que le pasa a aquel hombre hay que ver cómo se debía encontrar. Es decir, 
cuál era su situación social.

Hoy día, una persona en sus condiciones puede tener mucha ayuda. Humanamente hablando se ha avanzado mucho desde los tiempos de Jesús. Sin embargo, entonces las cosas eran muy diferentes.

Sabemos que para el judío ordinario la enfermedad que padecía una persona tenía relación directa con los pecados que cometía. Por eso aquel hombre, que era sordo y, además y lógicamente, no hablaba muy bien, debía tener sobre sí una espada de Escamoles muy grande.

Effatá» —«¡Ábrete!»— | orar con el corazón abierto

Eso, claro está, tenía consecuencias sociales muy graves. Queremos decir que los enfermos de tal calibre (pensemos, también, el leproso, ciego, paralítico, etc.) eran apartados de la sociedad. No eran útiles y, simplemente, no se les tenía en cuenta.

Pero Jesús sabe que eso no está ni medianamente bien. Por eso muchas veces, dada la fe de quien se lo pide, cura a muchas personas y añade eso de “tus pecados te son perdonados”. Eso lo hacía para que viesen, sus críticos, que podía curar y perdonar, perdonar y curar.

Pues bien,
 aquel hombre, pues, necesitaba una ayuda que no era de este mundo, una ayuda sobrenatural.  Y bien que la obtuvo y recibió.

Jesús lo quiere curar. Y hace como otras veces en trances como éste: mira al cielo, ruega al Padre, pide por aquel hombre. Y hace lo que sabe hacer: lo cura con su saliva que es saliva de Dios, aliento del Todopoderoso.

Podemos imaginar, primero, la sensación que debió recorrer todo el cuerpo y el alma del sordo y casi mudo: puede oír y, de paso, hablar con toda normalidad.

Lo curioso del caso es que 
Jesús, que sabe lo que pueden pensar de Él sus perseguidores, no quiere que lo vayan proclamando a los cuatro vientos.

Vana ilusión la del Hijo de Dios. Y es que no está muy alejado del ser humano que, cuando recibe algo grande, lo vaya diciendo a todo el que quiera escucharlo. Y aquel hombre había recibido lo más grande: curación e inserción dentro de la sociedad. ¡Casi nada de golpe y porrazo!

Tampoco extraña la otra gran verdad: “Todo lo ha hecho bien”. 

Y es que no hay nada como mostrar el poder de Dios para que se crea en el poder de Dios. Y, de paso, se cumplían las Santas Escrituras que decían que cuando llegase el Mesías, los sordos oirían y los mudos, hablarían.

Como diría aquel: “blanco y en botella” o, también, quien no quiera ver, que no vea.


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren ver la gloria de Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren la conversión del alma.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a ver con ojos dignos de ser los propios de unos hijos tuyos.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
 

Panecillo de hoy:

Ser curados por Cristo, de necesitarlo… que sí. 

Para leer Fe y Obras.


Para leer 
Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

2.09.24

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – La Cruz nos puede definir muy bien

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación 

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena – La Cruz nos puede definir muy bien

Se me ocurre, y escribo, que la Cruz bien puede ser la huella dactilar del alma.” (Beato Lolo, de su libro El sillón de ruedas)

No podemos negar que el Beato Lolo hace uso de las expresiones comunes de nuestra fe católica, de nuestros símbolos, para dar con ellos sentido a lo que creemos.

Sobre la Cruz, claro está, se ha escrito mucho desde el mismo momento que fue el último lugar donde nuestro Señor fue acogido para expirar su aliento y entregar su Espíritu a Su Padre, Dios Todopoderoso.

La Cruz, aquella sobre la murió Cristo es muchas realidades para todo aquel que se considera hermano del Hijo de Dios y, por tanto, a cada cual nos puede decir una o más cosas porque tiene sentidos múltiples tal fue la importancia que tiene en la historia de la salvación.

Más que nada la Cruz es un símbolo que abarca mucho de lo que creemos porque la Cruz es la muestra más palpable de hasta dónde se puede llegar en el amor o, mejor (siendo Quien es a Quien nos referimos) en el Amor, así con mayúscula.

Sobre esto, como es de imaginar, Manuel Lozano Garrido tiene que decirnos algo para que comprendamos hasta dónde puede llegar el sentido de la Cruz, que supone para nosotros y, en fin, qué ha de suponer para todo discípulo de Cristo.

Como una buena inspiración divina, a Lolo “se le ocurre” o, lo que es lo mismo, ha tenido lo que creemos y hemos dicho antes. Y por eso se siente obligado a dejarlo escrito pues, de otra forma, habría sido una pérdida grande para sus hermanos.

Digamos, a tal respecto, que lo que nos dice el linarense universal acerca de la Cruz nos muestra un sentido de la misma que, francamente, no conocíamos porque es nuevo o, al menos, lo es para el que esto escribe.

Además de lo que hemos dicho arriba acerca de aquellos dos maderos sobre los que clavaron a Jesucristo y sobre lo que, es más que seguro, muchas otras personas han dicho y escrito infinidad de cosas mejores, Lolo aporta una característica más de la Cruz porque, al parecer, nunca se deja de descubrir algo nuevo sobre la misma.

Nos dice Manuel Lozano Garrido que la Cruz puede ser “la huella dactilar del alma”. Ahí queda eso.

Una huella dactilar es propia de cada cual. Es decir, tenemos entendido que pasa como con el ADN y es que no hay ninguno repetido. Y, por tanto, cada uno de nosotros somos como somos, también, en las señales que tenemos en el dedo.

Si la Cruz es la huella dactilar del alma quiere decir que a través de la misma manifestamos o, podemos manifestar, cómo somos cada uno, sin parecidos ajenos…

En realidad, la Cruz ha de reflejar, en nosotros, todo lo que la misma supuso para Jesucristo. Así, su entrega, su sacrificio voluntario, su Amor expresado en soportar todo aquello, su voluntad de que fueran perdonados aquellos que le causaban la muerte o, en fin, todo lo que a fin de cuentas es la Cruz.

El caso es que si nuestra alma manifiesta aquella huella de Cristo en nosotros… entonces bien podremos decir que aquella Cruz, la Cruz por excelencia, representa en nosotros, es (ahí lo de huella dactilar) el exacto ser de un buen hijo de Dios que es, exactamente, lo que fue y representó el ahora Beato de la Iglesia Católica que fue, como se dice de otra ciudad española, de Linares al Cielo.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (81)

No hay hombre sin , al menos, un obsequio diario: el de la vida””.

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Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

1.09.24

La Palabra del Domingo – Domingo, 1 de septiembre de 2024

Resultado de imagen de SAnta BibliaMc 7, 1-8.14-15.21-23

1 Se reúnen junto a él los fariseos, así como algunos escribas venidos de Jerusalén.2 Y al ver que algunos de sus discípulos comían con manos impuras, es decir no lavadas,3 - es que los fariseos y todos los judíos no comen sin haberse lavado las manos hasta el codo, aferrados a la tradición de los antiguos,4 y al volver de la plaza, si no se bañan, no comen; y hay otras muchas cosas que observan por tradición, como la purificación de copas, jarros y bandejas -.5 Por ello, los fariseos y los escribas le preguntan: «¿Por qué tus discípulos no viven conforme a la tradición de los antepasados, sino que comen con manos impuras?»6 El les dijo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según está escrito: = Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. = 7 = En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres. = 8 Dejando el precepto de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres.»

14 Llamó otra vez a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended.15 Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.

21Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos, asesinatos, 22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria, insolencia, insensatez. 23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre.»

COMENTARIO

Realidad y Verdad

En estos tres textos del Capítulo 7 de San Marcos encontramos, en una sucesión lógica, lo que para Jesús es importante, lo que, en verdad, es el precepto de Dos que viene a enseñarnos.

Muchas eran las tradiciones que el pueblo judío había establecido con el paso de los siglos, muchas las maneras de llevar a cabo el comportamiento frente a la vida, o en, diaria.

Claro está que lavarse las manos antes de cada ingesta de comida es, higiénicamente, importante. Sin embargo, aquellos que habían ordenados normas y establecido tradiciones, lo habían convertido en un precepto quasi religioso (otra cosa es que para ellos lo fuera, equivocadamente), el incumplimiento del cual acarreaba, según decían, una contraprestación negativa por parte de Dios, algo que éste reprobaba, algo que, por eso, no debía hacerse.

Esto, el echo de no lavarse en esos momentos es lo que se les hecha en cara a los discípulos de Jesús tratando, sobretodo, de imputarles una, para ellos, gran culpa, tal era el concepto que tenían de esto. Si no se lavaban las manos es que actuaban contra la tradición. Y esto, en verdad, era cierto pues lo hacían en contra de “aquella” tradición. Sin embargo, lo importante no era que actuarán contra eso sino si esa tradición era verdadera o sólo había sido establecida por los hombres sin relación directa con los preceptos de Dios y, sobretodo, con su voluntad. La pregunta, por otra parte, tiene aviesas intenciones.

Pero Jesús, que es conocedor de la realidad en la que vive y que conoce esas prácticas porque, seguramente, también las pudo llevar a cabo en su vida anterior, ofrece, a quienes le escuchan, una respuesta que a ellos y a nosotros, nos viene muy, pero que muy, bien.

Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre - Alfa y Omega

Como el Maestro no siembra sin semilla, les trae a la memoria lo que el profeta Isaías dijo, en su día, y que es lo mismo, cree Él, que sucede ahora: una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace; una cosa es que diga que se ama a Dios con los labios, para que todos puedan escucharlo, pues, y otro, muy distinto, es que el verdadero sentido de lo que se dice nada tenga que ver con la Ley de Dios. A la pregunta que ha de prevalecer si el precepto de Dios es el de los hombres, muchos ya habían contestado: el precepto de los hombres pues, seguramente, les habrían comunicado que ésta o aquella tradición venía, directamente, de una interpretación correcta de la Ley de Dios. A esto debía responder Jesús de forma clara y contundente.

El hombre vive dentro del mundo y dentro de en una sociedad en la que establece relaciones con los próximos y con los lejanos. Pero, además, el hombre, el hijo de Dios tiene una vida interior que es más importante que la vida exterior, al menos con su relación con Dios y con relación a lo que de esa vida, ese corazón, puede derivarse (no sólo de pan vive el hombre…)

Como he dicho antes, si la higiene es importante más lo es lo que del corazón puede salir, esas intenciones, como dice el texto, que son, o pueden serlo, malas. Fijémonos que Jesús no cierra el paso a la posibilidad de corrección ya que eso que puede salir del corazón: adulterios, robos, avaricias, etc., con “intenciones” y esto significa tanto que es algo que se quiere hacer como algo que se puede apartar de la actuación del hombre, es, por eso, una posibilidad, algo que se puede o no llevar cabo. Por eso cabe corrección en eso que se tenía la intención (valga tanta redundancia) de hacer. Aquí, creo yo, se encierra una parte muy importante de lo que dice Jesús: si podemos escoger entre lo malo y lo bueno, escojamos lo bueno, que esa es la voluntad de Dios. Lo otro, lo de entender que la limpieza exterior es sinónimo de limpieza interior había que olvidarlo (recordemos lo de los sepulcros blanqueados…)

¿Hoy lo hemos olvidado?, ¿establecemos una relación entre lo que se ve a los ojos de nuestros semejantes y lo que ve Dios? Es más, ¿de verdad creemos que Dios lo ve todo?

Aquí está lo importante: en lo que, de verdad, es trascendente para nuestra vida de fe: el corazón, del que salen las obras.

PRECES

Por todos aquellos que tienen de la fe una imagen de hacer y no de ser.

Roguemos al Señor.

Por todos aquellos que no tienen un corazón limpio

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener un corazón limpio y alejado de lo que no sea tu voluntad.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Gran verdad es que del corazón salen las obras.

…………………………….

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.